El viernes 1 de julio nos reunimos para conmemorar el Día del Historiador
Profesores, estudiantes y egresados compartimos locro y empanadas hechas por el Equipo de cátedra de Prehistoria y Arqueología de nuestra Escuela. Después vino el sorteo de libros
Compartimos estas palabras de Marcelo Guardatti, alumno de nuestra Escuela y algunas fotos
Viernes 01. Me gustan las historias, no la Historia. Me gustan los recuerdos, la nostalgia, la memoria. Amo narrar sucesos de tiempos remotos y lugares fuera de mi alcance. Detalles que parecen legendarios, anécdotas que humanizan al dios más perfecto. Enloquezco con la larga cadena de nombres que forjaron mitos. Me pierdo en todas las generaciones que buscaron dejar su marca. Ríos de sangre, anónimos sudores, océanos de vacío aún por explorar. Páginas y páginas escritas en todos los idiomas inventados, con lenguas muertas o bien vivas, pintadas con plumín, calcadas con una cuña, tipeadas por una imprenta. Sólo el historiador sabe lo que es encontrar ese dato que le da sentido a un pasado que nos llega en enormes piezas de rompecabezas, sólo el que ama ese pasado entiende lo complejo que es entender este presente, sólo quien sabe leer las intenciones de los muertos consigue ganarle al tiempo y la finitud de su propia vida, sólo el que hace historia sabe lo que es hallar el vestigio de su propia identidad en un pedazo de papel amarillento, en una pieza de cerámica centenaria, en una placa de bronce gastada. El salto en el corazón cuando aparece esa fuente, cuando oís ese testimonio, cuando logras treparte sobre los hombros de mujeres y hombres que vivieron mil vidas antes que la tuya y entendés como nadie cuanto costó llegar hasta acá. Esa sensación tan personal, tan íntima, tan humana y tan inexplicable es lo que te hace historiador.