Uno de los libro que sin duda me ha ayudado mucho en este camino de aprender a escribir para cine y televisión es «El arte de la escritura dramática» de Lajos Egri. Egri fue un teórico que abordo la dramaturgia tanto teatral como cinematográfica. En su libro vamos a escuchar por primera vez el termino PREMISA, el cual viene a reemplazar de alguna manera a la IDEA GENERADORA de otros autores. Esta obra, que fue publicada en los años cuarenta y pensada originalmente para el teatro, se ha convertido en un texto de referencia para todas las formas de escritura, y es probablemente el primer manual de guion.
El libro, escrito con maestría y solvencia académica, pero a la vez con estilo ágil y de fácil acceso para aquellos que recién se inician, abre el debate de la escritura dramática, la cual se mantiene vigente hasta fecha, sobre quien tiene más peso a la hora de escribir, si es el personaje o si es la trama. Egri se inclina por el personaje, argumentando que si éste está bien construido, la trama, y todo lo demás, saldrá de sus acciones.
Egri sostiene la idea de que toda obra debe partir de una PREMISA, que como mencioné anteriormente es esa especie de Idea generadora, que debe contener el tema y el germen de la historia. Y así lo expresa en una parte de la obra: “La premisa es el momento de concepción, el inicio de una obra. La premisa es una semilla y de ella crece una planta que estaba contenida en la semilla original; nada más, nada menos. La premisa no debe saltar a la vista como un pulgar hinchado, convirtiendo a los personajes en marionetas y las fuerzas en conflicto en una construcción mecánica. En una obra bien construida, es imposible identificar donde termina la premisa y donde comienza la historia o el personaje.”
El arte de la escritura dramática es un libro, que a pesar de los años, resulta fundamental es indispensable para los guionistas actuales y para aquellos que quieran empezar a transitar los recovecos de la escritura dramática.