Dariela Ludlow AMC, DF de “Las niñas bien” de Alejandra Márquez Abella (2018)

La protagonista interpretada por Ilse Salas (‘Güeros’, ‘Cantinflas’), en un opening Image que polariza totalmente con el final de “Las niñas bien”.

Publicado por Comunicación AMC – Abr de 2019 
Por Milton Rodríguez y Kenia Carreón
Fotogramas de la película

 

Basada en el libro de Guadalupe Loaeza “Las niñas bien”, y fotografiada mágicamente por Dariela Ludlow AMC, esta película nos sumerge en el frágil mundo de los altos estratos sociales de los 80.

Sofía de Garay aparece recostada sobre un sillón en el Spa mientras el personal enjuaga su sedosa cabellera y pinta sus delicadas uñas. Una mujer sin duda bendecida entre la clase alta del México de los 80.  Adaptación cinematográfica basada en la novela homónima de Guadalupe Loaeza; la directora y guionista Alejandra Márquez Abella centra la trama en Sofía de Garay, quien acostumbrada a los lujos de una vida privilegiada, se niega rotundamente a cambiar su posición en la sociedad una vez que la crisis económica golpea al país y hace evidentes las deudas de su esposo.

Con la experiencia de tener varios proyectos juntas, Alejandra Márquez Abella le propuso a la directora de fotografía Dariela Ludlow AMC (“Los adioses”, “No quiero dormir sola”) volver a colaborar en este nuevo proyecto que representaba un reto en todos los sentidos, además de ser el primer largometraje juntas. “Ale y yo – menciona Dariela- somos muy parecidas en la manera de pensar y expresarnos. Ella me había dicho que le daba miedo que no sumáramos creativamente nada al proyecto porque pensamos igual. Coincidimos en muchas cosas y tenemos las mismas referencias. Viéndolo así, tenía un poco de razón, pero cuando nos juntamos para hacer la preproducción fue una explosión al máximo”.

En todos los departamentos debe existir una buena comunicación que apoye la visión del director y que, sobre todo, aporte a la película. La complicidad con el director es esencial a la hora de llevar un proyecto a la pantalla y en este caso la mancuerna forjada entre Dariela y la directora no fue la excepción. “Me sentí muy afortunada porque considero a los directores como mis amigos y siento que lo que compartimos es la manera de ver la vida. A Alejandra la conozco desde hace mucho y nos hicimos amigas porque nuestros hijos tienen casi la misma edad. Hasta en eso coincidimos,” ríe.

Uno de los retos principales fue transportar la obra literaria a imágenes. La principal característica del libro de Guadalupe Loaeza es la forma en la que está escrito a manera de crónicas. Para Dariela y Alejandra, Jean-Luc Goddard fue de gran ayuda para transportar la historia: “Tomamos mucho de Goddard como influencia, pero específicamente, por la forma y cómo se utiliza en lenguaje para generar una nueva lectura de una película. Puedes tener la historia, pero dependiendo de cómo los filmes es como generas una nueva lectura y eso es lo que trasciende”. Es así como “Las niñas bien” se aparta de su origen para crear una obra por sí misma, al darle la vuelta a la narrativa académica y utilizar las herramientas formales que da el cine para dar más capas de lectura.

Tuvieron dos meses de preproducción en los que se exploró en todos los sentidos la mejor manera de contar la historia. Cada uno de los cuadros tiene un por qué desde un lugar narrativo y filosófico, nada es gratuito. “Todos los cuadros tienen la altura que tienen que tener y todo se realizó con una conciencia y con una precisión que hace que la película sea lo que es” dice Dariela. Este periodo de análisis sirvió para encontrar esos elementos que no la hicieran ver como una película aspiracional. Que no fuera otra comedia más en la que se mostrara a determinado estrato de la sociedad como meras modelos a seguir, sino mostrarlas como realmente son. “Justo para quitarle esa sensación aspiracional lo que hicimos fue darle a la cámara un punto de vista ante las situaciones. Nosotros vamos a pensar qué decir sobre esto que estamos viendo a través de la cámara”. Dariela usa como ejemplo las escenas en las que se muestra a Sofia arreglándose. En este sentido la cámara decide no verla a ella sino a sus joyas, ropa, glamour. Sofía no siente que es bella por lo que es, sino por lo que tiene y la cámara lo refleja.

El trabajo de fotografía se transforma junto a nuestra protagonista. Es decir que al principio los filtros e iluminación favorecen la imagen que tenemos de esta sociedad mientras que en las últimas secuencias se vuelve todo lo contrario. La primera secuencia es una fiesta de cumpleaños, en la que vemos el poder e influencia de la protagonista frente a una multitud de personas. Para engrandecer tanto la figura de Sofía como el mundo en el que se desempeña día a día, Alejandra y Dariela optaron por usar el filtro Star de 4 puntas, con una propuesta en la cual la protagonista está en el centro del cuadro todo el tiempo.

Este tipo de filtro, como su nombre lo indica, provoca que todas las luces que aparecen dentro del cuadro tengan una apariencia de estrella. Dariela admite que admira la valentía de Alejandra con respecto al uso del filtro Star. ”Yo le preguntaba: Ale, ¿No es un exceso de estrellas? y ella simplemente me contestaba -no, que no te de miedo.” Ahora que ya pasó un tiempo y viendo los resultados finales, Dariela llegó a la conclusión de que la diferencia entre una película y otra, es precisamente ese toque que las hace únicas. “Es cuando tomas este tipo de decisiones arriesgadas, ese tipo de apuestas, diciendo si es mucho, pero la película lo necesita y así debe ser”.

Dariela buscaba apartarse del estilo fotográfico que tienen actualmente las películas basadas en los 80, en las que las noches son azules eléctrico o los back lights están muy presentes y brillantes. “Nosotras no queríamos ese estilo, no porque esté mal sino porque la película lo ameritaba. Teníamos y queríamos hacerte sentir como si estuvieras en los 80 pero no desde este recuerdo idealizado que se presentan en las películas actuales”.

Durante las primeras escenas de la película, la iluminación naturalista y encuadres que Dariela propuso contrastan con recursos de la época muy sutiles y que reforzarán la idea de belleza idealizada por Sofía. “Claudio Castelli (diseñador de producción) y yo trabajamos mucho en cada elemento frente al cuadro. Recuerdo esta escena en la que Sofía se encuentra dentro de un vestidor rodeada de espejos, detrás de ella todos sus reflejos. En este caso se tuvo que hacer este espacio, pero para poder realizar ese encuadre; se optó por utilizar un espejo de doble vista para esconder la cámara. Sin embargo, el uso de este espejo reducía unos pasos de exposición además de tener un tinte verdoso. “En esta escena se muestra a una diosa multiplicada al mil junto a todos sus egos, con la piel más hermosa del mundo”. Claudio Castelli refuerza la psicología del encuadre con la paleta de color. Azul cielo, colores crema y blanco rodean la figura de Sofía, es una diosa griega. Dariela en este caso utilizó filtros white promist y soft fx para suavizar el tono de piel y crear en el blanco un leve halo (característica también de la estética del cine ochentero).

‘Las niñas bien’ se filmó con Alexa XT a 3.2K (con un aspect ratio de 2:35 Cropped) y óptica Leica Summicron. La elección de los lentes fue pensado igualmente para separarnos de la imagen ochentera tradicional. “Mi primer impulso fue usar los High Speed, pero decidí que no. Es solo un impulso y te llevan a imágenes clichés. Entonces pensé en los Leica que son muy suaves; le quitan un poco el sharp a la imagen y eso, sumado a los filtros, hacía que la imagen no se viera tan definida”. En el caso de los zooms, se utilizó el óptimo 24- 290 mm de Angenieux. El uso de este movimiento de cámara era usado en específico para enfocarse en momentos clave de la escena.

Cuando comienza la decadencia de Sofía, tanto económica como psicológica, los filtros que suavizan su cara comienzan a desaparecer; la corrección de color y el maquillaje refuerzan esta idea. Todo fue planeado desde la preproducción, se hizo un trabajo muy detallado. En el área de vestuario, por ejemplo, al principio ella es la que siempre destaca por color y textura del resto de las actrices. Conforme avanza la película Sofía se va homogeneizando con las otras, hasta que llega al punto en el cual es exactamente igual a las demás. La cámara ya no hace distinciones. Sofía es otra “niña bien” del montón.

Otro ejemplo del trabajo que hizo Dariela muy de la mano de los maquillistas y los encargados de vestuario, fue respecto a la paleta de color y cómo se modificó a favor de la narrativa de la historia. “Entre los tres departamentos nos coordinamos para tener un color transgresor en la historia y ese color es el rojo. Ana Paula es la nueva chica que quiere entrar en el club de las mujeres de dinero, pero ella es nueva rica y no tiene la clase. Es la primera en portar el color rojo y presentarlo dentro de la película”. Después de una serie de eventos que poco a poco van dándole cada vez más status y reconocimiento dentro del mundo de las “niñas bien”, estas comienzan a utilizarlo también. “Llegamos inclusive a pintar algunas locaciones de color rojo para resaltar el estado anímico de desesperación por parte de la protagonista por seguir siendo aceptada. Mucha de la ropa la hizo Anahí Ramos, diseñadora de vestuario. Entendió todo y me ayudó mucho”.

Hacia el final de la película, hay una escena en plano secuencia que resultó ser un reto técnico por diversas cuestiones. En este plano Sofía va caminando por Las Lomas hacia la casa de Ana Paula después de que su coche se quedó sin gasolina. “Alejandra quería que siguiera a la protagonista por casi dos minutos y medio por las calles empinadas. Había que iluminar tres calles y caminarlas en subida, de noche, la pobre protagonista en tacones, yo con la cámara en mano. Todo era difícil, porque se tenían que cambiar los LEDS por sodios, hablar con los vecinos para informarles que se haría por unos días este cambio, esto más las grúas de luz. Técnica y físicamente era muy difícil y agotador. Comenzando la escena estaba en una cuatrimoto y después me tenía que bajar de ella y seguir la toma caminando”. Rafael Rodríguez fue el gaffer en este proyecto quien ya tiene tiempo trabajando con Dariela. Recordando cuando le mencionaron como sería esta escena menciona entre risas: “se me quedó viendo y me dijo “si te van a traer los condors”. Fue difícil, pero si los trajeron”. Al final de cuentas se terminó por editar la escena, es decir el plano secuencia no se ve como continuo, sino que hay brincos entre una acción y otra.

Otra escena que resultó difícil hacer fue un dolly circular en el club de tenis. “Alejandra quería que fueran varios minutos siguiendo la plática de los personajes, pero en esos casos y con seis personas en cuadro ¿qué haces con la luz?. Rafael fue quien propuso el uso de este sistema en el cual teníamos dos toninas y pusimos un marco de 12×12, todo se iba moviendo junto”. Es decir, mientras la cámara iba girando también lo hacía el marco que difuminaba la luz. “El punto del dolly mareador -bromea Dariela- era enfatizar el mensaje de que lo que estaban hablando los personajes, no es algo importante, es algo muy banal y sin importancia, algo que te marea. Es hasta que Sofía habla cuando el movimiento para, la “reina” va a hablar”.

“Las niñas bien” es un ejemplo de cómo los elementos en conjunto, a pesar de ser una película de época”, pueden hacer que una obra sea anacrónica. Un proyecto debe pensarse en todos los sentidos para lograr transmitir la visión de los realizadores, que trascienda y traspase fronteras. Ejemplo de esto es el buen recibimiento por parte del público y la prensa extranjera. Esta película compitió en el Festival Internacional de Cine de Toronto y recientemente ganó Mejor Película en el Festival de Cine de Málaga.

Dariela asegura que las imágenes no son por sí solas ya que no son un simple cuadro. Obviamente importa el estilo de la imagen en cuestiones técnicas, tipo de composición, zona áurea, contraluz, etc., pero más importante que eso, es que se debe pensar en una imagen entera, es decir la totalidad de una película. Una imagen pulsión que hace que te mueva algo, que te hace pensar y reflexionar y esto se logra con esa imagen desarrollada a través de toda la película.

‘Las niñas bien’
Cámara: Alexa XT a 3.2K
Óptica: Leica Summicron, óptimo 24- 290mm de Angenieux Cinefotógrafa: Dariela Ludlow AMC

Fernando Medellín; Un mundo a colores

 Publicado por Comunicación AMC
Por Gerardo Barroso AMC, 9 de enero de 2020 
Fotos cortesía Fernando Medellín

 

Estudié foto fija en la Escuela Activa de Fotografía. Hice foto comercial un tiempo, foto de autor otro rato y, por cosas del destino, terminé trabajando para Ollin Estudio, Casa de Postproducción. Al principio les hacía fotos de referencia para lo que modelaban en 3D. Un día Charly Iturriaga, que era el director de Animación, me invitó a trabajar con él haciendo iluminación digitalmente en 3D. Yo no conocía el software con el que trabajaba pero él me dijo: “Necesito a alguien que sepa cómo trabajar la luz, el software lo aprendes”. Fue así que empecé a practicar esto y comencé a hacer la iluminación en 3D. El estudio comenzó a crecer y, además de animación, comenzaron con On Line con Smoke, Flame e Inferno.

Aproximadamente un año después, el estudio instaló la primera sala de Telecine. En ese momento yo me la pasaba de sala en sala para atender más y más. Entonces fue cuando Charly me propuso quedarme en esa área y acepté. Comencé asistiendo al primer colorista que trabajó en Ollin, un español que hizo carrera en Londres. Con él aprendí todo sobre las máquinas. Después asistí a otros coloristas como Victor Bautista y José Luis Regalado “el Joe”, con quienes aprendí el oficio.

Gerardo Barroso: ¿Qué es lo que más disfrutas de tu oficio como colorista?

Fernando Medellín: Buscar el look junto al fotógrafo; llegar a un acuerdo sobre qué quiere ver y plasmarlo con el material con el que se cuenta. Ese reto es el más satisfactorio, obtener el mejor resultado lo más apegado a su visión.

GB: ¿En qué sistema te gusta trabajar más?

FM: Tengo mucho tiempo sentado en un Base Light; me tocó estrenar el primero que hubo en México. Siempre he estado de una u otra manera, ligado al software y hardware de la marca. Puedo corregir en varios sistemas, sin embargo, el Base Light es mi favorito. Siempre he pensado que la mejor herramienta es a la que más acostumbrado estás. El Resolve es muy buen software; hay muchas máquinas buenas para corregir, el Nu coda es muy poderoso, sin embargo, tengo tanto tiempo en el Base Light que es mi preferido.

GB: ¿Qué le recomiendas a un cinefotógrafo que está iniciando un proyecto?

FM: Que prueben todo, cámaras y lentes. Que busquen su look y las texturas que les gustan o buscan para el proyecto. Trabajo mucho con Guillermo Granillo AMC, AEC y siempre trae pruebas de look y las corregimos. Entonces ya tiene una plancha para el set, ya tiene una idea de lo que va a ocurrir después con ciertos colores y ciertos contrastes. Cuando llega aquí, ya no hay sorpresas. Recomiendo que prueben, prueben todo lo que puedan, todo.

GB: Descríbenos el procedimiento ideal para lograr el look de una película.

FM: En mi experiencia las pruebas de look son muy importantes. Hacerlas con las diferentes iluminaciones que se proponen, porque muchas veces en esas pruebas se toman decisiones de óptica, de qué tan dura o suave será la luz, qué tanto color, y probar texturas, maquillajes, cómo le funciona la luz a los actores. Creo que es el mejor comienzo para que la imagen llegue a buen fin. Cuando ya está conversado, la búsqueda es más corta cuando comienza la corrección de la película. Corrijo esas pruebas de cámara, desde ahí genero archivos que se llaman BLG’s. Puedes cargar estos archivos en cualquier software de Filmlight y estos contienen la corrección de color que realizaste. Estando en locación se cargan en el Daylight en nuestras unidades móviles de Data y Dailies y se van ajustando en las diferentes condiciones de luz. Después esos BLG’s regresan a mi para la corrección de color. Digamos que funcionan en un 25 o 30 por ciento, pero ese porcentaje me sirve para ir dirigiendo la corrección de color de la película a cierto lugar. En lugar de invertir tiempo buscando un look, se invierte en mejorar lo que ya tenemos. Los BLG’s son como el DRX que es el archivo de color que importas para llevar la corrección de un Resolve a otro. Este archivo que se hace cuando grabas el still guarda la información de la corrección.

GB: ¿Cómo es la colaboración ideal con un cinefotógrafo?

FM: Definitivamente es involucrándome con él desde la propuesta, una vez que haya decidido hacia dónde quiere ir, hacer pruebas y ver de qué manera llegamos a lo que se busca. Al final mi trabajo es complementario y colaborativo, me gusta proponer para enriquecer la idea del cinefotógrafo.

GB: Danos un ejemplo de cuál sería el flujo perfecto para ti.

FM: Voy a poner un ejemplo que tal vez no es representativo dentro del mercado en México, pero es la manera más precisa con la que he trabajado, ‘Roma’. Con ‘Roma’ se generaban Dailies para editorial, tenía un DIT, un Data y un Video Assist. El Data se encargaba de guardar todas las imágenes, que nada se perdiera, y generaba los archivos para Dailies. De esos archivos nos separaba los clip’s que el director quería ver en su revisión nocturna. Esos clip’s se cargaban en el BaseLight y por las noches venían a revisarlos. De todo lo demás se hacía un back up en LTO’s y se mandaba al estudio para que empezaran la corrección de los Dailies editoriales que tenían un colorista que los emparejaba para que editorial lo viera uniforme y no hubiera saltos. Eso es el ideal. Mientras tanto lo que hacíamos con Alfonso Cuarón era tocar el material; veía cosas que le gustaban y otras que no e iba calificando y guardando referencias. Cuando los looks o LUT’s van y vienen del set al centro de postproducción y viceversa, es muy importante que todos trabajemos en el mismo espacio de color; si movemos cualquier cosa ya no funciona. Parece muy básico, pero es un error muy común.

GB: ¿Algún dato técnico que quisieras compartir con el cinefotógrafo?

FM: Podríamos hablar un poco de que es lo que pasa con el HDR. Hay gente que aun piensa que es como el de la foto fija. En foto fija se hacían dos o tres exposiciones, a veces cinco. Después, de todo hacías un Mix en el HDR SHOP o algún software. Entonces mezclarlas las imágenes y obteniendo los negros y blancos que deseabas. Había una técnica de ampliación en blanco y negro a la que llamaban ampliación por zonas y entonces usabas un papel multigrado; utilizabas un filtro para los negros, un filtro para los highlights y un filtro para los tonos medios. Esa era la manera análoga de hacer HDR en blanco y negro. La técnica es muy interesante. Sacabas exposiciones con cada uno de los filtros, después con la regla de tres sacabas los porcentajes por filtro para después sacar esos porcentajes en tiempo. Quedaban cosas espectaculares.
Seguimos pensando que de esa manera se hace el HDR en video. Algún tiempo la RED lo hizo así, capturaba dos cuadros de lo mismo, uno para las bajas y otro para las altas y después lo mezclaba. Corregí así una película chilena, ‘Hermanitos’, y dio muy buen resultado. Cuando se movían mucho las cosas tenían una especie de Motion Blur que no era realmente eso, sino un blending de las dos exposiciones, pero era muy aceptable y lo podíamos modular con un control en el corrector de color.

Lo que ocurre ahora con el HDR es que cambió el estándar de monitoreo. Cualquier imagen que esté capturada en 10 BIT o más es HDR. Cambió el monitoreo. Los monitores en estándar están calibrados a 100 NITS que es la unidad con la que se mide la luminancia de los monitores. El monitor X300 de Sony, ve hasta 1000 NITS y hay monitores más grandes que ven 3000 NITS y existe un Pulsar de Dolby que ve 5000 NITS. El cambio fue que ahora tenemos 10 veces más luz para ver la imagen y eso nos da imágenes más brillantes, con mayor profundidad de color y por supuesto con negros más profundos. Cuando se habla de las cámaras profesionales digitales de cine, siempre se habla de 14 pasos de rango dinámico; cuando lo veías en el momento te preguntabas ¿Dónde están?, tal vez veías 8. Con el HDR no vemos los 14 pasos, pero si vemos 12 o 13. Eso asusta a muchos porque no desean tener toda esa información. Lo interesante es que tenemos todo ese rango para discriminar y utilizar el que queramos. Puedes tener negros muy ricos con medios tonos increíbles y la imagen no tiene que ser muy contrastada. Lo que cambió fue la forma de ver.

GB: ¿Debes tener ciertas consideraciones para fotografiar el HDR?

FM:  Sí. Estas imágenes hermosas que hacíamos a contraluz, en las que el fondo se volaba y eras capaz de lograr buen detalle al frente y no te importaba el fondo, resulta que, si ahora haces lo mismo, el fondo te deslumbra y tienes todo el detalle: se ven los cables, los pajaritos, los arbolitos. No es como lo que veíamos antes, esto sigue teniendo información y los highlights deslumbran. Hay que buscar la manera de suavizar la escena, hacer un key más bajito para lograr una imagen más apegada a lo que queremos ver porque al final esas imágenes pueden quedar muy crispis y te remiten al ‘video’. Debemos entender el HDR para lograr un look cinematográfico. Se puede obtener una imagen cinematográfica muy bonita en HDR. En resumen, hay que suavizar el contraste.

Respecto a los NITS de los monitores ADR, a partir de 300 NITS se considera HDR. Hay de 300, 400, 600, 1000, 2000, 3000 y de 5,000 NITS que es un pulsar de Dolby que trabaja con tanta potencia que no lo mueven de lugar; si quieres trabajar con él debes ir a Los Ángeles. Fue un prototipo y se decidió no fabricarlo, es muy complicado. Creo que el estándar, más allá de lo que estamos viendo ahora, va a quedar en no más de 600 NITS. Hay un problema de consumo de energía. Los monitores HDR tienen el doble o triple de consumo de energía porque aumentó muchas veces la luz que emiten. Las teles HDR comerciales ven 580, 550 NITS y las HDR 100 NITS.

GB: Describe la diferencia entre trabajar en un largometraje y una serie. ¿Cómo cambia la relación con el cinefotógrafo?

FM: Una de las diferencias, además de la duración, es el tiempo que te dan para corregir. Corregí una película en 50 horas para 75 minutos de duración, fue la película en la que menos tiempo he tenido minutos y hacen un capítulo a la semana. Por supuesto una película se detalla mucho más. La manera en la que me gusta trabajar es la siguiente: trabajo los primero 4 o 5 días con el fotógrafo en jornadas de no más de 6 horas haciendo ‘setup’ que es: pongo abierto, más plano y contraplano y las otras las ‘matcho’ en mi tiempo y así vamos secuencia por secuencia para ir marcando toda la película. Una vez que tengo eso me siento a hacer el ‘match’ fino. Después reviso con el fotógrafo nuevamente, ajustamos cosas, detallamos y una vez terminado esto, presentamos. Este proceso toma tres o cuatro semanas dependiendo de lo complejo de la película y las horas con las que se cuenta.

Cuando hago la corrección de una serie tengo que plantear muy bien el look con el fotógrafo desde el principio. Muchas veces revisamos el primer capítulo y después puedo trabajar prácticamente solo. A veces hay revisiones eventuales con el director o alguien más. En la última serie que corregí –‘Monarca’-, el director Fernando Rovzar, quien además era el show runner, venía a revisar todas las correcciones de color. Era un capítulo por semana por lo que había que corregir, revisar, ajustar y pasar a SDR porque esta serie se corrigió en HDR. Eso nos dejaba tres días de color porque además debíamos presentarla. Las series son menos detalladas, pero debes ser más eficiente y ver la manera de lograrlo, de no meterte el pie. Tengo muchos años en esto y ya no me conflictúa el tiempo, lo puedo lograr. Hay que ir midiendo ‘qué tanto es tantito’ y hasta dónde trabajas o sobre trabajas la imagen. En las películas te puedes dar lujos que, en las series no.

GB: ¿Cómo manejas la calibración?

FM: Decidimos no hacerlo internamente, son muchas salas, son varios monitores y no nos daba el tiempo de calibrar. Decidimos contratar un servicio externo que está a cargo del Ingeniero Carlos González quien calibra nuestras salas. Por ejemplo, uno de los procedimientos que seguimos, cuando la lámpara del proyector es nueva la voy calibrando cada mes; al tercero o cuarto la lámpara ya se estabilizó. Eso me da más rango y puedo calibrar cada dos meses, la lámpara es muy estable a partir de ahí. Los monitores son mucho más estables, entonces aprovecho los días de calibración del proyector para revisarlos.

La calibración se hace con un ‘chupón’ a D65 (6,500 grados Kelvin), con las diferentes especificaciones que necesitamos. Para el proyector se hace la calibración para P3 (Espacio de color) y para REC709 porque me gusta tener una referencia de REC709. El monitor X300 lo hacemos en REC709, en SDR y en PQ para HDR. En ÓXIDO tenemos otra sala con un plasma que es únicamente REC709, entonces hacemos REC709 1886 y con eso tenemos. De la mano va la calibración de los monitores que salen al set en las camionetas de DATA. Estos se calibran de la misma manera, con el mismo Ingeniero y sobre los mismos parámetros para tener el estándar de la casa; de igual manera se hace con los On Line.

GB: Si voy a subexponer, ¿Cómo debería dejar mis niveles?

FM: Creo que en esta época del Intermedia Digital nos conviene estar un poco más arriba de luz cuidando que los High Lights no se vuelen. Estas noches sobreiluminadas a las que tememos tanto, con el Intermedia es muy fácil bajarlas y ponerlas donde quiera en lugar de sacrificar el detalle en el set porque la noche tiene que ser más oscura. Aquí entra la explicación de la visión auditiva que tenemos los seres humanos, es decir, no es que veamos todo el rango, sino que nuestra memoria es increíble y registra lo que hay en las sombras y lo que hay en las luces y tu cerebro lo compone. Eso no ocurre con los sensores por lo que debemos ‘truquear’. Entonces, claro, si sobreiluminas una noche o la mandas un poquito más arriba, nos va a permitir tener mejores rangos y observar mejor, aunque no sea una noche real sino una noche cinematográfica. No tienen que ser las noches como las de la película ‘La máscara’ que parecen medio día pintadas de azul. Hay cosas más elegantes. Es un poco como cuando exponías el negativo; exponías a las sombras, revelabas a las luces. ¿Por qué exponías las sombras?, porque lo que no habías capturado en el negativo no había manera de rescatarlo. Voy a poner un ejemplo: En ‘Desierto adentro’, el maestro Serguei Saldívar Tanaka AMC, iluminaba el desierto de noche con una super luna y toda la idea partió porque sabía que se haría con Intermedia Digital y le podríamos bajar. Habíamos hecho unas pruebas en el Telecine y el problema que teníamos para hacer ‘Day for Night’ – que también se había planteado -, era que las piedras en el desierto brillaban mucho y había blancos que no lográbamos bajar y habría que entrar a VFX. Entonces el maestro Serguei decidió iluminar más sus noches y en la corrección de color las llevamos al punto en el que funcionaban perfectamente. Algo increíble de esa película es que, además de que las noches se ven muy bien al igual que el resto, es que fue filmada en Super 16mm y solo lo notas en ciertos High Ligths en los que el grano tiene alguna actividad.

GB: ¿Cómo manejas los VFX?

FM: Hay que tener muy claro que debes mandar un archivo correcto y lo debes recibir de vuelta de la misma manera en la que lo mandaste. Si hay algún cambio, como colorista eres responsable de decir ‘Esto no sirve’, devolverlo y que se haga de manera correcta. Deberán devolverlo en el espacio de color y en el formato que tú enviaste, eso es lo primer que debe ocurrir o tendrás muchos problemas. Si se cambia el balance de color o el espacio del mismo, es muy complicado llegar a ‘matchar’ las texturas y colores contra las imágenes que no fueron a VFX. Normalmente la corrección de color va paralela a la generación de los VFX, entonces, si ya pusiste un ‘look’ y te devuelven otro espacio de color o alguna modificación de color, tendrás que rehacer las cosas e implicará tiempo extra con el que, generalmente, no se cuenta.

Lo más importante es el manejo de los espacios de color. Muchas veces, conviene estandarizar en algún archivo que sea más amable para la ida y venidas. Cuando hablamos de un DPX resulta que tiene alrededor de 6 maneras de interpretarse, entonces al final no sabes cómo lo está viendo quien lo está viendo y cómo se va a ver cuándo tú lo abras y dónde lo hagas. Definitivamente también el camino de los TIFFS está errado, pero puedes trabajar en EXR’s que es el archivo profesional para hacer estas cosas y buscar que lo que entregas sea transparente.

Cuando hay cosas que tienes que acabar de entregar en la corrección de color como contrastes o pantallas, o por ejemplo de un green screen en el que cambian un paisaje, en esos casos siempre pido el Matte. Con el Matte trabajo aparte del compuesto que hayan hecho, lo mismo de las pantallas. Me parece que esa es la manera correcta de trabajar. En Óxido trabajamos con NUKE y entonces mando logarítmico, ellos lo monitorean en REC709 y lo regresan logarítmico, de esta manera garantizas el resultado correcto.

GB: ¿Hoy en día se le da el reconocimiento adecuado al colorista?

FM: No. Aquí hay ciertas posiciones encontradas. Hay fotógrafos que están de acuerdo en que el colorista tenga un crédito más importante, sin embargo, hay quienes no; es un tema delicado. Al final es un trabajo colaborativo. Yo digo ‘El colorista es al fotógrafo, lo que el editor al director’. Aunque el director dirigió, el que termina contando la historia es el editor. Cuando hablamos del fotógrafo y el colorista, aunque el fotógrafo obtuvo las imágenes, el colorista termina logrando la intención, esa es la importancia del colorista. Entonces me parece que este oficio está menospreciado. Estamos creando ‘Coloristas Asociados de México’ y lo que buscamos es tener mayor reconocimiento. Buscaremos apoyo de La Academia, por supuesto de los cinefotógrafos vía la AMC para llegar a los productores de una manera suave y no impositiva, buscando más el reconocimiento colaborativo y laboral que meramente por ego. Con La Asociación buscamos dignificar la profesión. Históricamente para la industria, del tamaño que sea en México, el colorista ha sido un personaje importante. Es el encargado de atraer clientes a las casas de postproducción. Sin un colorista reconocido es poco probable que crezcas como casa de post.

Es un personaje tan importante como el supervisor de VFX o el postproductor. Son roles que pesan. Si revisamos una película de los cincuenta o sesenta, no existía el colorista como tal, pero existía el ‘color timer’. En muchas de
esas películas el cartón principal al inicio dice ‘Color by Technicolor’ y debajo de eso el nombre del Color Timer, ‘Color by Deluxe’ y debajo el nombre del responsable del color timer. ¡Era un personaje importante! En algún momento dejó de pesar por algo, tal vez por falta de interés del gremio, tal vez desertaron de algún sindicato que los obligaba a poner el crédito, no sé. Era un personaje reconocido y de pronto se vino a menos.

GB: ¿Consideras que en este país se proyecta con los estándares adecuados en las salas de cine? 

FM: No, no se proyecta correctamente. La experiencia que hemos tenido cuando vamos a una sala a revisar porque habrá una premiere o el director o cinefotógrafo tienen la inquietud de cómo se va a ver en sala, normalmente la lámpara no está al 100%, nunca está donde debe; es decir que en lugar de tener los 14 Foot Lamberts, estás viendo 10 u 11. Definitivamente no ves lo que debieras ver hablando de luz; de color no quiero ni mencionarlo. La lámpara siempre está castigada, por decirlo de alguna manera. La luminosidad del proyector y la calibración también son cosas para tomarse en cuenta.

Muchas veces entras a una sala a ver una película normal pero la sala está preparada para 3D y la película no lo es; resulta que la pantalla es Silver y le roba dos pasos, entonces la ves opaca. No vemos lo que tenemos que ver. Sin duda la vida de las películas es el BluRay y el streaming; es un ambiente más calibrado o más controlado. Podemos hablar un poco del Dolby Visión que ahora conocemos por requisito de Netflix para el HDR. El Dolby Vision es con lo que se hace la conversión de HDR a SDR casi automáticamente; ajusta la curva al monitoreo que tienes y tienes un Layer para hacer un Trim para que las cosas se vean mejor y todo eso viaja en Metadata, no en imagen. Entregas una vez la imagen en HDR y lo demás es un XML que modifica las curvas dependiendo de la pantalla que tengas en casa. Esta información se lee y decide qué señal manda a tu tele.

El primer acercamiento de Netflix con Dolby no fue por el HDR – que todavía no existía, sino que tenían una preocupación por hacer que sus productos se vieran como se tenían que ver en cualquier lugar. Lo que buscaban con el Dolby Visión era que cuando bajaras cualquier contenido de Netflix, llegara una señal a tu tele y le ‘dijera’ como la tenía que reproducir para de esta manera cuidar la calidad de sus contenidos hasta la reproducción final.

GB: ¿Cómo puede mejorar la industria de la imagen en movimiento en México?

FM: Creo que tenemos que pensar en los contenidos, definitivamente tienen que ser mejores. En México tenemos grandes fotógrafos y grandes realizadores sin duda alguna, pero nos estamos quedando cortos en contenidos. Esta ola de remakes de comedias, más allá del beneficio económico que tengan, han dementado mucho el contenido. Creo que es importante seguir contando historias originales, no solo formulas probadas. La imagen en México es muy buena, podría decir que es excelente, pero sería bueno contar con mejores historias.

 

Una mirada a Latinoamérica: Paulo Pérez ADFC

Publicado por Comunicacion AMC – 17 de septiembre de 2019 
Por Jhon F. Pérez Pita
Fotogramas y fotos internet

 

Como dice un amigo: “la cinematografía no se compone sólo de películas”; está compuesta por el público, la crítica, los investigadores y por quienes hacen las producciones. Dentro de este grupo de personas vale la pena resaltar el papel de los directores de fotografía. Uno de ellos es el caleño Paulo Andrés Pérez ADFC. Graduado de UNITEC y de la Escuela de San Antonio de los Baños de Cuba, comenzó profesionalmente en documentales para televisión en Colombia a finales de los 90.

Ha fotografiado películas como ‘El Rey’ de Antonio Dorado (2004), con quien repitió en ‘Amores peligrosos’ (2013), ‘Los viajes del viento’ de Ciro Guerra (2009) que le valió el Premio Macondo en 2010 por la Fotografía , ‘Chocó’ de Jhonny Hendrix Hinestroza (2012) con la que ganó el premio a la mejor fotografía del Salón Internacional de la Luz de 2012, ‘Blunt Force Trauma’, película norteamericana del 2015, ‘Anna’ de Jacques Toulemonde (2015) , con la cual gana su segundo premio Macondo , ‘Pickpockets, maestros del robo’ de Peter Webber (2018) con quien trabajó después en ‘Qatar’ e hizo la foto en la 2ª unidad de acción y unidad aérea de ‘Los 33’ (2015).

Conversamos en el estudio de televisión del Programa de Medios Audiovisuales de la CUN, pasada por el nerviosismo: era la primera –y de momento única- vez en la que yo entrevistaba a alguien y Paulo no estaba del todo cómodo con estar al otro lado de la cámara, fue un diálogo muy dinámico dado nuestra común profesión, nuestro compartido (y profundo) amor por el cine, por la cámara y por esta tierra que nos ha visto crecer.

Paulo Pérez: Es muy interesante todo lo que está pasando hoy en Colombia, porque la Ley de Cine Uno nos permitió desarrollarnos como realizadores cinematográficos, tanto artística como técnicamente. La ley de cine “Dos” llevó eso un poco más allá, empezó a traer gente de fuera y eso ha hecho que vean el talento que tenemos aquí y empiecen a llevarnos fuera del país.

Jhon F. Pérez Pita: Vemos que ahora también tenemos la posibilidad de explorar la geografía nacional, de ir a las regiones, grabarlas, contarlas…

PP: Incluso tenemos un proyecto con Ciro Guerra, Jacques Toulemonde y Laura Mora, una serie para Netflix producida por Dynamo, Green Inferno, que rodamos en el Amazonas. Entonces es muy interesante porque también todos estos canales y plataformas están, no solamente trayendo talento extranjero, sino que utilizan el nuestro y ruedan acá. Y es que el país es visualmente virgen. Por ejemplo, en ‘Los Viajes del Viento’ recorrimos el caribe colombiano desde el interior hasta La Guajira viendo lugares que nadie había filmado. Por eso la película tiene esa riqueza visual y nos sorprende a todos, a nosotros nos sorprendió cuando la estábamos haciendo; estar en lugares que nadie conocía ni se habían retratado, porque incluso hay muy pocos pintores que lo han hecho. Lo que hizo Ciro con los Wayúu, lo del Amazonas, ‘Chocó’ de Jhonny Hendrix…

También es parte de reconocernos a nosotros mismos como país y como cultura. Por ejemplo, ‘Los Viajes…’ es una exploración del espacio y de la luz. En esta “burro-movie” (jejejeje), el otro protagonista es este caribe colombiano y lo que ellos viven y caminan y cómo va cambiando todo. Vienen de la montaña, se van metiendo en la selva y terminan en el desierto. La sensación del viaje, de cómo transcurre el tiempo, las diferentes horas del día, la noche, incluso hicimos un par de noches americanas.

JPP: Para ti, ¿Cómo es eso de ser director de fotografía? 

PP: Yo llego al cine porque Cali ya tenía un movimiento de cine muy fuerte a raíz de Luis Ospina y Mayolo. Luego estaba la gente de la Del Valle: Dorado, Patiño… todo ese movimiento cultural ha permitido que la gente de Cali también lleve hoy la vanguardia en los temas cinematográficos. Pero en un país en el que no se hacía cine, fue una apuesta muy grande. El otro tema es que no había a quien más aprenderle. Estaban Lalinde y Sergio García, pero ellos también pararon; entonces lo único que había era televisión o comerciales. Por ello después de terminar en UNITEC, volví a Cali a hacer documentales con esa gente que estaba haciendo ‘Rostros y rastros’.

Pero en este país tenemos un problema, y ​​es que normalmente las escuelas de cine del mundo se crean por especialidades, el oficio del cine es de especialidades, uno dirige o es director de fotografía o sonidista. Por eso lo que tenemos que generar son especialistas. El gran problema es que no hay especialidades, entonces todo el mundo sale haciendo de todo y haciendo nada. Yo tomé la decisión de ser cinefotógrafo, es lo que a mí me gusta hacer y responder por eso. Pienso que primero es el gusto que se adquiere estudiando, leyendo, viendo pinturas, viendo cine, se cultiva. Tienes que tener un bagaje cultural. Para mí es lo más importante, incluso más allá de la técnica. La técnica uno la aprende relativamente rápido y no es tan complicada, a la hora del té… y si hay un problema, pues se contrata a alguien que lo maneje y tú te mantienes en el lado narrativo y artístico. Si estás más preocupado por lo técnico u otras cosas, pues no le vas a poner cuidado a lo importante que es contar la historia, pero ¿cómo la historia? Poniéndonos de acuerdo con el productor, con el director, con el director de arte, con el sonidista, que son básicamente los que van a descubrir cómo contarla. Lo técnico lógicamente lo tienes ahí, pero lo pones en otro lugar. Por ejemplo, al preguntarse por dónde poner la cámara, o sea, ¡esa es una decisión muy jodida! que son básicamente los que van a descubrir cómo contarla.

Tener referencias es muy importante. A mi Almendros es uno que me encanta por todo lo que hizo con la luz. Me gusta la luz natural, también por esa influencia de la escuela francesa que tuve en Cuba y porque vengo del documental. Pero soy también de la idea de que cada uno tiene una forma propia de ver, por ejemplo, nosotros que crecimos en la zona ecuatorial, con nuestra luz bastante fuerte, que genera altos contrastes. Creo que, al ser de la zona ecuatorial, con la luz tan fuerte, pues los colores también lo son. Una amiga de Argentina me decía: es que en Colombia hasta los colores son violentos. ¡Y claro! Porque el sol golpea duro y todos nuestros colores explotan; y el contraste no lo genera con claroscuros, lo genera con color, o sea el contraste cromático, y eso genera tridimensionalidad en la imagen. Mira México, por ejemplo: Lubezki, cómo armar ese clic. Si tú no tienes ese click es muy difícil hacer una película.

Los viajes del viento

 

JPP: ¿Cómo definirías tu estilo?

PP: No considero que uno deba tener una marca porque eso te puede quitar un poco de versatilidad. Pero a mí me encantan los planos desde abajo, los planos generales, que los actores vayan y vengan, que construyan el espacio visual, no soy de muchos planos, o sea, esto es un momento único. También creo que el espacio del cuadro hay que aprovecharlo, no solamente que la cámara se mueva, fluya, es también el actor el que tiene que hacerlo sin ser esclavo de la cámara. La cámara está al servicio de la puesta en escena, que es diferente, y ellos son una parte.

JPP: Vemos en los estudiantes de cine que están más preocupados por las curvas gamma, por qué C-log aplicar. Siento que se pierden del pintar con la luz, del encuadre…

PP: Acá nos hacen firmar sesión de derechos de autor en los contratos y también pagan impuestos como autor. He preguntado ¿Por qué me están reteniendo tanta plata? “Porque usted tiene un trabajo intelectual”. ¡Ah! entonces no soy un técnico solamente. Lógicamente hay más cosas -y son discusiones que tenemos que hacer como gremio-, tarifas para películas que valen más de tantos millones de dólares y tarifas para películas nacionales.

«Quatar» Paulo Pérez ADFC 

 

No se le puede cobrar a una película nacional lo mismo que se le cobra a una con Wahlberg, por ejemplo. Igual que tu nivel de responsabilidad es diferente: cuando yo hice ‘Blunt Force Trauma’ trajeron a Mickey Rourke por dos o tres días, el tipo cobraba 300 ó 400 mil dólares; si nos pasábamos de los días, se quebraba la película. Todo esto tiene que reflejarse en todo el mercado. Tenemos que ponernos de acuerdo entre gremios y no tenerle miedo porque es más trabajo para todos. Por eso estar en la Asociación de Directores de Fotografía de Colombia (ADFC) es importante: primero por reconocimiento de gremio, de oficio y de autores de la fotografía cinematográfica. Segundo, esta organización está encaminada a la formación de la gente: los operadores, los asistentes de cámara, la gente de corrección de color; somos una comunidad y todos vamos juntos: los gaffers, los maquinistas, el bestboy, toda esta gente que hemos estado formando para poder entrar en los estándares internacionales. Lo mismo con la gente de flujo de trabajo, con los DIT`s, es decir, toda esta comunidad que está creciendo; con las casas de alquiler, con las casas de postproducción y con las productoras también. Entonces agremiarse es importante.

JPP: Ahora me gustaría que analicemos algunas de tus películas. Empecemos con la road-movie ‘Anna’ de Jacques Toulemonde, quien pensó que no utilizaría luz artificial. ¿Cómo te enfrentas a esto?

PP: Fue muy complicado porque “Jacq” te pone ciertos límites que hacen que generes otras formas de desarrollar las ideas y de hacer las cosas. Eso hizo que yo trabajara muy de la mano con los directores de arte (fueron uno en Francia y otro en Colombia) y ellos eran los que me pusieron las luces de la escena. Como vengo del documental, sé trabajar con la luz que está en el espacio. Pero necesité una buena cámara, con latitud, con buen rango dinámico porque las condiciones fueron complicadas, y necesité una óptica que también fuera versátil. Estábamos trabajando con un niño de nueve años y trabajar con niños es muy complicado, y usar una actriz que es muy técnica. Entonces a “Jacq” le toca estar siempre entre la actriz y el niño y por eso no quería tener toda una parafernalia técnica alrededor, sino que se genera una dinámica muy íntima dentro del conjunto.

JPP: ‘Anna’ tiene varias cosas que me parecen interesantes. Un de ellas es un plano secuencia espectacular: Anna viene de una discusión en la cocina, entra por un pasillo al cuarto, despierta al niño y empacan las maletas, salen y bajan al primer piso saliendo de la casa, encuentran la camioneta y se suben para salir de la finca a la carretera… ¡es tremendo!

PP: Fue una escena que planteamos con “Jacq” porque no quería cortes, también por el estado de ánimo de la actriz y porque era el punto de giro en el que ellos deciden emprender su viaje ya volados. Entonces desde que ella tiene una discusión con su cuñada en la cocina hasta que llegan al carro y nos metemos ahí todos, está sin cortes. Fue un momento para ver cómo nos movíamos igual el foquista, la cámara, los actores… Lo ensayamos mucho y sólo lo repetimos como tres veces porque ya uso claro como subirnos al carro sin que se notara. Hay otra escena donde los protagonistas van por la carretera de noche y tienen que detenerse en medio de la nada. Está iluminada sólo con las paradas del carro porque en el cine es importante ver y no ver. Y yo no tenía luces, pero tenía que resolver la escena y generar tensión. Me preparé: hice pruebas antes, si uno se va a meter a hacer eso tiene que saber los límites, pero ya sabía que la cámara y la óptica respondían. Yo acababa de hacer ‘Los 33’ también con las cámaras a 1600 y había visto el resultado.

 Detrás de Cámaras: «Anna»

 

JPP: Hablando de planos secuencia, en ‘Los Viajes…’ tenemos un par. El primero inicia en la ribera del río mientras los personajes y el burro se bajan de la canoa, pasan por la estación y salen al mercado, ahí sí que hay un alto contraste…

PP: Siempre la exposición fue para el exterior. También soy partidario de que los espacios tienen su luz propia y uno pasa por zonas de luces y sombras. Es la vida real. A veces no tengo que ver al actor, ya lo veo toda la película, a veces es más importante lo que uno no ve. Aquí tenemos un plano muy bello con un burro navegando en canoa, en Mompox, saliendo a la plaza con el mercado y la algarabía. Este plano fue súper preparado, súper armado, de época, ensayadísimo, no puse luces ni nada porque si no veo la necesidad de meter luz no la meto. Ahora, es también una diferencia con hacer películas de gran presupuesto. Por ejemplo, me pasó en ‘Blunt Force…’ que tenía grandes actores, porque la cara del actor es la que paga la película. Pero esas cosas las hablas y no hay problema.

Ya casi sobre el final vemos otro plano secuencia con Fermín, que fue una noche americana y la escogimos para que justamente al final de la toma fuera ese azul… (jejeje). Entonces filmamos toda la noche para que terminara justamente en la hora de ese azulito, después de que empiece a salir el primer brillo de luz. Con Ciro es muy rico trabajar en ese sentido porque él respeta mucho las horas, que son parte de la obsesión de nosotros los fotógrafos, porque la luz es bonita cuando es.

Esas son peleas que yo doy, pero si el director está conmigo, pues mucho mejor. ¡Lo que gana a nivel de producción el cómo se ve la película! En esta película hay una escena que es maravillosa, la escena de los duelos de acordeones: muy complicado durante hacer porque la gente que estaba -actores naturales de la región-, no van a filmar tres noches porque son campesinos y tienen que trabajar. Entonces nos tocó hacerla en un plano secuencia porque además era cantando; dura como 12 minutos. La escena se cortó en edición, pero la hizo de una vez porque era la única forma en que se logró tener a estos señores cantando con el público respondiendo y que tenían esa sensación de estar ahí.

Detrás de Cámaras: «Los Viajes del viento»  

 

JPP: En España hay un dicho: “cada directorsillo con su librillo” y es que una de las labores del cinefotógrafo es permitir que su director dirija…

PP: ¡Claro! Hay una línea muy delicada que pasan muchos operadores. Yo no me meto más allá de donde debo meterme. Si me doy cuenta de algo y le puedo sugerir, me lo llevo a un rincón y se lo digo allá, en el oído, donde nadie nos vea. Pero es una sugerencia. Tú tampoco puedes invadir su espacio como puedes permitir que invadan el tuyo; por ejemplo, tú que estás todo el tiempo al frente de la cámara eres el primero que ves a los actores, entonces siempre el actor te está preguntando, ¿cómo lo hice, bien, lo hice mal? Y tú no puedes responderle porque de pronto el director quería otra cosa… Ahora, los actores naturales están ahí por algo. Yo como vengo del documental, soy mucho más libre, trato de observar el personaje, no voy a forzar a alguien a que llegue a la marca porque el hombre va a estar pendiente de la marca y no de lo que tiene que hacer. Por eso a mí me encanta el documental, porque eres más libre y tienes que actuar muy rápido, estar en la jugada, que es lo que debe tener un operador de cámara, estar pendiente de la escena, no de lo técnico ni del trípode, para eso está el asistente.

JPP: Ahora pasemos a la película ‘Chocó’. Hay un incendio de una casa; ahora recuerdo por contraposición que en ‘Pickpockets’ hay una gallera que se incendia

PP: (Jejeje) Una cosa es con presupuesto y otra sin presupuesto. Aunque esa casa en ‘Chocó’ fue 65 lo que más costó, creo, porque era construir la casa en ese lugar bellísimo para poder incendiarla, pero pues, como era una comunidad pobre y sabían que íbamos a quemarla, nos decían “no la queme”, “regálemela”… ¡uh! entonces lo que hicimos fue meter una flautas y hacer como si se quemara. Ese largo fue muy interesante de hacer porque no es solamente llegar a una comunidad e invadirla durante tres semanas o un mes, sino también es dejarle algo. Jhonny y su productora generaron una especie de taller de documental: les enseñaron a manejar cámaras, a contar sus historias; nosotros trabajamos con toda la comunidad, toda la gente que estaba alrededor de nuestra era de la región y fue muy bello trabajar con ellos. En ese largo hacíamos planos amplios en los que se desarrollara la acción entre los personajes. La película empieza con un plano general que en cine es muy bello, están jugando al dominó y ellos se pierden en la luz, la sombra y el fondo de la calle, también iluminado con tres, cuatro cosas, como para no interferir dentro de esa dinámica y no ser invasivos. Es algo que también he estado tratando de hacer con mi equipo: no ser invasivos.

JPP: Pensando en ‘Pickpockets’, el departamento de fotografía no es tan grande, pero en algunos momentos tenemos hasta tres cámaras…

PP: ¡Ah! porque estaba la cámara de arriba y en algunas escenas había otra cámara, pero en muy pocas realmente. En la que sí utilicé muchas cámaras fue en ‘Blunt’, tres cámaras casi todo el tiempo. El director es un personaje interesante. Es un ex policía de New York que después empezó a escribir guiones y lo llevó a Hollywood, pero su formación fue un poco en televisión, entonces la forma en que él filma es a dos o tres cámaras aprovechando al máximo los espacios y las tomas que pueda hacer. Como cinefotógrafo tengo que acoplarme para trabajar con ellos: uno viene más de la televisión, el otro viene más de la edición y con “Jacq” era cámara al hombro todo el tiempo.

‘Carteristas’ es una reinterpretación de la ciudad. Queríamos que la ciudad fuera protagonista, es una mezcla de géneros con un carácter realista que puede ocurrir en París, en Londres o Singapur. El guión está escrito originalmente para Londres. Entonces es una historia universal recreada en una ciudad como Bogotá, que es caótica, dura, pero que también tiene cosas muy bellas, por ejemplo, el sector de Las Cruces que me parece un barrio maravilloso, con la mejor vista de la ciudad, con calles y construcciones de una inventiva maravillosa.

Son formas de ver diferentes, como la forma de ver de las mujeres, distinta a los hombres; cuando trabajo con directores también veo que se relacionan con los personajes y con las historias desde otro punto. Las operadoras ven otras cosas que, de pronto, los hombres no vemos. Es otra manera de contar las historias y tienen mucho que aportar a la manera en que vemos este mundo. En estas profesiones, tenemos que liberarnos del punto de vista machista, el patriarcado pues. Entonces ese otro punto de vista aporta muchísimo, a la discusión, al lenguaje, a la obra. Por ejemplo, me gusta lo que hace Adriana Bernal, gran colega, gran fotógrafa y gran docente. Me gusta Sofía Oggioni, que fue asistente mía en ‘El Rey’ y en ‘La Cerca’, es una gran directora de foto también, es de una sensibilidad increíble.

JPP: Para ir finalizando, algo muy concreto sobre un tema que ya hemos tocado por los laditos: el presente del cine colombiano.

PP: Pues yo creo que estamos haciendo más, hay puntos de vista, hay otro tipo de historias, no sólo las mismas contando lo mismo, que son válidas también porque no podemos negar que hemos vivido 60 años de violencia, que hemos vivido un narcotráfico que ha permeado a toda la sociedad, no le podemos dar la espalda a eso. Es parte de la reflexión, debemos seguir explorando todo el país.

Vamos a seguir explorando los géneros. ‘El Rey’ es cine negro, hay terror con ‘Mayolo’ y ‘Sangre de tu Sangre’‘El páramo’ también está ahí. Nosotros hicimos un film-noir amazónico. Estamos metiéndonos en otros géneros y eso es interesante. Ahora, esa reinterpretación de los géneros hay que verla con mucho cuidado porque no podemos copiar exactamente lo que hacen en Estados Unidos. Para nosotros, por ejemplo, lo que tiene que ver con muertes, descuartizamientos, es un tema delicado. Entonces ojo al tocar eso, porque las heridas están ahí, siguen sangrando, hay que saber dónde estamos parados. Los géneros aquí es otro tema que estamos explorando ya ver a dónde llegamos.

JFPP: ¿Y cómo te ves a futuro? Planteándome esta entrevista espero si algún día podamos hablar de la “fotografía cinematográfica colombiana…”

PP: Creo que si se podrá hablar. Nosotros vemos la luz de una manera y reinterpretamos desde ahí, o sea, sí hay un punto de vista, hay una forma de ver las cosas, tiene que ver con cómo se está enmarcando y cómo se está contando; entonces sí creo que en algún punto vamos a tener algo como Figueroa lo hizo en México, que creó escuela gracias a la cual hoy tienen a Lubezki y a Prieto. Lo mismo con todos estos grandes cinefotógrafos argentinos que tienen toda una historia: Hugo Colache y “Chango” Monti, que son cinefotografías de muchos años haciendo, creando.

JPP: Con lo cual ¡futuro es lo que tenemos! Porque hemos tenido pasado.

 

  Octavio Arauz DF de “Los lobos” de Kenji Kishi  (2019)

Publicado por Comuncacion AMC (Sociedad Mexicana de autores de Fotógrafa Cinematográfica) – 3 de noviembre de 2020

Un largo viaje en carretera bajo la luna llena marca el inicio de la historia de Lucía y sus dos pequeños hijos Max y Leo. Esta trama se caracteriza por retratar un tipo diferente de migración; aquellos que llegan a Estados Unidos sin necesidad de arriesgar su vida a través de travesías peligrosas. Se muestra a aquellos migrantes que llegan en auto o por avión, y que se quedan allá buscando una mejor calidad de vida sin importar el costo que esto representa.

Lucía es madre soltera, con poco (casi nulo) conocimiento del inglés y ningún conocido; se aventura a buscar trabajo para sacar a sus hijos adelante con la angustiante necesidad de dejarlos solos, por muchas horas, en un pequeño departamento que alquilan. Max y Leo deben entonces sobrellevar jornadas largas en soledad sin nada más que un poco de comida; una grabadora y un par de cintas que contienen las reglas que los niños deben de seguir durante la ausencia de la madre, así como lecciones de inglés; y su imaginación infinita.

Escrita y dirigida por Samuel Kishi (Somos Mari Pepa, 2013), la película nos invita a viajar en conjunto con la imaginación de “Los Lobos” (Max y Leo) y una nueva realidad a la que los pequeños tendrán que adaptarse. El Director de Fotografía tapatío Octavio Arauz, nos comparte su labor para lograr una estética que apoye la historia.

Un viaje a los recuerdos

Octavio comparte que desde joven tuvo habilidad con el dibujo y las artes plásticas. Inclinación que lo llevaría a perseguir una carrera en pintura, sin embargo, la necesidad de ir más allá en su crecimiento profesional y en su habilidad para transmitir emociones e ideas a través del arte lo llevó a estudiar cinematografía en la Universidad de Guadalajara. Dentro del Departamento de Imagen y Sonido de dicha universidad encontró el reto y la disciplina que buscaba para sí mismo.

La relación con el director de “Los Lobos”, Samuel Kishi, comenzó en la universidad, a pesar de no pertenecer a la misma generación. El director se acercó a Octavio con el primer proyecto que harían juntos: “Somos Mari Pepa” (2013). “Cuando salimos de la escuela, Samuel me abordó porque aún no tenía DF para su proyecto. Vio unos cortos que yo había realizado siendo estudiante, le gustó mi trabajo y así comenzamos a colaborar”. Durante la carrera, Octavio tuvo la oportunidad de probarse como director de fotografía de algunas tesis estudiantiles; estos trabajos ayudarán a su profesionalización en esta rama y llamarán la atención de profesores que lo recomendarán con Samuel.

Después de un par de años colaborando con Samuel en publicidad, el director de fotografía fue la primera opción para “Los Lobos”. “Samuel escribió esta película junto a Luis Briones y Sofía Gómez Córdova. Siempre me contempló para este proyecto. Creo que hacemos una buena mancuerna desde Mari Pepa. Nos sentimos muy bien trabajando juntos y tenemos la misma perspectiva de lo que es el cine”.

La visión de la infancia 

“Esta historia es semi-autobiográfica para el director; las películas que he hecho con Samuel, curiosamente, se han vuelto también parte de mí. Es necesario que te apropies de las historias en las que trabajas, que la hagas tuya y que la sientas. Un mismo canal en el equipo para que todo fluya mejor. En este caso la empatía viene desde el hecho de que todos fuimos/somos niños. Coincidía también en el tema de la migración, mi madre por ejemplo, al igual que Lucía y que la madre de Kishi, se fue también un tiempo a los Estados Unidos”.

“Para apoyar la historia, traté de verlo desde el punto de vista de los niños; ellos son, en realidad, la columna vertebral de todo lo mostrado. El reto fue crear el mundo de los niños dentro del departamento. Que se sintiera lo que es el encierro, pero cuando comenzaban a imaginar se sintiera un espacio grande y lleno de fantasía. En este caso el recurso de la animación ayudó mucho, siempre reforzado con el uso de la puesta en cámara”.

“Sabemos que esta película será vista por adultos, pero estamos creando una visión de la infancia para ellos. Los recursos técnicos iban dirigidos a eso. Crear una pequeña analogía a los recuerdos con estos acentos en la fotografía”. ‘Los lobos’ fue filmada con Alexa Mini para proporcionar al DF de libertad de movimiento en las escenas. “Quería disminuir el peso de la cámara. Me gusta moverme mucho y poder posicionarme donde se requiera. Casi todo fue en con easy rig y la mayoría de las tomas fueron realizadas con los lentes de 35mm y 65 mm. Este último tenía una particularidad, ya que era un lente macro entonces, sus aberraciones eran aún más marcadas”.

La selección de la óptica fue un tema a la hora de encontrar la estética adecuada para el proyecto. Una de las consideraciones principales fue la idea de crear una sensación de recuerdo. “Desde un inicio queríamos usar lentes anamórficos. Buscábamos esa distorsión que ofrecíamos, no queríamos el típico flare horizontal. La aberración nos ayudaba a recrear la sensación de la memoria o recuerdo que queríamos; Nos permite centrarnos en puntos específicos del cuadro. Probé unos Hawk, pero la distancia focal mínima era de un metro y nosotros queríamos proximidad e intimidad. Después encontré los Cooke Special Flare y fue una maravilla. Nos proporcionaron el paquete completo: proximidad, sin flare y esa textura cremosa y romántica: todo se sintió muy orgánico.

Cada vez es más habitual encontrar actores naturales dentro de las películas mexicanas, es decir, no actores que por su fisonomía o características individuales son requeridas para interpretar un papel en específico, “Max” y “Leo” (hermanos en la vida real) fueron seleccionados para este proyecto después de un largo casting. “El trabajo con ellos fue fabuloso. El trabajo previo de Kishi y la coach de actuación fue importante y grandioso. Se nota esa magia y frescura en los planos. Uno de los retos, fue mantener el punto de vista: ni tan arriba, ni tan abajo. La espalda me pasó factura aun estando en rodaje”. “Me presente a los ensayos de los niños para que se acostumbraran a reconocer, y que fueran a la cámara y su importancia; cuando llegaba la cámara era para trabajar. No quise entrar en tanta confianza con ellos para que se sintiera la autoridad. Por supuesto que son un amor, te encariñas, ríes y juegas en algún momento”.

En un principio Octavio planeó llevar a cabo un equipo lumínico grande, después por cuestiones de producción todo se redujo a textiles, LEDs, Jokers y un HMI como fuente lumínica más grande. “Considero que esto nos ayudó, sobre todo con los actores, ya que tal vez más equipo hubiera sido más intimidante”.

Al tener pocas luces, el tiempo de preparación del conjunto era relativamente corto. Esto fue de mucha importancia pues tienen niños en set y el tiempo debería de aprovecharse al máximo. “Otro de los retos grandes a los que nos enfrentamos eran las jornadas tan reducidas por tener niños en el set. Teníamos que ser muy precavidos de no rebasar las 6 horas de trabajo, no queríamos que todo el esfuerzo realizado se fuera por algo tan tonto como pasarte una hora de llamado. Hicimos un “cambalache” con las horas de comida, para tener el mayor tiempo posible con los niños”.

Problemáticas

“Los lobos” aborda problemas que van desde todo aquello que tiene que enfrentar un padre para sacar adelante a sus hijos: largas jornadas de trabajo, migrar, mala alimentación; pero también habla de problemas como el racismo, el fanatismo religioso, la drogadicción, el clasicismo y problemas económicos. Hacia el final de la película, se muestra una serie de retratos en video, es decir la cámara capta por unos segundos los rostros de alguna persona en su entorno, o realizando alguna acción muy específica. Estos retratos fueron de las personas que habitan la misma comunidad en Alburquerque que los niños; se ilustran los problemas a los que se enfrentan algunas personas que viven en la marginalidad. “No sabíamos si iban a funcionar los retratos, temíamos que se sintiera muy autoral, pero a la vez creíamos necesario tenerlos; muestra el abanico completo del problema, no solo el de esa familia en especial, sino de toda la comunidad chicana, de la comunidad de los migrantes, de la gente adicta”. Lucía y sus hijos llegan y se hacen parte de un mundo con una magnitud de gente con problemas igual o más grandes a los que ella se enfrenta.

Como parte de las referencias, Octavio menciona el trabajo de la documentalista estadounidense Mary Ellen Mark, quien trabajaba justamente con comunidades marginadas. “Se siente intimidado de la cámara con sus personajes. Siguió a una chica por 30 años, y la cámara estuvo presente cuando había sentimientos íntimos, y desgarradores. A pesar de ello, su trabajo se mantiene honesto, debido a que el personaje le da permiso de estar con ella. Nosotros buscábamos lograr esta cercanía, proximidad y naturalidad con los niños y su relación con la cámara; buscamos que el espectador se sintiera como parte de su universo”. Los retratos arriba, justamente apoyan esta idea de conocer más allá del universo de Lucía y sus hijos.

Octavio nos comparte un poco de su proceso de trabajo con el director Samuel Kishi.

“Leemos el guion y se crea la propuesta estética; a veces se reescribe con base a mi propuesta estética y tomando en cuenta la parte técnica de que es lo que se puede hacer y qué es lo que no; viene el shot list, son luego semanas de pláticas y me llevo mi lista y el story; se analiza todo un detalle y una vez que el storyboard está listo, Kishi hace un animatic y comenzamos a debatir sobre el montaje. Funciona mucho porque ahí si descartamos planos que sabemos que no pueden pegar, continuamos hasta tener un pequeño mapa”.  “Cualquier película es como un ente vivo que siempre se va alimentando y reescribiendo conforme avanza el tiempo, hay que saber escucharla, no cerrarse a fuerza por un plano, por ejemplo. Si las situaciones nos están diciendo que algo no va, pues optar por otro tipo de soluciones”. “Hago el storyboard para tener claridad grande de lo que voy a hacer, y tener claro cada plano en mi cabeza, pero también eso sirve para tener un mapa de todas las personas y tener una imagen gráfica, creo que sirve más que tener algo más abstracto que sólo texto. Me siento satisfecho por haber logrado mi propuesta inicial, pues hubo un gran y arduo trabajo detrás”.

Además de la buena mancuerna que existe entre el Director y el DF, hubieron otras personas que enriquecieron el trabajo realizado en esta película. Hania Robledo estuvo a cargo del diseño de producción. Hania estuvo nominada con “Frida” en el 2003 al premio Óscar por Mejor Diseño de Arte. “Nos volaba la cabeza con lo que modificaron, todos esos lugares que se ven aventajados en la película en realidad eran nuevos. Esto nos hizo replantearnos cómo pudo desenvolverse los personajes en los lugares. En mi mente, en un inicio todo era más gris, pero ella decidió usar tonos más cálidos que de hecho si reforzaban la vibra ocre que hay en Alburquerque”.

Para la parte final del proceso, Octavio realizó la corrección de color con Phaedra Robledo en Cinema Máquina. “Nos entendimos muy bien, ya que llevaba una referencia puntual. Me parece que ella es pintora, y su ojo está perfectamente educado. Antes de la película hice unos Luts para tener idea de a dónde quería llegar en ciertas escenas. Al final usamos un Lut general, el de batalla para el espacio interior; había otro para contraluces; otro para atardeceres; y un cuarto para la calle, cuando el sol estaba en una situación de mucho contraste”.

Como conclusión, Octavio resalta la importancia de la descentralización del cine. Ya no es solamente la capital donde se producen los contenidos. También es necesario reconocer que no solo de las escuelas más conocidas viene el talento. “No sé si sea por la facilidad que existe actualmente de conseguir cámaras digitales. En Guadalajara está creciendo mucho la industria. Es un proceso largo, pero poco a poco está dando frutos”.

“Los lobos” película estrenada en el Festival Internacional de Cine de Busan (Corea),      ha sido acreedora a varios reconocimientos: 
– Festival de Cine de la Habana: Premio SIGNIS ‘Mejor Película (2019)
– Festival Internacional de Cine de Berlín: 2020 mejor película Premio: Premio      
  Cine Paz
– Festival Internacional de Cine de Friburgo (Suiza): Premio Especial del
  Jurado (2020)
– Festival de Cine de Miami. Mejor Película- Competencia Iberoamericana de
  HBO (2020)

Filmar un video con un iPhone al estilo de Steven Soderbergh

Foto via Bleecker Street.

 

Inverse – Abril de 2018
Por Jourdan Aldredge

 

Aprenda cómo puede dominar la realización de películas con teléfonos inteligentes con algunos consejos y trucos de uno de los cineastas más innovadores del juego.

Hacer películas con teléfonos inteligentes ya no es un truco. De hecho, está ingresando al mundo del cine serio ahora que Steven Soderbergh, aclamado cineasta y director de Logan Lucky, Traffic, y Magic Mike, ha adoptado la tecnología en ciernes.

En un articulo recienre en Inverse, Soderbergh ofreció los siguientes puntos de vista sobre la realización de películas con teléfonos inteligentes en función de su experiencia al filmar Unsane (Perturbada), un thriller de terror psicológico protagonizado por Claire Foy, que filmó íntegramente con un Iphone 7 Plus.

Obtenga un guion y un iPhone y comience a grabar

Quizás la conclusión más importante del artículo es que la grabación con teléfonos inteligentes es una opción a la que cualquier cineasta puede acceder en cualquier momento. La industria cinematográfica es igual para todos cuando todo lo que necesitas es un guion, un teléfono inteligente y algunos amigos que te ayuden. Aquí hay algunos excelentes recursos para saltar a un guion de inmediato.

Resolución 4K

Imagen de Inverse

 

Para Unsane, el equipo de Soderbergh usó tres teléfonos iPhone 7 Plus. El iPhone 7 Plus se destaca por sus cámaras integradas de gran angular y teleobjetivo de 12 megapíxeles mientras que también graba video en 4K real a 30 fps (1080p HD a 30 fps y 60 fps). Con 4.000 píxeles finalmente como opción, la transición a la pantalla grande se vuelve mucho más viable.

Lentes acoplables

Imagen de Inverse 

 

Junto con las cámaras del iPhone 7 Plus del equipo, la producción de Unsane también usó lentes acoplables para una mayor variedad de tomas que las opciones estándar de lentes incorporados (aunque, según se informa, también las usaron). Unsane usó específicamente tres lentes Moment para una variedad de opciones de gran angular a macro: una lente de 18 mm, una lente de 60 mm y un verdadero ojo de pez.

Aplicaciones de terceros

Soderbergh también encontró algunas buenas aplicaciones de iPhone de terceros para algunas apariencias y distorsiones únicas, la más notable es FILMIC Pro (que también estaba detrás de la funcion de captura de IPhone de 2015, Tangerine). Además de ayudar a los cineastas a filmar en formatos LOG y de curva gamma plana para obtener un contenido de datos más rico usando el iPhone, FiLMiCPro ayudó específicamente al equipo de Soderbergh a crear algunas distorsiones estilizadas únicas para escenas clave de la película.

Según los informes, el equipo también usó la aplicación FILMIC Remote (que ofrece control remoto de grabación desde otro teléfono o dispositivo) para capturar algunas tomas únicas que implicaban colocar la cámara boca abajo en varios lugares creativos.

Mira al futuro.

Con Unsane ya teniendo un buen comienzo en la taquilla (después de las excelentes críticas de Tangerine), la realización de películas con teléfonos inteligentes claramente ya no es un concepto lejanoEs el aquí y ahora. Soderbergh, para su crédito, ha estado predicando durante años que hacer películas con teléfonos inteligentes es una «mirada hacia el futuro», pero con su configuración de iPhone 7 Plus sorprendentemente barata y fácil, parece que ese futuro es ahora.

Angus Hudson BSC, DF de “Último pasajero” de Omid Nooshin (2013)

BRITISCH CINEMATOGRAPHER

Angus Hudson BSC/Último pasajero

 

Last Passenger es un thriller independiente sobre un puñado de pasajeros cotidianos en un tren de cercanías londinense a gran velocidad que es secuestrado por un conductor misterioso. La película de 1,8 millones de libras está protagonizada por Dougray Scott y es el primer largometraje del guionista y director Omid Nooshin. 

Fue filmada por Angus Hudson BSC en solo 26 días en Shepperton H Stage, con otros 3 días de recogida en el escenario de Pinewood’s Bond (Pinewood Films es uno de los patrocinadores de la película).

Inicialmente, Hudson dudaba en comprometerse con un proyecto tan ambicioso con un presupuesto comparativamente bajo, pero una herramienta de ventas hecha por el director finalmente lo hizo cambiar de opinión. Para mostrar el potencial comercial de la película, Nooshin había creado un teaser falso, filmado en una Canon 5D using lentes anamórficos caseros, por tan solo £ 500. No solo ayudó a recaudar fondos, el teaser también demostró ser una herramienta valiosa para sentar las bases de la estética de la película. «Normalmente, cuando uno tiene una reunión sobre una película, obtiene un guión, puede obtener algunas referencias visuales y discutir algunas películas», explica Hudson. «Lo que fue particularmente útil de tener un adelanto hecho por el director fue que me mostró exactamente lo que Omid estaba tratando de hacer. La estética que había descubierto era muy cinematográfica y muy similar a la mía. Fue un lugar fantástico para comenzar».

Al no poder permitirse rodar en 35 mm, los realizadores optaron por usar el ARRI Alexa junto con lentes anamorficos (el 4×3 Alexa no se había lanzado en ese momento). Hudson dice: “El problema con la cámara y las lentes que habíamos elegido era que filmaríamos x2 anamorficos en un sensor de 16×9 (en Log-C), por lo que terminaríamos con una imagen no comprimida de 32×9 que, una vez recortada a 2.35:1, significaría que habíamos perdido aproximadamente el 32% de nuestra resolución disponible. Pero después de ver los resultados de las pruebas, nos sentíamos cómodos».

Hudson y Nooshin optaron por la gama Cooke Xtal Express de lentes anamorficos, originalmente lentes esféricas sido de la década de 1930 que reubicadas y modificadas con elementos anamórficos por Joe Dunton en la década de 1980. Hudson dice: «Estos lentes son enormemente ‘característicos’ y destellan maravillosamente, realmente ayudan a suavizar la imagen. Cuando se combinan con la resolución más baja y los filtros negros Tiffen Pro-Mist, le dan a la película una sensación muy aterciopelada».

 La decisión de rodar en anamórfico 2.35:1 tuvo tanto que ver con la narración como con la estética.

 

Por razones de presupuesto, Last Passenger usó un tren real como conjunto (montado sobre arietes hidráulicos para crear movimiento), aunque un inconveniente era que el equipo no podía volar ninguna pared. Nooshin quería tanta visión periférica como fuera posible para definir el espacio sin perder la intimidad de ver los rostros del actor, y el formato anamórfico lo mejor. Hudson también sintió que la sensación de las lentes anamórficas ayudaría a la sensibilidad de retroceso de la película, rindiendo homenaje a los thrillers clásicos de una época pasada. «Hay una taquigrafía visual con anamórfico que te lleva de regreso a las epopeyas de los años 60 y 70. Esencialmente, obtuvimos un aspecto muy tradicional de una manera muy poco tradicional».

Otro desafío de filmar en un tren real fue tratar de encontrar ángulos y movimientos de cámara interesantes, mientras trabajaba alrededor de los asientos existentes y los pasillos estrechos, lo que habría sido agotador en cualquier horario, y mucho menos en una función de 26 días. Una forma de combatir esta limitación espacial era un sistema de seguimiento aéreo, denominado ‘Planeador’, que Nooshin había concebido sentado en un tren real. Se dio cuenta de que la parte superior de los portaequipajes estaba aproximadamente a la misma distancia que la longitud de un deslizador estilo Ubangi, y corrían a lo largo del vagón. Pidió al departamento de arte que mecanizara rieles que luego se incorporaron de forma permanente e invisible en los portaequipajes del tren del estudio en el que se colocaría una ‘plataforma rodante’.

«Hay una taquigrafía visual con anamórfico que te lleva de regreso a las epopeyas de los años 60 y 70». – Angus Hudson BSC

 

Un elemento clave de Last Passenger fue el uso de retroproyección para el paisaje que pasa fuera del tren. Esta fue más una elección estética práctica y presupuestaria: Nooshin simplemente sintió que el proceso era más realista que la pantalla verde. Al realizar pruebas en su proyector doméstico, Nooshin descubrió que la ilusión de paralaje de movimiento se mantenía en un ángulo de visión de aproximadamente 90 grados, lo que significaba que se necesitaban tres ángulos (45 grados hacia adelante, 90 grados y 45 grados hacia atrás) para las tomas de placa para cada lado del tren. Estas placas se capturaron simultáneamente en un viaje en tren nocturno real utilizando seis cámaras Canon 5D filmando desde el compartimiento del conductor trasero a ambos lados del tren. Hudson agrega: «Creamos condensación y gotas de lluvia en las ventanas del tren en las que las imágenes proyectadas en el exterior se refractaban, agregando un mayor nivel de realismo», un proceso que fue muy apreciado por el elenco. «A los actores les encantó porque tenían algo a lo que reaccionar. Si pasábamos por una estación en el guion, en realidad sucedía fuera de las ventanas».

Una toma de retroproyección clave en la película muestra al hijo de pantalla de Dougray Scott, Max, mirando por la ventana a otro tren que pasa junto a él, y luego a un niño en ese tren que lo saluda. 

 

La toma se logró filmando primero (desde el exterior del tren) la toma del niño saludando sentado en el tren del estudio, luego sacándolo, entrando (ahora con Max), y proyectando la toma del niño saludando fuera del tren. ventana. El resultado es tan realista que uno nunca cuestionaría la ilusión de los trenes que pasan por la noche.

Hudson cita esa toma como una de sus favoritas y, para él, también destaca el acto de fe que toman todos los cineastas. «Cuando haces una película, piensas, ‘Espero que esto funciona’, y sales de eso diciendo, ‘Creo que nos salimos con la nuestra’, y luego, un año después, estás viendo el resultado final y que está pensando, ‘Wow, que realmente hizo el trabajo'».

Pantalla azul vs. Pantalla verde: ¿Cuál necesitas?

Por Charles Yeager
Enero de 2020

 

Vamos a aprender sobre las diferencias entre utilizar una pantalla azul y una pantalla verde para la composición de la clave de croma.

Así como el cine y las cámaras han avanzado a lo largo de los años, también lo ha hecho el uso de pantallas azules y pantallas verdes. Pero, ¿hay alguna diferencia real entre usar una pantalla azul y una pantalla verde? La respuesta es sí, y descubrirás por qué en este artículo. Si está buscando implementar una pantalla verde (o una pantalla azul) en su próximo proyecto, consulte nuestra guia de pantalla verde para conocer todos los detalles que necesita saber.

Comencemos definiendo la composición de clave cromática y viendo por qué usamos azul o verde en primer lugar. Luego, veremos los factores a considerar antes de elegir un color de pantalla para su próximo proyecto.

Definición de clave de croma

La composición Chroma Key es la técnica real de superponer dos imágenes juntas en función de los tonos de color. Cada color tiene un rango de croma, que es de donde proviene el término clave de croma. El fondo de color sólido actúa en gran medida como un mate para su material de archivo. Más tarde, en la posproducción, puede eliminar el fondo de color sólido para hacerlo transparente, lo que permite la composición.

Orígenes del color

¿Por qué usamos pantallas de color azul y verde? Porque son los colores que más se alejan de los tonos de la piel humana. Si observa una rueda de colores, observe que el azul y el verde se encuentran en el lado opuesto de donde suelen estar los tonos de piel.

El azul y el verde son los que más se alejan de los tonos de la piel humana, lo que los convierte en los más lógicos para usar como fondo.

 

Con la película, las pantallas azules se utilizan por varias razones. En primer lugar, el canal azul de la película tiene el grano más pequeño, lo que da como resultado un mate más limpio en los bordes y una imagen de mejor calidad. En segundo lugar, cuando el color azul se expone en una película en blanco y negro usando una luz azul, el color azul aparece como blanco brillante, que se puede usar con una impresora óptica para comenzar el proceso de composición. Para obtener más información sobre las pantallas azules y el proceso de impresión óptica, consulte el fantástico artículo de Mark Vargo sobre cómo trabajar en las películas originales de Star Wars y su cortometraje Blue Screen 1980.

Cuando las películas comenzaron a pasar a un proceso de posproducción digital, se produjo el surgimiento de la pantalla verde. Varios factores contribuyeron a esto, incluida la creciente popularidad de las cámaras digitales. Por un lado, la mayoría de las cámaras digitales capturan el doble de información verde que la capturan con los colores rojo o azul. Esto se debe a que el canal verde también se usa para la luminancia, lo que, a su vez, hace que el verde sea más fácil de eliminar en la posproducción. Las pantallas verdes también requieren menos luz que las pantallas azules porque el verde refleja más luz, nuevamente, porque tiene una luminancia más brillante. Requerir menos luz significa que es más barato de usar. El verde brillante también es un color mucho menos común en el vestuario y el guardarropa,

¿Cuál usar: azul o verde?

Así que la respuesta es clara, ¿verdad? Las pantallas verdes son superiores a las pantallas azules. Bueno, la realidad es que todo depende del proyecto. En la mayoría de los casos, una pantalla verde le servirá mejor. Pero, esto no es cierto en todos los casos. Exploremos los pros y los contras de las pantallas verdes frente a las pantallas azules.

Pantalla verde: pros y contras

Comencemos con las ventajas de usar una pantalla verde. Como se mencionó anteriormente, la mayoría de las cámaras digitales capturan más información en el canal verde. Esto da como resultado una clave más limpia alrededor de su sujeto, con menos artefactos de ruido. Las pantallas verdes también requieren menos luz, por lo que son geniales si tienes un presupuesto limitado. El derrame de las pantallas verdes también puede facilitar la composición de sujetos en una escena diurna, ya que el verde es más brillante. Esto le da al compuesto una apariencia más natural. Por último, una gran cantidad de efectos y herramientas de codificación digital están configurados para eliminar el verde de forma predeterminada. Esto puede acelerar su flujo de trabajo de posproducción, requiriendo menos ajustes para una clave limpia.

Las pantallas verdes requieren menos luz y capturan más información en el canal verde.

 

La mayor desventaja de las pantallas verdes es la cantidad de color derramado. Debido a que el color verde es más brillante que el azul, naturalmente rebota más luz. Esta luz tendrá un tono verde. (Actúa como una luz verde gigante y suave detrás del sujeto). Esto significa que los sujetos tendrán más color derramado sobre ellos, y puede resultar más complicado eliminar ese color derramado en la posproducción, especialmente cuando se trata de elementos como cabello, malla, reflejos metálicos o detalles finos de vestuario. Las pantallas verdes tampoco son ideales si está componiendo su sujeto en una escena nocturna u oscura. Una vez más, esto se debe a que el sujeto aparecerá anormalmente brillante debido a la luz reflejada de la pantalla verde.

Pantalla azul: pros y contras

El principal beneficio de las pantallas azules es que hay una pérdida de color considerablemente menor. Esto se debe a que el color azul tiene un valor de luminancia más bajo, por lo que no refleja tanta luz. Esto es de gran ayuda cuando tiene que filmar sujetos con pequeños detalles, ya que podrá retener ese detalle una vez que se complete la incrustación. Del mismo modo, puede ser muy difícil resaltar sujetos con cabello rubio en una pantalla verde. La clave de croma a menudo recortará demasiado el cabello. Los sujetos con cabello rubio son mucho más fáciles de capturar en una pantalla azul. Las pantallas azules también funcionan mejor para las composiciones nocturnas, ya que reflejan menos luz sobre el sujeto.

El color azul tiene un valor de luminancia más bajo, lo que permite que se derrame menos color sobre el sujeto. Imagen vía Mark Vargo.

 

La mayor desventaja de las pantallas azules es que requiere más luz para exponerse correctamente que las pantallas verdes. Esto puede ser problemático si no tiene una iluminación potente disponible o un presupuesto lo suficientemente grande para suministrar ese tipo de iluminación. Otra desventaja de las pantallas azules es que el color azul es mucho más común en la ropa y los disfraces. La ropa como jeans azules o un traje de negocios teñido de azul puede ser problemático, ya que requiere mucho más trabajo para teclear en la posproducción.

Conclusiones: pantalla verde frente a pantalla azul

Entonces, ¿Qué color de pantalla debería elegir? Como mencioné anteriormente, siempre va a depender del proyecto. Pero, aquí hay algunos factores a considerar cuando estás sopesando tus opciones.

Ventajas de las pantallas verdes:

  • Da como resultado una clave más limpia porque las cámaras digitales recogen más información
  • Requiere menos iluminación
  • La alta luminancia es buena para las escenas diurnas
  • Color poco común en la ropa.

Contras de la pantalla verde:

  • El derrame de color puede ser demasiado intenso, especialmente en detalles finos y bordes (o cabello rubio)
  • La alta luminancia no es ideal para escenas oscuras o nocturnas.

Ventajas de la pantalla azul:

  • Menos derrame de color es ideal para sujetos con detalles finos y bordes.
  • Una luminancia más baja es buena para escenas oscuras o nocturnas

Contras de la pantalla azul:

  • Requiere más iluminación, lo que puede ser costoso
  • Color de ropa común, lo que dificulta teclear en la edición

Mas allá de azul y verde

Incluso puede explorar el uso de otros colores para su pantalla de fondo. De hecho, tener un fondo totalmente negro o blanco es una opción, dependiendo de lo que esté filmando. Siéntase libre de ser creativo con él: se han utilizado muchas técnicas de pantalla diferentes a lo largo de las décadas. John Hess tiene un video sobre la evolución de la composición de pantalla verde que, recomiendo mucho, si desea saber más sobre la historia de la técnica.

Jin-mo Yang y sus técnicas de edición en ”Parasite” de Bong Joon-ho (2019)

Por Robbie Janney

Febrero de 2020

 

El editor Jin-mo Yang, nominado al Oscar, explica por qué todavía usa Final Cut Pro 7 y comparte su enfoque para editar Parasite, ganador del Premio de la Academia 2020 a la Mejor Película.

 Es difícil explicar la experiencia teatral que obtienes al ver Parasite. Es una auténtica montaña rusa de géneros, que pasa de un drama enérgico a una versión satírica de la estructura de clases, y luego te lanza por una colina empinada de la nada hacia un terrorífico territorio de suspenso. Cambia, se mueve, se tuerce y teje a través de estructuras de géneros cinematográficos tradicionales, dejando a la audiencia con un final deslumbrante pero confuso. Pero, ¿qué más podemos esperar del maestro cineasta Bong Joon-ho?

 Parásitos ha deslumbrado a las audiencias de todo el mundo, actualmente recauda 133 millones de dólares en todo el mundo, y ha obtenido tanto el premio Globo de Oro a la Mejor Película como el Premio de la Academia a la Mejor Película. También obtuvo un barrido histórico en los Oscar de este año, asegurando los premios a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Largometraje Internacional y Mejor Guión Original.

Jin-mo Yang recibiendo un premio por Parasite. Imagen vía CJ Entertainment.

 

Si abrimos el telón detrás de la realización de esta increíble pieza cinematográfica, hay mucho arte que acompañó a la visión de Bong Joon-ho formada en la sección de edición. Eso es todo gracias al editor nominado al Premio de la Academia de Parasite, Jin-mo Yang. Jin-mo ha colaborado con Joon-ho en algunas de sus otras obras famosas, como Okja y Showpercer.

Pudimos sentarnos con Jin-mo Yang para hablar sobre su flujo de trabajo para la película y su proceso durante la posproducción para lograr el fantástico resultado final.

Con un poco de ayuda de la edición en el set

 

Bong Joon-ho filmando una escena de Parasite. Imagen vía CJ Entertainment.

 

 Uno de los trucos de bolsillo de Jin-mo para capturar la energía durante la filmación es utilizar un editor en el set. Su asistente tomó las tomas directamente de la cámara y luego realizó una edición rápida sobre la marcha, de modo que el director y los actores tuvieron una referencia sólida para observar mientras interpretaban las escenas.

Jin-mo Yang: Tuve a mi editor asistente en el set, que ha hecho ediciones en el set para Okja, en Corea, también. Recibí las ediciones en el set en mi sala de edición y di retroalimentación directa, preparándome para la edición final. Entonces, esas ediciones en el set fueron en realidad las ediciones de montaje. Lo que aprendí de la edición en el set es que pude sentir más energía viral en el set, lo cual es inimaginable en la sala de edición. Tal energía, de hecho, no es esencial cuando se monta, pero es una experiencia crucial que un cineasta y un editor deben adquirir. En el set, el personal de producción y los actores luchan mucho para realizar una escena, y el editor en el set debe refinar esas escenas visualmente justo después del rodaje y mostrárselas al director para pasar a la siguiente escena con confianza. Con dicho proceso, puede encontrar fácilmente el ritmo de la secuencia y finalizarla con la versión preeditada con una estructura básica.

La técnica de edición de Yang crea un ritmo para cada escena. Imagen vía CJ Entertainment.

 

Este truco de edición en el set es extremadamente útil para evitar perder una toma. Y, dado que Bong Joon-ho no graba cobertura ni tomas maestras, es una excelente manera de preparar al editor cuando comienza sus primeros pases en la bahía de edición.

Uso de Final Cut Pro 7 en 2019

 

Yang utilizo Final Cut Pro 7 al editar Parasite. Imagen vía CJ Entertainment.

 

 Una de las partes más interesantes para aprender sobre Jin-mo (pero que no sorprende a los editores experimentados desde hace mucho tiempo) es su preferencia por Final Cut 7. Muchos editores de la vieja escuela saben que la actualización de Final Cut 7 a Final Cut X fue un cambio drástico y apagó muchos editores del NLE insignia de Apple.

 

Jin-mo Yang: Uso Final Cut Pro 7. He estado usando este programa durante más de veinte años y creo que es el programa más conveniente y estable. Pero, dado que Apple ya no es compatible con el programa, necesita mantener el sistema operativo en la versión Mac OS Yosemite. Siempre empiezo a editar desde la primera escena. Sobre todo, empiezo con cortes ásperos. Para “Parasite”, las ediciones en el set fueron las ediciones de montaje. Entonces, primero veo las ediciones completas en el set y las perfecciono desde la escena número uno..

Las ediciones en el set ayudaron tanto a los actores como al equipo con referencia a las líneas de tiempo. Imagen vía CJ Entertainment.

 

Jin-mo Yang: Cuando termino de afinar las escenas, reafirmo todo el flujo y el tempo de la película, y luego vuelvo a las escenas que tienen problemas, para editarlas plano a plano. Repito este ciclo una y otra vez hasta finalizar hasta los detalles más minuciosos. Después de obtener las tomas de música, ADR y VFX, las puse en cortes para que puedan mantener el flujo. Como sucede con la mayoría de los editores, una vez que haya encontrado su software de edición preferida, es difícil desconectarlo. Ahora, solo necesitamos que Apple lance una edición heredada de Final Cut Pro 7, por lo que no tenemos que mantener nuestras computadoras en Yosemite para acceder al programa.

Uso de la experiencia VFX en Edit Bay

 

Las tomas y transiciones orientadas a los detalles de Parasite ayudaron con el ritmo de la película. Imagen vía CJ Entertainment.

 

Una de las partes más fascinantes de Parasite fue su ritmo estelar, todo gracias a las tomas de montaje extremadamente orientadas a los detalles y las transiciones magistrales de un género a otro. Pero, a primera vista, no parece que se haya usado ningún VFX para crear estas secuencias. Dado que Jin-mo Yang tiene una gran cantidad de experiencia con VFX, como ser el supervisor de VFX para Snowpiercer de Joon-ho, pudo unir tomas para obtener ese aspecto específico que quería de la toma, que no fue capturado en el set.

Jin-mo Yang: Me encanta la secuencia caótica de «Ram-Don». Pero, una vez más, uno de los problemas que enfrentamos durante la edición fue que el ritmo de ciertas tomas se estaba retrasando. Esto iba en contra de la energía caótica que buscábamos.

Imagen vía CJ Entertainment.

 

Jin-mo Yang: Una solución que se me ocurrió fue «unir» varias tomas que tuvieron buenos ritmos, para que parecieran una sola toma. Por ejemplo, hay un plano cenital de las manos de Chung-sook preparando el ram-don. El problema era que los movimientos de Chung-sook eran demasiado lentos, lo que hacía que la toma fuera demasiado monótona. Entonces, sugerí que usáramos diferentes tomas para cada una de sus manos, para que pareciera que las está moviendo simultáneamente. Al ver la toma final, no notará que se creó uniendo varios componentes de dos tomas diferentes.

Imagen vía CJ Entertainment.

 

Jin-mo Yang: Otro ejemplo sería la toma de Ki-taek y Ki-woo, cada uno arrastrando a Geun-se y Moon-gwang hacia el búnker subterráneo. Esta también fue una composición de dos tomas diferentes porque después de que Ki-taek y Geun-se aparecieran en la toma, pasó mucho tiempo antes de que aparecieran Ki-woo y Moon-gwang. Entonces, una vez más, cosí las figuras para que estuvieran muchas más juntas y pudiéramos crear mucha acción en una sola toma. A través de esta técnica, pudimos crear los ritmos y ritmos exactos que queríamos. Aunque sutiles, estos ajustes fomentaron la energía caótica que perseguimos. Como ya puede adivinar, unir dos tomas como si resultase una tarea frecuente para mí. Uno de mis puntos fuertes es que mis habilidades de VFX son lo suficientemente competentes como para crear tomas de «simulacro» convincentes en el acto. Por lo tanto, podemos experimentar libremente, sin tener que esperar a que los proveedores de VFX creen las tomas.

La experimentación de Yang en el set facilitó el logro del éxito general de la película. Imagen vía CJ Entertainment.

 

Los editores saben que puede ser un proceso tedioso esperar a que un artista de VFX se comunique con usted con maquetas, por lo que tener la capacidad de obtener el aspecto que desea sobre la marcha, con su propia experiencia, es una excelente manera de obtener un corte preliminar con el aspecto que desea antes de enviarlo para recibir el tratamiento de VFX.

Pintar el ritmo del ritmo

 

La adaptación de una escena fue de gran importancia en el rodaje de Parásitos. Imagen vía CJ Entertainment.

 

Dado que Parasite se formó principalmente en los guiones gráficos, con poco espacio para la improvisación, el trabajo completo de edición no fue tan intenso para Jin-mo como en otros proyectos que ha encontrado. Pero una de las partes más difíciles del proceso de edición fue conseguir el ritmo adecuado en algunas escenas. En la escena final absolutamente loca de la película, hubo algunos momentos que tenían un significado extremo que necesitaban ser examinados y adaptados por expertos hasta el último cuadro.

Jin-mo Yang: De hecho, Parasite tuvo el proceso más fluido de lo que he editado hasta ahora. La edición en si no fue difícil. Más que la estructura de la película, creo que lo más importante para editar Parasite fueron los detalles y el ritmo de algunas escenas específicas. Si realmente necesito señalar uno, me gustaría decir que fue la «escena de la fiesta de cumpleaños». Hay una escena en la que Ki-taek y el Sr. Park hablan entre ellos vestidos con trajes de nativos americanos. Puse mucho esfuerzo en esa escena, ya que la esencia de la escena era maximizar la tensión entre los dos y capturar el estado emocional de Ki-taek con un toque delicado. Repetir este montón de tiempo para acortar y aflojar los cuadros con el fin de establecer un momento perfecto incluso para el momento de parpadeo de Ki-taek y el Sr. Park.

Los detalles y el ritmo de escenas específicas fueron de gran preocupación para Yang. Imagen vía CJ Entertainment.

 

En el clímax de la película, el patriarca de la familia Kim, Ki-taek, da un giro dramático —de una manera escalofriante— y apuñala a su jefe, el Sr. Park. Esta escena fue la culminación de todos los eventos de la película que se unieron de una manera extremadamente caótica. Dado que la revelación no se cuenta a través del diálogo, la edición de las tomas anteriores al apuñalamiento requirió un buen ojo para observar las expresiones que mostraron los actores para transmitir el mensaje.

Jin-mo Yang: La secuencia más difícil de editar fue transmitir completamente el cambio en las expresiones faciales de Ki-taek justo antes de apuñalar al Sr. Park. Desde que recibió el guión de Parasite, le preguntaron al director Bong por qué Ki-taek asesinó al Sr. Park. En ese momento, se sintió algo fuera de lugar. Al final, creí en la destreza actoral de Kang-hoSong (quien interpreta a Ki-taek). En cada momento esta secuencia, trabajé para descubrir las emociones y expresiones faciales más sinceras de Ki-taek. Cuando el Sr. Park lo “regaña” por no seguirle la corriente a la fiesta temática de los nativos americanos, su expresión facial comienza a cambiar de tal manera que la audiencia se convence de que Ki-taek está “cambiando” internamente.

Aspecto estético/técnico de «Parasite» de Kyung-pyo Hong (2019)

Por Logan Baker

Febrero de 2020

 

Echemos un vistazo a la cinematografía, el encuadre, y el guión gráfico de la última obra maestra de Bong-Joon Ho.

Parasite ha roto registros y cerebros en todo el mundo, y con razón. La película es una clase magistral de escritura, dirección, actuación, edición y cinematografía. En el canal de You Tube de la Acamedia Hurlbut, el equipo de Shane Hurlbut se sumergió recientemente en cómo el equipo de Parasite reemplazó el tono visual y la estética de la película ganadora del Oscar.

Enmarcando las tomas

Imagen via Academia Hurlbut.

Mientras escribía el guión, Bong dibujó maquetas de las casas de la película. Esto permitió que el equipo de diseño de producción tuviera una ventaja inicial en su trabajo. Cada casa fue diseñada con ventanas frontales que bastante reflejaban las ventanas de la otra casa. Para la familia pobre, la ventana es pequeña y su vista es la de un borracho haciendo sus necesidades. Para la familia rica, se creó una ventana más grande y expansiva (descrita con una relación de aspecto de 2,39:1), que da a un hermoso jardín. Además, la familia pobre vive bajo tierra, mientras que la familia rica vive en una colina.

Inspirado por Hign and Low de Kurosawa (|1963), Bong inicialmente filmo hacia la pobre familia Kim. Cuando el hijo se convierte en el tutor, la perspectiva cambia y lo miramos.

Habiendo trabajado primero con Bong en su película anterior, Snowpiercer, el director de fotografía Kyung-pro Hong filmó Parasite en Alexa65 para permitir tomas más amplias y abarcadoras sin necesidad de usar una lente súper ancha. Además, solo quiero decir que pienso en Snowpierce (2013)r al menos una vez a la semana, y creo que podría ser una de mis películas favoritas de todos los tiempos.

Iluminando

Si bien el estilo de encuadre y filmación de Bong ayudó a transmitir el tono de la película, la iluminación de Kyung-Pyo también tuvo un gran impacto en la forma en que se ven a los personajes y los escenarios. Por ejemplo, para distinguir aún más las diferencias entre ricos y pobres, Kyung-Pyo jugó con la luz del sol y la falta de ella. En la mansión de la familia rica, la mayor parte del interior de la casa se baña con luz natural de tonos cálidos durante todo el día. En el sótano de la familia pobre, la luz del sol solo entra por una pequeña ventana.

Kyung-Pyo también instaló lámparas de gama baja en el sótano: fluorescentes verdosas e incandescentes de tungsteno del tipo que encontrarías en un hogar coreano. Además, el tono de las farolas del exterior es de un rojo apagado.

Escaleras e Influencia

Imagen vía Paramount Pctures.

Las escaleras juegan un papel destacado en Parasite, lo que significa promoción y degradación en el mundo de la película. Se ve a la madre de la familia Kim subiendo las escaleras mientras la criada recién despedida camina hacia abajo y se aleja de la casa rica. Cuando Ki-jung comienza su lección de terapia artística, probablemente degradará a Yeon-kyo al indicarle que espere abajo. Y una vez que los Kim salen de la mansión, los vemos corriendo por varios tramos de escaleras, lo suficientemente lejos en la distancia que parecen pequeños insectos. Bong está citando el uso de escaleras por parte de Hitchcock en Pyscho como una gran influencia en la película. También se inspiró en The Housemaid de Ki-young Kim de 1960, que trató sobre una familia burguesa que se enfrenta a un intruso.

La importancia de la simetría

El trabajo anterior de Bong está lleno de tomas hipersimétricas, no realmente en el estilo caprichoso de Wes Anderson, sino más bien en el sentido de perspectiva de un punto de Kubrick. Sin embargo, Parasite hace algo diferente. Con Parasite, Bong nos regala tomas casi simétricas. Estas tomas fueron intencionales; Bong quería que sintiéramos que casi estábamos llegando a alguna parte y que nunca llegaríamos por completo.

llenando el marco

Al comienzo de la película, la familia Kim rodea a su jefe en el callejón cerca de su casa. La toma mantiene a la jefa enmarcada en el centro mientras cada miembro de la familia básicamente se mete en el marco para rodearla lentamente. Están cerca, y se mantienen unidos. Esta técnica presagia lo que está por venir. Los Kim también están presentes en algunas tomas del sótano. Mientras tanto, la familia Park a menudo se enmarca por separado, no junta ni unificada.

Este enfoque es genial en su sencillez. Como espectador, es posible que ni siquiera se dé cuenta de lo que sucede en las tomas cuidadosamente enmarcadas, pero lo siente. La historia en sí solo te ayuda a sentirlo más a medida que avanza la película.

dividiendo el marco

En otro ejemplo perfecto de «puede que no lo veas, pero definitivamente lo sientes», Bong usa elementos clave de ubicación física para dividir tomas entre ricos y pobres. En muchas escenas, hay ventanas, muebles de fondo o texturas en el vidrio que dividen el marco.

La casa y los lugares son personajes en sí mismos, y dudo que tengamos otra película tan meticulosamente elaborada en el corto plazo. Afortunadamente, el mundo ahora conoce la grandeza del director Bong Joon Ho.

Laszlo Kovacs ASC, DF de “Ghostbusters” de Ivan Reitman (1984)

Los Cazafantasmas se reúnen para salvar el mundo.

AMERICAN CINEMATOGRAPHER

Laszlo Kovacs, ASC y Ghostbusters

Este artículo se publicó originalmente en AC, Junio de 1984

Octubre de 2021 Personal de ASC

 

El director de fotografía detalla algunos de los desafíos de trabajar en su primera película masiva cargada de efectos especiales.
Por Randy Lofficier

Cazafantasmas tuvo sus inicios en la mente fértil del comediante y escritor Dan Aykroyd. Una de las estrellas originales de Saturday Night Live de NBC, la carrera cinematográfica de Aykroyd incluye 1941 (1979), The Blues Brothers (1980) y, en 1983, Trading Places. Según los informes, Aykroyd escribió un primer borrador del guión y se lo mostró a Bill Murray, un viejo amigo y ex alumno de Saturday Night Live. Murray y Aykroyd, a su vez, llevaron la idea al director Ivan Reitman, quien fue fundamental para cambiar el énfasis de la fantasía pura a la comedia más salvaje.

La historia, tal como se desarrolló, se refiere a un trío de científicos de la Universidad de Columbia, el mujeriego Venkman (Murray), el hambriento de dinero Stantz (Aykroyd) y el maníaco Spengler (Ramis), que son expulsados ​​de la academia y se proponen abrir su propia negocios: cazar fantasmas en la ciudad de Nueva York. El guión incluye una gran cantidad de efectos especiales, como las representaciones de los diversos espectros y demonios, el armamento sofisticado utilizado por los Cazafantasmas y una batalla culminante con un demonio extradimensional llamado Gozer, que se convierte en un malvavisco de 112 ½ pies de altura. ¡hombre!

El director de fotografía  Lazlo Kovacs ASC, fue elegido para tomar la fotografía. Sus créditos incluyen Easy Rider (1969), The King of Marvin Gardens (1972), Paper Moon (1973), Nickelodeon (1976), Nueva York, Nueva York (1977) y, más recientemente, Frances and Crackers. Kovacs describe su participación en la película: “Nunca antes había hecho algo así. Por eso estaba muy emocionado cuando Ivan me pidió que hiciera esta película. Fue un gran desafío porque tenía muchas facetas diferentes, la magnitud de los efectos visuales, el formato de 65 mm, etc.

«Tuvimos una comunicación bastante estrecha entre Ivan, Richard Edlund ASC, supervisor de efectos visuales, algunos de sus pintores y artistas mate, y yo mismo. Teníamos bocetos reales disponibles para todos nosotros para darnos una idea muy sólida de qué esperar y crear. Todo el mundo tiene que tener una idea de lo que sucede en las escenas, especialmente el director. Ciertas cosas tenían que planificarse y configurarse previamente, en cuanto a iluminación. Sin los guiones gráficos, no podríamos haber hecho eso porque, para ciertas cosas, no puedes esperar hasta el día de la producción. Hay que preparar muchas cosas antes de esa fecha. Por ejemplo, utilicé los arcos más grandes jamás construidos en Hollywood. ¡Construyeron 16 de ellos, y yo usé 14! Había construido contraventanas especialmente para estos arcos, porque necesitábamos simular un efecto de rayo. Por eso, cada toma tenía que diseñarse con mucho cuidado».

Refugiados de la academia, Stantz (Dan Aykroyd), Spengler (Harold Ramis) y Venkman (Bill Murray) en su primer trabajo real.

De hecho, fotografiar a los Cazafantasmas presentaba su propio conjunto de problemas. Los personajes se toman muy en serio las situaciones que surgen en la película y que resultan divertidas para el espectador. Por lo tanto, la filmación se hizo como si la película fuera un drama y no una comedia: “Iván quería que se viera como una pieza dramática de la película. Después, lo pensé y me di cuenta de que era realmente un gran enfoque. Realmente tenía mucho sentido”.

“Puedo estar agradecido con Ivan porque lo primero que me dijo, ¡y lo amo por eso! – era que no quería que esta película pareciera una comedia” – Laszlo Kovacs, ASC

El equipo hace su primera captura, en el elegante Sedgewick Hotel (que se realiza en el Biltmore Hotel en Los Ángeles).

“Automáticamente, todo el mundo graba comedia con el enfoque tradicional. Fotografía de muy alto tono, brillante, alegre y todo eso. He hecho otras comedias antes y, por diversas razones, siempre he seguido la vieja y tradicional forma de iluminar las películas de comedia. Pero, cuando lo piensas, la comedia es realmente una pieza dramática. De hecho, es más difícil de hacer que un drama. Especialmente una película con este tema: fantasmas sueltos en Nueva York, lo cual es una idea un poco tonta. Entonces, si no lo trata en serio visualmente, como lo haría con un drama, no tendrá ninguna credibilidad «.

Laszlo Kovacs, ASC

Reitman se había acercado a Columbia con el proyecto en mayo de 1983. En junio, la película estaba lista para funcionar, el único problema era que el estudio insistió en que la película estuviera lista para un estreno a principios del verano de 1984 para estar en los cines mucho antes de los Juegos Olímpicos. Esto fue especialmente difícil a la luz de la gran cantidad de efectos especiales: casi 200 tomas. Afortunadamente, la producción pudo contar con las habilidades de la recién establecida casa de efectos Boss Film Corporation (BFC) de Richard Edlund, donde la mayoría de las personas, incluido el director de artes de efectos visuales John Bruno, habían trabajado anteriormente en Poltergeist, lo que les brindó experiencia previa en el manejo de fantasmas.

A diferencia de la acción en vivo, filmada en el formato normal de 35 mm, los efectos especiales se filmaron en 65 mm. Esto, a su vez, enfrentó a Kovacs con nuevos problemas. «¡A veces, era como una historia de terror!» recuerda. “Fue realmente difícil debido a la cantidad de luz que requería el formato de 65 mm. No solo eso, sino que la gente de BFC necesitaba tanta profundidad de campo como pudiera darles. De esta manera, es más creíble crear la tercera dimensión invisible más adelante en su trabajo. Y para que pudieran coincidir con mi trabajo, tuve que establecer un cierto nivel de luz y seguir con él. Realmente traté de comprender sus problemas. Había gente realmente brillante allí. No había tenido este tipo de experiencia antes y aprendí mucho de ellos.

“Siempre hubo un problema de compromiso, ya que, idealmente hablando, se ilumina desde un ángulo. Pero, cuando tienes dos o tres ángulos, y especialmente los primeros planos, es muy difícil, porque tienes que hacer una elección múltiple. En una toma general, la cara está completamente iluminada, pero crea todo tipo de otras áreas de sombra en un marco. Luego, cuando cortas el primer plano, tienes que crear las mismas sombras y el mismo tipo de sentimiento. Si es una cara completamente iluminada, no funciona y no coincidiría con los cortes. De ahí la necesidad de llegar a un compromiso. Realmente tienes que iluminar el primer plano en el plano general, tan refinado como si estuvieras haciendo el primer plano por separado. Descubrí una forma, que era hacer los primeros planos al final. De esa manera, realmente podríamos refinarlo y cambiarlo. Fue muy interesante y, a veces, fue realmente un problema».

Otro problema al que se enfrentó Kovacs fue que las cámaras de 65 mm siempre tenían que estar fijas debido al problema de registro. Eso hizo que la cobertura fuera muy difícil, dice el director de fotografía, “Iván me pidió que utilizara dos cámaras de 35 mm y, siempre que pudiera, cubrir la escena al mismo tiempo en un primer plano y un plano medio, o en un plano completo y plano medio, dependiendo de cómo quisiera presentar la acción. Las cámaras de 35 mm tenían que excluir el ángulo que veían las cámaras de 65 mm, donde eventualmente estaría el fantasma, de lo contrario aparecería en el ángulo de 35 mm. La cobertura fue muy difícil, aunque, después de un tiempo, lo redujimos casi a una ciencia”.

El trío fundador encuentra su primera aparición en la Biblioteca Pública de la Ciudad de Nueva York.

Además de las habilidades de Edlund, Bruno y otras personas de BFC, Ghostbusters tuvo la suerte de contar con el talento de John DeCuir como diseñador de producción. DeCuir ha estado en el negocio desde la década de 1940, y sus créditos incluyen The King and I (1956), Cleopatra (1963) y Hello Dolly (1969). La tarea más difícil de DeCuir en Cazafantasmas fue el diseño del “Templo Gozer” ambientado en el Sound Stage 16 en los Burbank Studios. Este set, que medía 60 pies de altura, cubría todo el escenario. Representaba la parte superior de un edificio de apartamentos de Nueva York y estaba rodeado por un telón de fondo panorámico del horizonte de Nueva York retroiluminado de 360 ​​grados.

“Fue especialmente difícil en la etapa 16, donde hubo que rodar muchos efectos de 65 mm”, continúa Kovacs. “Un día, teníamos dos o tres cámaras de 65 mm y tres cámaras de 35 mm alineadas, haciendo la misma configuración. Tuve que iluminar básicamente para los 65 mm, para lograr el diafragma seguro f / 5.6, que ellos preferían. Pero, en determinadas situaciones, no pude darles más de f / 4 debido a las condiciones existentes.

Toma en el templo de la azotea diseñado por John DeCuir.

“El set presentaba un enorme problema logístico. Por ejemplo, Colin Campbell, mi jefe, construyó estantes de luz detrás del respaldo pintado de Nueva York, que tenía más de 400 pies de largo y 60 pies de alto. Había 7500 piezas de globos en forma de hongo de 300 vatios, estratégicamente ubicadas detrás de ventanas, horizontes, etc. Incluso las lámparas del parque eran pequeñas luces navideñas. Eso creó profundidad y vida en un respaldo básicamente inmóvil. Solo el montaje de ese escenario llevó seis semanas. solo el aparejo, sin la mano de obra, como el alquiler de equipos, cables, generadores, etc., cuesta $ 300,000. Una vez más, eso creó un problema porque se suponía que debía parecer real. Hicimos muchas pruebas con diferentes grados de intensidad de luz que entraba por las ventanas, el tragaluz, etcétera. Y, durante un tiempo, ¡nada funcionó! Pero, milagrosamente, el día antes de filmar, en la última prueba, se nos ocurrió algo que pensamos que era realmente creíble».

Según Kovacs, Ghostbusters, filmado en el escenario 16 durante 21 días, tanto él como el asistente de producción Michael Gross recuerdan el período como la parte más difícil de la producción, debido al tamaño del set y la naturaleza técnica de los efectos visuales requeridos. “Se requirieron tantas unidades de iluminación grandes. Casi no tenía nada más pequeño que 10K. Solo tenía unos pocos 5K, que usé en la acción de primer plano. Teníamos 14 Titanes, arcos regulares de 10K, además de grandes y anticuados 10K de ojos grandes. Todo el estudio tiene capacidad para suministrar 80.000 amperios y necesitábamos 50.000. Solo pudieron darnos 15.000 amperios, incluso cuando las producciones vecinas nos dieron todo su poder. Entonces, la Etapa 16 estaba rodeada de enormes generadores que se alquilaban a Walt Disney, Fox, Paramount, compañías de alquiler independientes, cualquiera que tuviera generadores. Teníamos 12 vehículos separados que generaban energía cada vez que encendíamos las luces.

“Este es un buen ejemplo de por qué una relación cercana con el gaffer es muy importante en una película como esta porque tienes que solicitar, con meses de anticipación, que en ciertas áreas necesitarás los llamados hot 10K. Tienen lentes calientes que reenfocan y recogen la luz, emitiendo un haz más pequeño y estrecho, pero tienes una mayor intensidad desde la misma distancia. En este caso, tuvimos que mezclar, porque necesitábamos tanto la cobertura amplia como la intensidad alta. Entonces mezclamos una lente caliente y una lente ancha. “La razón por la que tuvimos que usar estas enormes unidades fue que debido a la amplitud de los decorados, la luz tenía que viajar más distancia y tenía que ser de una intensidad abrumadora. Fue una lucha. Además, a veces había que ponerle un gel verde delante, o un gel rojo o una naranja, o una rosa, según lo que pasaba en ese momento en el cielo con los fantasmas”.

Kovacs es muy elogioso sobre los esfuerzos de John DeCuir. “Es un artista genial y brillante”, dice. “Todas nuestras luces estaban a 60 pies sobre el suelo. Al final de la escalera en el set está la pirámide de Gozer. Su pico estaba justo en las vigas. Luego, en la cima de la pirámide, necesitaba otro Titán. Pensamos que la única forma de hacerlo sería sacar las vigas y colocar una cama que cuelga del techo, que es, por supuesto, más alta que las vigas, y poner el Titán allí. Pero solo tuvimos que hacer eso por esa única luz. John DeCuir repasó las cosas con mucho cuidado con mi jefe y conmigo, para dejarnos lugares para las luces. Siempre crea cada set teniendo en cuenta cómo debe iluminarse. Aporta pequeños elementos arquitectónicos donde esconder luces, y un poco de interés visual que captaría un poco más de luz o algún tipo de textura.

“La idea era usar una luz de fondo fuerte en toda la escalera y también usar luz cruzada. En primer lugar, tuve que construir el stop hasta aproximadamente f / 16 porque, cuando aparece el fantasma, queríamos crear este efecto sobreexpuesto con todo bañado en luz. Tuve que darle a la cámara de 65 mm un diafragma de f / 8. Usé el mismo diafragma f / 8 en mi cámara, pero necesitaba dos diafragmas más de sobreexposición. Por eso necesitaba toda esta tremenda cantidad de poder. Además, crear el efecto de luz de fondo en realidad no es utilizar toda la extensión de las luces. Si enciende la luz delantera, tendrá una sobreexposición mucho antes. Es muy difícil sobreexponer con luz cruzada y contraluz «.

Partes de los Cazafantasmas se rodaron en locaciones de la ciudad de Nueva York, donde la producción utilizó un edificio real para representar la ubicación del templo de Gozer. Posteriormente, el edificio fue mejorado en varias tomas mediante el uso de mates y otras ópticas. Las diferencias de iluminación entre Los Ángeles y Nueva York fueron otro problema que tuvo que enfrentar Kovacs. “Tenía tres equipos de iluminación para esta foto. Tenía un maestro de Nueva York, Billy Ward, que era maravilloso. Tenía un piloto de California, Colin Campbell, además teníamos un equipo de aparejos que en realidad era más grande que los dos equipos de toma juntos.

El director Ivan Reitman mirando desde la izquierda, Sigourney Weaver es atacada por el perro del terror con la ayuda de una pequeña película mágica.

“Filmar de noche no es un problema porque creas tus propias condiciones atmosféricas con humo y luz de fondo. Pero, durante el día, la luz se ve diferente. Nueva York, en primer lugar, está muy al norte, y durante el invierno, el arco del sol es mucho más bajo, por lo que tiene una luz mucho más agradable, a diferencia de la luz uniforme del invierno en California. Y cuanto más alta es la luz, más fea es, especialmente en la cara. El sol de arco bajo te brinda maravillosas situaciones de luz de fondo. Entonces, lo que trato de hacer es escenificarlo, si tengo la oportunidad, o ver si el director puede colocarlo a contraluz o filmar desde una determinada dirección. Ivan siempre fue útil.

“Hay situaciones, sin embargo, en las que tuve problemas para hacer una coincidencia exacta, y tuvimos que dejar algunas tomas y rehacerlas aquí en Los Ángeles. En las tomas cercanas, puede colocar sedas y controlar la luz del sol, si no se trata de un área demasiado grande. Hubo bastantes escenas que tuvieron lugar frente al edificio Gozer que no filmamos en Nueva York, sino aquí en el backlot de Columbia. El edificio real se construyó en el segundo piso, y era lo suficientemente ancho como para que pudiéramos hacer algunas escenas más pequeñas, y tuve que filtrar toda el área».

Reitman, Kovacs (centro) y el equipo de producción ven cómo el actor Rick Moranis interpreta a su espeluznante coprotagonista «canino».

En el caso de Cazafantasmas, el primer roce real de Kovacs con una producción gigante cargada de efectos especiales, los desafíos se enfrentaron con un éxito considerable a pesar de las presiones de un calendario muy corto. Las dificultades encontradas demuestran una vez más la necesidad de colaboración entre el director de fotografía y el director.