“Una película de éxito es aquella que consigue llevar a cabo una idea original” Woody Allen
La idea
Para muchos teóricos y manualistas del guión, entre los que se encuentran Doc Comparato y Simón Feldman, la idea es el punto de partida de una realización audiovisual. Este concepto, creo es el más acertado de todos, ya que la idea representa la génesis de un futuro filme u obra audiovisual y es lo primero que nos viene a la mente cuando empezamos a pensar en lo que deseamos transmitir.
Funciona como un disparador de creatividad que nos anuncia el nacimiento de algo que aún no tiene forma definida, pero que con esfuerzo y trabajo se convertirá, seguramente, en una obra fílmica o televisiva.
Una idea es como el embrión de un huevo de gallina, el cual madura hasta convertirse en pollito. Este proceso de selección natural, es semejante a la tarea que un guionista tiene por delante cuando plasma una idea en un papel, ya que debe seguir los pasos de maduración necesarios para que esa idea crezca y se desarrolle hasta convertirse en un guión y posteriormente en un filme.
El método de James Webb Young
James Webb Young fue un reconocido publicista Estadounidense perteneciente a la firma Walter Thompson, cuya gran particularidad fue la de ser un gran generador de ideas. En la década del 20 junto a Hellen Lansdowne y Stanley Resor convirtieron a la empresa en el prototipo de la agencia de publicidad moderna.
Sus estudios en materia publicitaria incluyen varios libros entre los que se encuentran Ad Agency Compensation (1933) Diary of an Advertising Man (1944), How to become an Advertising Man (1963) y A Technique for Producing Ideas (1940) En este último libro, James Webb young de manera muy didáctica, explica acerca de su método para producir ideas exitosas, el cual creo, puede ser aplicable a la tarea de un guionista en busca de nuevas ideas.
En este libro, Young parte del concepto que: “Una idea no es ni más ni menos que una nueva combinación de elementos viejos” y entiende que el proceso de conseguir buenas ideas es el resultado de un entrenamiento mental previo, que ayude al individuo a ser capaz de encontrar esas relaciones, y así lo deja en claro cuando dice: «El hábito mental de buscar relaciones entre las cosas llega a ser de primordial importancia en la producción de ideas. Ahora bien, este hábito mental puede sin duda alguna cultivarse”
Según James Webb Young, la producción de ideas mentales debe seguir un método tan definido como el método por el cual se producen autos, y comienza dando una serie de cinco pasos a seguir. El primero de esos pasos es la recolección de la materia prima. Esta materia prima debe ser de dos clases diferentes: específicas y generales. Las específicas son aquellas que tienen que ver con el producto (tener en cuenta que Young fue publicista) y las generales, se refieren al conocimiento que el “buscador de ideas”, por así decirlo, tiene acerca de la vida. En definitiva, para el autor, una idea nace de la combinación de conocimientos específicos sobre productos y gentes con conocimientos generales sobre la vida y sus acontecimientos.
Para esta primera etapa, Young sugiere la utilización de fichas en donde guardar la información recopilada. La importancia del uso de este tipo de fichas, radica en dos aspectos, por un lado dar orden al material y, por otro, éste es quizá el punto más importante para el autor, obligar a la persona a no apartarse de la recolección de material al tener que escribir a diario, el fruto de lo recogido.
El segundo paso tiene que ver la digestión mental. Así como al comer, nuestro estómago procesa y reelabora los alimentos, Young propone realizar un proceso similar con el material recopilado. Da el siguiente consejo: “Tomen los diferentes trozos de material que han reunido y pálpenlos por todas partes con los tentáculos de la mente. Tomen un dato, vuélvanlo de uno y otro lado, mírenlo con luces diferentes, y busquen cómo pueden sentir su significado. Pongan dos datos juntos, y traten de ver cómo encajan”
Y luego agrega: “Lo que están buscando es la relación, una síntesis en la que todas las cosas converjan en una combinación genuina y perfecta, como en un puzzle troquelado”
El tercer paso tiene que ver con olvidarse del problema y dejar de trabajar en él por un tiempo. Esta actitud, que parece no ser la mejor opción para alguien que está enfrascado tratando de obtener una idea sustancialmente potable, no tiene otra función que la de hacer que todo lo que hemos estado pensando, pase al plano del subconsciente. Aunque nosotros no nos demos cuenta el subconsciente continúa trabajando de manera interrumpida y todos aquellos datos que hemos ido cargando en nuestro cerebro seguirán siendo procesados por nuestra mente.
Young propone que durante ese período se realice alguna actividad de carácter recreativo como puede ser la lectura de un libro o una salida al cine, para que, de ésta manera, uno se pueda despejar y deje de pensar en todo lo que estuvo haciendo hasta ese momento: “En la primera etapa han recogido su alimento- dice Young. “En la segunda lo han masticado bien. Ahora está en marcha la digestión”
El cuarto paso es simplemente esperar a que la idea aflore. Sin que uno se de cuenta, todo lo que estuvimos pensando y masticando en los días anteriores, ahora está empezando a surgir desde el subconsciente a la mente conciente y es probable que en el momento que menos imaginamos, como un virus que ha permanecido en estado latente, esa idea que tanto buscábamos, aparezca de repente.
“La idea surgirá de cualquier parte”.expresa Young y continúa “Se les ocurrirá cuando menos la esperan: mientras se están bañando, o afeitando, o quizá, más frecuentemente, cuando por las mañanas están todavía medio dormidos”
Para obtener el resultado deseado en el cuarto paso, es necesario haber pasado por las tres etapas anteriores y en especial la tercera, que es en donde el cerebro, como un ordenador que no deja de funcionar, ha relacionado y procesado la información recibida.
“Esta es la forma en que aparecen las ideas” nos dice Young “Después de que uno ha dejado de esforzarse por encontrarlas, y ha cubierto un periodo de descanso y distracción, tras la búsqueda”.
El quinto paso, o etapa final es quizá el que requiere de mayor paciencia. Es en ésta última parte, donde debemos hacer que esa hermosa idea que acabamos ver nacer con beneplácito y orgullo, encaje con la realidad que se nos presenta. Y eso no es tarea fácil. Es aquí donde esa idea debe adaptarse a las condiciones precisas o las exigencias prácticas bajo las cuales tiene que operar. Es esta etapa donde se pierden la mayoría de esas ideas; por lo que el trabajo que realizamos, se vuelve bastante arduo y tedioso. Es experimentar a prueba y error hasta encontrar que esa idea, que tan maravillosamente nos ha aflorado después de tantos días de gozoso sufrimiento, coincida dentro del esquema general pautado. Young, resume perfectamente el concepto cuando expresa: “Frecuentemente, los padres de las ideas, como los inventores, no son lo suficientemente pacientes, o lo suficientemente prácticos, como para perseverar a través de toda esta etapa de adaptación del proceso. Sin embargo, es algo que hay que hacer si se quiere que las ideas funcionen como tales en este mundo nuestro de cada día”
Para lograr el máximo resultado de esa idea, Webb Young propone someterla a las críticas de otras personas. Esto ayudará a que se expandan las posibilidades expresivas que esa idea posee y nos abra un sinfín de nuevas opciones creativas que pueden sernos de gran utilidad.
Hasta aquí un breve resumen del método para desarrollar ideas, elaborado James Webb Young.
Sigue leyendo →