¿Quién es Charlotte Bruus Christensen?

Charlotte Bruus Christensen

 

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1 Febrero, 2021

 

El lenguaje visual del cine va ligado directamente al contexto de la historia. Hay momentos que deben ser lentos y sigilosos. Sin embargo, existen otros que deben ser acalorados, para que notemos esa presión que sienten los personajes. Sin olvidar, claro está, aquellas escenas que deben ser orgánicas y naturales.

La fotografía de Charlotte Bruus Christensen se caracteriza por un aspecto del Hollywood más clásico (cinematográfico, de pantalla ancha) mezclado con el naturalismo. Pero, lo que más destaca es su manera de utilizar el contexto de la historia para después usar la perspectiva psicológica correcta.

Charlotte Bruus Christensen nació en Dinamarca en 1978. Tras obtener un máster de cinematografía en la National Film and Televisión School de Reino Unido, regresó a su país natal. Donde continuaría formándose y ganando experiencia en diferentes rodajes. Su filmografía está muy influenciada por la corriente Dogma 95 y por los aspectos más clásicos del cine: historia, personajes y temática.

Filosofía de Charlotte Bruus Christensen 

«Es interesante cómo te enfrentas a los distintos géneros. Te ayuda a pensar en cómo iluminar una escena o mover la cámara. Creo que te da otra forma de enfocar una historia, tanto desde el punto de vista técnico como estilístico. Te da una especie de marco y luego piensas que existen esas reglas, pero luego las rompes». Charlotte Bruus Christensen 

Desde películas de terror como “Un lugar tranquilo” (2018) de John Krasinski, hasta dramas de época como “El banquero” (2020) o thrillers psicológicos como “La chica del tren” (2016) de Tate Taylor, su fotografía ha abarcado una amplia gama de géneros. Cuando se le ocurre un aspecto para una película, utiliza las asociaciones visuales de cada género como una especie de punto de partida general, pero luego reduce el aspecto.

Fotograma de «Un lugar tranquilo» (2018) de John Krasinski

 

Utiliza estas películas y planos como referencias teniendo en cuenta su tono, sentimiento y tipo de narración, en lugar de tomar prestado directamente su aspecto. Por ejemplo, utiliza una cámara clásica, lenta, constante, reactiva, que se mueve en silencio para crear una sensación de tensión en las escenas. Y luego dejar que el horror venga de cómo se captan las interpretaciones y cómo reaccionan los actores ante la amenaza fuera de la pantalla.

Charlotte Bruus Christensen adopta un enfoque psicológico de la historia a través de las imágenes. La directora de fotografía suele rodar las escenas con un aspecto similar, clásico y fílmico. Pero luego modifica aspectos como el encuadre, el movimiento de la cámara y la iluminación en función de la idea o el efecto que persigue.

Otras de las producciones en las que ha trabajado han sido “Fense” (2016), dirigida por Denzel Washington o la más reciente “Black Narcissus” (2020) de Charlotte Bruus Christensen, una miniserie británica de tres episodios.

La importancia de colaborar con el resto de equipos

Por ejemplo, los edificios y lugares de “El banquero” (2020) de George Nolfi, fueron tan importantes para la historia como los personajes. Para presentar mejor los espacios, rodó muchas escenas desde un ángulo más bajo con un encuadre fijo que mostraba mejor la altura de la arquitectura del fondo.

Por otro lado, la película “La caza” (2012) de Thomas Vinterberg, está inspirada en las directrices estilísticas de Dogma 95, rodando de forma naturalista en exteriores y utilizando muchos movimientos de cámara en mano para presentar primeros planos íntimos y personales de interpretaciones auténticas. Es decir, ambas películas tienen un aspecto similar: cálido y cinematográfico, con localizaciones reales e iluminación natural. Pero, las sutiles variaciones en las técnicas cinematográficas empleadas diferencian la forma en que el público puede interpretarlas psicológicamente.

Charlotte Bruus Christensen y Denzel Washington en el rodaje de «Fences» (2016)

 

Para lograr esto, la directora de fotografía mantiene conversaciones con los diferentes directores y directoras con los que trabaja. Sacar el máximo partido de la colaboración con el director y combinarla con su visión cinematográfica suele significar ayudar a conseguir las mejores interpretaciones de los actores.

«Creo que lo más importante es que valoro mucho e intento por todos los medios crear libertad para el director y el reparto, al tiempo que produzco una imagen cinematográfica». Charlotte Bruus Christensen

Se trata de un equilibrio que la mayoría de los directores de fotografía deben alcanzar. Conseguir la mejor imagen posible y ser lo suficientemente flexible para llegar a un acuerdo con los actores y las personas que se ponen delante del objetivo.

Esto puede dar lugar a cambiar una configuración de iluminación planificada de antemano y adaptarla sobre la marcha cuando los actores y directores proponen nuevas ideas. O puede significar tener que cambiar rápidamente el encuadre para captar a un actor que no está atado a una marca específica en el plató. Por eso, es tan importante ser capaz de colaborar y llegar a acuerdos en el plató. Así, las nuevas ideas se convertirán en la mejor versión posible de la historia.

Equipos más utilizados

La mayor parte de la fotografía de Christensen tiene un aspecto bastante consistente, cálido, clásico y fílmico. Esto puede deberse a dos selecciones de equipo que hace con bastante regularidad:

  • La primera es el uso de objetivos anamórficos. Aunque ha rodado en formato Super 35 con lentes esféricas vintage como las Cooke Speed Panchros. La mayoría de sus largometrajes han utilizado lentes anamórficas. En particular, la serie C de lentes anamórficas de Panavision. A veces las complementa con otras lentes anamórficas más modernas de Panavision, como las series T o G. Estos objetivos crean una relación de aspecto de pantalla panorámica. Además, ofrecen imágenes con una suavidad y calidez naturales que durante mucho tiempo se han considerado propias de la cinematografía tradicional de Hollywood.
  • La segunda elección de equipo que hace es rodar en película. Por supuesto, esto no siempre es posible desde el punto de vista de la producción. Ni siquiera es la opción creativa adecuada para todas las películas. Pero ha rodado gran parte de su trabajo fotoquímicamente en todas las variantes del negativo en color Vision 3 de Kodak. Cuando rueda en digital, se inclina por las cámarasArri. En especial la antigua Alexa Plus o la Mini. La elección de rodar en película es en parte estética, pero también está determinada por el estilo de trabajo que busca.

 Fotograma de la película «El Banquero» (2020) de George Nolfi

 

Iluminación utilizada por Charlotte Bruus Christensen

La manera de iluminar de Christensen está fuertemente influida por su trabajo en películas de directores de Dogma 95 como Thomas Vinterberg. Este movimiento cinematográfico incluía varias reglas y una de ellas era limitar el uso excesivo de la iluminación artificial.

Su iluminación tiende hacia un aspecto naturalista, en el que las fuentes de luz, aunque sean artificiales, están motivadas por fuentes reales de luz ambiental. Por ejemplo, en “Fense” (2016) de Denzel Washington, detecta la calidad de la luz solar que entra por las ventanas y complementa su dirección y calidad utilizando unidades HMI de luz diurna equilibrada. Después, para equilibrar la imagen y que los actores no aparezcan demasiado ensombrecidos, añade luz de relleno con Arri Skypanels, que imita y realza la luz solar natural que viene de fuera y rebota, de manera más suave, en las paredes.

La mayor parte de su iluminación utiliza un enfoque similar. Se complementan las fuentes de luz naturales del lugar, ya sea la luz del sol, las luces de la calle por la noche o la luz artificial de las lámparas del interior de una casa. Del mismo modo que modifica sutilmente la iluminación para adaptarla a la historia, a la época o a algún tipo de idea motivada, su forma de mover la cámara es una característica importante de su trabajo.

Movimientos de cámara preferidos

A menudo se habla de cómo se mueve la cámara. A Christensen le gusta contrastar dos formas de movimiento de la cámara: un movimiento rápido de dolly y movimientos de dolly mucho más suaves. Este contraste es especialmente eficaz cuando el resto de la película es rodada con movimientos de cámara sutiles, lentos y apenas perceptibles.

Charlotte Bruus Christensen durante el rodaje de «El banquero» (2020) de George Nolfi

 

En su trabajo utiliza muchos de estos movimientos lentos, constantes y tradicionalmente cinematográficos, que se realizan con una dolly y un riel. A veces, para llegar a ángulos más bajos, «rompe el cuello de la plataforma rodante» y filma en modo bajo.

Otra característica constante de su trabajo es el uso de la cámara en mano. Está especialmente presente en sus primeros trabajos con los directores de Dogma 95, ya que rodar cámara en mano era otra de las reglas estéticas de este género. Pero también ha seguido utilizando esta técnica, sobre todo para los primeros planos más íntimos, en otras películas rodadas en Estados Unidos.

Hablar de Charlotte Bruus Christensen es hablar de una directora de fotografía consagrada. Con fuertes influencias del cine proveniente de la corriente del Dogma 95. Es toda una experta a la hora de iluminar, complementando la luz natural. También lo es a la hora de seleccionar el plano adecuado, para transmitir todas sus ideas y las del director. Acercando así al espectador las emociones y sentimientos experimentados por los personajes de sus películas.

 

Una mirada a través del ojo de Charlotte Bruus Christensen

Portada/Forbes Life
Maria Jose Musi
Agosto 21, 2015

 

Que la revista Variety la incluyera en su lista de “10 cinefotógrafos que hay que tener en la mira” y su trabajo en la película Lejos del mundanal ruido son pruebas de que el ojo de Charlotte es especial.  En una charla con Charlotte Bruus Christensen descubrí lo que significó para esta artista el formar parte de un proyecto como Lejos del mundanal ruido.

Maria J. Musi: Visualmente, ¿qué te inspiró para realizar Lejos del mundanal ruido?.

Charlotte B. Christensen: En preproducción tuve que tomar muchas decisiones, desde que me contaron el estilo de la película y cómo querían que se mantuviera ligada a la novela de Thomas Hardy (no buscaban hacer una versión moderna de la misma), entendí qué es lo que había que hacer. Al final quise que tuviera energía, pero no una energía forzada, y que fuera muy fiel a su historia. Me inspiré en películas antiguas como Lo que en viento se llevó y Doctor Zhivago, y traté de que la fotografía remitiera al romance y que los espectadores se sintieran cómodos viéndola sin sentir estrés o angustia en ningún sentido.

MJM: ¿La novela de Thomas Hardy fue una referencia para ti mientras filmaban?

CBC: La leí mientras me preparaba para filmar. Había cosas que tenía que leer dos veces, pues creo que cuando lees un libro, la primera vez sólo entiendes la historia, y en la segunda es cuando profundizas en los detalles de su escritura. Mantuve el libro a mi lado para inspirarme con sus descripciones. Subrayé muchos pasajes y traté de hacerle justicia a los paisajes descritos en este libro. Por ejemplo, sé que para Thomas Hardy el condado de Dorset, en Inglaterra, era un personaje principal, por lo que no podía sólo mostrar un pasaje bonito, sino que tenía que darle vida.

MJM: ¿Cuáles fueron los retos de trabajar en las locaciones de Dorset, Oxfordshire, Bucks y Londres?

CBC: Estoy muy orgullosa de lo que vi una vez terminada la película, pues en realidad fue muy complejo lograrlo. Decidimos filmar 100% en locaciones reales, y no en foros o estudios en los que normalmente es más fácil tener las cosas bajo control. Esta decisión fue muy estresante porque gastamos muchos días destinados a filmar, en viajar, y nuestra agenda estaba muy limitada. Filmamos mucho más de lo que se ve en la versión final. Pero tengo que decir que me enamoré de Dorset; quiero vivir ahí. El lugar y su gente es simplemente encantadora, y como fotógrafa puedo asegurar que tiene la luz más hermosa con la que he trabajado.

MJM: ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con este elenco en particular?

CBC: Mulligan, quien interpreta a Bathsheba, es una estrella. Es una de las mejores actrices en Reino Unido. Creo que éste es un personaje muy frágil, pero lo hace con mucho encanto. En general fue un casting fantástico y me sentí muy inspirada con ellos. Fue un reto iluminar a cada uno de ellos. Confieso que tenía un lente especial para Carey y uno más para iluminar a Matthias Schoenaerts, que interpreta a Gabriel Oak.

MJM: No es la primera vez que trabajas bajo la dirección de Thomas Vinterberg. ¿Disfrutas el proceso de trabajar con el mismo director una y otra vez?

CBC: ¡Mucho! Thomas es el director con el que he trabajado más veces. Recientemente hice la película Life con Anton Corbijn, y también sentí que haríamos muchas películas juntos (que espero que pase). Con ambos siento que tenemos una relación similar, y esto suma mucho a una relación de trabajo. Al final es como un matrimonio: nos conocemos tan bien que no tenemos que dar muchas explicaciones de nuestras decisiones, y trabajar así es muy sencillo.

 

Vittorio Storaro DF

Vittorio Storaro

 

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Diciembre, 2018

 

¿Quién es Vittorio Storaro?

¿Crees que los colores representan los distintos estados de ánimo? Para Vittorio Storaro solo hay una respuesta posible a esta pregunta: un rotundo sí. En el artículo de hoy hablaremos sobre este director de fotografía italiano haciendo un repaso de su filmografía y analizando las técnicas empleadas por el que está considerado uno de los mejores cinematógrafos de la historia.

Vittorio Storaro nació en Roma el 24 de junio de 1940. Su amor por el cine viene de familia, su padre era proyectista en los cines Lux Film de la capital italiana. Empezó a estudiar fotografía fija a los 11 años, para más tarde comenzar a estudiar formalmente cinematografía en el Centro Sperimentale di Cinematografía, una de las escuelas de cine más reconocidas de toda Europa.

Con tan solo 20 años comienza a trabajar como asistente de cámara, para más tarde convertirse en operador de cámara. Este suceso será fundamental para su metodología de trabajo, de la que hablaremos más adelante.

Con la película “Giovinezza, Giovinezza” (1969) de Franco Rossi consiguió su primera dirección de fotografía en solitario. Cabe mencionar que, Storaro, ha sido uno de los máximos referentes en el uso de las lentes Technovision.

Apocalypse Now y reconocimiento internacional

Storaro ha colaborado con varios directores de renombre entre los que cabe destacar a Bernardo Bertolucci, Francis Ford Coppola, Warren Beaty y el español Carlos Saura.

El éxito de Vitorio Storaro llegó en 1979 de la mano de la película “Apocalypse Now”, dirigida por el italo-americano Francis Ford Coppola, con la que Storaro logró su primer premio Oscar. Esta película bélica está considerada una de las más espectaculares de la historia, en gran parte por la fotografía realizada por Storaro.

Apocalypse Now (1979) de Francis Ford Coppola

 

Curiosamente, Storaro no quiso dirigir la fotografía del film la primera vez que Coppola se lo propuso. Veía más conveniente que lo hiciera el director de fotografía habitual del director, Gordon Willis. Pero esta vez, Francis Ford Coppola no admitiría un no por respuesta. Ya le había propuesto a Storaro encargarse de la fotografía de la secuela de “El Padrino” y su respuesta fue la misma: deberían fichar a Willis. Finalmente, aceptó la dirección de fotografía de “Apocalypse Now” después de que Coppola aceptara todas sus condiciones. Storaro debía operar las cámaras, trabajaría con sus técnicos habituales y las películas serían reveladas en el laboratorio Technicolor de Roma. El resto es historia del cine.

Otros premios y colaboración con el cine español

Después del éxito de “Apocalypse Now” logró dos estatuillas más. La siguiente llegó con “Reds” (1981), un film dirigido por Warren Beatty que se centra en la vida de John Reed, famoso periodista y fundador del Partido Comunista en los EEUU. Se hizo con su último Oscar gracias a “El último emperador” (1987) película en la que trabajó junto a Bernardo Bertolucci. Junto al director italiano, también consiguió un BAFTA en 1990 por la película “El cielo protector”.

“Reds” (1981) de Warren Beatty

 

La colaboración entre Vittorio Storaro y el director español Carlos Saura merece una mención aparte. Posiblemente en las cintas de Saura sea donde mejor se puede observar la técnica empleada por Storaro, su tratamiento del color y la delicadeza con la que trata todos sus planos. Saura siempre ha dado total libertad creativa y artística al director de fotografía italiano. De esta estrecha colaboración surgen películas como “Flamenco”, “Tango, no me dejes nunca” y “Goya en Burdeos”. Con esta última, Storaro ganó el Goya a Mejor Fotografía en el año 2000.

Flamenco, flamenco (2010) de Carlos Saura

 

Técnicas empleadas y curiosidades de Vittorio Storaro

El fotógrafo italiano es un gran conocedor de “La teoría de los colores” elaborada en 1810 por Johann Wolfgang von Goethe. Esta teoría hace hincapié en el efecto psicológico que tienen los colores y la manera en que estos influyen en la percepción de las emociones.

Para Storaro existen dos problemas en los directores y directoras de fotografía actuales: no tienen un estilo propio y se limitan a usar la luz natural para sus planos. Evita este segundo problema utilizando una gran cantidad de focos y palios colocados estratégicamente para dar una mayor sensación de luz natural, aunque realmente se trata de luz artificial.

Para Storaro es fundamental utilizar una paleta fuerte de colores fácilmente reconocible según la película que se filme. En ocasiones, utiliza colores complementarios en el mismo plano, lo que da lugar a una paleta de colores dinámica y saturada. Otra de las técnicas más utilizadas por Storaro es el uso de bruma o niebla para intensificar los efectos de la luz.

Pequeño Buda (1993) de Bernardo Bertolucci

 

Junto a su hijo Fabrizio Storaro creó Univisium, un sistema cuya idea principal es unificar todas las producciones sin importar de qué tipo sean o donde hayan sido filmadas. Este sistema se basa en la relación de aspecto 2:1 para conseguir su objetivo principal. En la actualidad, Vittorio Storaro está centrado en su tarea como escritor, plasmando en papel sus ideas sobre el color y su propia filosofía cinematográfica.

Sin duda, nos encontramos frente a uno de los mejores directores de fotografía de la historia y un maestro del tratamiento del color.

 

Javier Agurresatobe AEC

Javier Agurresatobe AEC

 

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¿Quién es Javier Aguirresarobe?

Para la mayoría de cineastas y cinematógrafos, Hollywood es la meca del cine, la cúspide de la pirámide. El lugar con el que soñaron la primera vez que se les pasó por la cabeza hacer cine, el glamour, el reconocimiento y el éxito. El protagonista de nuestro blog, decidió tras lograr el reconocimiento en nuestro país, mudarse a la ciudad de Los Ángeles para intentar ganarse el respeto del panorama internacional. Junto a nosotros descubrirás la figura de Javier Aguirresarobe, uno de los directores de fotografía más reconocidos fuera de nuestras fronteras.

Inicios de Javier Aguirresarobe y conquista del panorama vasco

Javier Aguirresarobe nació en Eibar, Guipúzcoa, el 10 de octubre de 1948. De pequeño, su hermano le recomendó estudiar óptica, y eso hizo. Tras diplomarse, decidió iniciar otros estudios. En esta ocasión se decantó por el periodismo. Más tarde ingresó en la Escuela Oficial de Cine de Madrid, donde se especializó en cámara e iluminación. Aquí coincidió con figuras tan importantes del cine como Imanol Uribe, Ángel Luis Fernández o Julio Madurga.

Tras graduarse en 1972, trabajó como auxiliar de cámara en “Hay que matar a B” (1973) de José Luís Borau. Su primer trabajo como director de fotografía fuera de la Escuela Oficial de Cine de Madrid fue en “Rumores de furia» (1973), cortometraje de Anton Merikaetxebarria. Mientras tanto, el DF guipuzcoano trabajaba en un laboratorio fotográfico y en la revista “Fotografía Profesional», escribiendo sobre técnicas de fotografía. Ya siendo jefe del laboratorio en el que trabajaba, decidió dejarlo todo y mudarse a San Sebastián para dedicarse a su verdadera pasión, el cine.

Javier Aguirresarobe (1985)

 

Ya en San Sebastián, Fernando Colomo, un antiguo compañero de la Escuela de Cine, le propuso participar en el que sería su primer largo, “Que hace una chica como tú en un sitio como este” (1978). En esta primera etapa, colaboró estrechamente con Imanol Uribe en películas como “El proceso de Burgos” (1979), “La fuga de Segovia” (1981) y “La muerta de Mikel” (1983). También trabajó junto a Montxo Armendáriz en la película “27 horas (1986).  En 1988 fue nominado por primera vez al Premio Goya a Mejor Fotografía por “El bosque animado” (1987) de José Luis Cuerda.

Primeros reconocimientos

En la década de los noventa colaboró con varios directores y directoras nacionales. De esta etapa cabe destacar su colaboración con Pilar Miró. Con “Beltenebros” (1991) consiguió su primer Premio Goya a Mejor Fotografía. De esta colaboración también nació, “El perro del hortelano” (1996), película por la cual Aguirresarobe se hizo con el Goya a Mejor Fotografía por tercera ocasión durante la edición de 1997. El segundo lo había logrado, el año anterior con “Antartda” (1995), dirigida por Manuel Huerga.

Javier Aguirresarobe durante la 6ª Edición de los Premios Goya (1992)

 

Durante los años 2000, tras haber conquistado el cine vasco, realizaría dos películas que otorgarían a Javier Aguirresarobe el reconocimiento internacional. El primero de estos films fue “Los otros (2001), dirigido por Alejandro Amenábar. Se trató de una producción hispano-estadounidense, con Nicole Kidman en el papel protagonista. Esta película supuso el cuarto Premio Goya para el cinematógrafo. Durante esta etapa también dirigió la fotografía de “Hable con ella” (2002), primera y única colaboración del armero y Pedro Almodóvar. Con “Soldados de Salamina” (2003) de David Trueba consiguió el quinto Premio Goya de su carrera. Finalmente, con “Mar adentro” (2004) de Alejandro Amenábar y protagonizada por Javier Bardem, Belén Rueda y Lola Dueñas, logró hacerse con su sexto y último Goya.

Colaboraciones internacionales y salto definitivo a Hollywood

Entre el 2006 y el 2009 colaboró con varios cineastas de renombre internacional. Nacen películas como “Los fantasmas de Goya” (2006) de Miloš Forman, “The City of your Final Destination” (2007) de James Ivory o “Vicky, Cristina, Barcelona” (2008) de Woody Allen. Aunque, la película más exitosa de esta etapa fue “La carretera” (2009) de John Hillcoat y protagonizada por Viggo Mortensen. Gracias a este film, ganó el premio a Mejor Fotografía de la Asociación de Críticos Cinematográficos de San Diego.

Fotograma de «The Road» (2009)

 

La consolidación del director de fotografía vasco en Estados Unidos llega de la mano de “La saga Crepúsculo: Luna Nueva” (2009) de Chris Weitz, la segunda parte de la saga vampírica más exitosa de los últimos años. Más adelante, Javier Aguirresarobe se incorporó al rodaje de la tercera parte, “La saga Crepúsculo: Eclipse” (2010) dirigida por David Slade.

Años más tarde, se encargó de la fotografía de “Memorias de un zombie adolescente” (2013) de Jonathan Levine, del remake de “Poltergest” (2013) dirigido por Gil Kenan y de “Pesadllas” (2015) de Rob Letterman, basada en la exitosa saga de libros de terror adolescente escrita por R. L. Stine.

Posteriormente, trabajó como director de fotografía en diferentes proyectos, llegando incluso a trabajar en el Universo Cinematográfico Marvel junto al director neozelandés Taika Waititi en “Thor: Ragnarok” (2017)

Además de los seis Premios Goya que ha logrado a lo largo de su carrera, ya mencionados anteriormente, el DF vasco cuenta con más galardones. Ha ganado 4 Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos a Mejor Fotografía. Fue nominado a un BAFTA a Mejor Fotografía por, la ya mencionada, “La carretera”.

Taika Waititi y Javier Aguirresarobe durante el rodaje de «Thor: Ragnarok» (2017)

 

Técnicas y estilo de Javier Aguirresarobe

Ya en la escuela trabajaba la luz que le pedían, la de los estudios. En sus proyectos ha tratado de crear atmósferas propias a un espacio, a un color, a la naturalidad, a las historias que quería contar. Siempre mostrando la fisionomía de cada actor, la mirada, lo esencial. Es considerado un maestro de las luces y las sombras, aunque se maneja mejor en el espacio que hay entre ambas. Su forma de jugar con la realidad es especial, ya que extrae toda la fuerza dramática del contraste entre la luz y la oscuridad.

Jesús Angulo, Carlos F. Heredero y José Luis Rebordinos recogen en su libro “En el umbral de la oscuridad: Javier Aguirresarobe” las principales características de su fotografía. Aun siendo lógica la luz empleada, esta no pretende ser natural, sino que ayuda a crear el clima adecuado a la historia. De esta idea surge una luz impresionista, ya que juega con la creación de ambientes para transmitir un determinado estado de ánimo en el espectador.

La luz, el sol, el color. Siempre da la sensación de que Javier Aguirresarobe tiende, de manera refleja, a defenderse de ellos. Lo primero que debe venirle a la cabeza es cómo manipularlos. Ese instinto que le lleva a bajar la luz hace que trabaje generalmente con diafragmas muy bajos, muy abiertos. Si se pretende crear una iluminación creíble, lo primero que ha de fijarse es cuál ha de ser la fuente de luz que proporcione esa credibilidad. Aguirresarobe busca esa fuente de luz, no para serle fiel, sino para destruirla y, posteriormente, recrearla de la manera más conveniente.

Roger Deakins ASC, BSC, CBE, y los secretos detrás de filmar con belleza

Roger Deakins en el set de «Empire Of Light» (Parisa Taghizadeh/Searchlight Pictures via AP)

 

AP (Associated Press)
19 Dic, 2022

El director de fotografía y director británico, ganador de dos Oscar, reflexiona sobre su mirada del cine, sus películas favoritas y porqué las películas de hoy son casi todas iguales

La primera fotografía que tomó Roger Deakins, en 1969 en Bournemouth (Inglaterra), muestra a un hombre y una mujer almorzando tranquilamente en un banco frente a un aseo de señoras. Un cartel dice: “Guárdatelo para ti”.

Deakins ha tomado innumerables imágenes desde aquella primera instantánea. Ha fotografiado 1984, FargoKundun y El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford. Ha rodado No es país para viejosEl hombre que no estaba allí y Skyfall. Ha sido nominado a 15 Oscar y ha ganado dos: “Blade Runner 2049 (2017) y “1917” (2019).

Ha sido nombrado caballero. Pero si tuviera la oportunidad, haría aquella primera foto en blanco y negro exactamente igual.

“Ahora haría la misma fotografía con la misma situación, el mismo encuadre y el mismo objetivo”, dice Deakins riendo entre dientes. “No creo que mi ojo haya cambiado mucho en absoluto”. Roger Deakins ASC, BSC, CBE

Deakins recibe el Oscar por «1917» en 2020, in Los Angeles (AP Photo/Chris Pizzello)

 

Durante décadas, el ojo de Deakins ha sido uno de los más agudos del cine. No es fácil determinar qué hace que la fotografía de una película sea obra de Deakins y, sin embargo, es obvio. Hay algo en la perfección con la que se conectan las imágenes. Una perspectiva a veces irónica. “Intento encontrar un poco de humor”, dijo en una entrevista reciente desde las afueras de Londres.

La última película de Deakins es El imperio de la luz, de Sam Mendes, protagonizada por Olivia Colman y Michael Ward como trabajadores de un cine costero del sur de Inglaterra en los años ochenta. La película, actualmente en los cines, devuelve a Deakins al entorno costero que conoció cuando crecía en el condado inglés de Devon y que le influyó profundamente como director de fotografía y fotógrafo ocasional. Deakins publicó recientemente algunas de sus primeras fotos en la impresionante colección Byways.

Deakins y su esposa y colaboradora, James Deakins, también mantienen uno de los podcasts más esenciales sobre la realización cinematográfica. En cada episodio de “Team Deakins”, entrevistan a artesanos, ofreciendo una ventana a los entresijos del arte cinematográfico.

Olivia Colman y Micheal Ward, en una escena de «Empire of Light.» (Searchlight Pictures via AP)

 

Deakins, un maestro ampliamente venerado, ha construido su propio imperio de luz. En un reciente día de otoño, Deakins, de 73 años, reflexionó sobre su vida en el mundo de la imagen, su preocupación por el futuro del cine y por qué Byways y el podcast no deben interpretarse como un nuevo impulso retrógrado.

“Cuando la gente se te acerca y se deshace en elogios por tu carrera y demás, hay momentos en los que piensas: ‘Supongo que he hecho mucho’”, dice Deakins. “Pero en realidad no pienso en ello. Simplemente vas de proyecto en proyecto, de año en año, y ves cómo van las cosas. Así es como vivo mi vida, en realidad”. Roger Deakins ASC, BSC, CBE

AP: La cinematografía es un arte difícil de definir que a veces se compara con la pintura o se describe como una gramática. Para usted, la cinematografía es…

Roger Deakins: Una interpretación visual de una historia. En realidad, ayudar al director en la interpretación visual de una historia. El cine es un proceso de colaboración. ¿Dónde acaba la dirección y empieza la fotografía? ¿Dónde empieza y acaba el diseño de producción? Vestuario, vestuario, interpretación. Las líneas cambian en función de la combinación de personajes que intervienen. Es lo que siempre ha sido tan interesante de hacer películas. Incluso puede cambiar de un proyecto a otro con las mismas personas.

AP: ¿Es la naturaleza solitaria de la fotografía fija parte de su atractivo?

RD: Francamente, sí. Trabajar en películas como director de fotografía me resulta muy estresante. Y no es menos estresante cuanta más experiencia adquiero, lo cual es extraño, la verdad. Cada vez me parece más relajante pasear con una cámara fija, porque no tengo más presión que la mía propia, supongo.

Deakins trabajó con Martis Scorsese, los hermanos Coen, Sam Mendes y Denis Villeneuve, entre otros (Parisa Taghizadeh/Searchlight Pictures via AP)

 

AP: Cuando sale a rodar, ¿hace muchas fotos?

RD: El otro día estuve cinco horas paseando por la costa y sólo hice una foto. (Risas) Lo cual está bien. Está muy bien hacer una foto. No, no hago muchas. Disfruto de la experiencia de mirar a mi alrededor y caminar. En cierto modo, la cámara es una excusa para hacerlo.

AP: Hay imágenes en “Byways” que no distan mucho de algunas de las escenas costeras de “Empire of Light”.

RD: Bueno, sí. Crecí en Torquay y tenemos una casa en Devon. He vivido en la costa toda mi vida. Vivimos principalmente en Los Ángeles, pero en Santa Mónica, así que estamos a sólo unas manzanas de la playa. No creo que pudiera vivir lejos del océano. Me resulta difícil rodar en Nuevo México o algo así durante cuatro meses. ¿Dónde está el mar? Me gusta esa sensación de más allá, supongo.

AP: ¿Es cierto que estudió meteorología?

RD: Sí, de niño. Cuando fui a la universidad de arte, en el primer año tenías que hacer alguna otra disciplina además de arte. Hice algunos cursos de meteorología. Principalmente meteorología porque de niño pasaba mucho tiempo pescando. De hecho, hoy he estado pescando en mi barca. Por supuesto, eso depende mucho de la meteorología. Todo está relacionado.

AP: Seguro que ha pasado muchas horas en producciones cinematográficas esperando a que cambiara el tiempo. ¿Tiene buen olfato para ello?

RD: Sí, lo hago bastante bien. Sobre todo aquí, en Dedham, porque he vivido aquí casi toda mi vida. Hoy en día, basta con conectarse a los gráficos de presión de superficie de Met Office. Si puedes leerlos, sabes lo que viene. Es increíble. Nunca tuve de esos cuando era adolescente e iba a pescar. Teníamos que usar si las algas estaban húmedas o secas. Mi abuela solía colgar algas en la parte trasera de la casa. Cuando estaba mojada, iba a llover.

Roger Deakins y esposa James Deakins, en 2020 (REUTERS/Eric Gaillard)

 

AP: Los directores deben acudir a menudo a usted para preguntarle cuándo va a salir el sol.

RD: Sí, esa es una de las grandes presiones en un plató, sobre todo cuando se ruedan muchos exteriores. En 1917, por ejemplo, fue una gran presión porque no queríamos rodar nada al sol. Sam me decía: “No es tu responsabilidad, Rog. No puedes controlar el clima”. Yo decía: “Pero sí, todo el mundo me mira”.

AP: Ha dicho que le hubiera gustado hacer una película con John Huston (“El halcón maltés”, “Cayo Largo”). ¿Hay algún estilo de hacer cine que ya no exista y del que le hubiera gustado formar parte?

RD: Veo que el cine se mueve en una dirección en la que todo tiene que ser muy naturalista y suavemente iluminado. Antes me encantaba el cine negro y la cinematografía en blanco y negro, especialmente gente como James Wong Howe u Ossie Morris, su uso de la luz. Creo que eso ha cambiado. No hay esa estilización y creo que hay un lugar para ello. Por supuesto, hay un lugar para el naturalismo total. Y debería hablar porque hago bastante naturalismo. Pero creo que estamos perdiendo toda esa gama de formas de crear un mundo a través del cine.

AP: ”Empire of Light” parece participar en un diálogo sobre el lugar cambiante del cine en la cultura. ¿Alguna vez ha temido por el futuro de este medio?

RD: Sí, desde hace tiempo. Cuando era adolescente y empecé a ver películas, mis héroes eran Jean-Pierre Melville, Andrei Tarkovsky y Peter Watkins. Eran personas que contaban historias de formas diferentes. No eran narraciones lineales. No eran una serie de cabezas parlantes. Especialmente con Tarkovsky, sus películas tienen una estructura que es una especie de poesía visual. Pero es más que poesía, porque son imágenes, sonidos y un montón de cosas. No puedo hablar de ello, pero me deja emocionalmente agotado ver Stalker. No puedes poner el dedo en la llaga, y eso, para mí, es cine de verdad. (Michelangelo) Antonioni podía hacerlo y (Luchino) Visconti también. Ahora no veo mucho de eso. Veo muchas cabezas parlantes y una narrativa lineal que, francamente, me aburre soberanamente.

Escena de «Empire of Light (Searchlight Pictures via AP)

 

AP: ¿Hace tiempo que piensa así?

RD: He tenido mucha suerte. Algunas de las películas que he hecho, como El asesinato de Jesse James con Andrew Dominik o Kundun con Martin Scorsese. Hay algo en esas películas que es algo más que una historia. Intentan hacer algo que es puro cine. Yo no veo tanto de eso. Algunas de las películas que se hacen son estupendas. Pero no veo esa variedad.

AP: ¿Por qué cree que se ha producido ese cambio?

RD: No lo sé. También está el tipo de películas de acción. Se está convirtiendo en una visión muy estrecha. No lo sé. Quizá porque es fácil. Garantiza que van a ganar dinero con ese tipo de películas. Pero ahora no veo que los productores y los estudios se arriesguen tanto. Para mí, el mejor año del cine fue 1969. Tuviste El ejército de las sombras. Tuviste The Wild Bunch. Tuviste Z. Quiero decir, fue un número increíble de películas que un año, y usted piensa que el equivalente no ha sucedido desde entonces. Y todas eran tan diferentes. Una de las películas de (Sergio) Leone también se estrenó ese año. La diferencia de enfoque estilístico en el mismo género no se ve ahora. Para Leone, el cine es como la ópera o algo así. No debería funcionar, pero lo hace. Es tan exagerado que es absolutamente impresionante. Veo El bueno, el malo y el feo o Érase una vez en el Oeste con bastante frecuencia porque son conmovedoras.

AP: Su padre tenía un negocio de construcción. ¿Qué le pareció que se dedicara al cine?

RD: Durante mucho tiempo, pensó que acabaría volviendo a la empresa y haciéndome cargo de ella. No fue hasta muchos, muchos años después, cuando una vez vino a Los Ángeles. Coincidió que era el estreno de Kundun. Fue entonces cuando dijo: “Ahora entiendo realmente por qué lo haces”.

 

Darius Khondji AFC, ASC

Darius Khondji AFC, ASC

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¿Quién es Darius Khondji?

Darius Khondji es un director de fotografía capaz de adaptar imágenes a casi cualquier forma para imitar el estilo de cualquier director con el que trabaje, al tiempo que mezcla sutilmente algo de su propia cosecha. Su extremo control visual y su destreza técnica le han convertido en uno de los directores de fotografía contemporáneos más solicitados y experimentados de la actualidad.

El director de fotografía Darius Khondji durante uno de sus rodajes

 

Irán, Francia, Nueva York..

Darius Khondji nació en Irán, para después mudarse a Francia con su familia. Su amor por el cine comenzó a una edad temprana, cuando cogía el tren desde los suburbios hasta el centro de París para ir a ver películas de terror. A los 12 años, y tras ahorrar varios meses, se compró una cámara de 8 mm y empezó a hacer cortometrajes. Al terminar la escuela viajó a Nueva York. Allí estudió cine en la NYU. Volvió a París y empezó a trabajar como ayudante de cámara y luego en el departamento de iluminación de vídeos musicales y anuncios. Su gran oportunidad llegó cuando fotografió “Delicatessen” (1991) y fue nominado a distintos premios cinematográficos.

¿Cómo trabaja Darius Khondji?

“Cuando empiezo un proyecto, el aspecto de la película suele permanecer oculto para mí, algo así como un animal escondido en las sombras que va a salir en algún momento, que va a mostrar parte de su cara o de su cuerpo cuando emerja de la sombra. Ese es el aspecto de la película, el estado de ánimo y el alma de la película». Darius Khondji AFC, ASC.

Darius Khondji es conocido por su capacidad para trasladar a la pantalla la visión del director. Para ello, intenta desbloquear visualmente la película antes de empezar la producción. El director de fotografía denomina a este momento «el Big Bang». Esto no suele surgir de la lectura del guión, sino de las conversaciones con el director.

«El big bang también puede venir de algo que me dice el director, aunque sólo sea una palabra o una frase. En “Seven”, vino cuando hablé con David Fincher por teléfono sobre el guión y me dijo: «Tiene que dar miedo». Darius Khondji AFC, ASC.

El actor Brad Pitt junto a Darius Khondji en el rodaje de “Seven” de David Fincher (1995)

Imágenes de “Seven” de David Fincher (1995)

 

Para ello, consiguió un negativo oscuro, subexpuesto y contrastado. Subexpuso la película dos puntos mediante un proceso de desviación de la decoloración e iluminando los fotogramas. Gracias a esto, en los interiores la luz siempre procedía del exterior. Dando lugar a espacios lúgubres y oscuros. Aunque ha colaborado regularmente con algunos directores, es conocido por ser un director de fotografía abierto a trabajar con una gran variedad de cineastas en una amplia gama de historias y géneros.

  • Por ejemplo, con el director Wong Kar-Wai utilizó algunas de las claves visuales que había establecido su director de fotografía habitual: Christopher Doyle. El uso de reflejos, el rodaje a través del primer plano, la impresión por pasos y el aumento de la iluminación saturada y de neón.
  • Cuando trabajó con los hermanos Safdie, adoptó el estilo que ya habían creado en proyectos anteriores con el director de fotografía Price Williams. Por ejemplo, el uso de la cámara en mano, el rodaje con objetivos largos y la iluminación RGB con película de 35 mm 500T.

A pesar de su flexibilidad para imitar ciertas líneas estilísticas que los directores han establecido en sus trabajos anteriores, no es un imitador y siempre inyecta toques de su propio estilo, como la creación de un negativo oscuro con movimientos de dolly controlados y cinematográficos. Parte de esta capacidad para transmitir con precisión la visión del director se debe a su preferencia por mantener un aspecto visual coherente durante toda la producción, sea cual sea. Es esta mezcla de flexibilidad junto con su propia inventiva lo que le ha hecho uno de los directores de fotografía más demandados en la actualidad.

Equipo utilizado por Darius Khondji

Fotograma de la película “Okja” de Bong Joon Ho (2017)

 

El hecho de poder ofrecer diferentes looks para distintas películas implica que el equipo que utiliza Khondji cambia constantemente. Aunque sigue siendo un entusiasta del cine y lo considera el medio más bello, en ocasiones ha rodado en digital, como en “Okja” (2017). Para esta película Netflix le exigió que utilizara una cámara 4K. En digital utiliza exclusivamente cámaras Arri Alexa, siendo su favorita la Alexa 65. Al rodar en 35 mm ha utilizado varias cámaras, como la Panaflex Platinum, la Arricam ST o la Aaton 35 III.

«Cuando disparas en la oscuridad, simplemente aprietas el sensor y sigue siendo precioso. No tiene nada de la dureza con poca luz de otras cámaras. Al rodar con la Alexa 65, la trato casi como una película. La expongo como una película». Darius Khondji AFC, ASC.

Del mismo modo, los objetivos que elige también varían de un proyecto a otro. Algunos de ellos son los Cooke S4, los Panavision Primos, los Zeiss Master Primes, los anamórficos Panavision serie C y los Panavision Primo serie 70 para gran formato. Por lo general, opta por Primes en lugar de Zooms, utilizando una amplia gama de distancias focales.

Para el rodaje de la película” Diamantes en bruto” (2019), tuvo que desviarse de sus propias preferencias para crear el estilo característico de los hermanos Safdie, que incluía contar grandes partes de la película mediante primeros planos. Esto le sacó de su zona de confort, cosa que el DF agradece.

Fotograma de “Diamantes en bruto” de Ben Safdie, Joshua Safdie (2019)

 

¿Cómo es su manera de iluminar?

Para escenas nocturnas o interiores, le gusta crear pequeños focos de luz contrastada que complementen las grandes zonas de sombra. Para enfatizar un momento importante de una escena, le gusta iluminar de forma que un actor salga de las sombras y choque con un pequeño charco de luz. Khondji mezcla temperaturas de color cálidas y frías y prefiere combinar la luz natural con la artificial.

En “Seven” (1995) utilizó linternas chinas de tungsteno, más cálidas, y tubos fluorescentes Kino Flo, más fríos. Para él, la luz más cálida representaba el pasado y el presente, mientras que los Kino Flo, más fríos, representaban el futuro.

Para la película “Amor” (2012), que requería una iluminación suave y realista, se instalaron luces espaciales en un apartamento para crear un ambiente natural que pudiera regularse rápidamente.

Fotograma de la película “Amor” de Michael Haneke (2012)

 

Darius Khondji se adapta a los cambios tecnológicos y ahora le gusta utilizar los Arri Skypanels LED. Lo hace debido a su capacidad de atenuarse y cambiar de temperatura con facilidad.

A la hora de seleccionar películas, se suele decantar por las Kodak. Ha utilizado varias películas Eastman EXR para luz diurna y tungsteno, como las variantes 50D y 100T. Más recientemente ha utilizado las modernas películas Kodak Vision. En el pasado, en ocasiones ha seleccionado las Fuji Eterna por su color más vivo, intenso y saturado.

“El sabor de la noche” de Wong Kar Wai (2007)

 

Hablar de Darius Khondji es hablar de un director de fotografía tradicional, ya que su principal trabajo es traducir la visión del director a la pantalla. Aunque hay ciertas características que permanecen constantes en su trabajo, son pequeñas. Además, tienen una importancia secundaria a la hora de encontrar el estilo fotográfico correcto para cada película. Para conseguir una gama de estilos fotográficos como la suya se necesitan muchos conocimientos técnicos, años de experiencia y un don intuitivo para encontrar eso que él llama “Big Bang” en cada una de sus películas.

“Medianoche en Paris” de Woody Allen (2011)

 

James Friend ASC BSC, DF de «Sin novedad en el frente» de Edward Berger (2022)

James Friend: Oscar 2023 a Mejor Fotografía de “Sin novedad en el frente” (2022),

 

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Jorge de la Cueva, Ceo System Grip y Tecnico Especialsta

de Cámaras y Lentes

 

Durante la 95ª edición de los Premios Oscar, celebrada en el Dolby Theatre de Los Ángeles descubrimos a James Friend, el cinematógrafo que fue declarado como Mejor Director de Fotografía, por “Sin novedad en el frente” (2022), una película bélica basada en los conflictos que tuvieron lugar en Europa durante la Primera Guerra Mundial.

El director Edward Berger junto al DF James Friend

 

Este director de fotografía de origen británico comenzó su carrera a los 16 años como técnico de iluminación. Fue estudiante de ingeniería eléctrica y tras acabar la secundaria, continuó su formación académica en la Escuela de Cine de Londres. Para seguir posteriormente con varios cursos de cámara en el NFTS (National Film and Television School).

Asesorado por Paul Wheeler y Phil Meheux , y conocido por su participación en las producciones de Edward Berger, ha colaborado en otros proyectos como “Patrick Melrose (2018) o “Your Honor” (2020). Además, próximamente podremos ver también su participación en “The Acolyte” (2023).

95ª Edición Premios Oscar

Tras haber arrasado previamente en los BAFTA (British Academy of Film and Televisión Arts), fue reconocido como Mejor Director de Fotografía en los Oscars. En el evento, James Friend se impuso a Mandy Walker, DF de “Elvis” (2022). La primera mujer en ganar el ASC y quién estuvo nominada en otros importantes premios británicos, BAFTA y BSC (British Society of Cinematographers).

Pletórico y lleno de felicidad subió al escenario a recoger la estatuilla, tras haber sido presentado por Salma Hayek y Antonio Banderas. «No es mi cumpleaños, pero me siento como si lo fuera, es todo un honor. Gracias a la Academia y a todo mi equipo, que hicieron esto posible y me hacen ver mejor de lo que soy», expresó el británico tras recibir el galardón. Friend aprovechó el momento también para hacer especial mención a sus compañeros de nominación.

Fotogramas de la película «Sin novedad en el frente» (2022)

 

Su objetivo fue representar la desesperanza del personaje principal en la situación que debía afrontar. Tras comentarlo con el director Edward Berger, contaba que querían que el proyecto pareciese más bien un documental en vivo durante las batallas.“Queríamos demostrar lo que siente un verdadero soldado, por medio de Paul (el protagonista de toda la historia) en medio de todo el conflicto”.

Cámaras utilizadas por James Friend

En una entrevista concedida a Arri Rental, el británico también contaba que en un ambiente de trabajo tan complicado (condiciones difíciles como frío extremo, lodazales o teniendo que mover el equipo entre decenas de “cadáveres”), es esencial hacer uso de las mejores tecnologías para mantener la atención del espectador. La película combinaría entonces operaciones manuales y fijas, pues tanto el movimiento de la cámara como mantenerla estática puede distraer al público. Así, al mismo tiempo se determinarían los aspectos más importantes y apropiados tanto para las distintas escenas, como para los personajes.

Durante el rodaje, James Friend usó hasta cuatro tipos de cámara diferentes. Entre ellas, una Alexa 65, para escenas rodadas en campos de batalla y una Alexa Mini LF, para seguir a Paul entre las trincheras.

Entre los motivos por los que se decantó por estas opciones encontramos el guión. Y es que, tras echarle un vistazo, Friend llegó a la conclusión de que un formato mucho más extenso les permitiría de una forma mucho más sencilla transmitir las vivencias del personaje y mostrar su punto de vista de una forma más inmersiva: “Propuse ambos modelos de cámara al director y los puse a prueba en ARRI Rental. Yo ya estaba familiarizado entonces con el sensor ALEXA, así que fue un gran paso y una preocupación menos para comenzar”. Con esta ventaja ya sabían de antemano que todo iba a ser igual y que los colores seguirían funcionando bien.

Set de rodaje de «Sin novedad en el frente» (2022)

 

Lentes utilizadas en «Sin novedad en el frente»

La selección de elementos en su conjunto les permitió grabar escenas donde en caso de no tener suficiente espacio físico, les proporcionaría al mismo tiempo una mayor calidad en cuanto a la composición de la imagen.

“Utilizamos lentes Prime DNA entre los formatos de 65 mm y LF. Funcionaron correctamente y pude tenerlas en cuenta en todo momento, independientemente de si nos encontrábamos en los estudios o en otras localizaciones. Además, respondían muy bien a la imagen que me daban directamente, sin necesidad de tener que realizar ningún tipo de ajuste”

James Friend explicó que en las últimas tomas del rodaje hicieron un pequeño cambio. Utilizó lentes Prime 65 S, para capturar la primavera y el verano. Esto, les permitió adoptar una sensación de mayor optimismo. Se adaptaba mucho mejor a una de las escenas rodadas, protagonizada por cinco niños a punto de ser enviados a la guerra.

Variaciones durante el rodaje

El DF afirma que por problemas de logística se vieron obligados a dejar de usar la Technocrane. Esta era la única herramienta que les permitía obtener tomas a distancia y con bastante altura. Y aunque confiesa que ‘no hubiera sido su primera opción’, el uso de las lentes de 18.5 mm les ayudó a cubrir esa baja y terminó dando buenos resultados: y es que, no solo eran rápidas, sino que también consiguieron con ellas imágenes dignas de admirar. “No me gusta decir que fue ‘un golpe de suerte’, pero realmente no teníamos otra alternativa”

En cuanto al uso del Hexatron, les sirvió para poder cumplir la planificación de la producción y les dio facilidad para moverse de un punto a otro sin dificultades (a diferencia del Technocrane, cuyo peso y medidas complicaba su movimiento y requería de mucha fuerza humana, especialmente en zonas como los lodazales).

En conjunto, el poder creativo y el nivel técnico que el uso tanto del Hexatron como de la Alexa 65 en la producción, ha sido impactante. El propio James Friend afirmó que «la película no hubiera alcanzado el nivel cinematográfico que tiene, sin la ayuda de estos elementos».

 

Chung Chung-Hoon, DF

Chung Chung-Hoon

 

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Jose Luis Bernal, DF de Hierro

 

¿Quién es Chung Chung-Hoon?

Desde hace unos años, las producciones coreanas están de moda en occidente. Puede que el éxito internacional de la oscarizada «Parasitos» (2019) o de la serie «El juego del calamar» (2021) sean, en parte, culpables de ello. En este blog conocerás a uno de los directores de fotografía más importantes de Corea del Sur, os presentamos a Chung Chung-Hoon.

El trabajo de este DF coreano no se rige por una estética en concreto. Su fotografía es flexible y se equilibra de forma diferente en cada proyecto. Su éxito comenzó tras colaborar con el director Park Chan-Wook. Se desenvuelve a la perfección entre el suspense y el terror, aunque ha trabajado en producciones con estilos totalmente diferentes. ¿Nos acompañas a conocer un poco más sobre él?

Inicios y colaboración con Park Chan-Wook 

Chung Chung-Hoon nació en Seúl, Corea del Sur, el 15 de julio de 1970. Sus primeros pasos en el mundo del cine no fueron detrás de las cámaras. Con tan solo cinco años, fue elegido para el papel protagonista de un espectáculo que se convirtió en un gran éxito en su país natal. Su carrera interpretativa se alargó hasta que cumplió 20 años. Entonces, empezó a estudiar en la Universidad Dongguk de Seúl, donde dirigió varios cortometrajes. En estos primeros proyectos también hacía las veces de director de fotografía.

Aunque a los 25 años ya ejercía de DF, su carrera despegó después de que el editor de Park Chan-Wook propusiera su nombre para rodar la que sería su siguiente película: «Olboy» (2003). Park Chan-Wook era, y sigue siendo, uno de los directores de cine coreano más reconocidos internacionalmente.

Fotogramas de la película «Oldboy» (2003)

 

Chung Chung-Hoon era un gran fan de su anterior película «Sympathy for Mr. Vengeance» (2002). Su primera reacción tras recibir la llamada fue colgar el teléfono, pensaba que alguien le estaba tomando el pelo. Una hora más tarde recibió una llamada del propio Park y consiguió el trabajo sin que el director coreano hubiera visto ninguno de sus proyectos anteriores.

Oldboy fue todo un éxito, llegando incluso a obtener el Gran Premio del Jurado del Festival de Cine de Cannes. Esto hizo que su fama como director de fotografía creciese en Corea y en el resto del mundo. Así comenzó su fructífera colaboración con el director Park Chan-Wook.

Chung Chung-Hoon ha sido el encargado de dirigir la fotografía de varios proyectos del director coreano: «Sympathy for Lady Vengeance» (2005), «Soy un ciborg» (2006), «Thirst» (2009) o «La doncella» (2016).

Pero no todas las películas en las que ha trabajado nuestro protagonista han sido dirigidas por Park Chan-Wook. El coreano ha dirigido la fotografía de «Yo, el y Raquel» (2015)  y «La guerra de las corrientes» (2017) dirigidas por el mexicano Alfonso Gomez-Rejon o «It» (2017) un remake del payaso más terrorífico del cine dirigido por Andy Muschietti.

También ha sido el encargado de fotografiar «Hotel Artemis» (2018) de Drew Pearce, «Zombieland: mata y remata» (2018) la segunda parte de esta cómica historia de zombies dirigida por Ruben Fleischer o «La musica del terremoto» (2019) protagonizada por Alicia Vikander y dirigida por Wash Westmoreland.

Más recientemente, ha sido el director de fotografía de «Ultima noche en el Soho» (2021) de Edgar Wright, «Uncharted» (2022) de Ruben Fleischer y «Obi-Wan Kenobi» (2022) una de las series más vistas del año, protagonizada por Ewan McGregor.

Fotograma de la serie «Obi-Wan Kenobi» (2022)

 

Filosofía de trabajo y técnicas utilizadas por Chung Chung-Hoon

«Desde mi punto de vista como director de fotografía, la creación no consiste en obsesionarse con hacer cosas nuevas que nadie haya creado antes, sino en combinar cosas que encajen en la película con el equilibrio adecuado» – Chung Chung-Hoon

Para conseguir ese «equilibrio adecuado» no usa el mismo estilo en todos sus proyectos. Lo consigue teniendo una profunda apreciación y comprensión de la historia. Gracias a su trabajo de actor, esto le resulta mucho más fácil.

«La razón por la que sigo mencionando el drama de una obra es porque sólo comprendiendo a los personajes y lo que viven puedo proporcionar y captar todo el movimiento que quiero y necesito captar. Creo que sí entiendo a los personajes puedo construir con precisión escenas relevantes y simpáticas dentro de cualquier género” – Chung Chung-Hoon

Después de analizar y comprender la historia y los personajes, empieza a elaborar el guión gráfico de la película. Probablemente un 40% de los planos del storyboard cambien, aunque los utiliza como base para empezar a rodar.

Prefiere rodar con una sola cámara siempre que sea posible, ya que es más rápido de iluminar y significa que nunca habrá luces que puedan tener que moverse debido a la colocación de una segunda cámara o se tengan que sacrificar ángulos. Esto no significa que no haya utilizado más de una cámara en alguna ocasión, sobre todo para facilitar la captación de las interpretaciones y acelerar la producción.

Fotogramas película «It» (2017)

 

Su forma de mover la cámara, la paleta de colores o la distancia focal varía en función de la historia y el director.

Algunos elementos comunes en toda su filmografía: 

  • Muchas de sus películas están fotografiadas en una relación de aspecto de 2,35.
  • Suele utilizar un contraluz duro con un relleno suave. Por ejemplo, en “It”(2017), se utilizaron lámparas de tungsteno Vari-Lite VL1000 instaladas en el techo para proporcionar luz de fondo desde cualquier ángulo. Se rellenó el espacio instalando encima del plató, 17 Kino Flo Image 85. Los Kino Flos estaban equipados con cajas de huevos para que la luz de arriba no se derramara demasiado sobre las paredes. Esto crea sombras más profundas y un mayor contraste
  • Ilumina a los personajes a contraluz con luces más duras y las rellena con algo suave y difuso para mantener el detalle en las sombras.
  • A veces, su iluminación es más naturalista y otras es un poco más exagerada dependiendo de lo que sea mejor para la historia. En su opinión, mantener un aspecto bastante natural y real es una buena manera de hacer que las películas de terror den más miedo, al parecer más reales.
  • Usa una mezcla de luz verde apagada y de tungsteno, cuando busca dar una sensación ligeramente enfermiza de malestar.
  • Suele utilizar humo atmosférico para dar forma a la luz.

Cámaras y objetivos utilizados por Chung Chung-Hoon:

  • En sus primeros proyectos utilizaba películas de 35 mm.
  • Tras la revolución digital, utiliza casi exclusivamente cámaras Arri. Como la 435 o la Arricam ST, para el analógico. Para digital, suele usar la Alexa XT o la Alexa Mini.
  • Cuando utilizaba películas, se decantaba por objetivos más nítidos como los Zeiss Ultra Prime o los Zeiss Master Prime.
  • Ahora que rueda en digital, prefiere objetivos un poco más suaves o con características vintage, como los Hawk V-Lite Vintage 74 o los anamórficos Panavision G-Series.
  • Utiliza zooms Angenieux Optimo en la mayoría de las películas, normalmente el 24-290 mm.
  • Al trabajar con Alexa, utiliza un monitor de color preciso y un control de iris remoto en la cámara. Gracias a esto, puede ajustar la exposición a los niveles que desee y de forma inalámbrica.
  • Trabaja con una LUT Rec 709 que puede ser ajustada en directo por su DIT en función de sus comentarios. Gracias a esto, consigue el contraste adecuado en el plató. Además, suele dejar el color general de la gradación en manos del director y sus preferencias.
  • No suele usar steadicam. Prefiere utilizar una plataforma móvil y rieles para realizar movimientos de cámara con mayor estabilidad y control.

Chung Chung-Hoon durante el rodaje de «Última noche en el Soho»

 

La habilidad de ser camaleónico

Si hablamos de Chung Chung-Hoon, estamos hablando de uno de los directores de fotografía más camaleónicos del momento. Cuya mayor habilidad es saber leer el tono cinematográfico correcto para la historia y los personajes, adaptando sus opciones técnicas para conseguir ese “equilibrio adecuado” que tanto le gusta.

Unas veces es maníaco y estilizado, otras natural y real. Incluso puede ser oscuro y malhumorado. En conclusión, el coreano es capaz de separarse de cualquier estética y crear un lenguaje cinematográfico, que siempre es adecuado para la historia que está contando.

 

Conrad L. Hall, ASC

 Conrad L. Hall (1926-2003)

 

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Luis Ángel Pérez, Director de Fotografía

 

¿QUIÉN ES CONRAD HALL?

Hablar de Conrad Hall es hablar de uno de los más reconocidos directores de fotografía de la historia. A lo largo de su carrera estuvo nominado en diez ocasiones a los Premios Oscar, ganando tres de ellos. La última de ellas le fue otorgada de manera póstuma. Su fotografía se caracteriza por paletas de colores neutros, usos inventivos de la luz dura, reflejos y encuadres centrados en los personajes. Todo esto da lugar a un estilo cinematográfico al que él mismo denominó naturalismo mágico. Premios Oscar: Butch Cassydy y Sundance Kid (1969), Belleza Americana (1999), y Camino a la perdición (póstuma, 2002).

DE LA POLINESIA FRANCESA A CALIFORNIA

Conrad Hall nació en 1926 en la Polinesia Francesa. Durante su adolescencia estudió en California. Tras graduarse, decidió iniciar estudios de periodismo en la University of Southern California. Pero al poco tiempo, decidió cambiar completamente de aires. Se matriculó en un programa de estudios cinematográficos. Allí empezó a aprender los fundamentos de la cinematografía.

En esa época, para trabajar en un equipo de cámara en Hollywood había que ser miembro del International Photographers Guild. Nuestro protagonista no formaba parte de esta asociación, lo que le imposibilitaba trabajar.

Para evitar esta situación, Conrad Hall y algunos de sus compañeros de clase crearon una productora independiente y produjeron una película llamada «Runing Target» (1956). Hall se encargó de dirigir la fotografía de la msma. Esto le sirvió para ingresar en el gremio. Aunque debido a las normas no se le permitió figurar como director de fotografía en la película, sino como asesor visual.

Poco a poco fue ascendiendo puestos. Pasó de ayudante de cámara a operador de cámara, hasta que finalmente tuvo la oportunidad de dirigir la fotografía del largometraje «Morituri» (1965).

Conrad Hall junto al director Sam Mendes durante el rodaje de #Belleza Americana (1999)

 

FILOSOFÍA DE TRABAJO

Para el director de fotografía lo más importante era la historia y esto se ve reflejado en su filosofía de trabajo y en toda su filmografía.

Para él, la historia era siempre el punto de partida para tomar sus decisiones fotográficas y el objetivo final al que apuntaba. Aunque el aspecto de su fotografía varió dependiendo del proyecto y del director, mantuvo algunos conceptos filosóficos a lo largo de su carrera.

«Nunca he sido alguien que consiga que una película tenga un aspecto absolutamente perfecto. Las mías siempre tienen algún tipo de defecto. Y en cierto modo no me importa, porque no se trata de la perfección, sino de la sensación general». Conrad Hall ASC

Su luz no siempre era perfectamente suave, ni tenía la forma perfecta. Tampoco había una relación de contraste perfecta entre luces y sombras. Sus encuadres no eran siempre perfectamente simétricos. Pero, al no aspirar siempre a una imagen perfecta, la mayoría de sus películas transmiten una sensación de naturalismo. A menudo incorporaba también interesantes florituras. Usaba reflejos, sombras muy interesantes y texturas atmosféricas como el humo o la lluvia.

Y eso es lo que conocemos como naturalismo mágico. Fotografiar las cosas tal y como son, incorporando al mismo tiempo toques estilísticos que realzan la atmósfera de la historia.

«Soy uno de esos tipos que no hacen muchos aumentos. Pero que sabe tomar el accidente y convertirlo en algo maravilloso, mágico. Yo busco eso. Me encanta. Me alimento de ello. No invento cosas. Se inventan solas y entonces me fijo en ellas y el uso de forma espectacular». Conrad Hall ASC

El director de fotografía era todo un maestro de la observación de esos momentos mágicos involuntarios. Además, sabía usar a la perfección las herramientas que tenía a su alcance para resaltarlos. El reflejo de un preso en las gafas de sol de un guardia de prisiones, las siniestras sombras en movimiento de un árbol o la mirada de un asesino a través de una ventana durante una tormenta dando la sensación de estar llorando. Esos pequeños momentos que él denominaba accidentes felices, combinados con un aspecto en gran medida naturalista, elevaban la historia de una manera mágica.

Fotograma de la película “La leyenda del indomable” (1967)

 

Debido a la larga duración de su carrera, empezó fotografiando películas en blanco y negro, pero pasó a utilizar el color en cuanto se convirtió en algo común. Una característica común en la mayoría de sus películas es el uso de una paleta de colores terrosos y neutros. Gran parte de sus películas utilizan marrones, verdes, blancos y grises. Sus sombras suelen ser de un negro puro y fuerte. El color rara vez suele ser muy saturado o vivo.

Esto era una ventaja cuando se usaba un color fuerte. Por ejemplo, en «American Beauty» (1999) el uso del color rojo destaca por encima del resto de tonos neutros que poseé la película.

LA IMPORTANCIA DE LA LUZ PARA CONRAD HALL

Ese interés por los momentos mágicos también se veía reflejado en su manera de iluminar las escenas. Prefería rodar de día, con luz natural, pero en ocasiones era necesario realizar trabajos de iluminación.

Fotograma de la película “Camino a la perdición” (2002)

 

Durante los preparativos del rodaje de «Camino a la perdicion»  (2002) consiguió que un equipo montase una serie de andamios en el estudio. Se instalaron 30 fresnels de 10K y 60 de 5K, todos ellos conectados a reguladores de intensidad. Se utilizaron para iluminar el exterior de los decorados, actuando de manera similar a la luz solar.

Gran parte de la luz que utilizaba era dura y no difusa. Esto daba lugar a fuertes líneas de sombra. A menudo creaba formas rompiendo la luz con texturas interesantes o utilizaba partes del decorado para dar forma a distintas sombras proyectadas.

Cuando iluminaba interiores, también utilizaba lo que él llamaba tono de habitación. Esto lo conseguía haciendo rebotar equipos más pequeños en el techo, para proporcionar una suave luz ambiental. De esta manera lograba una iluminación general natural. Una vez conseguido el tono de habitación se dedicaba a iluminar a los personajes. A menudo lo hacía desde el lateral o por detrás con una fuente de luz dura. Utilizaba esa misma luz de fondo para resaltar elementos como el humo o la lluvia.

Conrad Hall rodando con Panavision

 

¿QUÉ EQUIPO UTILIZABA?

A la hora de elegir objetivos, le gustaba utilizar una amplia gama de distancias focales de 27mm a 150 mm. Utilizaba objetivos gran angular para las tomas amplias y distancias focales más largas para los primeros planos. Esto daba lugar a fondos desenfocados.

Sin embargo, a veces utilizaba objetivos largos, como el zoom 50-500 mm de Panavision, de forma creativa en tomas amplias para aumentar la sensación de olas de calor con distorsión y representar a los personajes de forma más tenue, pero amenazadora. Le gustaba utilizar una profundidad de campo escasa, normalmente fijando la apertura de sus objetivos entre T1.9 y T2.5. Esto otorgaba al plano una dimensión emocional extra, convirtiéndose en una experiencia única.

Conrad Hall utilizaba, casi siempre, cámaras y objetivos Panavision. Rodó en película de 35 mm. Utilizó la Panavision Platinum en más de una ocasión. Por su aspecto, fiabilidad y amplia gama de distancias focales prefería utilizar objetivos Panavision Primo.

Para conseguir el color que le gustaba, utilizaba películas Kodak de tungsteno de grano fino para interiores y exteriores. Por ejemplo, utilizó la más moderna Kodak Vision 200T para sus últimos trabajos y la Eastman EXR 100T para los más antiguos.

Para la película «Butch Cassydy y Sundance Kid» (1969) buscó un color más apagado, tratando de alejarse del típico azul del cielo utilizado en los westerns. Para lograrlo, sobreexpuso radicalmente la película y luego hizo que el laboratorio compensara la sobreexposición en la copia. El color se difuminó aún más y el azul adquirió un tono más suave y claro.

Fotograma de Butch Cassydy y Sundance Kid (1969)

 

Conrad Hall contaba historias sencillas y naturales. Pero, las hacía grandes gracias a los momentos mágicos que sabía captar a la perfección. Las historias que cuenta pueden entenderse prácticamente sin sonido. Su amor por el cine, su capacidad de observación y su habilidad para traducir historias utilizando cualquier suceso que se produzca de forma natural le han convertido en uno de los más grandes y reconocidos directores de fotografía de la historia.

 

Linus Sandgren, ASC, FSF filma 007 “Sin tiempo para morir” de Cary Joji Fukunaga (2021).

Pistola Infrarroja: Sin tiempo para morir

 

AMERICAN CINEMATOGRAPHER
Fotografía de la unidad por Nicola Dove, SMPSP. Imágenes adicionales de Jack Mealing, cortesía de Danjaq, LLC Y MGM.
29 de setiembre del 2021 – Marcos Dillon

 

Nota del editor: este artículo se publicó originalmente en la edición de abril de 2020 de AC y se vuelve a presentar aquí para coincidir con el estreno en cines de la película, que se pospuso debido a la pandemia de Covid-19.

En Sin tiempo para morir, James Bond, el agente 007 (Daniel Craig), está tomando el sol. Después de los eventos representados en Spectre  (fotografiado por Hoyle van Hoytema, ASC, FSF, NSC), el superespía se retiró de la inteligencia británica y se instaló en Jamaica para recuperarse. Parece un epílogo idílico para una carrera marcada por la violencia y la tragedia, pero otro capítulo comienza cuando un amigo de la CIA, Félix Leiter (Jeffrey Wright), lo visita y lo recluta para rescatar a un científico secuestrado. Los peligros inesperados aumentan a medida que la misión lleva a Bond a un misterioso villano (Rami Malek) armado con nueva y peligrosa tecnología.

Este gran espectáculo número 25 de Bond fue dirigido por Cary Joji Fukunaga, el primer director estadounidense de la serie, y filmado por el director de fotografía ganador del Oscar Linus Sandgren, ASC, FSF. Fukunaga contactó a Sandgren poco después de abordar el proyecto. “Había visto algunas de las películas de Linus, pero fue su trabajo visceral en First Man lo que me hizo pensar que sería perfecto para Bond”, dice Fukunaga. «Me gustó cómo logró una mezcla de cinematografía altamente técnica y enfoques de iluminación simples pero elegantes para exteriores e interiores nocturnos».

Este artículo de portada se publicó originalmente en AC en abril de 2020.

 

“En esa primera conversación con Cary, me di cuenta de que tenemos una actitud similar hacia el cine”, dice Sandgren, hablando con AC desde EFilm en Hollywood, donde está etalonando No Time to Die con el colorista digital supervisor Matt Wallach. “Viendo el trabajo de Cary, de [características] Sin NombreBeasts of No Nation y Jane Eyre to [TV series] True Detective and Maniac, ves a un cineasta confiado que no le teme a nada. Lleva los proyectos tan lejos como le es posible, y eso me encanta. Quería que Bond 25 fuera un viaje cinematográfico épico, tanto aventurero como emotivo, que hiciera que el público cerrara los ojos con miedo, riera y llorara. Para mí, eso es exactamente lo que debería ser una película de Bond. Y basándome en los proyectos anteriores de Cary, sentí que iba a llegar hasta el final y [llevar la franquicia] en una dirección emocionante».

Sandgren fue invitado a Londres, donde se reunió con Fukunaga y los productores Michael G. Wilson y Barbara Broccoli, quienes le dieron la bienvenida al proyecto. “Estaba muy emocionado por la oportunidad”, dice el director de fotografía. “Bond definitivamente fue un desafío diferente de mis otros proyectos. Las películas de Bond me inspiraron cuando era adolescente para hacer cortos en Super 8 y eventualmente convertirme en director de fotografía”.

El director Cary Joji Fukunaga (izquierda) y el director de fotografía Linus Sandgren, ASC, FSF hablan sobre una escena.

 

Si bien las películas recientes de Bond podrían caracterizarse como sombrías y descarnadas, Sandgren señala que apreciaba el deseo de Fukunaga de dirigir No Time to Die hacia una narración cruda e íntima, siendo «fiel al corazón del género Bond». El equipo finalmente incorporaría el tipo de gran escapada global, o «aventura romántica clásica», dice el director de fotografía, como se ve en los capítulos anteriores de la franquicia mientras cuenta una historia humana. “Nos encantan las viejas películas de Bond, y todos trabajamos en esa línea, pero esto también iba a ser, como enfatizó Cary, una historia emotiva, que nos dio una amplia gama de sentimientos humanos con los que trabajar.

Tenemos mucha acción muy física y realista, pero no es cínica, es emocionante. La historia también está llena de humor. Para mí, la cinematografía de una película es como la música de una película; está ahí para expresar un sentimiento e, idealmente, debería poder comprender las emociones solo a partir de las imágenes.

Las fotografías fijas y los moodboards fueron una forma principal en que Fukunaga, Sandgren, el gaffer David Sinfield y el diseñador de producción Mark Tidesley compartieron ideas. “Trabajamos para crear una gran variedad en la iluminación y los colores de las escenas para crear una paleta lo más rica posible”, dice Sandgren. “Siempre trato de encontrar inspiración metafórica para la iluminación de los diversos temas de la historia o de los propios personajes”.

Sandgren alinea una cámara Imax mientras filma en Noruega.

 

Pero Fukunaga también buscó la consistencia. “Las preguntas más importantes giraban en torno a cómo dar a cada una de las locaciones expansivas de la película una apariencia única y al mismo tiempo hacer que pareciera la misma película”, dice Fukunaga. “Se trataba de encontrar ese equilibrio”. Los cineastas ciertamente querían enfatizar el contraste entre la calidez de Jamaica e Italia, y la sensación fría y casi monocromática de Noruega y de interiores institucionales como la cámara donde el exjefe de Spectre Ernst Stavro Blofeld (Christoph Waltz) habla con Bond.

La producción fue capturada en una combinación de negativos de película de 35 mm y 65 mm. Los cineastas querían transiciones suaves entre los dos calibres, por lo que se diseñaron secuencias completas para un formato u otro, sin intercalación. La secuencia extendida previa a los créditos (filmada en Noruega), en la que Safin persigue a las víctimas en un lago congelado, se proyectará en Imax en cines que estén equipados para ello, y luego la primera escena que sigue a los créditos es panorámica anamórfica. Otras secuencias de Imax incluyen una persecución de autos en la antigua Matera, Italia, y una escena de acción en Cuba que involucra a Bond y Nomi (Lashana Lynch), una compañera agente doble 0 con habilidades de élite, que prometió darle una oportunidad al súper espía.

El líder terrorista Lyutsifer Safin (Rami Malek) cruza un lago congelado.

 

La producción se rodó principalmente en Kodak Vision3 500T 5219, aunque también se emplearon Vision 3 250D 5207 y 50D 5203, esta última específicamente para exteriores diurnos capturados en 35 mm. El equipo disparó 1.007 rollos de 35 mm y más de 1,7 millones de pies de 35 mm y 65 mm en total.

La mayor parte de la imagen se capturó en 35 mm anamórficos, que Sandgren considera “el formato Bond clásico”, con Panaflex Millenniun XL2 de Panavision. Sin embargo, las secuencias de acción escénicas se capturaron en gran formato. “La proyección de 65 mm con cinco perforaciones y 15 perforaciones luce espectacular”, dice Fukunaga, recordando las pruebas iniciales de gran formato de los cineastas. “Algunas de las imágenes simplemente saltaron de la pantalla”. Los cineastas utilizaron cámaras IMAX MSM 9802 y Mark IV para estas escenas, con unidades System 65 empleadas para diálogos íntimos porque, dice Sandgren, «las cámaras Imax son un poco demasiado ruidosas». Cuando las unidades System 65 no estuvieron disponibles hacia el final de la producción, los cineastas recurrieron a la Arriflex 765 de 65 mm, que la segunda unidad de la producción usaba con mayor frecuencia para los diálogos dentro de las secuencias Imax.

Sandgren (derecha) y el agarre clave David Appleby alinean una toma Imax de 65 mm en Matera, Italia.

 

Al filmar Imax, el equipo de cámaras encuadró tanto en 1,43:1 como en 1,9:1, debido a las diferencias en los sistemas de proyección de los lugares Imax. Five-perf generalmente estaba en mosaico para 1.43: 1, según Sandgren. “Enmarcar para 1.43 mientras proteges para 2:40 no es tan desafiante como podrías pensar”, señala Sandgren. “Puede ser mucho trabajo asegurarse de que los escenarios estén cubiertos en todos los formatos, pero con respecto a la composición, la relación de aspecto 2:40:1 en el centro de la imagen seguirá siendo el lugar donde tus ojos estén mirando cuando la película esté lista. proyectado en Imax. La parte superior e inferior adicional del marco Imax es realmente la periferia; se usa para la atmósfera y para [más] sumergir a la audiencia en la película.

“La historia requería que usáramos cámaras Imax en condiciones muy desafiantes”, agrega, “incluidas temperaturas bajo cero, en el aire, en cables, bajo el agua y en acrobacias de vehículos de acción pesada, y las cámaras realmente funcionaron [más allá] de nuestras expectativas. .” Imax suministró los lentes Hasselblad para sus cámaras, y Dan Sasaki, vicepresidente senior de ingeniería óptica de Panavision y miembro asociado de ASC, desarrolló lentes Panavision de enfoque cercano de alta velocidad personalizados con una montura Imax para 15 perforaciones en 40 mm (T2.6 ), distancias focales de 50 mm (T2), 80 mm (T1.9) y 300 mm (T4), así como un zoom de 460-1430 mm (T8). Los objetivos Imax Hasselblad eran de 40 mm (T4), 50 mm (T2.8), 60 mm (T3.5), 80 mm (T2), 110 mm (T2), 150 mm (T2.8) y 350 mm (T4). Los lentes Panavision Sphero 65 se combinaron con el Panaflex System 65.

El operador de cámara Jason Ewart encuadra la Panaflex mientras Sandgren observa la escena.

 

Después de muchas pruebas, Sandgren eligió los primos anamorficos de la serie G de Panavision para Panaflex Millennium XL2: una estrategia inspirada en ET el extraterrestre (Allen Daviau ASC). “Estaba buscando recrear los destellos de lente de círculo rojo que Allen consiguió en esas hermosas lentes esféricas antiguas”, dice Sandgren. “Quería un lente que fuera un caballo de batalla pero que también tuviera hermosos destellos que no fueran demasiado dramáticos. He usado sobre todo la Serie C, que me encanta y que tiene mucha actitud, y los Primo Anamorphic Primes, que eran casi perfectos para nosotros, pero demasiado pesados. Quería lentes con un aspecto nítido que fueran livianos y rápidos, con interesantes características impresionistas.

Dan Sasaki nos ayudó a experimentar para encontrar el aspecto ET modificando la Serie T con filtros IR incorporados y varios revestimientos, que parecían bastante interesantes pero que aún no eran exactamente lo que estaba buscando”. Sandgren incluso contactó a Steven Shaw, ASC, ET ‘s 1st AC, quien recordó haber disparado con una lente esférica Panavision sin recubrimiento. Fue el 1. AC Jorge Sánchez quien sugirió usar la Serie G. “Hicimos algunas pruebas y ¡guau, cómo se desempeñaron!” dice Sandgren. “Son rápidos y agudos, y aprendí a amarlos más que a los C. Son hermosos y gentiles, pero con destellos vivos y suaves”.

Bond (Daniel Craig) es reclutado para ayudar a rescatar a un científico secuestrado.

 

Por su parte, Fukunaga dice: “Me encantan los anamórficos de Panavision. Tenía más experiencia con las series C y E, así que estaba interesado en ver cómo funcionaba la serie G en la variedad de escenarios oscuros y claros que teníamos”. Las distancias focales de referencia fueron de 80 mm para las cámaras Imax, 50 mm para el System 65 y 40 mm para la XL2. Refiriéndose a esto último, Sandgren señala: “Una lente de 40 mm es probablemente más fiel a la realidad cuando se trata de cómo cae la profundidad en el espacio. Cuando fotografío esféricos de 35 mm, a menudo encuentro que un 40 mm es demasiado ajustado para ver el ancho de un conjunto, pero con anamórfico, se adapta a eso y también te permite moverte para un primer plano”.

También filmó interiores en T2.8 en ambos formatos de cámara, deteniéndose en T5.6 o T8 para exteriores de día. “La Serie G funciona muy bien en T2.8, mientras que otros lentes anamórficos podrían no hacerlo”, observa Sandgren. “Me gusta cuando las luces prácticas, como los letreros de neón, los faros de los automóviles y los tubos fluorescentes, se exponen de forma natural, y creo que T2.8 proporciona la exposición más adecuada en 5219”.

Sandgren trabajó con Tildesley y Sinfield para integrar luces prácticas representativas de los respectivos lugares. “Linus y Dave hacían ‘audiciones’ de diferentes combinaciones de temperatura de color y me las mostraban”, dice Fukunaga. “A partir de ahí, empezamos a encontrar una paleta hacia la que gravitábamos constantemente. Era como si la película en sí dictara el color, y Linus y yo solo estuviéramos enfocándonos en él a medida que avanzábamos”.

Nomi (Lashana Lynch) es la agente doble 0 más nueva de la franquicia.

Tener escenas en Jamaica y Cuba, donde Bond se cruza con Nomi, requería diferenciar visualmente las islas vecinas. Sandgren explica: “Jamaica es romántica en la película: la casa de retiro de Bond está sobre el agua, situada junto a una ciudad rural exótica. Santiago de Cuba, por su parte, es una ciudad antigua llena de historia que no ha cambiado mucho en 50 años. ”

La producción filmó escenas ambientadas en ambos lugares de Jamaica, con Port Antonio en la parroquia de Portland en lugar de partes de Cuba. Además, Tildesley, quien exploró este último, encabezó la construcción de una calle de Santiago de Cuba en el backlot de Pinewood Studios para la secuencia nocturna de Imax en la que Nomi, en una misión, provoca una explosión que ilumina los edificios neoclásicos.

“En Cuba, a menudo ves luces de neón y fluorescentes fuertes en algunos de los bares”, señala Tildesley. Sandgren trabajó en estrecha colaboración con el departamento de arte de Tildesley y con la decoradora de escenarios Véronique Melery para descubrir fuentes prácticas apropiadas con combinaciones de colores interesantes para cada escena. El director de fotografía recuerda: «De hecho, nosotros mismos fabricamos muchas luces prácticas que se integraron creativamente en los escenarios, por ejemplo, una pared brillante y accesorios de aspecto fluorescente que podrían funcionar bajo el agua».

La configuración de iluminación para el set de Cuba, construido en un lote negro en Pinewood.

La secuencia de Cuba requirió que el operador de cámara A/Steadicam Jason Ewart y el operador de cámara B/Steadicam, Ossie McLean, manejaran las cámaras Imax. 

 

“Esas cámaras son mucho más pesadas y bastante incómodas de operar”, dice Ewart. “No fueron diseñados para secuencias de acción. Hicimos bastantes juegos portátiles con ellos, lo cual fue un desafío, por decir lo menos. Me costó mucho acostumbrarme a su tamaño y peso, y era físicamente exigente seguir estas escenas de lucha y acción de ritmo rápido”.

Bond se reúne con el agente de la CIA Felix Leiter (Jeffrey Wright)

Sandgren (centro), el director de arte en el set Arwel Evans (izquierda) y el gaffer David Sinfield discuten una configuración.

 

Los movimientos de cámara requerían diversos grados de planificación, dice Fukunaga. “Algunos movimientos se pensaron con anticipación”, agrega, “sin duda para las escenas de acción y las escenas que necesitaban una previa, pero en su mayor parte, los actores, Linus y yo [mapeábamos] las posiciones de la cámara una vez que se había realizado el bloqueo. establecer.»

“A veces, una toma manual sencilla e íntima era mucho mejor que una toma dramática con una grúa”, agrega Sandgren. “¡El rango en esta película es tan amplio como puede ser!” Un tiro de grúa notable aparece en una escena en la que Bond, que se presenta en una fiesta de Spectre en un salón de baile oscuro, se revela por un foco que está rodeado de figuras hostiles. La primera parte de la escena se cubrió en Steadicam y Dolly mientras Bond se mueve, y luego una configuración de ángulo alto reveló el mar de oposición que enfrenta.

Un foco nítido brilla sobre Bond en una fiesta clandestina de Spectre.

 

Sandgren describe el tono deseado de esta secuencia como «amenaza siniestra y paranoia claustrofóbica, un poco en el espíritu de Hitchcock». La iluminación refleja ese estado de ánimo con focos de 2.5K HMI Ivanhoe que iluminan los rostros de Bond y la agente de la CIA Paloma (Ana de Armas), lo que se suma al drama. El equipo usó Fresnels 5K atenuados al 40 por ciento, motivados por las prácticas de tungsteno de la sala, junto con una serie de Arri SkyPanels: S60 en cajas de luz montadas en motores eléctricos desde el techo, S360 con Chimeras y S60 rebotando en muselina blanqueada en el piso para proporcionar relleno.

“Mi equipo de iluminación fue vestido por el departamento de vestuario [de Suttirat Anne Larlarb] para operar los focos en la cámara”, recuerda Sinfield. “Tuvimos muchas señales para la iluminación interactiva de nuestras diversas fuentes construidas por el operador de escritorio Adam Baker con la consola GrandMA2, y las controlé a través de iPad o iPod Touch”. Esta operación manual le permitió responder orgánicamente a la acción en lugar de depender de tiempos preestablecidos.

La agente de la CIA Paloma (Ana de Armas) persigue a la acción fuera del salón de baile y hacia la calle.

El equipo de efectos especiales agregó un efecto atmosférico que figura en la historia. “Funcionó muy bien con nuestro concepto de iluminación”, dice el encargado. “Linus y yo trabajamos juntos y agregamos nuevas ideas a cada escena. Colaborar con él es un viaje interminable; sus ideas te hacen pensar rápidamente, pero son fantásticas y está abierto a tus aportes”.

“David Sinfield es un gaffer brillante, lleno de ideas creativas, siempre positivo y excepcionalmente preparado y competente”, dice Sandgren. “Dirige un equipo increíble, [y] en un momento durante la producción, tenía más de 1,000 SkyPanels instalados en cajas de luz superiores, ocho SoftSuns de 100K y un SoftSun de 200K instalados en diferentes escenarios de sonido en Pinewood”.

Bond busca respuestas de su archienemigo Blofeld (Christoph Waltz).

 

La unidad principal generalmente manejaba una cámara, pero las escenas de diálogo sentado estaban cubiertas por dos. (La cámara B inicialmente fue operada por Oliver Loncraine, pero cuando se fue para trabajar como director de fotografía en otro proyecto, Ossie McLean intervino). «A Cary le gusta contar la historia de manera eficiente, con la menor cantidad de cortes posible», señala Sandgren. “Además, a los dos nos encanta una cámara curiosa. A menudo trabajamos en bloques donde la cámara es casi su propio personaje, observando la intimidad de los personajes mientras explora el alcance de los decorados. Eso podría incluir un giro de 360 ​​grados, por lo que principalmente filmamos con el estilo de una sola cámara, con la segunda cámara saltando a la siguiente configuración”. Sin embargo, en las secuencias de acción intensa, el equipo utilizó hasta cinco cámaras.

La segunda unidad de la producción, dirigida por el director y director de fotografía Alexander Witt, ASC, ACC, era tan grande como la unidad principal y la logística les impedía ocupar el mismo lugar al mismo tiempo. En el caso de la persecución automovilística de Matera, el equipo de Witt viajó primero a Italia para filmar las acrobacias de vehículos más amplias, incluido el metraje del helicóptero, antes de que la primera unidad viniera a filmar la mayoría de las escenas, incluidas las acrobacias de vehículos con Craig y Léa Seydoux (interpretando Madeleine Swann).

Bond toma el volante del icónico Aston Martin DB5.

 

Todos los autos de acrobacias en la película fueron construidos o modificados por el supervisor de vehículos de acción y efectos especiales  Chris Corbould  y su equipo. “Construyeron ocho DB5 de acrobacias con jaulas antivuelco”, dice Sandgren. “Las carrocerías fueron fabricadas a medida por Aston Martin en fibra de carbono, y el chasis había sido equipado con puntos de recogida fijos para sujetar equipos de cámara. Gracias al equipo de Corbould ya la mente innovadora de mi asistente principal, David Appleby, pudimos montar rápidamente las pesadas cámaras Imax en cualquier lugar del automóvil. También teníamos plataformas personalizadas en motocicletas que podían manejar cámaras Imax colocadas en la parte delantera y trasera”.

En la secuencia, Bond conduce el Aston Martin DB5 armado presentado en la entrega de 1964, Goldfinger. Mientras Bond y Swann son perseguidos por las estrechas calles por una motocicleta y un sedán enemigos, 007 acusa a Swann de traicionarlo. Craig condujo tanto como estaba decidido a ser seguro; de lo contrario, el equipo de especialistas tenía un conductor en una cápsula encima del automóvil que dirigía el vehículo.

“Daniel es un muy buen conductor y puede hacer acrobacias por su cuenta”, dice Olivier Schneider, coordinador supervisor de acrobacias. “Pasó tiempo con [el coordinador de dobles] Lee Morrison ensayando partes de la persecución. Tuvo que manejar la presencia de la cámara mientras se concentraba en sus líneas y su actuación, así como en la seguridad. Fue mucha presión”.

Algunos interiores de automóviles más ajustados a lo largo de la película se filmaron en Pinewood en un escenario LED proporcionado por Creative Technology Group. “Establecimos un mundo virtual en Pinewood”, dice Sandgren, “donde construimos un cilindro fijo de 3⁄4 de pantallas LED Black Pearl de CT Group, con un tamaño de píxel de 2,8 mm. El diámetro del cilindro era de 30 pies y había una pantalla móvil que cubría la parte superior. Este fue el mismo tipo de concepto que usamos en First Man”.

El automóvil estaba rodeado de pantallas que proyectaban imágenes de fondo en movimiento que habían sido tomadas en el lugar por un vehículo equipado con ocho cámaras digitales que capturaban varios ángulos desde el punto de vista de Bond. “De esa manera, el auto estaba cubierto con luces y reflejos realistas, y simplemente añadíamos algo de ambiente con SkyPanels y la luz del sol de un Mole Richardson 5K PAR en una grúa Hydrascope [Chapman/Leonard]”, dice Sandgren.

Un momento culminante en Matera tiene a Bond agarrando una motocicleta, subiendo por una fachada empinada que sobresale de un muro antiguo y lanzándose al nivel de una calle arriba, donde cae 12 ‘y aterriza mientras una procesión sale de una iglesia cercana. Morrison supervisó el truco cuidadosamente ensayado, que fue realizado por Paul Edmondson y filmado por la segunda unidad en cuatro tomas. Tales escenas se diseñaron durante la preparación, que se extendió desde noviembre de 2018 hasta que comenzaron los 122 días de fotografía principal en marzo siguiente. “Linus siempre compartía ideas contigo para ver qué podías aportar”, dice Schneider. A lo largo de la filmación, Sandgren y Sinfield se comunicaron diariamente con Witt y el gaffer de la segunda unidad, Toby Tyler Jr., para garantizar la coherencia en todo el metraje.

Fukunaga y Sandgren flanquean a Léa Seydoux, quien interpreta a la Dra. Madeleine Swann en la película.

 

Quizás el guiño a mayor escala al pasado histórico de la franquicia es un gigantesco escenario subterráneo. El decorado podría traer a la mente la creación del diseñador de producción Ken Adam de la base de Blofeld dentro de un volcán en Solo se vive dos veces (fotografiado por Freddie Young, BSC) y el colorido atuendo de Spectre en esa película. Tildesley y su equipo construyeron el escenario en el enorme tanque del 007 Stage de Pinewood.

“Tuvimos el libro de Ken Adam: El arte del diseño de produccion, firmemente abierto en nuestro escritorio durante todo el proceso”, dice Tildesley. “Dado que esta es la última película de Daniel en la franquicia y la película número 25 de Bond, pensamos mucho en cómo evocar algunas de las mejores partes de las películas anteriores”.

Para el set subterráneo, Sandgren empleó docenas de barras de luz independientes de 6 pies de altura.

 

Docenas de palos de luz altos parados en el agua sirven a la trama y brindan ambiente en el escenario cavernoso. “Le pedí a mi equipo práctico que encontrara algunos tubos de 4 pulgadas de diámetro entre 6 y 8 pies de alto que pudiéramos usar como barras de luz en el agua para replicar el diseño de Mark Tildesley”, explica Sinfield. “Después de mucha investigación y desarrollo, me decidí por un diseño y a Cary, Linus y Mark les gustó. Terminamos haciendo alrededor de 50 barras de luz independientes de 6 pies de altura llenas de 5 metros de LiteGear LiteRibbon que controlamos desde el escritorio de iluminación a través de DMX inalámbrico. Dieron una increíble cantidad de luz suave que podíamos controlar fácilmente”.

Otra fuente de luz «subterránea» era una pared transparente ubicada en el laboratorio que estaba iluminada por 40 unidades LiteGear LiteTile.

 

Sandgren agrega: “Pensé que el arte conceptual de este set era realmente emocionante y estaba intrigado por tratar de iluminar todo el enorme set con estos light sticks de 50 y tantos. Al final del set también había un laboratorio elevado, que era una fuente de luz brillante, con una pared transparente iluminada por 40 LiteTiles LiteGear de 8 pies por 2 pies [colocados detrás]. En el techo del plató, habíamos hecho un círculo de 20 pies con puertas en funcionamiento que [aparentemente se abrían a la superficie del suelo], y tenía que estar iluminado para que la luz del día se filtrara cuando se abrieran las puertas. Tildesley había diseñado el set al máximo, y apenas cabía en el escenario 007 en Pinewood — dándonos alrededor de 5 pies de espacio para colocar luces sobre el círculo. Colocamos cuatro SoftSuns de 100 000 vatios sobre el círculo que disparamos hacia adentro para que rebotaran en un Ultrabounce. Los SoftSun son totalmente regulables, por lo que aumentamos los 400 000 vatios de luz cuando se abrieron las puertas, creando el efecto de que la luz del día se derramaba en el plató. Filmamos esto en T2.8 en 500T”.

Trabajar en una película de Bond y, en particular, en esta entrada histórica, inspiró a todo el equipo a dar lo mejor de sí. Ese sentido de trabajo en equipo impregnó la producción, y Fukunaga ciertamente lo sintió con Sandgren. “Linus es uno de los colaboradores más comprensivos que podrías encontrar”, dice el director. «Inevitablemente, las limitaciones de tiempo y presupuesto pesan sobre las opciones creativas, y cuando estaba a punto de ceder a un compromiso, Linus se ponía de pie con su sonrisa persuasiva y su enfoque láser en el resultado final y decía: ‘Bueno, podrías hazlo de la manera correcta o podrías hacerlo de la manera incorrecta’”.