Alguien alguna vez dijo: » Las ideas valen oro» Y es cierto. Cada idea que uno genere, pude costar millones. Sino vean esta anecdota de Graham Greene. Sentado en un bar de mala muerte Greene garabateaba ideas en una servilleta de papel mientras tomaba un café allí muy sucintamente escribio: «Un hombre va al entierro de su mejor amigo y dos días después lo encuentra caminando por las calles» Así sin más, guardo aquel pequeño pedazo de papel arrugado, con la esperanza de que en un futuro esa incipiente idea creciera y tomara forma en algún producton audiovisual. Pasaron lo años y un día el productor y director de cine Carol Reed lo llamo para hacerle una propuesta de trabajo. Reed le dijo palabras más, palabras menos: «Necesito que me escribas un guión para una película, quiero que sea una historia de suspenso y tiene que estar ambientada en la Viena de la pos guerra» Greene, penso unos segundos y acepto la propuesta. Con la consigna en su bolsillo regreso a su apartamento con la intensión de ponerse a encontrar esa idea narrativa para la cual había sido convocado. Nada, por más que pensaba, nada. De pronto se acordó de que tenía guardados varios papelitos con algunas anotaciones, con frases sueltas y alli apareció aquel texto escrito hacia varios años atrás. El resto es historia, esa insignificante idea redactada así nomás en un simple papel de servilleta se convirtió en «El tercer hombre» la maravillosa película que protagonizara el genial Orson Welles junto a Joseph Cotten y dirigiera Carol Reed.
Consejo:
- Si tenes una idea escribila
- Jamás la tires, guardala
- Nunca la descartes
- Pensa que esa idea puede valer millones