A lo largo de mi carrera como docente y guionista profesional he leído casi todos los manuales y libros de texto relacionados con las escritura del guion. La mayoría de los autores repite las viejas fórmulas ya establecidas por los pioneros y las actualizan cambiando algunos términos por otros, lo que hace que en definitiva exista muy poco material teórico novedoso.
La experiencia me ha enseñado que por más que uno lea la mayoría de la bibliografía existente, nada tiene que ver con el resultado final que se obtenga. Si bien es importante formarse intelectualmente y no estoy en contra con hacerlo, al contrario, lo promuevo, el conocimiento de las reglas existentes en la escritura audiovisual no asegura el éxito de un guion. Entonces la pregunta que cabe hacerse es ¿qué es lo que garantiza que un guion sea exitoso? Y aquí las respuestas son varias.
En primer lugar hay que tener en cuenta al público, que es en definitiva quien paga por una entrada o quien sigue una serie de televisión. El público es el que manda, el que marca el terreno en el que los autores deben mover sus piezas. Sin el conocimiento del público al que va destinada la obra audiovisual es muy probable que cualquier proyecto que se inicie fracase. No es una regla de oro, pero es preferible no experimentar con el método de la prueba y el error, sobre todo con un margen de éxito tan ínfimo.
Además de saber cuál es el público apuntado, es fundamental conocer el género en el que va a versar el guion. Y esto básicamente se consigue mirando mucho cine, series, etc. Los libros ayudan, pero el manejo adecuado de los componentes que tiene cada género solo se puede incorporar pasándose horas frente a una pantalla de cine o televisión. Entender cómo funciona determinado género de ficción, es en principio, tener un As escondido bajo la manga, lo que en cuestiones de escritura audiovisual es sumamente valioso.
Saber narrar la historia de manera que sea entendible, atractiva e interesante es otro de los puntos que hay que saber manejar, porque como escribiera el filósofo David Hume “Si tienen la intensión de conmover en extremo a una persona con narración de algún suceso, el mejor método de agrandar sus efectos sería retardar artísticamente su exposición y excitar primero su curiosidad e impaciencia” (…) Esto que aquí plantea Hume no es otra cosa que narrativa pura, y saber cómo hacerlo para que dé un posible resultado exitoso es parte de la práctica y el entrenamiento que un guionista debe tener. Algo así como un piloto que a lo largo de su carrera va juntando horas de vuelo para terminar piloteando un Airbus 380 con 500 pasajeros a bordo.
He dejado el talento para lo último, porque sin dudas este es el punto en dónde las cosas no dependen de ningún factor que pueda modificar algo, sino que tiene que ver con aquello con lo que nacemos. Ser talentoso no es algo que se consiga en un supermercado por 50 dólares, tampoco es algo que se logre a base de esfuerzo y tesón. O se es talentoso o no se es. El trabajo constante puede hacer que el talento se potencie, pero no puede generarlo. Como en toda profesión hay personas más talentosas que otras y ésta capacidad innata es la que hace la diferencia cuando uno lee un buen guion y un guion excelente.
Como consejo final digo que si bien toda teoría sobre la escritura audiovisual es necesaria y recomendable, no es la panacea, y mucho va a depender de que quien esté detrás de la escritura de un guion, ya sea de cine o de televisión, tenga la capacidad de poder conjugar estos cuatro aspectos que he mencionado. Muchas veces apegarse a técnicas estrictas o modelos al estilo de lo que escribe Syd Field, Robert MacKee o Blake Snyder, pueden resultar interesantes como punto de partida, pero un problema a la hora de resolver las cuestiones más creativas.
Ya que nada de lo que dije garantiza un éxito asegurado, aunque ayuda a encontrarlo, lo mejor es dejarse llevar por la escritura, porque en definitiva, escribir un guion no debe representar una carga para el guionista sino una satisfacción, libre de toda atadura metodológica que atente contra la creatividad y el talento.