Felix Monti

FELIX MONTI

2 monti

Acercamiento a la profesión

Nunca estudié cine. Mis motivaciones primarias y anteriores al deseo de estar dentro del mundo real del cine (o sea, dentro de un estudio) tenían que ver con el teatro, principalmente debido a mi familia. Originalmente quería volcarme a la escenografía. Mi abuela me consiguió una entrevista con el gerente de uno de los estudios (creo que era de San Miguel) para ir a ver a Saulo Benavente. Fui hasta allí, lugar al que era muy complicado llegar, y por supuesto que no lo encontré. Esto habrá sido hacia 1952, cuando yo tenía unos 12 ó 13 años, una época en que uno era más chico de lo que son los chicos de esa edad ahora.

Pero pude quedarme dentro de los Estudios San Miguel. Y entré al set donde Hugo del Carril (un gran amigo de mi abuela) estaba filmando La Quintrala: allí conocí a Don Pablo Tabernero e hice una especie de meritorio “falso” (fui un concurrente más que un meritorio). Podía ir todas las veces que quería, estar todo el tiempo que quisiera, en parte por la relación de Hugo del Carril con mi abuela y en parte porque la gente del estudio me permitía entrar y salir. Pude tener una concurrencia activa durante todo el proceso y un acercamiento más personal con Pablo, y me desvié del objetivo de la escenografía. Por un lado, porque el manejo de la luz se acercaba más a lo que yo buscaba y, por otro, por haber encontrado alguien como Pablo que tenía una cultura inalcanzable, tanto para la parte técnica de nuestro oficio como para lo expresivo. Se había formado en la Alemania pre-Nazi con las impresionantes escuelas alemanas y austriacas de aquella época. Me encandiló y me llevó hacia su lado.

Y me deslumbré con los escenarios armados en carros (que se empujaban hacia los laterales) o la “selva” de faroles que se veía arriba (de hecho, Pablo usaba una visera transparente como las de los jugadores de póker, para que la luz no lo encegueciera). Todo era absolutamente inimaginable: el armado, la construcción de la luz… No recuerdo si ahí mismo estaba Diógenes del Tropo como Jefe de eléctricos, pero lo conocí en San Miguel por esa época. Él fue otra de las puntas que me solidificaron en la elección de la luz.

Modelos o maestros

Es difícil definir a un maestro: ¿se define por aquello que trasmite como persona o por aquello que trasmite su imagen, su obra? Es complicado dividirlo. La imagen o la fuerza expresiva de Etchebehere, por ejemplo, son realmente lo que lo transformaban en un maestro. Al ver sus trabajos, asistís a algo que te motiva, que te hace crecer, que te hace preguntarte cosas internamente.

Una gran cantidad de elementos me fueron alimentando. Emocional o sensiblemente me siento cercano al mundo de Sven Nikvist, en el sentido de que la luz no sea un personaje determinante y marcado, sino que sirva como base de una narración (algo que también tiene Gordon Willis, dentro de su mundo). A su vez, lo que impactó a toda mi generación fue la ruptura que hizo el neorrealismo –por ejemplo, el mundo que trasmitía G. R. Aldó con “La tierra tiembla”. Las películas americanas o las francesas (fotografiadas, por ejemplo, por Henri Decaë), tenían una determinada estructuración de la imagen; desde “Roma, ciudad abierta” el neorrealismo implantó otra estructura: la de la imagen como una mirada natural sobre lo que estaba sucediendo, sin reconstruirla, sino tratar de agarrarla con la mayor naturalidad posible. Luego, Gianni Di Venanzo vino con una nueva estructuración.

Cuando en 1961 hicimos “Tierra seca” con Oscar Kantor y Miguel Rodríguez (con quien hablábamos mucho), nos propusimos tratar de reflejar la realidad con la mayor libertad posible sin inmiscuirnos en ella ni maniobrarla. Era algo imposible, porque en el momento en que uno cierra una imagen con una lente y determina una altura de cámara, está interviniendo. Es decir, la intervención es inevitable, el problema es no caer en una manipulación. No interpretar la realidad, sino transformarla…

De todas maneras, las influencias no son solamente pictóricas, pueden ser narraciones. Tarkovski, por ejemplo, está más cerca de Dostoievski que de cualquier imagen pictórica. La estructura narrativa es la que te lleva a una imagen. Pessoa dice: “el amanecer de un amarillo trágico”, y eso no está construido en una imagen pictórica, sino en una estructura poética.

Películas realizadas

En 1975 fotografié dos episodios de “Las sorpresas”, pero mi primera película “real” fue “Espérame mucho”, de Juan José Jusid, en 1982. El primer largometraje siempre es una especie de búsqueda en la memoria de lo hecho, de lo que uno vio hacer. Creo que yo estaba muy influenciado por la elaboración publicitaria, por la imagen trabajada como una imagen linda o bella en sí. Estaba todavía muy pegado a una imagen que no sé si expresaba realmente lo que estaba contando, sino que buscaba cierta belleza.

Luego, Pino Solanas, debido a su libertad, fue el director que más me motivó y me hizo trabajar. Tanto él como Luis Puenzo, a quien también aprecio mucho, parten de estructuras preestablecidas. En películas como “El exilio de Gardel”, “Sur” ó “El viaje”, las propuestas eran diarias, casi por horas. Entonces lo realmente importante allí es acompañar al director en su bucear sobre las cosas. Pino tenía algo que después no pude encontrar en ningún otro director: pasé de “Espérame mucho” (donde mi trabajo no me había conformado) y “La historia oficial” (que tenía un compromiso ideológico y político muy serio, y donde traté de no interferir en la imagen, sino de mantenerla lo más neutra posible) a “El exilio de Gardel”, que tenía una estética y una formulación casi operística y un desborde en la estructura de la imagen que me llevaba hacia un límite desconocido.

Avances tecnológicos

Kurosawa dijo: “Lo importante es qué, no cómo”. “El Ciudadano”, por ejemplo, no está mal compaginada a pesar de no haber tenido el AVID, ni está mal filmada aunque no tuvo 500 ASA. Es decir, el desarrollo tecnológico generalmente acelera o produce una evolución. Pero no creo que haya habido una evolución en lo estético, aunque a veces existe una mayor libertad: trabajar con 500 ASA te produce mayor libertad que trabajar con 20 ASA Pero al ver la imagen de las películas de Joseph Von Sternberg no se puede decir que “Terminator III” es mejor, ¿no?

Sobre la profesión

Para mí, el Director de Fotografía debe actuar como una especie de traductor en imágenes de estructuras literarias o plásticas. Por un lado, está el trabajo del director, que está basado en un libro; por otro, el de la dirección de arte y el vestuario. Todo eso forma una estructura que está frente a cámara (un hecho concreto), y tiene que ser tomada a través de ella. Esa imagen que se forma debe ser fiel a un texto o a lo que produce la escenografía. El DF (principalmente a través de la cámara) debe interrelacionarse con el director y con la dirección de arte para discutir y encontrar la expresión justa a esa traducci

Largometrajes: Luz de Domingo (España); Nordeste; La niña santa; Assassination Tango (USA); Momentos robados; De amor y de sombra; O Quatrilho (Brasil); 4 días en septiembre (Brasil); Una sombra ya pronto serás; Convivencia; Un muro de silencio; De eso no se habla; La peste; El viaje; Yo, la peor de todas; Gringo viejo (USA); Sur; Tangos – El exilio de Gardel; La historia oficial; Espérame mucho; Juan Carlos Onetti, un escritor (inédita). 

Comerciales: Renault, Sedal, H. Rubinstein, Peugeot, entre otros.

Trabajos relacionados: Miniseries para TV: Auto da compadecida (Rede Globo, Brasil); A invençao do Brasil (Rede Globo, Brasil); Vientos de agua (Argentina / España). 

 Países en los que trabajó: Brasil, España, México, Perú, Venezuela, Chile, Portugal, Japón, Francia, Marruecos.

Directores con los que trabajó: María Luisa Bemberg, Luis Puenzo, Pino Solanas, Robert Duvall, Bruno Barreto, Fabio Barreto, Lucrecia Martel, José Luis Garci, Héctor Olivera, Juan Carlos Campanella.

Premios: Cóndor de Plata 1986 (“La historia oficial”), 1988 (“Sur”), 1991 (“Yo, la peor de todas”); l993 (“De eso no se habla”); 1994 (“Una sombra ya pronto serás”). “Tangos – El exilio de Gardel”: Cóndor de Plata Mejor Fotografía 1987 y Coral Mejor Fotografía Festival de Cine de La Habana 1988; “El viaje”: Mejor Fotografía Festival de Cine de Gramado (Brasil), Festival Internacional de Cine de La Habana, Premio de la Comisión Superior Técnica Festival Internacional de Cine de Cannes y Cóndor de Plata Mejor Fotografía 1992. Premio Clarín Mejor Fotografía 2006 por “Nordeste”. Premio a la Trayectoria Artística 2006 del Fondo Nacional de las Artes. La Historia Oficial”: Ganadora del Oscar a la Mejor Película Extranjera l986

Nominaciones: Cóndor de Plata 1999 por “Momentos robados”, Cóndor de Plata 2005 por “La niña santa”. “O Quatrilho”: Nominada al Oscar Mejor Película Extranjera 1996; “4 días en Septiembre”: nominada al Oscar Mejor Película Extranjera 1997.

1 montiexilio de gardel
  F. Monti y Puenzo en La historia oficial    El exilio de -Gadel de F. Solanas
pelicula surmonti en gringo viejo
          Sur de F. Solanas                   F. Monti en Gringo Viejo de Puenzo
solanas y montisaura y monti
          F. SolaNas y F. Monti                              C. Saura y F. Monti

Willy Benhisch y F montiEl secreto de sus ojos

          w. Benhisch y F. Monti                     El secreto de sus ojos

 

Edicion Hector Fontanellas

Gabriel Figueroa y Luis Buñuel

Gabriel Figueroa y Luis Buñuel

Uno de los tantos tópicos que hay sobre la obra de Luis Buñuel es, que las películas mexicanas en las que tuvo a Gabriel Figueroa como director de fotografía, este estuvo bien atado y no pudo mostrar su estilo. A continuación veremos que las cosas no fueron exactamente así.

Gabriel Figueroa (México, 1907-1997) es sin lugar a dudas el director de fotografía más importante con el que trabajó Buñuel a lo largo de su carrera. Concretamente trabajaron juntos en cinco películas: Los olvidados (1950), Él (1952 -53), Nazarín (1958), Losambiciosos (1959), La joven (1960), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965).

Las fotografías que ilustran esta página son una muestra del trabajo de Gabriel Figueroa. Las primeras son de trabajos de Figueroa con otros realizadores en donde se aprecian algunas de sus características relativas a composición, sombras, amplitud de cielos, etc. En las últimas se ve como esta mismas características se pueden apreciar en determinados momentos de las películas que hizo con Buñuel.

Trabajó para la flor y nata de los estudios de México y directores consagrados de Hollywood. Figueroa era capaz de atender las necesidades de cada filme y adaptarse a las personalidades de distintos realizadores. Hombre de amplia cultura, reconocido como uno de los líderes de la profesión …fue el primero en desarrollar un estilo fotográfico particular, sobre todo en su colaboración con el Indio Fernández, un estilo inspirado a la vez por las grandes  imágenes de Edouard Tissé y Eisenstein para ¡Que viva México! (1933) y la plástica mexicana contemporánea.[1]

foto 1

                                                         Buñuel y Figueroa

Ese estilo podría ser definido como manierista, una composición  de una plasticidad rigurosa, sobre la que se sitúan los personajes. Una mujer con velos, un maguey y una nube forman la santa trinidad de su ideal estético en el que la belleza de cada plano, tomado aisladamente, prima sobre todo el conjunto y fuerza de antemano a imprimir cierto ritmo al montaje.[2]

La fotografía de las películas que hacía Figueroa para otros directores está orientada a representar la esencia idealizada de México y el reflejo de sus armonías naturales y ancestrales en el orden social y sus diversas instituciones. Entre ellas se incluye quizá sobre todo la familia, que junto con la patria y la religión, se convierte en uno de los principales blancos de la crítica de Buñuel.[3]

Pero leamos lo que dijo el propio Gabriel Figueroa a José Antonio Fernández sobre el origen de su estética y que este dice estar basada en la posición de cámara, el manejo de los encuadres, de los paisajes, de la composición, de las sombras, por el secreto extraordinario de los contrastes y el volumen que consiguió con el secreto del filtro infrarrojo [4]:

*Sobre el origen de su estilo:

Me basaba en la pintura mexicana… José Clemente Orozco, Siqueiros, Posada y el Dr. Atl. De todos ellos saqué una influencia. Entonces fue cuando llegó Dolores del Río a México. Ella me dijo que intentara hacer una fotografía mexicana. Le respondí que eso era lo que estaba buscando…Yo tuve la influencia del expresionismo Alemán y después de Eisenstein

*En cuanto a la colocación de la cámara:

 

foto 2

                                                            La perla, 1945
 Yo la bajé (la cámara). Mire, esto tengo que explicarlo. La primera película de Dolores del Río la dirigió Emilio Fernández. También fue la primera cinta en la que trabajamos juntos él y yo. Los dos primeros días de rodaje Emilio (Fernández) me dio las indicaciones de lo que él quería ver en pantalla, y a mí me dejó colocar la cámara dónde yo quisiera. Cuando vio los rushes (el material de cine con las escenas filmadas ya revelado), no los creyó… No creyó ver en pantalla lo que él ni siquiera había imaginado. Yo me volé la barda, completamente. Y desde entonces él me dejó poner la cámara donde yo decidía. Yo hacía la composición. Y así trabajé con él 25 años. Todas las películas que hice con El Indio tienen magnífica fotografía, aún las malas.

*Respecto al uso del filtro infrarrojo para retratar sus famosos cielos con nubes:

foto 3

El fujitivo, 1947

*¿Qué más secretos hay en su estética?:

Yo lo descubrí. Surgió porque yo estudiaba a Leonardo Da Vinci. Él decía que lo más importante para el paisaje era tener en cuenta el color de la atmósfera. ¿Cómo resolver esto haciendo cine en blanco y negro? Empecé a probar y a ensayar. Hasta que le di al clavo. El filtro no era rojo, sino infrarrojo. Con él se veían las nubes en forma fabulosa, desaparecía cualquier tipo de smog por completo y se conseguía una claridad perfecta, deslumbrante… El filtro era para noche pero yo lo usaba para día, ahí estaba el secreto… El filtro era muy pesado. Yo tenía que trabajar con todo el diafragma abierto. Nadie sabía cómo usarlo y nadie lo tenía. La gama de grises del laboratorio. La gama era de 6.5 en todo el mundo. Se me ocurrió cambiarla para lograr los negros más negros y los blancos más blancosCuando Figueroa empezó a trabajar con Buñuel en 1950 ya tenía un gran prestigio en su profesión, basado sobre todo por las películas realizadas junto al director Emilio Fernández.

foto 4                                                               Macario, 1959

Nuestro primer encuentro fue cuando hicimos Los olvidados(1950). A mí me invitaron a fotografiar la película. Él ya había realizado algunos filmes, como Gran Casino, películas comerciales que en ese momento él necesitaba hacer para vivir. Acababa de llegar de los Estados Unidos. Luego de eso tuvo un productor, Jorge Menasche [5], quien atendió a su súplica para hacer una película a su gusto… Prometió rodearlo de todos los elementos necesarios, procurando conseguir lo mejor, y entonces yo fui uno de los elegidos. Y de ahí vino la relación con don Luis…

Yo tenía una gran admiración por su talento, por el trabajo que había hecho en Europa, como Un perro andaluz y La edad de oro. Su talento se manifestó aquí una vez que pudo acomodarse, esto es, interesar a productores para hacer lo que a él le importaba. Y así logró realizar películas extraordinarias, como Los olvidados, Nazarín y El ángel exterminador, películas que me tocó fotografiar y que me dejaron ver al Luis Buñuel que yo tenía ganas de conocer y de ser su amigo… Hay una cosa: el principal objetivo de la fotografía es presentar el ambiente lo más verdadero que se pueda. Para ello uno maneja la iluminación. Esta es cosa suya completamente. Esa es la labor: entender, interpretar. Buñuel detestaba la estética y el lucimiento fotográfico, incluso me hacía muchos chistes al respecto. Él presentaba sus ideas, juntaba los elementos y al final de la película el único que quedaba era él. Era tanta su fuerza, que borraba a los otros. Luego de un tiempo uno se acuerda de él nada más. A mí me interesaba su personalidad, su concepto. Yo sabía que con él no iba a tener lo que con otros directores: esa búsqueda estética de la imagen que tienen o han tenido los Fellini, Visconti, Antonioni, Bergman y seiscientos más.  

 foto 5

El fujitivo, 1947

El único que se separaba de esa línea era Buñuel. Algo verdaderamente legítimo, en que lo que se podía lograr fotográficamente era el ambiente. Para mí los mejores resultados fotográficos se dieron en Nazarín y en Los olvidados. La vida miserable como la del ciego ahí estaba, en el ambiente. La poesía, la filosofía de Pérez Galdós ahí estaban, en Nazarín. En eso radica la hermosura.[6]

La leyenda, ampliamente extendida, de que Buñuel fue el único capaz de contenerlo, no es totalmente cierta. Lo que Buñuel consiguió fue que Figueroa no desplegara toda su «estética», pero eso no impidió que este encontrara  la forma de desarrollar su caligrafía en todas las películas que realizaron juntos.

Como Carlos Fuentes supo ver:  «Cada uno le ofreció al otro, en cierto modo, la caricatura crítica de si mismo, Pero la plástica «idealizada» de Figueroa contenia […] la plástica «miserabilista» de Buñuel y esta, de nuevo aquella. De la síntesis de semejante tensión habría de nacer una de las perfectas colaboraciones de la historia del cine.[7]

Figueroa adaptó su estilo expresivo para complementar y apoyar el estilo intrínsecamente subversivo de Buñuel. De hecho, las obras más influyentes que Buñuel rodó en México fueron una colaboración entre ambos.

En Él y El ángel exterminador Buñuel y Figueroa emplearon convenciones expresionistas y de tradición gótica y construyeron un lenguaje cinematográfico que comunica y desafía los temas centrales de cada filme, para proporcionar una visión subversiva en el funcionamiento y desaparición de la burguesía.[8].

En las películas de Buñuel, Figueroa capta el sentido de confinamiento dentro de los límites de la realidad en que habitan los personajes mediante el uso de pocoo ninguna profundidad de campo. Los planos de visión son bajos y claustrofóbicos y cuando se utiliza la profundidad focal funciona en conjunción con la luz y la composición para destacar el aislamiento de los personajes entre sí…Con Buñuel, él continuó explorando y manipulando las convenciones para complementar y apoyar los objetivos cinematográficos de Buñuel…La sutil manipulación del espacio y la iluminación de Figueroa funcionan en conjunción con la visión de Buñuel de la soledad interior para crear personajes y mundos que se encuentran atrapados dentro de sí mismos.[9] 

Dancigers convenció a Figueroa para que participara en Los olvidados, pero con Buñuel las cosas no se desarrollaron de la manera a la que estaba habituado el camarógrafo. El realizador no dejó que Figueroa desarrollara su «estética» porque tenía claro lo que quería: Él llegaba con la película hecha en la cabeza., pero el director de fotografía pudo demostrar la calidad de su trabajo a lo largo del filme.

Cuenta Figueroa: Buñuel me confesó “Yo no tengo sentido de la distancia; dígamela usted y yo la corrijo, pero usted me tiene que marcar cuando esté fuera del sentido de la distancia.[10]

foto 6

                                                  Enamorada, 1946

Una reflexión minuciosa sobre la fotografía de Los olvidados nos la da el hijo de Gabriel Figueroa, fotógrafo como él: «Probablemente lo más característico de la fotografía de este filme sea el manejo del rango tonal; aun en las escenas de día a plena luz del sol pareciera que los tonos grises oscuro y negros se fundieran haciendo una indefinición propositiva. Los blan­cos siempre «sucios» nos proponen una suerte de falta de brillantez que, aunado a la indefinición de los tonos medios y bajos, llevan al ojo a percibir una escena sin contraste aparente. La intención de la fotografía fue crear el ambiente para que la historia se desarrollara sin ningún glamour, tan crudamente como las propias fotos de localizaciones tomadas por Luis Buñuel.

Las escenas nocturnas de establos, barriadas y casuchas tienen una escala de grises tan comprimida, que sólo nos permite adivinar dichas escenografías, más no verlas en detalle, causando un efecto psicológico basado en la teoría del «menos es más» de Mies van der Rohe.

 foto 9
                                                                    Él
 Las sobrias composiciones propuestas por Figueroa nos permiten leer con un lenguaje impecable cada escena como si se tratara de la realidad misma; no hay perspectivas forzadas, no hay cielos con nubes bellas, no hay claroscuros esteticistas. Tres de las secuencias más impresionantes de la película ocurren a plena luz del día, lo que deja al fotógrafo solamente con los recursos del posicionamiento de la cámara combinados en la edición para poder transmitir la intensidad emocional. Hay imágenes cuyo estilo nos lleva a recordar a Cartier-Bresson y a la fotografía callejera que se hacía en los años cincuenta.

La ambientación del establo, la casa de la mamá de Pedro y la choza del abuelo son interiores muy logrados a través de la iluminación. Como el propio Figueroa recordaba: «Ya metidos en la cosa del trabajo, Luis Buñuel y yo estábamos en puntos un poco opuestos, porque yo era inminentemente plástico y estético y él era todo lo contrario, él no buscaba nada de eso en sus películas, lo único con lo que yo me defendía era con la iluminación, darle un ambiente que perteneciera a la historia que estábamos haciendo, y creo que salí bastante bien librado».

Creo que la mayor virtud de la fotografía en Los olvidados reside en la in­tención de ser como un testigo ocular con cierto grado de objetividad sobre los hechos para que la obra se desarrolle y sea creíble a los ojos del espectador. De he­cho, es tan efectiva que se funde en la historia y pasa, por así decirlo, inadvertida.[13] 

Lo que sorprende al espectador inmediatamente en Los olvidados son los contrastes visuales…el espacio exterior es amplio…es capturado …al mediodía cuando la luz dura,  sin sombras  aplana la perspectiva…En contraste…en los interiores, Figueroa enfatiza la claustrofobia, hacinamiento y amontonamiento. El uso de las luces principales enfocadas en pequeñas áreas, espacios limitados y las sombras con textura que caen lejos delinean los bordes de los espacios interiores…Crea la sensación de soledad  y claustrofobia con una luz principal enfocada al área de la acción y luces de baja intensidad dejan las oscuras esquinas en la sombra y los fondos más allá de la acción principal a oscuras…Uno de los mejores ejemplos de cómo trabaja Figueroa …es la escena entre Jaibo y Pedro en la cuchillería.[14]

 foto 10

                                                                          Él

Declaró Buñuel: Figueroa ha dirigido la fotografía pero no encontraréis esas habituales composiciones formales suyas, demasiado esteticistas, que tuvieron tanto éxito en las películas de Fernández. Figueroa, que es un gran artista (los operadores mexicanos son todos excelentes cineastas) ha sabido captar el tono realista y social del marginado. [15]

Eso es verdad, pero En Él y El ángel exterminador  «la construcción del espacio es fundamental en la visión que tiene Buñuel de cómo actúa la burguesía y es la clave de su potencial colapso. Como director de fotografía Figueroa construye el espacio fílmico…Un análisis detallado de la forma en que el director de fotografía  manipula el espacio tanto en Él como en El ángel exterminador ilustra la definición buñueliana de la burguesía y consecuentemente agudiza el impacto subversivo de ambos filmes…

Conforme con la visión de Buñuel de la burguesía, Figueroa desarrolla un lenguaje visual gótico extraído de los motivos y el estilo del cine expresionista alemán, que aprendió de su mentor Toland. Toland era un antiguo aprendiz del renombrado director de fotografía Karl Freund que creía que el camarógrafo debe crear sombra. Eso es mucho más importante que la crear luces.[16]

Él aunque es un film de interiores y que deja poco espacio a los paisajes apreciados por Figueroa, la impronta de este se deja ver especialmente en la composición de ciertos encuadres y la sofisticación de la iluminación, absolutamente clásica, hollywoodiense, resulta evidente en los numerosos primeros planos de Delia Garcés, deslumbrantes, así como en las consecuencias donde el juego de luces y sombras adquiere una importancia decisiva para la puesta en escena; por ejemplo, la ceremonia de apertura, todas las escenas en la iglesia o en el campanario, las peripecias nocturnas, etc [17]. En el resto del film el realizador se aparta de la búsqueda de esteticismo y de  cualquier tipo de efectismo visual.

 foto 11
                                                                  Nazarín

En Nazarín hay mucho del estilo Figueroa —más allá de los tonos meta­lizados de la fotografía contrastada-­ por más que se diga lo contrario. Acaso Buñuel, ya lo sabemos, y como por ahí se ha dicho, no era muy afecto a la plasticidad en el paisaje. Prefería la escueta aridez a la profundi­dad de planos deslumbrantes. Pero a un sistema de sombras que metódicamente vino trabajando Figueroa no le hizo el feo. Porque ahí, en Nazarín, la composición se complementa siempre y equilibradamente con las sombras. Digamos: Rabal en su desangelada casa se encuentra frente a un Cristo, camina y regresa sobre sus pasos. En ese momento se vuelve doble: él y su sombra. Sombra silueteada que ocupa la mitad del plano mientras que, él mismo, invade la otra parte del cuadro: dos figuras en soledad, dos y una misma en lo escueto de esa habitación. Y después: cuando entra a su casa la mujer del arrabal (la misma Macedo), surgen dos sombras, la de él y la de ella, que dialogan. En paralelo a los dos personajes que hacen lo mismo…

 foto 12
                                                                        Nazarín
 Acaso por eso esas sombras adelantadas en Nazarín. Acaso por eso mismo las escenas campestres —Rabal camino al pueblo; cuando tienen colgado al enano— con nubes notables en su brillantez. Quizá también por ello esta fue la película que a Figueroa más le entusiasmó hacer con Buñuel.[18] 

Es bien conocida la anécdota contada por Buñuel sobre esta película: Fue… durante este rodaje cuando escandalicé a Gabriel Figueroa, que me había preparado un encuadre estéticamente irreprochable, con el Popocatepelt al fondo y las inevitables nubes blancas. Lo que hice fue, simplemente, dar media vuelta a la cámara para encuadrar un paisaje trivial, pero que me parecía más verdadero, más próximo.[19]

foto 13                                                                     La joven

Pero esta anécdota, si es que llegó a ser cierta, debe ser contrastada con el siguiente comentario de Figueroa:[Hay] que tomar en cuenta que allí, yo estaba haciendo una interpretación de la obra con un elemento en el que el director usualmente no tiene control —puede tenerlo si quiere— y no lo ejerce ya sea por respeto o por desconocimiento… La iluminación por ejemplo, los directores nunca se meten en eso y para un fotógrafo es lo que da el ambiente: tú entras en un set donde no hay nada, tienes que poner las luces y crear con ellas el ambiente propicio para la película. […] Existe un poco de leyenda de que a él no le gustaban [los filtros], pero no. Es cosa de sentido común pues aunque no se metía para nada, no iba a pedir que trabajáramos sin filtros puesto que, conociendo él esos pun­tos básicos de la fotografía —estamos hablando de blanco y negro—, no quería tener cielos blancos como telones, sin perspectiva ni pro­fundidad porque hubieran llamado demasiado la atención.[20]

El comentario de Figueroa me parece muy pertinente y que se ajustaría mucho a la realidad de las relaciones entre ambos.
En cuanto a las relaciones entre ambos tenemos este comentario de Juan Luis Buñuel: «Gabriel contaba con un gran sentido del humor y, aparte de buenísimo profesionalmente, encima era rápido. Suficientes cualidades para convertirse en el técnico favorito de mi padre así como en un excelente amigo…Al principio la relación entre ambos fue un poco tensa, debido a que Gabriel estaba acostumbrado a ser el amo del plató –en lo que se refería a las decisiones artísticas que afectaran a la cámara-…

 foto 14
                                                            Simón del desierto

Trabajaban de buen humor y siempre estaban de cachondeo. Broma tras broma. Se pasaban el día viendo cómo le sacaban punta a cada situación. A veces la sordera de mi padre empeoraba. Entonces Gabriel se ponía a su lado y, al acabar la toma, le tiraba discretamente de la manga al director. Acto seguido, mi padre exclamaba ¡Corten! y los actores se relajaban…
En cuanto a su relación personal con mi padre, se veían fuera del plató una o dos veces al año…para tomar copas y cenar en casa. Nada más.[21]

Y vamos a terminar con unas palabras de ambos.

Gabriel Figueroa sobre Buñuel: Vi, por el trato continuo con él, su gran generosidad y humanismo, el talento que tenía. Era un ser humano hermoso, un ser humano con el que realmente daba gusto tratarse. Uno se sentía como en casa al hablar con él. En la cosa del trabajo, Luis Buñuel y yo estábamos en puntos un tanto opuestos, porque yo era eminente­mente plástico y estético y él era todo lo contrario. Él no buscaba absolutamente nada de eso en sus películas. En lo único en lo que yo podía defenderme era en la ilumina­ción, creando un ambiente que perteneciera a la historia que estábamos haciendo.[22]

 

 foto 15
                                                             Simón del desierto
Al cabo de quince días de rodaje [Los olvidados] Figueroa preguntó a Dancigers por qué lo había elegido para una película que cualquier operador de actualidades hubiera podido hacer mejor. Le contestaron: «Porque usted es un operador muy rápido, muy comercial». Es verdad. Es extraordinariamente rápido y muy bueno… Al principio estaba muy sorprendido de trabajar conmigo, no estábamos de acuerdo, pero creo que evolucionó mucho y somos muy buenos amigos ahora [23].

Referencias:

[1] Paula Antonio Paranaguá : Luis Buñuel. Él. Paidós, 2001, Pág. 71
[2] Paulo Antonio Paranagua en Diccionario del cine, Rialp, 1986, pág. 292
[3] Peter William Evans: Las películas de Luis Buñuel. Paidós, 1998, Pág. 48
[4] Publicada en La Revista no. 32 el 01 de diciembre 1996
[5] Gabriel Figueroa se confunde. El productor era Óscar Dancigers.
[6] Entrevista de Gabriel Figueroa con Alain Derbez en 1983. (Incluida en su libro: Por sus obras les conoceréis)
[7] Extraído de: Ceridwen Rhiannon Higgins: Pulling focus: New perspectives on the work of Gabriel Figueroa, Durham Univesity, 2007, Disponible en Durham E-Theses Online: http://etheses.dur.ac.uk/2579/, págs. 190-1
[8] Ceridwen Rhiannon Higgins: Pulling focus: New perspectives on the work of Gabriel Figueroa… pág. 195
[9] Ceridwen Rhiannon Higgins: Pulling focus: New perspectives on the work of Gabriel Figueroa… pág. 199
[10] Publicada en La Revista no. 32 el 01 de diciembre 1996
[14]  Ceridwen Rhiannon Higgins: Pulling focus: New perspectives on the work of Gabriel Figueroa…201
[15] Declaraciones a L’ Ecran Française (París), 12/12/1951, Tomado de Javier Herrera: Luis Buñuel en su archivo. De Los olvidados a Viridiana, FCE, 2015, pág. 104
[16] Ceridwen Rhiannon Higgins: Pulling focus: New perspectives on the work of Gabriel Figueroa… págs: 205-6
[17] Paula Antonio Paranaguá : Luis Buñuel. Él. Paidós, 2001, Pág. 71[13] Gabriel Figueroa Flores, en: Los olvidados, una película de Luis Buñuel, Turner, 2004, pág. 143
[18] Luna Córnea, nº 32, 2008
[19] Luis Buñuel: Mi último suspiro, Plaza & Janés, 1982, pág. 210
[20] Emilio García Riera: Entrevista con Gabriel Figueroa. El fotógrafo como intérprete, Decine, nº 2, diciembre 1984. Tomado de Luna Córnea, nº 32, 2008.
[21] Juan Luis Buñuel: 1960,La joven. En: La joven. Instituto de Estudios Turolenses, 2000,Pág. 11-16
[22] Gabriel Figueroa: Memorias, Pértiga, 2005, pág. 175
[23] André Bazin y Jaques Doniol–Valcroze: Conversación con Luis Buñuel. Mensajero, 1977, Pág. 107-8
 foto 16                                                            Buñuel y Figueroa

http://lbunuel.blogspot.com.ar/

 

 

Entre luces neorrealistas: Giuseppe Rotunno

 

Entre luces neorrealistas, ENTREVISTA A GIUSEPPE ROTUNNO EXCLUSIVA LA MOVIOLA

vv

Entrevista Exclusiva Por Diana Ovalle
Corresponsal La Moviola Roma (Italia)

 

Sobre la vision

La visión es un esquema que posee el hombre y que le da la posibilidad de actuar sobre el mundo en relación a aquello que lo rodea, desde el dato físico, al dato ideal.

Es un acto activo-pasivo, de esta composición está hecha nuestra visión, recogiendo y dando información en y al terreno en el cual vivimos; es una actividad humana como la respiración, vive, palpita… alimenta la bodega de las ideas.

A través de este filtro se delimita un espacio, la dimensión propia y del otro, se reconfigura un equilibrio en el abismo del oscuro; rayo luminoso que proyecta y absorbe luz. Esta abstracción es la sugerencia de la forma como idea que se imprime, dejando del impacto la huella de una experiencia.

Sustento esta introducción como base de un principio neto, con el fin de localizar no solo un diccionario de lo que se puede incluir como imagen, sino el puro acto reciproco de la visión en cuanto imagen.

“Imágenes en movimiento entre luces neorrealistas, ” es el inicio para contar la persona y el director de fotografía Giuseppe Rotunno detrás de la camara de cine en los años del neorrealismo italiano, el cine de los años 50′ y 60′ en Italia con Federico Fellini ( Satyricon 1969, Amarcord 1974, La ciudad de las mujeres 1980) , Luchino Visconti (Rocco y sus hermanos 1960, El gatopardo 1963)); el viaje que atraviesa fronteras con el cine de Stanley Kramer ( On the Beach 1959) , Mike Nichols ( Carnal Knowledge 1971) Bob Fosse (All that Jazz 1979) y Terry Gilliam ( Las Aventuras del Barón Munchaussen 1979), entre otros; narrando en primera persona una historia humana y profesional que se tocan por los lados como espejos de un misma escultura.

Arquitecto de las luces como puede sintetizar muy bien una monografía dedicada al director de fotografía Giuseppe Rotunno que en esta ocasión encontramos directamente dejando por escrito la siguiente entrevista llevada a cabo el 15 de Junio del 2007.

Es entonces con el cine y la fotografía que encontramos estas manos que actuaron imprimiendo luces sobre ideas y sentimientos. Giuseppe Rotunno, nace el 23 de Enero del 1923 en el barrio del Borgo de San Pietro, Roma

DO. Sobre el inicio en el cine y la fotografía

Al cine entre por necesidad de trabajo después de que mi padre falleció. La fotografía me atrajo desde muchacho cuando las veía expuestas en las vitrinas de un negocio que se llamaba «Foto arte Carnevali», se encontraba en la calle donde vivía; veía la dilatación de los rostros, los retratos embelesados con el retoque, atraían mi atención cada vez que pasaba por delante de esos cuadros..

A los 17 años entre como aprendiz a trabajar en el estudio fotográfico de los hermanos Bragaglia dentro de Cinecittà, (los que hicieron el libro sobre el foto dinamismo); Arturo Bragaglia era el que manejaba el laboratorio y yo era su ayudante realizando los trabajos más sencillos… cortaba las películas, controlaba los químicos y cosas de este tipo; el laboratorio hacia todo tipo de fotos entre retratos, fotos de escena etc., y yo rápidamente hice un curso hasta poder tener en mis manos una Leica, era una cámara fotográfica que Bragaglia, visto mi pasión y mi voluntad, me prestaba el sábado y el domingo, y yo cuando salía de Cinecittà era libre de hacer las fotos como yo quería, así mismo me iba por Roma el fin de semana con la Leica haciendo fotografías y cuando no tenía la cámara instintivamente miraba el panorama y lo encuadraba con las manos, le daba esos límites al campo visivo… hacia lo que veía en Cinecittà…. Entonces en el laboratorio ver por primera vez como la imagen bajo los químicos emergía era algo muy especial, era sorprendente, mágico.

Después de algunos meses (de marzo a junio del 1940) Arturo me aconsejo y sostuvo mi pasaje del laboratorio fotográfico a la unidad de operadores de la cinecàmara en Cinecittà donde hice mi recorrido de aprendizaje en todos los roles como ayudante del operador de la cinecàmara hasta salir con la troupe de Roberto Rosselini para girar “L’uomo della croce” al norte de Roma en el 1942, donde por primera vez puse el ojo dentro del hueco de la cinecàmara durante un momento del rodaje, porque había hecho un filtro grande para poner a una ventana; necesitábamos un efecto noche, bajo exponiendo la luz externa tantas veces hasta obtener la luz lunar … dentro la casa no teníamos aparatos eléctricos que iluminaran el interior.. por esto bajo estas condiciones con el filtro en la ventana la absorción de la luz externa diurna se filtraba allí.. y así mismo poniendo tantas gelatinas coloradas sobrepuestas, una roja, una verde, había logrado el efecto que se deseaba , el efecto de la luz lunar, haciéndolas muy bien que no se vieran los ajustes del material… el resultado fue optimo y Rossellini reconociendo con gran espíritu mi trabajo de las tres cinecámaras que disponía para las escenas de batalla una la asigno a mí.

En este mismo año, por la edad, fui reclutado en el ejército italiano por la guerra que ahora en Europa se desprendía. Rossellini me acompaño a la estación del tren para despedirme y saludándonos me dijo que me convertiría en un gran director de la fotografía.

LA VIDA MILITAR

GR: Fueron 33 meses de vida militar bajo el Stato Maggiore del Regio Ejercito. En ese momento con el grupo en el que me encontraba yo era el único que sabía manejar una cámara fotográfica … pues conocía las máquinas y todo lo que podía servir para trabajar la fotografía, por ello me asignaron una unidad, y allí conocí a Michele Gandin, con el cual trabaje para el ejército como documentalista y reportero, el hacia la dirección de los trabajos… comenzamos en Verona a hacer documentales donde había una gran zona militar italiana, luego seguimos por Grecia siguiendo las costas para ver las condiciones de defensa en Grecia .. un trabajo sin interrupción de documentales.. en mi mano siempre tenía películas, cámara fotográfica y la cinecámara, entre ello también un laboratorio de impresión portátil, un camión con las cinecàmaras y el laboratorio, todo lo necesario para poder trabajar las fotografías. Con Michele Gandin realizamos documentales importantes en Grecia sobre distintos lugares como Maratona.

DO: Sobre su posición como fotografo-reporter dentro del escenario entre, guerra-batallas, que reacciones le suscito tal experiencia?

GR: Allí tenía que ser muy veloz. Los eventos eran instantáneos, sucedían y yo tenía que estar listo para todo. Capturar, recoger, voltearme y una cosa detrás de la otra era correr detrás de los eventos, en un segundo capturaba, en el otro cambiaba película, todo sucedía allí, en el momento, por ello tenía que estar listo y ser muy veloz.

DO. Llega el momento culmine donde se encuentra en Cefalonia en el 1943 con Michele Gandin. Mussolini cae el 8 septiembre de 1943 con el armisticio, las fuerzas italianas cesan la guerra y el ex-aliado alemán se convierte en enemigo, esta misma noche se discute sobre la posición del ejército italiano que cubre esta zona y que no sabe cómo ponerse de frente al nuevo enemigo el cual lo presiona por una decisión que conducirá a la batalla en Cefalonia.

GR: En ese momento huimos con Michele Gandin y poco después fuimos capturados por las fuerzas nazistas que nos llevarán al campo de concentración en la región del Westfalen- Alemania, primero en un pueblo llamado Hattingen donde poniéndonos en fila fuimos separados ya que la selección de los grupos era uno a la derecha el siguiente a la izquierda y así sucesivamente yo resulte en una parte y él en la otra, durante la prisión fui trasladado a un segundo campo de concentración en Witten, sobre el rio Ruhr donde fui liberado el 11 de Abril del 1945 por soldados de una compañía USA..

LA GUERRA

DO: 18 meses prisionero de la fuerza nazista…

GR: En el libro «Se questo è un uomo», narro la experiencia de un sobreviviente al campo de concentración.

DO. (Girando el eje de los acontecimientos, escucho en una entrevista hecha a Roberto Rossellini la siguiente afirmación: «Nuestra labor era un acto moral, para el pueblo.., un servicio para la comunidad»).

AÑOS DE FORMACION

DO: De regreso en Italia…

GR: Cuando regrese a Italia, continúe mi experiencia como fotógrafo en el cine. y allí me di cuenta que el cine estaba adquiriendo una nueva forma y que estábamos dejando a un lado el cine de los «teléfonos blancos» que era el cine del régimen, y entre las nuevas experiencias se descubría un cine independiente. Cinecittà y sus estudios fueron ocupados por los nazis, y luego fue el refugio de la gente que quedó sin casa y maltratada.
No había muchos materiales para hacer cine y los que encontrábamos eran en pésimas condiciones, buscábamos entre los mercados de Porta Portese películas para poder rodar, y arreglábamos lo que había con la mejor disposición para realizar los trabajos bien… era material muy importante para poder hacer lo que después fue llamado mundialmente como cine neorrealista.

DO: Su debut como director de fotografía se presenta con «Pane, amore e…» (1959 de Dino Risi).

GR: Si, aunque antes de este trabajo, seguí la troupe de la película «Senso» (1954) de Luchino Visconti como operador de la cinecámara y para las últimas escenas la fotografía siguió bajo mi dirección por la muerte imprevista del director de fotografía Aldo Graziati. Entre las últimas escenas realicé la del fusilamiento del Teniente Mahler.

DO: Con Luchino Visconti se abrirá un panorama de continuo trabajo.. “Le notti bianche» 1957 , «Rocco e i suoi fratelli» 1960, «Il gattopardo»1963 …

GR: Con Luchino Visconti trabajamos intensamente, él buscaba una mezcla entre teatro y cinema, hasta fundirse en uno solo. «Le Notti Bianche» fue una película rodada en Cinecittà, el teatro permite manipular la luz y todo los elementos en modo autónomo, allí construíamos los elementos del film ficticiamente como la niebla, fusionando elementos escenográficos con la luz…

GR: Con «El Gatopardo» ha valorizado la puesta en escena hasta lograr suscitar el ambiente tal y como era. La iluminación era un elemento muy importante porque buscábamos adaptar la imagen a la idea fiel del ambiente, era una reconstrucción histórica y así mismo con la unidad de vestuario y escenografía trabajamos juntos, sea en las locaciones o en los teatros. Visconti deseaba una realidad extrema.

DO. Estamos en los años 60′ y de Luchino Visconti a Federico Fellini pasa con «Tre passi nel delirio” (“Historias Extraordinarias” adaptación de Edgar Allan Poe a tres manos) Cinecittà vuelve a ser el punto de contacto para la industria cinematográfica. Es interesante el dialogo alterno con el cine de Visconti y el trabajo de Federico Fellini

GR: Si eran opuestos, yo entiendo la fotografía no solo como bonita sino funcional a la historia…este es para mí un principio.

DO: Como preparaba las películas con Federico Fellini

GR. Preparar las películas con Fellini, era salir con él, visitar su querida Rímini donde te hacia conocer los personajes de su infancia que habitaban allí, los lugares que recorría en su memoria, abría un diálogo sobre él y lo que lo circundaba, yo iba preparado para tomar apuntes con la cámara fotográfica y con la libreta, toda esta información era útil, eran sugerencias de lo que él buscaba para el film, y todo entraba como apunte para encuadrar las necesidades de la historia, entender los personajes, los lugares, y sus historias me suscitaban la idea para poder focalizar el ambiente y la l

DO: Y el trabajo en el set ¿cómo se desarrollaba?

GR. En el set Federico sobretodo odiaba tener guiones… y aunque si demostraba que no tenía nada, en realidad el guión lo escondía, prefería seguir todo sin nada más que la idea en su cabeza. pero era imposible que no se apoyara un poco en el guión en medio a lo que construía.
Es muy particular la experiencia de los actores cuando olvidaban lo que tenían que decir, en ese momento Fellini les decía: cuenta hasta 20 o hasta 100, según el tiempo de la escena, y así sucedía.

Amaba el teatro de prosa, porque podía tener pleno control de los actores y de todo el resto; con el grupo de fotografía estábamos siempre listos para cambiar porque no le gustaba tener las cosas fijas, le gustaba modificar, pasar de un lado a otro por ello mi predisposicion: «estoy listo para cambiar».

DO. El artificio y la luz…con Fellini

GR. La ficción para Fellini era muy importante, tenía miedo que no se viera ficticio el paisaje o los elementos del film, en «E la nave va» (1983), recuerdo de haber cogido una manguera para crear las olas que se estrellaban con el barco, y cuando me vio me dijo: Pepino no piensas que se ve muy real? , yo reí y le dije: Federico, más ficticio de esto no se puede. Esta era la idea de Fellini, si notas las imágenes entre los mares de plástico y demás, nada de ello sugería la realidad, pues era siempre modificada.

DO: En un libro dedicado al Director de Fotografía Giuseppe Rotunno, “l’architettura della luce” SNC Roma 2002. Extraigo un pequeño fragmento sobre el mismo director de la fotografía y la luz.

“Me gusta pensar que debemos crear un puente entre la pantalla y el público y es a través de la luz que se introduce el público dentro a una historia, es a través de la luz que se narran hechos, emociones exteriores e interiores, porque la cinecàmara logra fotografiar aquello que el personaje tiene dentro.

Las luces y las sombras son el alma de la fotografía cinematográfica, se nece-sita estar atentos a su dosis, por cada luz que se enciende hay una sombra que aparece”.

Y entonces me alejo con miles de imágenes en mi cabeza, me parece increíble que uno de los más grandes directores de fotografía del mundo hubiera estado conmigo entrando en sus propios recuerdos…

Publicado en La Moviola

 1- Rotunno y Fellini3 rotunno y fellini5 pelicula El gastopardo de L. Visconti
     Rotunnuo y Fellini              Rotunno y Fellini           El garopardo de Visconti
 4 Rotunno y Frllini8 Pel. all that jazz9 casanova-de-federico-fellini
       Rotunno y Fellini          All that jazz de Bob Fosse   Casanova de F. Felini
6 pel. Amarcord de F. Fellini7 pelicula Fellini Roma
   Amarcord de  F. Fellini           Roma de F. Fellini

Fotografia de «Hijos nuestros»


foto 1

ENTERÁTE CÓMO SE HIZO LA FOTOGRAFÍA DE “HIJOS NUESTROS”

La historia de Hijos Nuestros, guionada y dirigida en conjunto por Juan Fernández Gebauer y Nicolás Suárez, narra el periplo de Hugo Pelosi (interpretado por Carlos Portaluppi), un ex jugador de fútbol e hincha fanático de San Lorenzo devenido taxista luego de que una lesión lo marginara de las canchas, y al que los años y los kilos se le vinieron encima. Un encuentro fortuito con Silvia (Ana Katz), una pasajera, y su hijo Julián (Valentín Greco), de once años y que juega al fútbol en torneos barriales, le abre la posibilidad de darle un volantazo a la vida apática que lleva.

foto 2

Por Pablo Parra (ADF)

La génesis

El proyecto llegó hasta mí a través de la convocatoria de Juan, con quien habíamos coincidido en un rodaje en 2011 y en cuyas pausas charlamos bastante de nuestras preferencias cinematográficas y formas de encarar el trabajo. Surgió una afinidad y tres años después recibí su llamado convocándome a tener una reunión junto a Nicolás por la película. En esa primera charla hablamos del proyecto en general, el cual ya había ganado el concurso de óperas primas del INCAA y contaba con los recursos mínimos para realizarse, y también sobre algunas ideas visuales que ellos estaban barajando para la película, invitándome también a hacer los aportes que se me ocurrieran. En reuniones posteriores fuimos poco a poco dándole forma a la imagen de la película.

Ya desde el principio la intención fue contar la historia siempre desde el punto de vista de Hugo y en locaciones reales, con una cámara muy cercana que lo acompañara en todo momento, y dándole una cierta preeminencia al plano secuencia. Otra pauta importante que nos propusimos fue lograr distinguir claramente el entorno de la casa de Hugo del de la casa de Silvia a través del tratamiento del contraste y de la paleta de colores de la luz. En general nos inclinaríamos por un naturalismo en la iluminación, pero no un naturalismo a rajatabla sino uno que pudiéramos “forzar” a ser más expresivo en ciertas situaciones, como las noches en la casa de Hugo.

foto 3

La pre y el rodaje

Tuvimos la oportunidad de hacer una suerte de ensayo general como equipo rodando antes un cortometraje, El Dorado de Ford, para Historias Breves 10, lo cual nos permitió a todos ganar confianza, establecer lazos fuertes y probar dinámicas de trabajo para encarar el largo.

Ya inmersos en la pre y abocados a cerrar el equipamiento con el que concretar las ideas visuales charladas antes sugerí plasmar la propuesta de la “cámara acompañante” de Hugo vía el uso de focales cortas y la cámara en mano, al menos hasta casi el final, donde una situación que atraviesa el protagonista precipita un abordaje de cámara distinto. El 24mm de la valija de Carl Zeiss ZF 2.1 se convertiría en el lente por default para casi toda la película, y el easy-rig en el accesorio más utilizado, dada la preeminencia de planos secuencias planteados. Desde el inicio se sabía también que una gran parte de la historia transcurriría dentro del taxi de Hugo, el protagonista. El vehículo es importantísimo en la trama porque es el entorno en el que Hugo desarrolla su cotidianeidad, es casi como una proyección de su cuerpo y la marca de identidad más fuerte del personaje a lo largo del film. Nos decidimos entonces por un paquete decámara RED EPIC, cuyo tamaño nos convenía mucho para trabajar en el reducido espacio interior del taxi y que tenía un peso amigable para encarar los planos largos. Esto ya había tenido oportunidad de comprobarlo bien en 2 un largometraje que había fotografiado el año anterior, Zanahoria, el cual transcurría también en gran parte dentro de automóviles.

foto 4

Dentro del taxi necesitaríamos mucha versatilidad con la cámara: debíamos poder panear, tiltear y hasta hacer travelings-in dentro con cierta libertad, todo ello mientras el auto se movía, y sin perder nunca la sensación de cámara en mano pero buscando a la vez que esta fuera prolija. Para resolver este planteo fue vital la colaboración del grip Darío Gugliotta, que hizo un trabajo excelente. Darío desarrolló un sistema muy práctico de cuerdas flexibles para suspender la cámara y que le permitía toda la movilidad necesaria, incluidos los travelings, a la vez que le sustraía la mayoría de los movimentos bruscos y desprolijos. Me dio la facilidad de manejar de manera muy fina el encuadre sin tener que soportar todo el peso del equipo, y ello nos animó a explorar y acentuar todas las sutilezas que fue brindando Carlos Portaluppi en su actuación: a medida que avanzábamos nos fuimos permitiendo acercarnos cada vez más a su rostro. Los primeros planos de Portaluppi en la película sin duda sugieren todo el recorrido de su personaje, todo el peso de los años de frustraciones que carga sobre sus espaldas.

El mismo Carlos fue quien manejó verdaderamente el taxi en todas sus escenas allí, ya que no tuvimos la posibilidad de contar con un cámara car. Su compromiso con la película fue realmente del cien por cien, y trabajar con él, tanto como con Ana Katz y Valentín Greco, fue un verdadero placer porque además de ser excelentes actores fueron en todo momento muy solidarios con el equipo técnico. Para rodar las escenas diurnas en el auto armábamos un itinerario procurando mantener siempre el sol de contraluz, aunque no lo pudimos lograr en todas las escenas. Allí el sistema HDR de la EPIC demostró ser una ayuda importante para manejar las diferencias extremas de exposición entre interior y exterior. Para las escenas nocturnas manejamos también itinerarios según la temperatura de color dominante que queríamos para los fondos. Actualmente en el alumbrado público nocturno de Buenos Aires nos podemos encontrar con mercurios de dominante verde, sodios de dominante ámbar o LEDs más fríos, lo que representa una diversidad muy interesante para explorar. Para los interiores del auto por la noche nos servimos de cintas de LEDs de temperatura de color y ángulo muy específicos que elegimos en la pre junto al gaffer Matías Lanatta de un amplio catálogo que él trajo, y que íbamos disponiendo según el encuadre donde más nos convenía.

foto 5

La labor de Matías fue muy importante no sólo por el aporte creativo, sino también por la organización logística impecable y prolija que logró en una película que fue muy demandante, rodada de punta a punta en locaciones reales, a veces con varios traslados en una misma jornada. Fue una tranquilidad contar con él y con Manuel Juncker, su eléctrico de cabecera, Fabio Rodríguez como reemplazo y refuerzo en algunas jornadas y Joaquín Lucesoli como meritorio.

Para el diario devenir de Hugo fuera del taxi nos servimos también de la cámara en mano, casi siempre montada sobre un easy-rig. Se coreografiaron varios planos secuencia a lo largo de toda la película, con mayor y menor recorrido, en interiores y exteriores. Allí la labor deJulia Buratovich, la asistente de cámara, y de su segunda de cámara Camila Pozner fue invaluable. El trabajo con el foco fue muy fino, y Julia logró llevarlo a cabo en recorridos de mucha complejidad, todo dentro de los plazos de un plan muy exigente y ajustado.

En las dos locaciones más importantes de la película, la casa de Hugo y la casa de Silvia, se planteó para lograr la distinción entre esos espacios comentada más arriba un tratamiento diferente para cada uno. Se otorgó una calidez “otoñal” y una suavidad de contraste en la casa de Silvia vía el uso de la luz rebotada de 2 HMIs, uno de 2,5Kw y otro de 1,2Kw, filtrados con ½ CTO en una amplia tela blanca percal, todo desde el balcón, cuyo ventanal actuó como fuente principal en todas las escenas diurnas. Las cortinas de este ventanal, que el director de arte Ignacio Luppi eligió teniendo en cuenta la tonalidad a la que se quería llegar en el living de Silvia, tenían también un matiz cálido que se sumó al que brindaba el CTO, dando como resultado final la atmósfera que buscábamos. En la cocina utilizamos Kinoflos filtrados para obtener una calidez menor, casi neutra. En todo momento en la casa de Silvia la luz es siempre más envolvente. En la casa de Hugo por el contrario buscamos acentuar los contrastes, sobre todo en las escenas nocturnas, donde hay amplias zonas de penumbra. Allí utilizamos la luz directa de dedolights, y les dimos una dominante cálida pero optando por un filtraje de matiz más amarillo-verdoso, mucho menos “amable” que el de la casa de Silvia. Para las escenas diurnas en la casa de Hugo atenuamos el contraste pero siempre dejando un acento de luz directa fuerte, y con el matiz de color más frío que el blanco neutro.

Otra locación que Hugo frecuenta y donde hicimos varias escenas es el bar San Lorenzo. Intervinimos muy poco la luz fluorescente existente allí, reforzando con Kinos el área de las mesas donde los personajes se sientan a charlar y, apenas un poco de luz cálida directa desde el exterior, filtrada para dar un matiz de sodio ámbar, y que acentuamos ostensiblemente en la cena que comparte el trío protagónico. Siempre la presencia de Silvia y Julián le aporta un matiz extra de calidez a los entornos más fríos de Hugo; es una sensación que buscamos resaltar siempre que pudimos, procurando a la vez no ser demasiado ostensibles. Es la búsqueda de ese naturalismo forzado al que hacíamos mención más arriba.

Otra escena que nos dio pie para ejercer ese abordaje en la iluminación fue el la de la confirmación. Allí planteamos una leve sobreexposición en el personaje del obispo interpretado por Daniel Hendler y que lleva adelante la ceremonia. Tenía también sendos contraluces bastante altos, que pusimos para de algún modo resaltar su investidura religiosa.

foto 6

Para la secuencia de la prueba en San Lorenzo nos tocó un día de nubosidad leve y ello nos vino bien porque atenuó la dureza del sol directo sin eliminar del todo la direccionalidad de la luz. Allí planteamos una cobertura a dos cámaras: la EPIC sobre las gradas con un lente zoom Varotal 25-250 para capturar los planos abiertos, y una Canon5D libre para recorrer todo el borde del campo con un zoom 70-300mm, buscando exclusivamente planos cortos para inserts.

foto 7

Ya en el epílogo de la película un hecho que atraviesa el protagonista motiva un cambio en el planteo de cámara: se abandona el easy-rig para pasar a un uso estricto del trípode con cámara fija y focales más largas, favoreciendo un abordaje más tradicional de montaje por cortes en lugar del plano secuencia. La última toma larga es la del final de la película, que inmóvil sobre trípode toma al personaje de Hugo desde un plano general hasta un primerísimo primer plano. Allí volvimos a usar el Varotal, esta vez suplementado por un motor microforce para poder ir modificando la distancia focal a medida que Portaluppi se acercaba a la cámara. La toma se tiró muy poco antes de la caída del sol, con la intención de captar el alumbrado público que se encendía antes de que se hiciera de noche totalmente.

La postproducción

Una vez cerrado el montaje abordamos la etapa final de dosificación y conformado en SinSistema. Allí Bruno Fauceglia, una presencia clave en la organización de la postproducción y que realmente contribuyó muchísimo a la película en esta etapa, armó junto a la producción un cronograma para que junto al colorista Rodrigo Silvestri pudiésemos abordar la dosificación, mientras Nicolás Toler yPablo Herrera finiquitaban los efectos visuales. Todos hicieron un trabajo soberbio.

Con Rodrigo nos concentramos sobre todo en afinar el planteo de color propuesto en el set. Empezamos por la escenas nocturnas de Hugo en su casa con la prostituta y mirando la TV para llegar a una suerte de patrón a partir del cual acomodar todo el resto. Una vez que cerramos claramente el entorno de Hugo fue más fácil abordar el tratamiento del entorno de Silvia, que tendría como vimos un contraste menor y una paleta cálida más suave. Seguimos por la pizzería, donde reforzamos el matiz verdoso de los tubos, y fuimos completando luego secuencia por secuencia todo el resto. Dedicamos un tiempo importante a afinar los niveles del HDR en los interiores diurnos del auto, y por último llegamos también a hacer algunas pruebas de proyección con agregado de grano, una idea que finalmente descartamos.

El debut

La película tuvo su estreno en el marco de la Competencia Oficial Argentina del 30° Festival Internacional de Mar del Plata, donde las proyecciones en DCP fueron impecables, se ganaron dos premios importantes de los jurados paralelos y hubo una muy entusiasta recepción del público que dio pie a un boca a boca que llenó todas las funciones. Quedamos muy contentos e ilusionados con el camino que se iniciaba. Se trató de un proyecto verdaderamente muy estimulante y donde la producción de Georgina Baisch y Sazy Salim, que se preocuparon en todo momento por el equipo y por la película, fue ejemplar. Les agradezco enormemente a ellas y a los talentosísimosJuan Fernández y Nicolás Suárez por haberme convocado, y a todo el equipo técnico que me acompañó en la aventura. Hoy todos estamos orgullosos de Hijos Nuestros.

foto 8

Ficha técnica completa de Hijos Nuestros (Argentina, 2015)

Dirección: Juan Fernández Gebauer y Nicolás Suárez. Dirección de fotografía y cámara: Pablo Parra. Foquista: Julia Buratovich.Segunda de cámara: Camila López Pozner. Grip: Darío Gugliotta. Gaffer: Matías Lanatta. Eléctrico: Manuel Juncker, Fabio Rodríguez (jornadas de reemplazo y refuerzo). Meritorio: Joaquín Lucesoli. Dosificación digital, VFX, conformado y DCP: SinSistema.Supervisión: Bruno Fauceglia. Colorista DaVinci: Rodrigo Silvestri. VFX: Nicolás Toler y Pablo Herrera.

 

 

Corto: «El inicio de Fabricio»

 

foto 1

SOBRE “EL INICIO DE FABRIZIO”, EL CORTO GANADOR DE GENERACIÓN K EN LA BERLINALE

Por Matías Iaccarino (ADF)

La 66 edición del Berlinale, uno de los festivales de cine más grandes y prestigiosos del mundo, se llevó a cabo en febrero de este año en Berlín. Entre los 400 títulos que se proyectaron, el cortometraje argentino El inicio de Fabrizio, de Mariano Biasin, resultó ganador del premio del jurado de la sección Generation K  que es una sección para chicos con la gran particularidad de contar con un jurado conformado por chicos. El director de fotografía a cargo del corto fue Sebastián Gallo.

foto 2¿Cómo fue la experiencia de proyectar el corto en Berlín?

MARIANO: Fue un premio en sí mismo. El marco del Festival imprime mucho respeto, cada función es presentada, los directores y actores tienen la posibilidad de hablar de sus trabajos. El público reaccionó de una manera increíble con nuestro corto. Pese a tratarse de una audiencia muy mezclada en edades y culturas, las risas sonaban a coro casi constantemente y eso fue muy gratificante para mí. El marco de la competencia también era de mucho prestigio, con trabajos muy sólidos desde lo estético, desde lo formal, y de contenidos muy diversos.

LUCAS: La experiencia en la Berlinale fue algo grandioso. Desde la primera proyección fuimos muy bien recibidos. Cada risa del público era algo muy emocionante. Para mí como actor, poder estar mezclado entre la audiencia y observar sus reacciones fue lo más valioso que me llevo del Festival. En nuestra sección había cortos muy buenos, de gran nivel y no teníamos tanta esperanza de poder ganar algún premio. El día de la ceremonia final fue el momento de más nerviosismo, porque estaban presentes todos los directores y algunos actores de todos los trabajos en competencia. Tuvimos la suerte de que eligieran nuestro corto como el mejor de Generation Kplus, recibiendo el Oso de Cristal, fue algo muy mágico. Un momento único que nunca me voy a poder olvidar en mi vida.

Lucas, vos sos Fabrizio, el protagonista de la historia, ¿cómo llegaste al proyecto?

LUCAS: Mi llegada al corto fue un poco accidental. Yo me enteré del proyecto después de un ensayo en mi Escuela de Comedia Musical. Me entregaron un folleto y me dijeron que enviara un mail para un cortometraje. Cuando estaban haciendo la preselección de chicos, a partir de las fotos que enviamos los interesados, yo había mandado una foto en la cual no se me distinguía el rostro, ni nada, porque estaba haciendo una comedia musical personificado de gato. No fui tenido en cuenta al no poder ver quién era, ni mi edad, ni mi cara.
Fue entonces cuando el director decidió enviarme un email pidiéndome una foto en la que se me pudiera ver. Al poco tiempo de enviarla, me avisaron que había quedado preseleccionado para un primer casting.
El día del primer casting yo estaba un poco nervioso, pero cuando llegué, me sentí muy cómodo y me pude tranquilizar y les pude dar una buena impresión a los chicos, que luego me seleccionaron para hacer el rol de Fabrizio.

MARIANO: Yo desde mi lugar, cuando vi la primera foto que envió Lucas, pese a que en equipo la habíamos casi descartado, yo había visto algo especial. Cuando lo conocí en persona hubo una conexión inmediata, no sé si de él conmigo, ya que creo que ni sabía que yo era el director. Pero yo me senté en el piso con un mate a escucharlo y observarle cada movimiento, y me di cuenta que Lucas me estaba mostrando a mi Fabrizio.
A partir de eso, y ya con el trabajo avanzado, formamos un vínculo de muchísima afinidad que colaboró mucho para que el trabajo fuera disfrutable, y que lograra el resultado que logró.
Y es un vínculo que transcendió el cortometraje porque hoy por hoy, y gracias a esta secuencia de sucesos azarosos, Lucas y yo somos grandes amigos, hermanos. Por eso disfruté muchísimo poder compartir el momento tan intenso de ganar un premio tan importante, tanto para mí como para él, estando juntos en Berlin.

¿Cuál fue la propuesta inicial para la Fotografía del cortometraje?

MARIANO: Mi idea era la de despojar de espacio y tiempo el cortometraje, de que se universalice un poco al punto de sentir que podría ser cualquier pueblo, en cualquier época. Si bien hay ciertas improntas naturales, no quería para nada enfatizarlas. A partir de la fotografía, mis ideas fueron las de trabajar con una cámara en mano prolija, que pueda sincronizarse con las sensaciones que sucedían en el cuadro. Pensar en una luz natural, con una pátina cálida y en clave alta, para acentuar un poco la ternura e inocencia de la historia. Mi idea era intentar mirarla a través de un cristal nostálgico, sin ser este demasiado notorio. La premisa también era la de contar con colores primarios (puntualmente en los terrenos en que la Fotografía se toca con el Arte y el Vestuario), pero sutilmente corridos de su tono absoluto: Que el rojo estuviera un poco “anaranjado”, que el azul se viera un poco “aturquesado” y el amarillo un tanto “mostaza”. Esa idea no surgió de una construcción intelectual, sino que fue tomando forma a la hora de buscar referencias y elegir texturas durante la preproducción.
Nos hubiera gustado, tanto a Sebastián como a mí, contar con lentes un poco más angulares para las situaciones grupales, o para ciertos planos que funcionan como “flashforward” durante algunas escenas, pero la realidad nos permitió contar con un 25mm como lente más angular, por lo que intentamos construir esta idea ingeniándonos encuadres que la sostuvieran.
Y sin dudas sabíamos que la propuesta de cámara “viva”, danzando con los personajes (la mayoría chicos) iba a requerir de un foco intuitivo. Es por eso que hago un apartado especial para mencionar a Martín “el Colo” Fisner en su mágica labor artesanal, soldado del cine, prócer de la nitidez.

foto 3

¿Qué cámara y lentes usaron? ¿Hicieron pruebas antes de empezar el rodaje?

MARIANO: Usamos una RED SCARLET, con unos lentes de fotografía LEICA. Fue un combo que se pensó mucho. La primer variable era la posibilidad real presupuestaria, que ya nos alejaba de la Alexa que proponía Sebastián Gallo (Director de Fotografía). Yo por mi lado tenía claro que quería capturar a 4K, para contar con la mayor resolución posible. También me gustaba la idea de grabar en RAW, para poder trabajar el color con mayor libertad, ya que tenía una propuesta tonal muy concreta. También me interesaba una imagen un poco añejada, alejada de la dureza del video, por eso aparecieron estos lentes que eran un poco vintage, y eso nos gustó.
Hicimos pruebas con F3, con Black Magic 4K, con una Sony (que no recuerdo bien cuál era, pero era la sucesora de la F3) y por último la RED SCARLET. Siento que la decisión fue acertada.

¿Cómo fue el trabajo en rodaje entre Director y Director de Fotografía?

MARIANO: El trabajo en el set junto a Sebastián Gallo fue de mucha fluidez. Nos conocemos mucho, hablamos mucho en la preproducción de lo que buscábamos, y coincidíamos naturalmente ante cada desafío que se presentaba. Además se dio que en la totalidad del rodaje no utilizamos monitor, por lo cual mi lugar era a un costado de Sebastián, trabajando en el set con los actores, y confiando completamente en sus ojos. Me considero un director muy quisquilloso de la imagen y la composición, pero una vez que definíamos el encuadre entre los dos, ya quedaba en sus manos. Esta circunstancia me ayudó mucho a concentrarme en los actores. No sé si es un sistema que elegiría nuevamente, pero en este caso creo que funcionó muy bien. Sólo fue posible por la conexión que tengo con Sebastián y la confianza y respeto que él me genera.
Pero como para describir el trabajo de set, la sensación que me viene a la mente es la de comunión total. Mucha coincidencia, sabíamos lo que buscábamos, yo disfruté mucho la tarea.

¿Cómo fue el trabajo de actor con el Director de Fotografía?

LUCAS: Fue un trabajo de mucho compañerismo. Nos ayudábamos mutuamente y nos entendimos muy bien desde el comienzo. Yo venía de un mundo (lenguaje) muy diferente, y la figura del Director de Fotografía me ayudó mucho a dosificar mis expresiones y acciones para que funcionaran bien en la pantalla de cine.

¿Cuáles fueron las principales diferencias entre trabajar en teatro y en cine.

LUCAS: En teatro, que es lo que yo estaba más acostumbrado a hacer, puntualmente el teatro musical, todo es muy expresivo, para que el espectador de la última fila pueda apreciarlo y comprenderlo. Pero en cine es totalmente diferente. El gesto más pequeño puede parecer enorme. Fue algo que en un principio me costó, pero que pude tomarle la mano.

En qué situaciones queda más afectada la labor del actor de cine en función de la Fotografía?

LUCAS: De mi parte no noté que la Fotografía afectara mi trabajo. Creo que siempre estuve acompañado, y no sentí que me limitara, sino todo lo contrario, que funcionaba como un apoyo para poder entrar en el mundo de lo que queríamos contar.

Considerás que la Fotografía es un punto fuerte del cortometraje? Por qué?

LUCAS: Sí. Creo que todos los planos están muy bien filmados. Que la Fotografía ayuda a que la historia no quede anclada a un lugar específico, sino que es bastante internacional. Creo que es uno de los puntos más fuertes que tiene el cortometraje. Por ejemplo en la escena del interior del coche, todo era muy delicado, muy cuidado, y eso ayudó a que la escena tuviera esa esencia.

foto 5

Vittorio Storaro: “Pasando de la Pelicula al Digital”

 

foto1
                         Vittorio Storaro, ASC, AIC cruzando el puente hacia el digital

PASANDO DE LA PELÍCULA AL DIGITAL”, UNA ENTREVISTA CON

VITTORIO STORARO

Autor: Jon Fauer – 2015 // Traducción y adaptación: Carlos Wajsman
Café society se estrenó en el Festival de Cine de Cannes el 11 de mayo. Fue la primera película digital tanto para Woody Allen como para el DF Vittorio Storaro (ASC, AIC). Woody Allen ha dirigido 47 películas en negativo; Vittorio Storaro ha fotografiado 58 películas en negativo. Me encontré con Vittorio en Nueva York varias veces mientras hacía la corrección de color de Café Society en Technicolor Postworks. Vittorio es famoso por sus discusiones sobre cine, arte, estilo y simbología. Pero también es conocido por estar en la cumbre del proceso audiovisual en todos los niveles – artístico, digital y técnico – con el mayor de los conocimientos acerca de profundidad de bits, resolución, rango dinámico, el software DaVinci y el arte. Esto mantendrá a los lectores sentados en la punta de sus asientos.

FOTO 2
                     SONY F65 y Vittorio Storaro, ASC, AIC. Foto por Simone D’Arcangelo.

JON FAUER: Vittorio, ¿cómo encaró el reciente pasaje de película a digital con Woody Allen?

VITTORIO STORARO: Me encontré por primera vez con Woody Allen cuando estaba filmando Historias de Nueva York; yo fotografié el tramo dirigido por Francis F. Coppola. W. Allen y M. Scorsese dirigieron las otras dos partes, con los Directores de fotografía  Néstor Almendros y Sven Nykvist. Unos años más tarde, en 2000, Alfonso Arrau me convocó para hacer la fotografía de la película Picking up the Pieces, en la que W.Allen era el protagonista. En 2015 recibí un llamado de mi agente Paul Hook (ICM) desde Los Angeles; me dijo: “W.Allen está preparando una nueva película  y Darius Khondji – el director de fotografía de sus últimas cuatro películas – no está disponible. Woody me preguntó si estarías interesado en hacer ésta película” Le envié un mail Darius, para asegurarme de que se enterara a través mío del tema y le pregunté a Paul si era posible que yo leyera el tratamiento o el guión. “Me parece difícil discutir un proyecto sin saber nada sobre el mismo; necesito estar en condiciones de aportar algo desde el punto de vista visual a fin de justificar mi involucramiento en el proyecto”. Paul me respondió:  “Vittorio, es muy difícil que Woody acepte enviar un guión: insiste en mantenerlo prácticamente en secreto” Respondí: “Lo lamento y respeto mucho a Woody, pero necesito saber de qué se trata el guión. Cuando nos encontremos me gustaría estar en condiciones de llevarle algunas ideas acerca de la visualización de la historia”

FOTO 3                                 Estilo visual en el Bronx: cena con la familia Dorfman.

Entonces me enviaron el guión y me encantó desde el principio: era realmente una historia de Woody Allen. No solo eso: presentaba dos decorados fundamentales que necesitaban tener un estilo visual distintivo: el Bronx y Hollywood. Había allí dos temas visuales específicos a presentar, por lo que me resultó muy interesante. Había hecho hasta entonces 58 trabajos en película; la última fue Mahoma y durante tres años que invertí entre su preproducción, producción y post producción, fui viendo como la industria audiovisual cambió completamente, pasando prácticamente en un 100% a digital. Volé a Nueva York para encontrarme con Woody. Pasamos más de dos horas hablando del proyecto. Entonces le dije: “Woody, tu siempre has utilizado película, yo siempre he utilizado película, hasta ahora. Creo que ha llegado el momento de cambiar para que los dos y realizar el pasaje del fílmico al digital – porque el progreso es algo que no podemos detener. Podemos frenarlo o acelerarlo, pero es imposible detenerlo, solo  corremos detrás de algo – película y proceso fotoquímico – que sabemos que va a desaparecer.O podemos sumergirnos juntos en ese nuevo mundo digital y convertirlo en nuestro mundo; solo podemos mejorarlo si estamos dentro del proceso. No podemos criticarlo desde afuera; creo que es tiempo de adoptar la captura digital”. Entonces comenzamos a hablar sobre el tipo de cámara digital que podríamos utilizar; yo siempre había soñado en trabajar con una cámara digital que me permitiera, desde cero, utilizar el formato específico 2:1 que me había sugerido la pintura de Leonardo Da Vinci: “La última cena”. En el cine, yo llamo a ese aspecto “Univisium”.

FOTO 5
                                       Leonardo da Vinci “La última cena” 1495-98.

Cada vez que experimenté con formatos digitales a lo largo de los años – con resultados desalentadores – siempre había soñado con una cámara “ideal”. Había diversos elementos a satisfacer: si el negativo nos permite capturar por lo menos una profundidad de color de 16 bits, una cámara digital debería ser capaz de lo mismo, si no más. Y si escaneamos el negativo a 4K, 6K o 8K, una cámara digital debería ser capaz de brindar por lo menos una resolución de 4K. Entonces, descubrí que SONY había hecho una cámara llamada F65, que resultó lo más cercano posible a mis sueños. La “ventanilla” era casi perfecta, con una relación de captura cercana a 2:1. Hablando con SONY me recomendaron Panaligth Camera Rentals de Roma, donde pudimos probarla junto a mi asistente. Entonces cuando Woody me consultó por la cámara que me gustaría utilizar, le respondí: “Woody, me gustaría trabajar con la SONY F65. ¿Estás listo para zambullirnos juntos en el digital?” Y Woody respondió: “Hagámoslo”.

JON FAUER: ¿No tuvo que “torcerle el brazo” muy fuerte?

VITTORIO STORARO: No, el comprende la tecnología, pero estoy seguro que si le hubiera sugerido seguir trabajando con negativo hubiera estado igualmente feliz. Pero yo estaba listo, pensaba que era el momento de comenzar con el digital con la cámara SONY F65. Creo que ambos nos dimos cuenta de que esto ocurriría tarde o temprano. Una vez que percibió que yo estaba tan determinado a dar el paso, aceptó hacerlo juntos. Entonces le dije: “Woody, me gustaría que dispusiéramos de dos monitores SONY calibrados, uno para ti y uno para mí, para que puedas seguir la imagen a medida que la grabamos. Tendremos así una calidad similar a la imagen que será proyectada en la pantalla grande. Nunca más tendremos que sufrir un parpadeante video assist, con una imagen casi sin color y vagamente cercana al resultado final. En cambio, podremos ver exactamente lo que estamos haciendo, desde el principio hasta el final dispondremos del resultado final.”

FOTO 6
    Ethan Borsuk, primer asistente de cámara y Simone D’Arcangelo, DIT en una prueba de           cámara. Fotos y montajes de Vittorio Storaro salvo los expresamente aclarados.

JF: ¿Qué lentes utilizó?

VS: Utilicé los Cooke, lentes que siempre he amado. Organizamos las cámaras y los lentes en Panavision Nueva York y elegimos los Cooke S4 porque están fabricados para cine; necesito los mejores lentes disponibles a fin de registrar el movimiento plástico de la luz en cualquier tipo de imagen, desde las sombras más oscuras hasta las luces más brillantes y especialmente la penumbra – tal como la llamaba Leonardo. Recuerdo el primer día de pruebas de maquillaje y vestuario con los actores: preparé dos puestas de luz muy simples en el estudio y expliqué a Woody que sería posible ver los colores reales, el aspecto y el clima de cada escena en su monitor. Realmente quería encontrar un estilo fílmico para subrayar las diferentes partes de la historia, cada una de una manera muy específica, a fin de mantener un estilo cinematográfico general: el mío. Pero todo el mundo, especialmente el productor de campo, me previno: “Vittorio, no te sorprendas ni te ofendas porque Woody nunca mira el monitor. En realidad, ¿estás seguro de necesitar esos dos grandes monitores?” Respondí: “Para mí resulta indispensable, debo poder ver y controlar la imagen cuidadosamente mientras opero el control remoto y ajusto la apertura del diafragma con el control remoto inalámbrico. Por eso tengo de disponer de un monitor perfectamente calibrado”. Pero luego de terminar con la puesta de luces, realmente comprobé que Woody no había mirado nunca el monitor: miraba a los actores. Luego percibí en el monitor un detalle del color del vestuario en relación con el fondo que no me agradaba; entonces le dije a Woody si podía mostrárselo en el monitor. Volvimos a ensayar la escena, comprendió lo que le señalaba; entonces le dije: “Woody, ¿notaste que la calidad que estamos viendo es exactamente la misma que verás más tarde en la película terminada? Estamos viendo prácticamente los campeones mientras grabamos”. A partir de ese momento, cada día que llegaba al rodaje, preguntaba por su monitor. Nunca más dejó de mirar el monitor porque realmente le daba la oportunidad de visualizar exactamente cómo se vería la película –  tener ya durante el rodaje una imagen en un 80 o 90 % similar de lo que podríamos lograr, aún antes de la corrección de color.

JF: ¿Eso cambió la forma de dirigir de Woody Allen?

VS: No, siempre hablaba con los actores al inicio y el final de cada escena. El set era sumamente íntimo; no le gusta hacer demasiadas tomas. Cuando le pregunté si le gustaba mirar el monitor, me respondió: “Ahora sé exactamente lo que estás haciendo y lo que estamos haciendo. Para mí es lo mismo, no cambié nada en mi dirección de actores, así que me sentí muy cómodo”.

FOTO 7
                                      Steve Carell como agente en Hollywood.

JF: ¿Y para usted? ¿Cambió algo en la forma en que hace las cosas el poder visualizar el material a medida que se registra, en vez de tener que esperar al día siguiente para poder verlo?

VS: Esa experiencia anunció el fin de mi pequeña pesadilla, agonizando hasta ver cómo quedaría la imagen en la pantalla. Con los campeones en fílmico, debíamos esperar hasta el día siguiente, a veces hasta una semana después – dependiendo de cuán lejos estábamos del laboratorio. Con el digital, vemos directamente lo que vamos a poder lograr al mismo tiempo en que lo estamos pensando; es increíble. Estamos viendo la imagen y vemos exactamente lo que estás pensando en el momento. Podemos hacer cambios inmediatos, es una nueva vida. Quizás perdemos la inocencia: al movernos del fílmico al digital ganamos conciencia, estamos conscientes del tipo de imágenes que tenemos delante.  Es verdad que el director de fotografía era considerado en una época el único que tenía el conocimiento anticipado de cómo se vería la imagen final. Seamos honestos: el DF era el único que tenía la capacidad de predecir cómo se vería la imagen al día siguiente, después del proceso en el laboratorio. Había tantas cosas que podían cambiar; sin importar cuan vasto fuera tu experiencia, conocimiento o preparación técnica, siempre existía el desafío de que pasara algo diferente a lo esperado durante el revelado, el copiado o la corrección de color en el laboratorio. Sin importar cuanta experiencia o conocimiento de la técnica tuvieras, siempre persistía la duda, seguida por la gran emoción  – y el alivio – al ver la primera imagen proyectada en la pantalla.

FOTO 8
                                       Video HD “Arlecchino in Venice” (1983).

JF: ¿Ansiedad y pequeñas pesadillas?

VS: Con el digital desaparece la ansiedad, pero no significa que con el rodaje se termine el trabajo del DF. Le cuento un ejemplo de pequeña pesadilla y cómo hubiese ayudado el digital: en “Apocalipsis Now”, una noche estaba en el río, detrás del puente Do Long y de pronto, me di cuenta que no disponía de suficientes generadores y luminarias. Sólo teníamos 4 arcos y 1 generador. Era increíble: en esa época el negativo sólo tenía 100 ASA. Con el diseñador de producción Dean Tavoularis, se nos ocurrió colgar lamparitas a lo largo del puente y le pedimos a A.D.Flowers y Joe Lombardi, los chicos de efectos especiales, si podían organizar algunas explosiones por detrás del puente para recortar su silueta. Le pedí a los electricistas que movieran los arcos barriendo el puente ida y vuelta. Teníamos explosiones, los rayos de luz se movían, la cámara se movía: no había nada quieto. Pero el verdadero problema era cómo se vería la imagen cuando el material regresara del laboratorio: los campeones demoraban 2 semanas en volver de Technicolor Roma. Ni siquiera teníamos una grabadora de video. Aunque no tenía dudas sobre el concepto de la escena, ciertamente algunos temores  daban vuelta en mi cabeza. Si hubiéramos grabado en digital, probablemente no hubiese tenido ninguna duda.

FOTO 9
                     Kristen Stewart y Jesse Eisenberg en el Teatro Vista de Los Ángeles.

JF: ¿No más llamados intimidantes a las 3 de la mañana?

VS: Ni siquiera había un teléfono en el pueblito cerca de Pagsanjan. Ernesto Novelli, el colorista de Technicolor, me enviaba telegramas desde Roma para contarme cómo veía las condiciones del negativo. En esa época estábamos haciendo algo extremo: hacíamos un flashingprevio al negativo Kodak para reducir el contraste.

FOTO 10
                                     Apocalipsis Now” (1979) Charlie’s Village.

JF: El horror. Trabajando en digital, ¿se atreve a más probando cosas que probablemente no hubiese hecho con fílmico?

VS: Usualmente pruebo los extremos todo el tiempo, aun cuando era muy joven; probablemente era un poco presuntuoso. Pero todo el tiempo presiono para llegar al extremo y nunca me detengo porque no esté seguro. Trato de explorar lo desconocido…sin importar si es fílmico o digital.

FOTO 11
                                                  “Apocalipsis Now” El horror.

JF: No quiero comparar, pero ¿por qué eligió la F65 cuando más del 90% de las películas importantes se filman con otras cámaras?

VS: Quería librarme de la ciénaga de la baja resolución: creo que es absurdo trabajar en resoluciones inferiores a la del negativo. Rob Hummel me mostró por primera vez la cámara digital Dalsa, que ofrecía lo que yo tenía en mente: 4K, 16 bits, sin compresión y con una relación de aspecto de 2:1. Pero era simplemente un prototipo. La SONY F65 es la primera cámara digital que cumple con mis expectativas, pero es necesario que SONY crea más en la calidad que ofrece y debería prepararse para escuchar lo que tenemos para decir los directores de fotografía durante el uso de sus cámaras. No existe la cámara perfecta: la F65 es en mi opinión la mejor cámara digital de las que he utilizado hasta ahora, pero esto seguramente no se mantendrá de esta manera: aún existen muchas cosas que pueden ser ajustadas, modificadas, mejoradas. Ya envié una carta a SONY contándoles sobre esos temas.  Espero que todas las empresas fabricantes emprendan pasos similares, particularmente en 2 o 3 áreas importantes. Venimos de la película en un viaje que ya tiene 100 años. Cien años de historia. En mi última película con negativo, utilicé 4 emulsiones Kodak diferentes: dos para luz día y dos para luz de tungsteno. Eso me permitió disponer de una sensibilidad baja, 50 ASA, para la filmación en el desierto de día, donde el rango de información era lo más amplia posible. Para los interiores con luz día, tuve la posibilidad de utilizar 250 ASA para esas escenas. Cuando necesité filmar en estudio con luz artificial, dispuse del increíble rango y tonalidad del negativo de 200ASA. Y si filmaba por la noche, tenía el negativo de 500ASA. ¿Cómo es posible que todas las mejores cámaras digitales del mercado tengan solamente sensibilidades únicas, usualmente de 800 0 1250 ASA? Son muy sensibles, pero en la medida que la intensidad de la luz aumenta, pero nos obligan a utilizar filtros ND delante o detrás del lente. Sin ninguna duda, esos filtros pueden modificar el rango dinámico, el color y el contraste. No existe la posibilidad de incrementar o disminuir la sensibilidad de las cámaras sin modificar los niveles de ruido y/o contraste. Teníamos esa posibilidad cuando utilizábamos película. Por eso – en mi opinión – SONY, ARRI, RED o cualquier otro fabricante deberías ser capaces de producir una cámara que nos ofrezca por lo menos 3 sensores que el asistente de cámara pudiera cambiar – como se cambian los chasis de película. Deberíamos tener sensores con muy baja, media y alta sensibilidad.

Soy miembro de la Academia Italiana de Cine, la Academia Europea del Cine y de la Academia Americana del Cine. Todo el tiempo recibo avances de películas: la mayor parte del tiempo lo paso mirando imágenes ridículas, que no tienen nada que ver con la historia, la época o el mundo mágico de las artes visuales. Con la sensibilidad de las cámaras actuales se puede grabar prácticamente en cualquier locación y con cualquier tipo de luz. Pero el arte del cine no se trata de registrar la realidad en imágenes. El cine – como cualquier forma artística – es interpretación; la gran sensibilidad de las cámaras digitales puede resultar útil en casos específicos, pero también pueden destruir la mayoría de las películas. Hoy en día, muchos directores de fotografía simplemente llegan al decorado, encienden una lámpara de escritorio o utilizan la luz que entra por una ventana y eso es todo. Por esa razón, todas las películas se parecen y generalmente, el aspecto es muy mediocre.

JF: Muchos de nuestros colegas se quejan – tal como usted acaba de decir – de que tantas películas tienen el mismo aspecto y culpan a las cámaras o los lentes. Pero imagino que usted dirá que sigue siendo una cuestión de la iluminación y no de la cámara.

VS: Exactamente, como siempre ha sido. La luz es el elemento visual más importante, particularmente su equilibrio y la relación con las sombras.

JF: Cuéntenos un poco más acerca del trabajo con los datos y su DIT en ésta película.

VS: Convoqué a Simone D’Arcángelo, nuestro Técnico de Imagen Digital (TID – DIT) desde Italia, porque creo que el del DIT es un puesto muy importante que no es apreciado por todos, pero que puede ayudarnos a expresarnos mejor. Simone también me acompaña cuando hacemos el intermedio digital; fue mi alumno en L’Aquila y mí asistente de cámara por muchos años en las películas I, Don Giovanni,CaravaggioMahoma y muchos otros.

Ahora Simone se convirtió en DIT, una figura muy importante en el nuevo mundo digital. Pero al mismo tiempo, debemos ser muy cautelosos con sus consejos: recordemos que cuando Technicolor ganó el mercado del color en el cine, nos enviaban a su “supervisor” Technicolor, especialmente a Natalie Kalmus, que figura en los créditos de la mayoría de las películas Technicolor de 1934 a 1949.

FOTO 12

“I, Don Giovanni” (2009).

Y lo que ocurrió no fue siempre beneficioso: se suponía que eran expertos en el área de color, pero algunas veces, eran muy controladores, especialmente temerosos de las bajas luces, especialmente si el director de fotografía quería probar algo diferente. Recordemos las historias sobre Oswald Morris en “Moby Dick” y Moulin Rouge”, donde intentaron despedirlo porque hacía cosas diferentes a las que se esperaban. Prácticamente toda la industria antes del principio de los 70 – en mi opinión – tenía ese tipo de mentalidad. “El color es muy bueno para los westerns, para las comedias, para los musicales, pero no para el drama. Porque los colores no tienen buena lectura en las sombras” – decían – algo que no era necesariamente cierto. Miren el trabajo de Ernest Haller en “Lo que el viento se llevó” en 1939 o la fotografía de G.R.Aldo para Luchino Visconti en “Senso” en 1954. Hoy en día el DIT puede convertirse en una figura similar, haciendo sugestiones, consideraciones, consejos. O pueden intentar mantener todo en un rango específico y seguro.

FOTO 13
                                         “Caravaggio” 2006 y “Dinner at Emmaus”.

JF: ¿Cómo se protege entonces?

VS: Al principio escuchaba a Simone cuando me sugería que una luz estaba demasiado brillante, un área estaba demasiado oscura…en qué lugares estaba perdiendo información, etc. En un momento dado, le dije: “Simone, es muy importante que señales esas cosas y es importante que yo te escuche. Pero también resulta esencial que, una vez que conozca el rango y las posibilidades que me brinda el sistema, pueda ir más allá de los límites; de otra forma, estaría atascado, sin sentimientos, me sentiría “chato”. Necesito utilizar mi sensibilidad, mi creatividad para seguir la historia. La historia es como música: se mueve hacia arriba, hacia abajo continuamente. Debo poder seguir la emoción de la historia.” Resulta fundamental trabajar en rodaje con un DIT inteligente y debemos ser lo suficientemente fuertes para decir “No”. Creo que fue muy importante para Simeno estar presente en la sesión de Intermedio digital. Ver todos los “toques” finales en las tonalidades, los colores y la composición de las imágenes. Lo más importante es escuchar, oír, estar atento, tener en consideración y conocer el sistema – pero no dejarse empantanar por el sistema. Y no dejarse empantanar simplemente interpretando la información del instrumento. Llega el momento en que, como director de fotografía, debemos seguir la emoción de la historia y superar los límites del sistema con sabiduría.

JF: ¿Será esa la razón por la cual una cantidad de sus colegas dicen que aún prefieren el fílmico?

VS: No necesariamente. Por ejemplo, en un panel de discusión en Cameraimage en el que estuve, dije que para mí, la película era algo que estábamos perdiendo. Ed Lachman (Carol) dijo que él aún prefiere el fílmico por el grano, la información y aspecto. Yo le respondí: “Eddie, sos muy romántico. Vos te formaste – como yo – con el negativo; ambos venimos de la misma era, pero no olvides la historia de la imagen. Los humanos comenzaron hace mucho tiempo tratando de expresarse a través de dibujos pintados en las paredes de las cavernas. Luego utilizaron pequeñas piedras para hacer mosaicos. Después pintaron sobre madera, pintaron frescos sobre las paredes y luego sobre tela. Cuando comenzó la fotografía comenzaron trabajando sobre emulsiones en blanco y negro; después llegó el cine con la imagen en movimiento, llegó el sonido, después tuvimos el color, el 3D. Y ahora utilizamos el digital, es parte de la evolución de las cámaras y media.”  Al principio, la transición a un nuevo medio puede resultar muy diferente a lo que estamos acostumbrados y puede ser difícil. Debemos trabajar nuestra creatividad para realizar las mejores imágenes posibles con cualquier medio. La industria ha cambiado mucho: Technicolor cerró sus instalaciones en Roma, KODAK cerró sus oficinas, ya no podemos conseguir negativo y no queda nadie para revelarlo.

JF: Ya no es más una decisión artística sino que es logística. Pero aún quedan algunos que siguen comprometidos con la película: Tarantino, J.J.Abrams, Ed Lachman.

VS: Sí, me propusieran hoy hacer una película en blanco y negro diría: “No gracias, extrañaría el color”. Pero por supuesto cualquiera puede hacer lo que prefiera. Es una transición dificultosa, pero se trata del progreso. Aún Charles Chaplin continuó haciendo películas mudas después que se agregara el sonido. Cuando inventaron las películas parlantes, las cámaras no podían moverse fácilmente porque eran muy ruidosas y debían aislarse en un recipiente del tamaño de una cabina telefónica. Uno de los grandes poetas del siglo – el padre de Bernardo Bertolucci, Atilio Bertolucci – dijo: “Cuando el cine aprendió a hablar, perdió la poesía. El sine es fundamentalmente una forma de expresión visual”. En principio, cualquier tecnología nunca será mejor que la que viene a reemplazar. El progreso puede ser acelerado o retardado, pero nunca puede ser detenido.

FOTO 14
                                             “Giovinezza, giovinezza” (1968).

JF: Cuándo leyó el guión de Woody Allen ¿encontró que tenía suficiente “poesía” para mantenerlo interesado?

VS: Absolutamente. Primero, el guión está muy bien escrito; segundo, es sumamente personal, la historia de una familia judía. Se puede sentir como una real película de Woody Allen. Tercero, es una película de época, transcurre entre 1935-1940. Cuarto, tiene elementos geográficos – Bronx y Hollywood – que requieren aspectos distintos. Por lo tanto, encontré suficientes elementos que desarrollar y hacerlo muy interesante.

JF: Probablemente ha tenido discusiones en Cameraimage con colegas que dicen que las cámaras digitales son demasiado nítidas, demasiado duras.

VS: Ah, si eso es lo que dicen. Yo replico que cuando cambiamos el medio, debemos aprender o conocer la nueva tecnología y ésta no resultará necesariamente exactamente lo que esperábamos que fuera o a lo que estuviéramos acostumbrados. Debemos respetarla y tratar de comprender las diferencias: puede ser mejor o peor, pero probablemente sea mejor – aunque seguramente será diferente. Por eso debemos aprender a utilizarla. He escuchado comentarios tales como: “Se ve demasiado nítido, la profundidad de campo es demasiado grande…extrañamos el grano, las imágenes un poco indefinidas” Entonces respondo: “En ese caso pueden utilizar filtros difusores o agregar tramas…etc., etc…pero no esperen que puedan detener todo el sistema. Disponemos de herramientas para crear los estilos que necesitamos de acuerdo a la historia específica”. Creo que el elemento fundamental es el lenguaje de la luz, utilizando las relaciones apropiadas entre luces y sombras a fin de expresarnos perfectamente con cualquier material. Miren los distintos estilos que tuvo Woody Allen con Sven Nykvist, Gordon Willis, Carlos di Palma, Darius Khondji y yo mismo. Con un equipo similar, historias similares, el mismo director, cada uno de nosotros le agregó su propia sensibilidad y formas de ver para llevar el estilo de las películas por caminos diferentes. Es como un mismo director que trabaja con distintos actores: en mi opinión, debemos seguir nuestra creatividad en la búsqueda de un estilo específico para cada historia siguiendo nuestros propios puntos de vista.

JF: En el proyecto de Woody Allen ¿trabajo con el DIT en la corrección de la imagen durante el rodaje para visualizar el estilo que pretendía lograr?

VS: No; eso estaba en mi imaginación en 1983, cuando hicimos la primera prueba con la SONY HD; en ese momento pensaba que podía tener en el set a Ernesto Novelli, en vez de hacer la corrección luego en Technicolor. Hoy en día me doy cuenta que debo concentrarme en tener el mayor volumen de ideas que pueda y realizar el toque final después, en el laboratorio. Lo único que hicimos en Café Society fue establecer desde el principio cuatro estilos diferentes – manteniendo un “Super estilo” global. Como si fuera una sinfonía en cuatro movimientos.

  1. A) El Lunar Bronx, con la vida pobre de la familia judía.
  2. B) Sunny Hollywood, donde el personaje principal se muda a Los Angeles.
  3. C) Cuando el personaje principal retorna a Nueva York y se convierte en director de un nigth club, vemos el Nueva York de los ricos que van a cenar vestidos de gala.
  4. D) El final de la historia, en L.A y N.Y, donde las luces naturales y artificiales se influyen entre sí.

FOTO 15

                           Otto Dix “Mitteltafel des Triptyschons – Metropolis” 1928.

JF: Hablemos acerca de la composición y el estilo de la película.

VS: Woody y yo discutimos sobre los movimientos de cámara: él no sentía que sería apropiado un estilo moderno – el steadycam – para una película situada en 1935/40. Elegimos una aproximación clásica. El estilo se situó entre dos aspectos complementarios: uno para Nueva York y otro para Los Angeles. Pero por encima de las dos locaciones principales, toda la historia es narrada por una voz en off, la voz de Woody Allen. Sentí entonces que la narración de Woody correspondía a un período de tiempo y lugar diferentes, que requería de un estilo de cámara distinto. El narrador es prácticamente el personaje principal de la historia. Necesitaba su propio uso de descripciones y emociones. Propuse entonces utilizar el steadycam para las escenas descriptas por el narrador y Woody lo encontró interesante. Dije entonces: “Usualmente no me gusta utilizar el steadycam solamente para perseguir a alguien por las escaleras. Cuando el narrador describe algo sobre los distintos personajes o situaciones, necesitamos tener un movimiento de cámara diferente, algo con una sensibilidad emocional, más armónica”. Tal cual utilizamos el steadycam en La Traviata in Paris, con Garrett Brown y Valentin Monge, dos operadores de steadycam que lograron mover la cámara al ritmo dictado por la música; en nuestra película, las palabras del narrador deberían tener enCafé Society el mismo nivel emocional que la música de Giuseppe Verdi en La Traviata.

JF: ¿Lo llamaría “punto de vista”?

VS: No, se trataba de cubrir la escena siguiendo la descripción del narrador. A Woody le gustó la idea y Will Arnot fue nuestro maravilloso camarógrafo y operador de steadycam. Tiene la gran versatilidad para desempeñar ambos roles. Lo que me conmovió de su personalidad fue su dedicación para ser específico en sus elecciones y la voluntad para alcanzar la perfección en cada toma. Solía decirle: “Estás escribiendo con la cámara”.

JF: ¿Cómo encaró técnicamente el proyecto de Woody Allen?

VS: La película se capturó con una cámara digital. Mi ambición fue que la imagen no se viera como video. La sensibilidad básica de la F65 la consideré en 640ASA para luz día y 500ASA para tungsteno, aproximadamente los mismos índices que hubiera utilizado con negativo de alta sensibilidad. Hice lo mejor que pude utilizando el lenguaje de la luz de la misma forma que lo hubiese hecho con negativo, sin sentirme intimidado por los límites del digital. Cada escena tuvo su estilo propio de iluminación de acuerdo al estilo general de la historia global. Aunque la cámara tiene un sensor sumamente sensible, que me permitiría ver la imagen en cualquier decorado elegido, no utilicé nunca solamente la luz disponible en el lugar, sino que iluminé cada escena de forma de “escribir con luz” en mi propio estilo, utilizando imágenes que representaran lo que expresaban las palabras. Me gustó que tanto Cinelease tanto en LA cómo en NY, dispusieran del mismo equipamiento Iride Roma que utilizo normalmente en Europa. Me sentí muy cómodo utilizando su sistema Cinematography Ligthboard con todas luminarias conectadas a un sistema de reóstatos. Traté de establecer el clima del Bronx de 1935 para mostrar una pequeña familia apiñada en un departamento diminuto, con los colores sumamente de saturados. Luego saltamos a Hollywood, la tierra del sol, del calor. Cuando vean la película, les pido que se olviden que fue registrada en digital, simplemente miren la película. No necesitan saber – y con suerte no les importará – en qué sistema está capturada.

FOTO 16

                        Tamara de Lempicka “Portrait of the Marquis d’Afflito” (1925).

FOTO 17

                                             Edward Hopper “Summertime” (1943).

JF: ¿Dónde hizo la corrección de color?

VS: En Technicolor Postworks NY, con un colorista excepcional, Anthony Raffaele. Él estuvo con nosotros en LA y en NY, desde el principio al final. Eso es algo que realmente amo y es lo que hago habitualmente en Italia: trabajar con el mismo colorista en los campeones y luego para hacer el Intermedio Digital, siguiendo la película en su camino completo.

JF: ¿Utilizó los climas determinados en el pre producción para el Intermedio Digital?

VS: Sí, la estructura básica siguió mi idea original. Debo decir que traté de lograr lo máximo posible en el rodaje y en la post, simplemente me dediqué a refinar e ir un poquito más allá. No acuerdo con la idea de hacer cualquier cosa durante el rodaje y arreglarlo después en post producción. Prefiero establecer mi estilo desde el principio y mantenerlo durante todo el proceso. Por supuesto, puedo adaptarlo durante la pre producción, en el rodaje y elevar el estándar durante la post producción.

FOTO 18

                                                                Vonnie y Bobby.

JF: ¿Cuánto tiempo le llevó el Intermedio Digital?

VS: Hicimos un rollo por día; luego del 6to día, cuando terminamos la primera pasada, le pedí a Woody que viniera a ver la película completa a fin de escuchar sus impresiones, para luego aplicarlas en mi segunda revisión a fin de refinar todo. Mi sorpresa fue que me pidió – como lo hace usualmente en todas sus películas – ver la copia corregida sin sonido.  Le mencioné que yo siempre trabajaba el Intermedio Digital con sonido – aunque sea una banda sonora temporal – porque en los diálogos, en la música y particularmente, en el narrador, encuentro una gran cantidad de referencias y sentimientos del clima de la película, que son muy importantes para finalización de la imagen  y el sonido. Sintió que yo estaba un poco decepcionado, entonces me dijo: “Todo bien si preferís mostrarme la película con sonido, podemos verla con sonido” Pero yo comprendí sus razones y le respondí: “No, prefiero que lo hagas como estás acostumbrado a hacerlo, que te sientas cómodo. No te preocupes por mí, yo sé lo que debo hacer”.  No hablamos una palabra durante la proyección de toda la película, cuando terminó y se encendieron las luces, me comentó: “Me gustaron muchas partes de la película, pero hubo ciertas partes que me parecieron mejores en los campeones”. Me ha ocurrido algunas otras veces en las que un director viene a ver la película corregida y tiene una memoria particular sobre ciertas secuencias, que le resultan difíciles de ver con las mismas emociones: el paso del tiempo suele hacernos cosas interesantes respecto a la memoria. Sabiendo eso – bastante seguido durante la corrección de color – Anthony y yo hemos regresado a visualizar la misma imagen en los campeones, para comprobar que realmente hemos logrado una mejora o no. Le mencioné a Woody que no había problema en mostrarle cualquiera de las secuencias de las que recordaba como preferidas en los campeones. Una vez que hubo visto algunas de esas imágenes una detrás de otra, me comentó: “Ahora que he visto la diferencia entre las imágenes originales y las corregidas, todo aparece perfecto para mí; por favor, completá tu trabajo, Vittorio”.  Luego de ese episodio pasamos uno o dos días más refinando las cosas. Finalmente, fue la misma cantidad de tiempo que hubiera llevado hacer la corrección con la película en negativo.

FOTO 19

                                              Veronica y Bobby escuchando Jazz.

JF: ¿No hay vuelta atrás entonces para el paso del negativo al digital? ¿Es un viaje sin retorno?

VS: Correcto: es el progreso y no podemos detenerlo. De todas formas, me encantaría volver a tener el transfer original con tintesTechnicolor. Noté una gran diferencia cuando hice “Apocalipsis Now Redux” reimprimiendo del negativo original: los colores se habían lavado y los negros eran grises. Hice unas pruebas para averiguar si podíamos imprimir toda la película de nuevo utilizando las matrices Technicolor. Resultó incomparable con los materiales normales de impresión. Pero no sé cómo podríamos alcanzar esos niveles nuevamente.

Mi temor es cuánto tiempo puede sobrevivir la imagen digital; no existe un sistema digital que ofrezca seguridad para el futuro. Rob Hummel – una vez más – está en Los Angeles detrás de un sistema llamado DOTS (Digital Optical Tape System – Sistema óptico de cinta digital), que es capaz de capturar imágenes de muy alta calidad que pueden durar prácticamente para siempre. Lo han ensayado en condiciones de laboratorio en Rochester, en pruebas que simulaban 500 años. Eso es lo que nos falta ahora: necesitamos que el mundo digital se transforme en el mundo óptico digital. Esa es la dirección en la que me gustaría ir. Pero no necesitamos volver a la captura sobre negativo, del que podríamos decir que ya quedó en el pasado.

FOTO 20

                                              Bobby y Vonnie en Central Park.

JF: ¿Utilizó tanto la F65 como la F55 en la película de Woody Allen? Comparten el mismo códec, pero los sensores son diferentes. La F65 es 8K y la F55 es 4K. ¿Se combinan bien?

VS: Cuando decidí utilizar el steadycam en los segmentos del narrador, me di cuenta que la F65 podría resultar algo pesada. Hablé con Fabien Pisano de SONY acerca de eso, me respondió: “Siendo cuidadoso con la iluminación, puede mezclar ambas cámaras”. Ciertamente la F55 es más liviana y resulta mucho mejor para el operador de steadycam; utilizamos la F65 para todo lo demás. Durante los campeones no noté ninguna diferencia. Pero ya en Technicolor Postworks, al visualizar durante la corrección de color en vivo en la gran pantalla 4K, 16 bits, pude ver la diferencia. En ciertos casos la diferencia no es muy evidente; depende de la escena. Noté que la F55 tiene un poco más de contraste y tiene un rango de color más limitado que la F65. En el futuro, preferiría utilizar solamente la F65 y no la volvería a mezclar con la F55. En todo caso, haríamos todo lo posible con mis asistentes para que la F65 resulte lo más liviana posible.

Presioné a SONY para obtener tres cosas: Primero, necesito más opciones de sensores para una misma cámara; no podemos trabajar con un solo sensor, resulta ridículo. Segundo, deben generar 4K, 16 bits sin compresión; la F65 tiene un poco de compresión, Tercero, deben darme el formato 2:1 perfecto: las F65 y F55 no tienen exactamente la misma relación de aspecto.

JF: ¿Cambió el rol del director de fotografía en la era digital?

VS: Ya hablamos sobre el hecho de que hubo un tiempo donde el DF era el único que sabía cómo se vería la imagen al final del proceso, a la salida del laboratorio. De alguna manera el DF era casi una especie de mago, proyectando una imagen sobre la pantalla a partir de algo mecánico. En la era analógica, ser un Director de fotografía implicaba pasar muchos años de entrenamiento o aprendizaje con un maestro. Mi generación salió de las escuelas, habiendo aprendido fotografía y cinematografía.  En esa época – debido a mis muchos años de estudio y trabajo en laboratorio – era uno de los directores de fotografía que conocía más sobre tecnología. Pero eso no me resultaba suficiente: me di cuenta que estaba dejando de lado toda un área. Sentí la necesidad de expresarme de una forma diferente, pero  no sabía cómo y por qué. Conocía bien la tecnología y como utilizarla, pero todavía necesitaba que alguien me dijera qué hacer. Cuando me di cuenta de eso, traté de saltar esa brecha estudiando, investigando, escuchando música, leyendo poesía, leyendo prosa, mirando pintura. Quería comprender por qué los grandes artistas eligieron un color por sobre otro; por qué utilizaban esa composición específica y no otra, por qué Caravaggio eligió penetrar la oscuridad con un fuerte rayo de luz, por qué una escultura de Bernini era diferente de una de Canova o de Miguel Ángel.

Hoy en día la imagen ya no es un misterio: desde que todos pueden verla, ha dejado de ser misteriosa. Disponemos de un maravilloso monitor de alta definición que nos muestra la imagen en calidad y color prácticamente igual a cómo la veríamos en la pantalla grande.  Mucha gente piensa que la cámara es una herramienta automática que registra los eventos. ¿Cuál es entonces la fortaleza de la dirección de fotografía? Cinematografía significa “Escribir con luz en movimiento” – una buena explicación de lo que hacemos. Debemos conocer la gramática de la visión, cómo un color se conecta con otro y la reacción emocional que podemos provocar en relación a dichos colores. Debemos comprender las formas sicológicas que nos permiten unir o separar las sombras y las luces. Ese tipo de conocimiento nos dará la fortaleza para presentarle una imagen al director, director de producción o diseñador de vestuario; para definir cómo debería moverse la cámara, cómo se deben componer las escenas, cuánto brillo requeriremos, qué tonalidades de color se deberán utilizar.

FOTO 21

                       Leonardo da Vinci “Annunciation” (1472), Uffizi Gallery, Florence.

JF: En el pasaje de Vittorio del fílmico al digital ¿parece que las herramientas tienen el potencial de ser más interesantes, poderosas y artísticas que nunca antes?

VS: Ya he cruzado el puente entre fílmico y digital. No solamente esas herramientas son interesantes y poderosas – también están aquí y ahora. El mundo digital me ayuda a expresarme. En la era analógica, cuando hablaba con Bertolucci, Coppola, Beatty o Saura, describía mis teorías y opiniones en forma únicamente verbal. Dependía de mí la posibilidad de convencer al director sobre algo visual basándome solo en mis palabras. Ahora, en ésta era digital, nosotros los directores de fotografía tenemos muchas más oportunidades de expresarnos. Contando con una alta resolución, las imágenes color en el monitor nos permiten mostrarle– y no solamente contarle – al director – y a cualquier otro – porqué la imagen es correcta o incorrecta. En la actualidad, el director puede decirme: “Vittorio, la luz está demasiado brillante; esta iluminación no está bien” o cualquier otra cosa. Muchas veces – quizás – pueda estar en lo cierto y puedo llegar a corregirlo.  Pero – especialmente ahora – tengo una oportunidad adicional de visualizar la imagen con conocimiento de la filosofía, arte, música y poesía, a fin de intentar explicar por qué esa luminaria que coloqué en una posición determinada o en un determinado nivel es correcta para esa escena específica. Entonces podemos utilizar las imágenes para expresarnos mejor. Las imágenes son muy buenas para comunicar significados en forma rápida. Los DF de hoy en día debemos contar con mayores conocimientos que antes: no solamente conocimientos sobre foot candles, filtros y cuestiones técnicas. No me malinterpreten: la tecnología es muy importante – nos da las herramientas para materializar nuestras ideas. Pero lo más importante es LA IDEA; esa es la cuestión más importante en cualquiera de las ARTES.

Tomado de Revista ADF

Entrevista con Edward Lachman, el DF de “Carol”

1 CAROL

Entrevista con Edward Lachman, el DF de “Carol”

Autor: Matt Mulcahey. Publicada en Cinematographers,Columns,Interviews, el 14 de enero de 2016. Traducción y adaptación: Carlos Wajsman

Si el director de fotografía Edward Lachman se hubiese inclinado a cazar estatuillas doradas, hubiera filmado nada más que romances prohibidos ambientados en los 50 para Todd Haynes. La película inicial de Lachman que coincide con esa descripción – “Lejos del paraíso” (Far from paradise –2002)  le proporcionó su primera nominación al Oscar. Lachman nos cuenta su visión sobre el trabajo en “Carol”, otro romance situado en los 50, esta vez entre una neoyorquina infelizmente casada (Cate Blanchett) y una joven fotógrafa en ciernes (Rooney Mara).   

“Carol” es el cuarto film de Lachman con Haynes, remarcando una carrera de 5 décadas que incluye colaboraciones con Robert Altman, Steven Soderbergh, Todd Solondz, Paul Schrader, Sofia Coppola, además de una importante porción de la Nueva Ola Alemana. Lachman habló con Filmmaker acerca de su crecimiento en palacios del cine, replicando el Ektachrome con Súper16 y porqué las temáticamente similares “Lejos del paraíso” y “Carol” son diametralmente opuestas desde lo visual.

Filmmaker: Tanto su abuelo como su padre estuvieron en el negocio de la exhibición cinematográfica. ¿Qué recuerda acerca de las salas que ellos tenían?

Lachman: Mi abuelo del lado de mi madre fue un inmigrante húngaro que poseía salas de vodevil. Cuando las salas de vodevil desaparecieron, se convirtieron en salas de cine. Tuvo salas en el norte de Nueva Jersey. Lamentablemente nunca lo conocí, ya que murió el año en que nací. Y luego mi padre tuvo una sala de cine en Boonton, Nueva Jersey. La cuestión extraña acerca de la sala de cine de mi padre es que estaba instalada en una sala de ópera, entonces si pasabas detrás de la pantalla y te dabas vuelta, podías sentarte y ver la película. También fue distribuidor de carbones de arco, que eran las luces que se utilizaban en los proyectores de cine; y también se usaban como fuentes de iluminación en Hollywood antes de los HMI. Más tarde fue el primero en traer lámparas de xenón a USA, que reemplazaron a los arcos de carbón.

Filmmaker: ¿El acceso a las películas lo convirtió en un cinéfilo en una edad muy temprana?

Lachman: Realmente no: en esa época no tomaba al cine muy seriamente. Recuerdo en mi niñez que cargaba las bolsas de pochoclo para los clientes y aún hoy no puedo acercarme al pochoclo (se ríe). Realmente no fui alguien muy entendido acerca del cine americano o alguien conmovido a temprana edad por “El ciudadano” o alguna otra película. Recién cuando estaba en la universidad – fui a Columbia y a Harvard, para finalmente (créase o no), terminé en una carrera de cine en la universidad de Atenas, Ohio – me interesé en el cine. En Harvard tomé ese curso de investigación de historia del cine y otro sobre neorrealismo italiano que daba Gideon Bachmann. Allí fue cuando realmente comencé a interesarme en el cine y el responsable fue Vittorio de Sica.

2 CAROL

Filmmaker: ¿Cuándo tuvo su primera cámara?

Lachman: Mi padre era fotógrafo amateur y puedo recordarme aborreciendo la fotografía. Yo tenía esa extraña idea – como creen ciertos pueblos – que la fotografía te roba el alma (ríe). Cuando viajé por Europa como adolescente finalmente comencé a jugar con una cámara. La primera cámara que realmente utilicé fue una cámara Súper 8. Hice mis pequeñas películas que eran una especie de retratos de gente. A la gente siempre le gusta verse fotografiada y rápidamente comenzaron a llamarme para que hiciera la fotografía de las películas de otros. Pensé que sería una forma barata de aprender cómo se hacen las películas, ya que en esa época se trataba de una actividad muy costosa. Y luego me di cuenta que podía transformarse en un trabajo. Pero aún hoy sigo haciendo mis propias películas

Filmmaker: Su primera ficción como director de fotografía fue “Días felices” (The Lords of Flatbush -1974), una especie de variación de “American Grafitti” de la costa Este, protagonizada por Henry Winkler y un Sylvester Stallone antes de “Rocky”. Usted tenía poco más de veinte años, ¿cómo le llegó ese trabajo?

Lachman: Yo estaba de regreso en Nueva York después de la universidad (la Universidad de Ohio). La película había comenzado como “Sexual freedom in Brooklyn” y se habían quedado sin dinero. Cuando juntaron dinero suficiente para terminarla, me contrataron para hacerme cargo de la dirección de fotografía. Me afilié al sindicato por esa película; en realidad, fue casi por casualidad: pusieron el sello del sindicato en los títulos por lo que el sindicato me llamó para afiliarme.

Filmmaker: Entonces después de “Lords of Flatbush” usted era un director de fotografía de poco más de 20 años, afiliado al sindicato y que acababa de finalizar una película exitosa. Pero en vez de seguir con una película hollywoodense de un estudio, pasó buena parte de la siguiente década trabajando con gente como Wim Wenders, Werner Herzog y Nicholas Roeg. ¿Qué lo llevó a ese camino?

Lachman: Siempre me interesó el cine europeo y conocí a Werner Herzog en un festival de cine de Berlín. El me contrató para filmar – sin haber visto ningún material fotografiado por mí – “La Soufriere” (cortometraje documental), que trata acerca del volcán en Guadalupe y la gente huyendo de la isla. Desde allí me incorporé de alguna manera a la Nueva Ola Alemana. Trabajé con Wim Wenders y Robby Müller en “El Amigo americano” (The american friend – 1977)  y después filmé unas cuantas películas con Wim Wenders – “Relámpago sobre el agua” (Lightning over water – 1980) con Nicholas Ray y “Tokio-Ga” (documental 1985). Luego pasé a trabajar con Volker Schlondorff  e hice un proyecto con Rainer Wender Fassbinder.

3 CAROL

Filmmaker: “Carol” marca su segunda película situada en los 50 y centrada en una relación socialmente considerada tabú. La estética de “Carol” no se asemeja a la exuberancia saturada del Technicolor de “Lejos del paraíso”, inspirada en Douglas Sirk. ¿Cuáles fueron sus referencias visuales en ésta oportunidad?

Lachman: “Lejos del paraíso” se inspiró en los melodramas de Douglas Sirk del período, pero con “Carol” no nos referenciamos al cine de finales de los 40 y principios de los 50. En cambio, observamos a los reporteros gráficos que documentaron la época. Muchos de ellos eran mujeres, personas como Esther Bubley, Helen Levitt, Ruth Orkin y más adelante, Vivien Maier. Otro fue Saul Leiter, que también se usó como referencia en “Mildred Pierce” (miniserie 2011). La idea fue crear esas composiciones en capas que eran como abstracciones oscuras, imágenes vistas en reflexiones y espacios parcialmente visibles a través de ventanillas de automóviles, habitaciones, departamentos, puertas vidriadas salpicadas por gotas, vapor urbano y condensación nocturna. Todas esas ideas tratan de crear un lenguaje emocional en una historia a través de las imágenes, que representan quiénes son esos personajes y sus estados emocionales. En un libro, se puede penetrar al mundo emocional de un personaje, pero resulta mucho más difícil mostrarlo en imágenes: en el cine, es exactamente lo contrario. Se puede mostrar un lugar en una toma pero resulta mucho más difícil penetrar el mundo interno de un personaje. El carácter de Therese (Rooney Mara) está aún en formación y lentamente va entrando en foco hacia lo que es. Filmándola a través de ventanas y puertas, la tenemos atrapada en marcos. Y al verla siempre encuadrada en su entorno, el espectador tiene una idea de lo que siente desde el punto de vista sicológico. La ventana o lo que sea a través de lo que veamos al personaje, se convierte de alguna forma en un espejo para el espectador a través del cual el personaje se mira.

Filmmaker: Usted comparó la paleta de saturada y silenciosa de “Carol” con el aspecto de la antigua película Ektachrome. ¿Cuál fue el espacio de color adecuado para el film?

Lachman: Era una época mucho más silenciosa y austera. Los Estados Unidos estaban saliendo de la Segunda Guerra y por lo tanto, no tenía el aspecto saturado, expresionista del cine de Douglas Sirk de finales de los 50. No eran las tapas de la revista Life, con su optimismo a través del materialismo. Era un tiempo de mucha mayor incertidumbre para USA. Miré hacia el Ektachrome porque eso es con lo que experimentaban en esa época esos reporteros gráficos que mencioné antes. La película color no representaba un amplio espectro de color como hoy en día; los colores tenían ese aspecto sucio, de una temperatura color indeterminado – tanto cálido como frío – y sentimos que filmando en Súper16 podíamos encontrar una referencia  al aspecto que tenían las fotografías de esa época.

Filmmaker: El consenso entre los directores de fotografía que hemos entrevistado que han filmado en Súper16 coincide en que la película 35mm se ha vuelto tan limpia que las características entre las imágenes de 35mm y de digital se han vuelto cada vez más difíciles de distinguir. Por otro lado, el Súper16 aún sigue mostrando el rendimiento en grano y color característico de la película.

Lachman: Eso es correcto; en la película, se produce una mezcla de colores y contaminación entre colores cuando se trabaja con gelatinas y se juega con la temperatura color que es imposible de lograr cuando se trabaja en digital. Creo que le da mucha mayor profundidad a la imagen. También sentimos que la estructura de grano da una referencia a las fotografías de esa época.  El grano de la película Súpe16 le da al film una capa adicional que se siente como algo que respira, una pulsación, como algo que subyace bajo la superficie del personaje y eso resulta emocionalmente correcto para éste film.

Filmmaker: En “Lejos del paraíso” usted filmó en el entorno controlado de un estudio. ¿Cómo afectó al aspecto de “Carol” el rodar fuera de los ámbitos de un estudio, la filmación en decorados de Cincinatti representando Nueva York?

Lachman: En “Lejos del paraíso” traté de recrear la luz expresionista, los claroscuros que se hubiesen utilizado cuando se produjeron esas películas de Douglas Sirk en 18 días, en el patio trasero de los estudios Universal. “Carol” fue una concepción diferente de la sensibilidad. En “Lejos del paraíso”, estaba creando un mundo de artificio amable; estaba creando esa abstracción más parecida al expresionismo alemán, donde los colores no son naturales, sino que lo real es el estado sicológico de los personajes. En “Carol” hice todo lo posible para lograr una la luz y unos sentimientos que se vieran naturalistas. Todo está motivado por las ventanas o las fuentes de luz.

Filmmaker: Cuénteme sobre los lentes que utilizó en la película. Me sorprendió escuchar que utilizó frecuentemente lentes zoom.

Lachman: Más allá de un par de excepciones, nunca usamos los zoom para modificar el tamaño de la imagen. Se utilizaron fundamentalmente por razones de eficiencia, para poder variar los encuadres con mayor facilidad. Utilicé los lentes fijos Cooke S2 Speed Panchro a fin de, una vez más, acercarnos a cómo se veían las cosas en esa época a través de lentes antiguos. También teníamos dos zoom cortos – un Varapanchro 20-60mm que había sido reconstruido y un Varapanchro 10-30mm de f1.6 – y un Master Zoom Arri Zeiss 16,5-110 mm. Usé muchos lentes de 35mm en vez de lentes de 16mm, en parte porque las marcas de foco eran mejores para los asistentes de cámara, pero también porque así utilizamos el centro de los lentes, la mejor zona de los cristales. También descubrí que los lentes de 35mm dan una apariencia más esférica a la imagen que los de 16mm.

Filmmaker: Para terminar, hablemos acerca de una toma específica de la película – el travelling de apertura. Para aquellos que no vieron aún “Carol”, comienza con un primer plano en una vereda, que lentamente se eleva hasta una toma en un ángulo elevado y luego seguir a un hombre a través de la calle hasta un lujoso restaurant, donde encontramos a Carol (Cate Blanchett) y a Therese.

Lachman: Esa fue una referencia a la película “Cadenas rotas” (Brief encounter – 1940), donde un personaje secundario nos lleva a los personajes principales. Sentimos que ese recurso de encuadre era una forma de introducirnos al mundo de esas dos mujeres al mismo tiempo de mostrar el lugar. Al principio no sabemos a dónde va ir a parar la historia de Carol y Therese, lo que es de alguna forma como en la vida misma. No sabemos dónde nos llevará seguir a determinada persona en nuestra vida (o a ella), pero las cosas ocurren por azar.

Filmmaker: ¿Cómo lograron esa toma que retrocede? ¿Es un operador de Steadicam subiendo a una grúa o un cabezal remoto?

Lachman: Un cabezal remoto en un brazo de grúa telescópico de 10 metros. Filmamos seis u ocho tomas, pero créase o no, la mejor fue la tercera. Resultó muy complejo de filmar – teníamos que orquestar el tránsito y mover la grúa a través de la calle – pero algunas veces las tomas más complejas resultan las más fáciles de realizar y viceversa.

Revista ADF Cine

Sobre la fotografía de “El abrazo de la serpiente”

Sobre la fotografía de “El abrazo de la serpiente”

Por David Gallego, DF de El Abrazo de la Serpiente, ganadora de la mejor fotografía de ficción en los Premios Fénix.

1 abrazo serpiente

Cuando Ciro y Cristina me entregaron el guión de El Abrazo de la Serpiente, me tomé el tiempo suficiente para hacer una primera lectura, pues sabía de antemano que era una historia que no podía leer a la ligera.

Durante esta lectura, página tras página intenté no interpretar visualmente la historia, ya que quería leer a los personaje, su contexto y sus motivaciones, pero en cada página que trascurría, las impresiones de la lectura se iban recreando sin querer en fotografías de otros tiempos cómo si pertenecieran a un documento histórico que había sido sacado de la biblioteca. Parecía que la historia me estaba llevando a un lugar y tiempo mágico. Sentí que me estaba enfrentando a una película con un universo desconocido  y complejo para mí.

En alguna conversación inicial con Ciro, me dijo que estaba pensando la película en blanco y negro, y eso para mí fue revelador porque inmediatamente entendí que las imágenes que veía en esa primera lectura eran la imágenes de un documento que había estado escondido y que venía revelarnos un secreto. En ese momento se empezó a establecer la sensación general que se quería lograr con ese blanco y negro.

2 abrazo serp

Para Ciro era muy importante sentir que la historia estaba creando una realidad que ya no existe, unos personajes y una cultura muerta en manos del hombre occidental; fue como entender que estábamos buscando un documento visual,  un documento archivado que teníamos que rescatar, limpiar y traer de nuevo al presente. En ese momento entendimos que el fílmico era el soporte ideal.

Sólo teníamos referentes visuales de fotógrafos expedicionarios como Theodor Koch-Grunberg (1872-1924) y Richard Evans Schultes (1915-2001) quienes habían entrado a la selva amazónica y en cada fotografía habían congelado pequeñas historias de sus encuentros con los indígenas. Las técnicas fotográficas de 1900 tenían un carácter muy marcado por la poca definición en la imagen, el alto contraste, con emulsiones muy lentas y un grano muy visible. Estas características fueron nuestra guía para iniciar  la búsqueda de la identidad estética de la película. Fue un proceso muy intuitivo.

3 abrazo serp

Fotografía usada como referencia

Para Ciro, era importante entender esta historia dentro del expresionismo naturalista. Entendiéndose como Expresionismo aquello que el ser humano quiere mostrar desde el pensamiento y sus sensaciones, y creo que éste fue un punto importante que activó la necesidad de ser muy fieles a las culturas indígenas.

Angélica Perea, la diseñadora de producción, tuvo una increíble sensibilidad para interpretar la mirada que Ciro quería expresar del mundo de estos personajes y logró marcar dos temporalidades a través del diseño de vestuario de los personajes y en general el diseño de producción.

Esto nos  ayudó a establecer diferencias y similitudes en trabajo de cámara. Un ejemplo es en el openning de la película cuando karamakate, el personaje…  joven percibe que el hombre blanco se está aproximando a su encuentro. El movimiento que utilizamos fue un steady in. Con este movimiento se crea una sensación de misterio.  En la parte de Karamakate viejo quisimos hacer lo mismo en el encuentro y el zoom in nos ayudó a establecer temporalidades distantes en dos secuencias muy parecidas.  Se volvían espejos.

Con Angélica empezamos a entender cómo íbamos a darle la atmósfera a las noches; el fuego era nuestra única fuente justificable en la selva, así que el ejercicio era entender cómo esta energía podía transformarse e interpretarse en muchos estados.  Se hizo presente la importancia de justificar la razón de ser de ese fuego en las diferentes escenas, las fogatas eran un elemento que solo se presentaba cuando el rito del caapi, (yagé, ayahuasca,) se hace presente para experimentar una trasformación.  Es una energía desbordada que no pretende ser controlada.

A diferencia de la misión en principios de siglo la historia de (Karamakate, Theo y Manduca)  el fuego está contenido en lámparas, velas y antorchas, en la Misión en  1940 historia de (Karamakate y Evan) el fuego está representado en fogatas y antorchas más grandes presentando un  fuego desbordado,  crecido, emancipado, dónde Anizzeto líder de la comunidad es la representación de la fusión, desborde y la decadencia de los dos mundos.

Hubo una reflexión muy interesante con Ciro: descubrimos en el viaje de locaciones que la luz que teníamos en el río Vaupés, el sol redimensionaba el espacio y la sensación de la selva; ésta perdía una densidad que el cielo nublado nos ofrecía, lo impenetrable de la selva y la oscuridad era la sensación que queríamos para estos personajes, así que se marcaron en el plan de rodaje las escenas que teníamos que trabajar con cielo nublado y las escenas que sí podían tener sol o lluvia.

4 abrazo serp

TRABAJO TÉCNICO

Primero que todo lo que buscábamos era tener un blanco y negro muy puro, quiero decir; que queríamos trabajar con emulsión en blanco y negro, ya que las referencias que teníamos de películas hechas en color y luego pasadas a blanco y negro en postproducción, no nos llevaban a la sensación que estábamos buscando. En el primer viaje que hice a las locaciones llevé cargados algunos rollos fotográficos con emulsión cinematográfica de 250D-5207  y 500T-5219  de Kodak,  que yo mantenía almacenadas en la nevera y un rollo de película ByN de contraste medio de Ilford HP5. Este material en ByN me ayudó mucho a determinar cómo queríamos sentir la profundidad de la selva y del río.  Al revisar el material en la sala de color de Cinecolor vimos que el material en color tenía mucha más información de la que imaginábamos, y eso no era tan apropiado para la sensación general de la película. Pero en las noches si era una ventaja porque el contraste que queríamos si nos lo proporcionaba la emulsión de color.

Algo que me preocupaba mucho era la pérdida que podía tener en las altas luces, pero esto era algo muy recurrente en el material etnográfico que teníamos como referencia. Luego vinieron todas las dudas frente a la tecnología digital y los resultados interesantes que tenían alguna películas hechas en este formato, se trataba de  ver si era posible para esta historia lograr adaptar la imagen digital. Así que decidimos hacer unas pruebas de cámara con los personajes principales, con vestuario y maquillaje para tener un resultado muy cercano a cómo podríamos llegar a ver la película.

La cámara Alexa fue nuestra opción principal junto con lentes Hi Speed. El resultado en la sala de color fue bastante interesante ya que la base de contraste que teníamos con las pruebas de la emulsión de ByN fue nuestra guía para trabajar este material digital, y el resultado era casi idéntico, en cuanto a contraste a la película Ilford. Pero lo que no nos daba como resultado era la poca   profundidad en los espacios, los objetos y las pieles, es como si todo se comportara sobre un mismo plano. Tal vez el material en 35 por conservar la separación mínima entre sus capas hace que la luz y los objetos adquieran esta espacialidad junto con la sensación de la textura de el grano en el material.

Finalmente el formato en 35mm con cámara Arricam LT, con lentes ziess Super Speed,  y zoom Cooke 25-250. Material Fuji de la familia VIVID escogido por su alta saturación y contraste.

Luego vinieron la pruebas de cámara con el material Fuji, y aquí muy de la mano con Inés Cullen química del laboratorio de Cinecolor en Argentina, diseñamos unas pruebas de revelado para buscar el blanco y negro ideal para la historia.

Dentro de las pruebas de laboratorio en Cinecolor Argentina y acompañado de Inés Cullen se plantearon 5 combinaciones de exposición con revelados diferentes, la decisión  final fue hacer un salto de bleach al 100% en el negativo directamente.

Fue una decisión muy arriesgada desde el punto de vista de la exposición, porque los blancos irían a tener menos respuesta, y al no tener control de la luz en la mayoría de la circunstancias, la sobre exposición era evidente. Pero aun con esta característica en contra aparentemente, la convertimos en ventaja subexponiendo el material 1/3  y en algunas circunstancias ½ stop para lograr recuperar algo de información en los blancos en el proceso de post. Dentro de la labor que el equipo de Cinecolor realizó fue importante el scanneo doble del algunas tomas del material para recuperar información aparentemente perdida,  Roberto Zambrino  (Colorista en Cinecolor) trazó varios lineamientos en la corrección de color junto con las observaciones sugeridas por Beto Acevedo tanto en procesos de laboratorio como en la finalización del material, logrando así darle una unidad visual al relato.

Por otro lado lo que nos brindaba el salto de bleach era una imagen más fortalecida y con un carácter prominente que le daba a la selva y a los personajes una densidad y atmósfera ideal, el brillo y la profundidad del negro hacían del río un camino impenetrable, y de igual forma la selva adquiría un carácter más espeso y misterioso.

5 abrazo serp

Publicado en ADF Cine

Emmanuel Lubezki y «El renacido»

Cómo la película “El Renacido” cambió la vida
de Emmanuel Lubezki

1- lubeszki

Emmanuel El Chivo Lubezki puede hacer historia en los Oscar al ganar tres premios en años consecutivos. Más aún, “Gravedad”, “Birdman” y “El renacido” comprenden su propia trilogía de supervivencia personal y esas dos primeras películas lo prepararon para la espeluznante aventura en la helada tierra salvaje con el director Alejandro Iñárrirtu y Leonardo DiCaprio protagonizando a Hugh Glass, un cazador del siglo XIX.

2- lubezki

“Compartir la experiencia con los personajes nos pone en sintonía con sus vivencias y eso se percibe en la película” declara Lubezki. “En “Gravedad”, Sandra Bullock estaba encerrada en una caja que se asemejaba a una especie de nave espacial y nosotros estábamos en una especie de centro de control, hablando a través de micrófonos. Creo que eso realmente ayudó a Sandra a experimentar la sensación de claustrofobia. Y algo similar ocurre ahora con Leo (DiCaprio): en vez de filmar en un estudio, nos trasladamos a esos ríos y planicies;  cuando se lo ve saliendo de esos problemas, realmente siente frío y se estremece y eso en cierta forma resulta maravilloso.

“Sabíamos que la experiencia nos iba a informar y a cambiar; eso contribuiría a hacer la película lo que es. Y ahora somos personas distintas: por ejemplo, cuando hablamos de cambio climático, si estamos en una oficina de Los Angeles y nos dicen que la temperatura puede cambiar 2 grados, pensaremos – ok, me saco el pullover. Pero cuando estás en el campo y nos damos cuenta que un cambio de ½ grado es la diferencia entre agua líquida y hielo, por lo que no va a nevar y de pronto desaparece el decorado por el aumento de temperatura, comenzamos de pronto a pensar de manera muy diferente. Ya el hecho de tener que superar esos problemas, nos cambia”.

3- lubezki

Lubezki describe a “El renacido” como el proyecto más inmersivo en que haya participado, combinando brutalidad y belleza, que nos ubica literalmente a centímetros del protagonista, moviéndonos alrededor de él durante su ordalía y mostrando todos los detalles panorámicos del deslumbrante paisaje.

Pero Lubezki no hubiera alcanzado ese logro sin utilizar la Alexa 65, la primera cámara digital de gran formato que cumple con sus expectativas. No se había probado antes en esas condiciones, pero la cámara funcionó perfectamente en las heladas montañas canadienses y la yapa de Argentina para el final (1). “De alguna forma, esa cámara puso en imágenes en una forma veraz lo que se estaba viviendo y sintiendo en ese lugar. Generalmente uno observa el paisaje y el espectador nunca está realmente allí – ya que capturamos solo fragmentos. Pero con ésta cámara, debido al tamaño de su sensor  (54,12 x 25,50mm) y la calidad de sus imágenes (con una resolución de 6560 x 3102) y su limpieza, las imágenes se perciben como una ventana a esos lugares. Esa es otra razón por la que elegí filmar en digital en vez de película: no queríamos tener grano, no me parecía que eso fuera adecuado para transmitir la experiencia de Glass. Quería que la sintieran como si caminaran junto a él, quería ser visceral, quería que se sintiera su aliento y viera su transpiración, las lágrimas que brotaban de sus ojos. Usualmente no hacemos eso en exteriores – en general utilizamos teleobjetivos para que todo se vea más hermoso”.

Iñárrirtu y Lubezki tienen metodologías diferentes: ensayos en el decorado y pura improvisación. El terrible ataque al inicio y el más intenso incidente con el oso entran en la primera categoría, mientras los momentos abstractos u oníricos abarcan la segunda. “Llevamos actores, caballos y extras al decorado real y coreografiamos y ensayamos con la cámara. Alejandro no quería hacer ningún storyboard; originalmente, yo quería hacer la batalla en una sola toma, pero nos dimos cuenta que no necesitaba ser una toma continua. Y después de todas las pruebas y ensayos, Alejandro logró encontrar una atmósfera que resultaba la correcta. Para mí, algo esencial cada vez que se filma violencia, es que de cierta forma, debe ser levemente embellecida. Resulta sumamente difícil filmar la violencia y hacer que se sienta horrible, algo en lo que no quisiéramos vernos involucrados.”

4- lubeski

“Algo similar ocurrió en “Birdman”, donde hicimos probablemente cinco tomas y fueron compaginadas en diferentes formas. Y después de “Birdman” aprendimos a ser más sofisticados: los cortes ocurren en momentos en que usted nunca se los imaginaría, de forma mucho más compleja que si se utilizaran los finales. En ciertos casos se dividieron los cuadros en izquierda/derecha y norte/sur. Pero solamente pensamos una unión donde había un gran cambio de atmósfera y sensaciones, de forma tal que Alejandro pudiera recomponer el mundo que estábamos mostrando. Si realmente prestamos atención a la escena, no está contada en tiempo real. Es una serie que muestra diferentes climas: miedo, tensión, horror. Cada uno está bien separado y se filmaron de cierta forma como un ballet.”

De todas formas, había una parte de la batalla a la que costaba más comprender: cuando vemos el cuerpo que llega desnudo y lo ponen a salvo. La cámara gira alrededor y vemos flechas zumbando desde el cielo. Como estaba escrito, tenía un ritmo diferente, pero Iñárrirtu decidió estirarla creando mayor tensión y confusión.”

5- lubeski

Hablando de estirar, Lubezki pudo jugar más con la elasticidad de las tomas utilizando tanto cámara en mano como Steadicam, dependiendo del clima. “No solamente se trata de la longitud de las tomas, podemos pasar de una mirada objetiva a una subjetiva, girar alrededor del personaje y mirar a través de sus ojos, después volver a una mirada objetiva. El espectador se siente confundido, está sumergido y comprometido.”

“Cuando comencé a cruzar el río detrás del bote fue duro, muy duro. Hubo momentos en que tenía que correr con ellos por el río con la cámara a la altura del pecho y la temperatura era de cerca de 0 grados. Cuando uno está sumergido en el agua es difícil no caerse”

Para el ataque del oso (complementada con el trabajo del animador Judy de ILM, nominado para un premio Annie de ASIFA)(2) se inspiraron en un material de video online del ataque de un oso en un zoológico. “Analizando esa toma, nos dimos cuenta que la cámara grababa continuamente sin cortes y el resultado termina siendo casi banal. Lo que ocurre en realidad es que el oso ataca y luego se retira y mira. Lo que me gusta de esa toma es que resulta aleatoria, al igual que el ataque real. Resulta una tragedia porque el oso está solamente tratando de defender a sus crías”

Lubezki insistió en utilizar solamente luz natural y, debido a que la película transcurre en 1823, antes de la invención de las lámparas de querosén, estuvieron limitados a utilizar fuego, antorchas y velas. (Hay una escena de una fiesta en la que se utilizan lámparas de aceite, las que debían ser muy caras en esa época).

“Cuando comenzamos a hacer pruebas para la película, experimentamos con fílmico ya que ese material permite ver muy bien las altas luces y las sombras. Pero no funcionó para éste proyecto porque la sensibilidad del fílmico no era suficiente para permitirnos capturar esos momentos muy oscuros en la “hora mágica” y por la noche. Y generaba demasiado grano en la imagen”

Una de las escenas preferidas del director de fotografía ocurre dentro de la cueva de hielo: transcurre después del atardecer y Glass escribe: “Fitzgerald ha matado a mi hijo” y se ve en un plano general en la que se ven un par de estrellas, el reflejo de Glass en el agua y el hielo derretido iluminado por el fuego. “Entonces se ve amarillo y cian, que son colores perfectamente opuestos, ocurrió por pura suerte”.

Usualmente quedaba una hora de luz residual después de haber finalizado el rodaje diario y Lubezki los presionó para utilizar esa arrebatadora oportunidad. “Y Leo en un segundo junto a uno de los utileros, comenzaron a crear una escena mientras él iniciaba un fuego y trataba de hacer un agujero en el hielo. Se podría creer que estábamos viendo a un trampero en los 1800”.

Pero los aspectos metafísicos de “El renacido “resultaba lo más importante para Iñárrirtu y Lubezki. Consisten en estados oníricos que funcionan como flashback (cuando Glass rememora su difunta esposa y el ataque a su pueblo) o momentos atmosféricos que expresan belleza (la cueva de hielo) o la destrucción del medio ambiente (cuando se ve una pila de esqueletos de búfalo). “Había una serie de capas que resultaban importantes para Alejandro que estuvieran en la película y se trataba más de eso que de simple venganza”

Lubezki reconoció que “El renacido” tuvo un impacto importante sobre él. “Me siento ilusionado de trabajar con un director que posee una fuerte visión y un sentido poético. Disponíamos de todas esas herramientas y resulta como elegir utilizar óleo, acrílico o acuarela. Si lo hubiéramos filmado sobre película, hubiera sido un film muy diferente. En principio, todavía estaríamos filmando, nunca hubiéramos podido completar el rodaje en los tiempos en que lo hicimos. Pero si uno descarta el fílmico, se produce una gran pérdida”.

Al mismo tiempo, mira hacia adelante esperanzado por las posibles mejoras de la Alexa 65: “Es muy importante que mejoren su rango dinámico, para obtener una mejor lectura en las altas luces. Me parece que le faltan alrededor de 3 puntos y resultan indispensables. Y la otra cosa que resulta muy excitante la combinación de esa tecnología con la proyección láser de Dolby. El DCP para láser Dolby significa la primera vez en la historia del cine que directores y directores de fotografía pueden proyectar un negro realmente pleno. También me gusta la proyección láser IMAX. Lo siento inmersivo pero un poco más invasivo de los sentidos”.

Autor: Bill Desowitz – Thompson en Hollywood

Traducción y adaptación: Carlos Wajsman

(1)-El cambio de clima en Canadá, cuyos decorados repentinamente se quedaron sin nieve, obligaron a la producción a filmar los tramos finales de la película en Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina en julio del 2015. 

(2)-El premio Annie es un premio anual de animación que concede el ASIFA, la Sociedad Internacional de Películas de Animación.

Gordon Willis, ASC (1931-2014).

BUENAS NOCHES, HERMOSO PRÍNCIPE

Gordon Willis, ASC (1931-2014).

Autora: Pauline Rogers.

Traducción y adaptación: Carlos Wajsman

Web-Exclusive_July14_Lead_Photo-by-Kerry-Hayes

Zelig (1983) Foto Kerry Hayes

Tan pronto se conoció la noticia de que Gordon Willis, ASC, conocido como el “Príncipe de las sombras” comenzaron a brotar los tributos en muchas plataformas de la industria (y también de fuera de la misma); mucho de ese material había sido extraído de un largo obituario escrito por Stephen Pizzello, editor en jefe y editor del American Cinemathographer y autor del libro Tributo a Gordon Willis, ASC. Ciertamente la lista de logros alcanzados por “Gordy” no tienen parangón: los épicos Padrino I/II/III de F.Ford Coppola, las comedias de Woody Allen – Annie Hall, Manhattan, Zelig, Disparos sobre Broadway y La Rosa Púrpura del Cairo. Luego los icónicos dramas de la era de los 70 con Alan Pakula – Klute, El último testigo y Todos los hombres del presidente – y muchas películas más entre La vida de un estudiante de James Bridges hasta Monedas del cielo de Herbert Ross.

Nominado dos veces por la Academia (por Zelig y El Padrino III) Willis recibió un Oscar honorario en 2009. También fue nominado para el British Academy Award por Todos los hombres del presidente, Manhattan y Zelig. Y hubo otros honores – dos del National Society of Film Critics, un premio de New York Film Critics Circle, un premio de la Boston Society of Film Critics y el premio de ASC a Una vida dedicada al cine en 1995.

Tanto el obituario de Pizzello como muchos publicados en todo el mundo dejaron claro que Hollywood (y los fanáticos del cine en todo el mundo) reconocían su talento y calidad artística. Pero para penetrar realmente en su legendaria mente creativa, debemos escuchar a sus colegas, esos directores de fotografía que estuvieron “en las trincheras” con el hombre del que el Richard Crudo, presidente de la ASC, dijo que…”cambió la imagen de las películas y cambió nuestra forma de ver películas”.

2- MANHATTAN - G. WILLIS

Manhattan (1979) Foto Brian Hamill

 Detalles y trocitos.

Luego de ver la primera toma de El Padrino I, donde absolutamente ninguna luz ilumina los ojos del protagonista, fue Conrad Hall, ASC quién acuñó el apodo “Príncipe de las sombras”. De acuerdo a Michael Chapman, ASC (que era camarógrafo) la idea de Gordon fue “no se vieran los ojos, pero después se podría ver su alma”. Respecto a quien quizás fue su colaborador más legendario, Woody Allen contó una vez que Willis le decía hablando del tiempo que llevaba preparar el rodaje: “La película ya la tenemos en nuestras cabezas, ahora viene la parte más fácil, registrarla”.

Willis rechazó hacer Apocalipsis Now, asumiendo que si tenía que estar atrapado seis meses en la jungla junto a F.Ford Coppola “uno de los dos no saldría vivo de allí”.

Cuando Douglas Hart le preguntó qué es lo que un integrante del equipo de cámara no debería hacer nunca si quería trabajar con Gordon Willis, el respondió que “los camarógrafos que siempre están al teléfono buscando el próximo trabajo, los foquistas que están siempre practicando con la cámara porque quieren ascender a camarógrafos y los segundos de cámara que están siempre charlando con las extras, buscando con quién acostarse”.

Algunas personas cercanas a Willis recuerdan lo silenciosos que eran sus rodajes, manejados siempre con precisión militar: se comunicaba más por gestos que con palabras. Craig DiBona recuerda que Willis no hablaba cuando iluminaba – “Entraba al set con su fotómetro, ponía el puño en el punto de iluminación y usaba sus dedos para indicar los cambios” David Knox recuerda que a veces sacaba su propio aerosol antirreflejos (para disgusto de la gente de escenografía) para “matar” puntos brillantes que pudieran sobreexponerse en toma.”

Willis, que usó los mismos lentes serie SP-con un costo aproximado de u$s 100.-prácticamente toda su carrera porque le daban la imagen que quería, sufría de fobia a cruzar puentes; un verdadero desafío para filmar en Nueva York, ¡considerando que Woody Allen tenía fobia de pasar por túneles!

3- EL PADRINO G W.

El Padrino I (1972) Foto Jack Stager

Quién manda realmente aquí? Recuerdos de productores, directores y editores.

El comentario favorito de F.Ford Coppola sobre Willis era que “patinaba sobre la emulsión como si fuera hielo”.

Coppola cuenta su anécdota favorita sobre Willis: “Estábamos con Dean Tavoularis y Gordon, creo que en la casa de Dean, estábamos a punto de ver un partido de baseball y estábamos acomodándonos frente al televisor con bebidas y refrigerios. Pero Gordon había empezado a corregir el color del TV y seguía en eso. Cuando finalmente terminó y se sentó, la pantalla estaba prácticamente negra y apenas se veían los rostros de los jugadores.”

Woody Allen, cuya primera experiencia con Willis fue en Annie Hall, recuerda “Gordy me introdujo al concepto que después yo llamé “comedia en la oscuridad”. Me recuerdo diciéndole en una escena “Ahí digo un chiste muy bueno, pero de la forma que iluminás, nadie lo verá” Y Gordy me contestó: “Bueno, pero podrán escucharte”. Yo le dije: “¿Pero qué estamos filmando acá, un programa de radio?” Me respondió: “Confiá en mi”. Y lo hicimos de esa manera, se veía muy bien…y yo obtuve mis risas.”

El productor Robert Greenhut recuerda qué tecnología utilizaron para hacer la escena de pantalla partida en Annie Hall–“Para lograrlo sin perder una generación (la gran obsesión de Willis [que si podía, hacía hacer todas copias a partir del negativo original]), lo hicimos en vivo, a la antigua” – comparte Greenhut – “Teníamos a Diane Keaton mirándose a si misma en una mitad y otra Diane en la otra mitad de la pantalla dividida. Gordy tapó la mitad del cuadro, filmó con ella en la mitad del cuadro, después rebobinó la película, tapó la otra mitad, puso a la actriz en la otra mitad y volvió a filmar”.

El productor Michael Peyser, que trabajó como UPM (Unit Production Manager – Productor ejecutivo) en Manhattan, cuenta un ejemplo similar sobre el sublime uso del oficio de Willis – “Recuerdo estar filmando en el Teatro Público y enterarme en las noticias de que esa tarde se iba a desarrollar un espectáculo de fuegos artificiales auspiciado por Chrysler en el Central Park; llamé a Bobby Greenhut y a Gordon Willis para tratar de hacer unas tomas de los fuegos contra el fondo de la ciudad para nuestro archivo de tomas. Una breve charla con Gordy determinamos que el mejor lugar para hacerlo era la 81 y Central Park Oeste – un edificio que se llama Beresford.

David Brown y su mujer Helen Gurley Brown vivían en un departamento allí, traté de encontrarlos, pero estaban de viaje. Alan Funt de Candid Camera, para quién Woody Allen había trabajado en sus épocas de escritor/cómico, vivía en el departamento de al lado, que miraba hacia el sur. La aparente falta de afecto por su antiguo subalterno parecía indicar una imposibilidad de utilizar ese espacio.

”El siguiente departamento pertenecía a la familia de mi amigo y asistente de locaciones Ezra Swerdlow; a pesar de la poca colaboración de los vecinos, nos arreglamos para meter la cámara escondida y finalmente, Gordy encontró el lugar ideal para filmar – ¡ la ventana del baño ! – Gordy parecía tener claro siempre el mejor lugar para ubicar la cámara” – se ríe Peysler.

4- EL PADRINO G.W.

El Padrino II (1972) Foto Jack Stager

El editor Michael Miller recuerda cuán fácilmente encontraba Willis la mejor forma de sacar lo mejor de cada emulsión. “Adicionalmente a lo que se conoce de Gordon, también era un brillante químico de laboratorio. Los tonos cálidos de la trilogía del Padrino, los amarillos brillantes de Comedia sexual de una noche de verano y el perfecto y austero contraste de Manhattan fueron logrados buscando las luces de copia más adecuadas (más que a través del uso de filtros). Y su perfeccionismo podía volver locos a los técnicos de laboratorio”.

“Tuve el privilegio de trabajar con Gordy como asistente de edición en Manhattan, un trabajo increíble del técnico de laboratorio Otto Paoloni de Technicolor de Nueva York” – continúa Miller – “Otto había sido el técnico de laboratorio de Gordy en Klute, Annie Hall y El padrino, entre otras películas y pretendía que todo fuera perfecto en Manhattan. Pero no era fácil, dado que Technicolor ya no procesaba material blanco y negro. Eso significaba que Otto debía hacerse responsable del trabajo en otro laboratorio, Guffanti, una planta de Technicolor situada en la zona oeste de Times Square.

Otto esperaba todas las tardes la llegada del negativo revelado para hacer las copias según las especificaciones de Gordy. Yo las esperaba para correr a mi sala de montaje con las copias aún húmedas para sicronizar el sonido y dejarlas listas para la proyección. Si rebobinaba demasiado rápido los rollos, se producían descargas de estática que se veían en las copias como relámpagos o líneas blancas, arruinando tomas completas”.

Web-Exclusive_July14_4-_Presumed-Innocent_Photo-Courtest-of-Craig-Di-Bona

Se presume inocente (1990) Gordon Willis, ASC (frente) Craig Di Bona, ASC, Alan Pakula (atrás de derecha a iquierda)

“Otto estaba bastante disgustado al enterarse que su director de fotografía favorito filmaría la próxima película de Woodi Allen, Recuerdos, también en blanco y negro” – agrega Miller – “Mikey – me dijo – ¿porqué tiene que hacer Gordy otra película en blanco y negro? – le respondí: “Todos se preguntan qué tiene que demostrar Willis para ponerse a filmar otra película de la misma forma” Y Otto respondió: “¿Te parece que Willis tiene que demostrar algo más?”.

Oscuro a través de el lente – Memorias del departamento de cámara.

Michael Chapman, ASC y Tibor Sands fueron camarógrafo y foquista en la película El Padrino; cuentan sobre la secuencia en la cual Talia Shire desciende una larga escalera (y no siempre respeta sus marcas). El seguimiento de su primer plano resultó dificultoso y las tensiones comenzaron a aumentar. “Coppola quería filmar y Willis se puso muy firme – la actriz debía respetar los puntos iluminados” – cuenta Chapman –“Los miré a ambos y me dí cuenta que Gordon no iba a aflojar; en unos momentos más, abandonaba el set”.

“De pronto, decidí hacer una visita rápida al baño. Y me quedé allí – hasta que Francis y Gordon dirimieran sus diferencias. Si me hubiese quedado y Gordon se iba, Coppola me hubiera pedido hiciera la toma. Mi huída no puso contento a Francis – pero seguí trabajando muchos años más con Gordon Willis”.

“Sands recuerda el control total que tenía Willis sobre el rodaje. “En el primer Padrino – la procesión del casamiento bajaba por la calle del café y pasaba frente a una ventana de piedra. Tenía una luz muy tenue y estaba preparado de forma de que cuando la procesión pasara, explotaran algunos fuegos artificiales. Gordy quería ver cómo se veía el efecto y la producción objetaba: llevaría todo el día para rearmar el efecto y preparar nuevamente el decorado. Gordy insistía: quiero ver cómo se ve el efecto. Finalmente ganó; se hizo la prueba y fue una suerte – el efecto estaba mal preparado y las explosiones hubiesen podido herir a los actores. Prácticamente les salvó la vida.”

Craig Di Bona recuerda la carga de desafíos que significó filmar en Italia para El padrino III – “Recuerdo la primera vez que Diane Keaton entró a la oficina de Corleone. Se produjo una larga discusión: ‘Mantené la distancia, le tenés miedo a ese hombre’. Gordy iluminó como para que ella quedara a unos 10 metros de Pacino y solamente se viera una imagen muy pequeña de él en cuadro. Filmaron. El carácter de ella se fue cargando de enojo. En la toma, cruzó el decorado hasta quedar cara a cara con Pacino. Cortaron. Inmediatamente ella giró hacia Gordy y pidió disculpas, diciendo que no lo volvería a hacer. Él la miró un momento y le dijo: “Mejor, si no querés suicidarte” – No lo volvió a hacer.

5- TODOS LOS HOMBRES DEL PRESIDENTE - G.W.

Todos los hombres del presidente (1976) Foto Howard Bingham

Douglas Hart, que asistió a Willis en cinco películas de Woody Allen, cuenta sobre Memorias: “Teníamos una toma muy compleja para el gran final – un decorado construido en estudio – que se suponía que era el hotel a orillas del Jersey. Era un espacio octagonal con el mostrador de registro en el centro. Había varias escaleras, cinco puertas y algunas cosas más. Woody quería que la cámara girara 720 grados filmando gente caminando, la acción en el fondo, tal como las tres momjas bailando tap. Teníamos centenares de extras, mucha de la gente que había aparecido antes en la película, de varias locaciones.

El lunes por la mañana, luego de ensayar y marcar los focos de la toma, estaba parado junto a Gordon cuando llegó Woody:’¿Cuándo te parece que podremos filmar?” – preguntó. Gordon caminó hasta el centro del decorado, giró 360 grados y volviéndose hacia Woody, respondió: ‘El jueves’. Woody le respondió: ‘Te veo ese día’ y se fue. Volvió el miércoles por la tarde. Nos llevó tres días armar, iluminar y ensayar la toma. Filmamos una toma por chasis de película – entre 8 y 9 minutos. Sin cobertura.

Fuimos a ver las copias diarias y vimos una toma hermosa. Después que todos se hubieran ido, Gordon se quedó hablando con Woody. A la mañana siguiente se acerca a hablarme: ‘No vamos a usar esa escena final, decidimos que no tenía nada que ver con el resto de la película’. Era previsible la reacción de la producción, pero tenían razón, no tenía nada que ver con el resto de la película. Usamos otro decorado que ya estaba construido y filmamos en una sala teatral. La gente saliendo del teatro, con sus diálogos y reacciones. Y funcionó perfectamente, aun sin las monjas bailando tap. Gordon puro.”

Chaim Kantor recuerda haber trabajado como segundo de cámara de Douglas Hart en Bright lights, Big city, trabajando con un equipo distinto de eléctricos y maquinistas. “Luego que los actores hubieran ensayado con James Bridges y Gordon, el equipo de cámara tenía que entrar al set para tomar los focos y ensayar la escena. Doug marcaría las escalas de los lentes y yo colocaría las marcas para los actores. Una vez que se ensayan estas tomas y se ven a través de la cámara, raramente necesitan ajustes posteriores. Por alguna razón, a medida que pasábamos de toma a toma, Gordon parecía tener problemas con la altura de cámara, bajando la cámara 5 centímetros en cada puesta.

1 - G. WILIS

La plata viene del cielo (1981) Foto Mel Traxel

Algunos años después, trabajando con Ronald Burke, el maquinista habitual de Gordon, le mencioné esa inusual modificación de la altura de cámara. Burke sonrió y me explicó: ‘Gordon siempre hace poner la cámara 5 centímetros demasiado alta cuando usa su visor. Yo siempre resto esos 5 cm.’.

Alan Disler hace sus comentarios de la primera semana de rodaje de Monedas desde el cielo – “Gordon había escuchado que los eléctricos estaban cobrando menos que lo que merecían, así que una vez ensayada una escena y determinadas las tomas, los actores fueron a maquillaje. Gordon tomó una silla, la colocó frente al decorado y sentó allí, sin dar las órdenes para la puesta de luz. Luego de media hora, un productor tomó coraje y se le acercó a preguntarle si algo andaba mal. Gordon lo miró y dijo: ‘Una vez que los eléctricos hayan cobrado lo que corresponde, habrá iluminación’. Nada más que hablar; por supuesto, el “error” fue corregido y comenzaron la puesta de luces.

Esa misma semana, Disler se acercó a Willis mientras este comía su habitual desayuno de huevo en pan blanco y leche; le entregó una nota del laboratorio en la que decía que había un problema con la cámara.

Inmediatamente comencé a pensar en otros lugares para trabajar, ya que seguramente estaba fuera de este rodaje – ríe Disler – Cuando se comunicó con el laboratorio le dijeron que habían aparecido unas rayas en los lados del negativo, en un encuadre de un gran número musical. ‘Cuando fuimos a ver el material, lo que se veía era a Steve Martin bailando frente a la cámara, frente al decorado del banco, que tenía columnas de mármol a los lados. Cuando la cámara retrocedía, quedaban las columnas a los costados del encuadre; las “rayas” que informaba el laboratorio eran las estrías de las columnas. Lo siguiente que escuché fue el rugido de Gordon: ‘¡No quiero ver más esas columnas de mierda enfrente de mi cámara!’ – Desde ese entonces tomé el hábito de fumar cigarrillos Camel, del paquete que tenía que guardarle en el cajón de cámara.”

7- retrato

Retrato Douglas Kirkland

Randy Nolen (operador de steadycam) recuerda a Willis como un hombre de pocas palabras “pero sin problemas para comunicar y hacer entender lo que quería; como operador de steadycam (en Malicia), me resultó muy fácil comprender qué esperaba de mi trabajo. Nadie se ponía frente a la cámara sin una buena razón cuando Gordon tenía su ojo en el visor. Tener intrusos delante de cámara es una de las cosas más frustrantes que debe sufrir un operador, especialmente cuando el director de fotografía está tratando de poner o ajustar las luces; por eso me gustaba especialmente su actitud al respecto.”

Un momento que recuerdo siempre “– continúa Nolan – “es un rodaje en un exterior día por la mañana. Cuando salimos del hotel para subir a las camionetas de equipo, estaba muy nublado: Gordon miró al cielo y dijo que no podríamos filmar hoy. ¡Y no lo hicimos! Eso realmente me convenció que Gordon Willis contaba con el respeto del director y la producción – quienes confiaban en sus decisiones como director de fotografía. Algo que no se veía demasiado en esos días”.

Luces apagadas

Basándonos en estos recuerdos y en un cuerpo de obras que cambiaron el curso de la imagen en el cine, podemos decir con seguridad que no veremos otro director de fotografía como Gordon Willis, ASC. Al presentar la entrega de su premio Governors Award 2009 de la Academia de Artes y Ciencias, Caleb Deschanel, ASC (la única persona que se puede considerar un aprendiz de Willis en rodaje), intentó una explicación de porqué Gordon Willis nunca hubiera recibido un Oscar por su trabajo como fótografo.

“El padrino está considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos” – observó – “y una de las películas fundamentales respecto a la fotografía en el cine; aun así, no recibió ni una nominación al Oscar por su fotografía. Todo el mundo sabía que se haría una segunda parte – entonces quizás pensaron- si no obtuviste una nominación ésta vez, quizás estés más inspirado para hacer un trabajo mejor aún en El padrino II.

8- eñ padrino 3 -

El Padrino III (1990) I a D: Francis Ford Coppola, Craig Di Bona, ASC,

Gordon Willis, ASC

Pero – agregó Deschanel – existe una regla no escrita por la cual las segundas partes o secuelas nunca son nominadas. Annie Hall: otra regla no escrita: las comedias no son nominadas. Todos los hombres del presidente – y esta teoría me pertenece, quizás haya sido por ciertos comentarios malintencionados sobre la película. Manhattan: un hermoso poema de amor de Woody Allen sobre Nueva York, con una hermosa fotografía en blanco y negro. Pero quizás ustedes no lo sepan, pero el premio a la fotografía en blanco y negro ¡fue eliminado en 1967!”

Deschanel continuó diciendo que “hubo muchas ocasiones más, pero como el mismo Gordon hubiese dicho: ‘Déjenla correr, amigos, el mundo sigue andando’. “Gordon, esta noche estamos aquí para corregir algo que estuvo mal hasta ahora – no para premiarte por una película, sino por una de las más completas obras de arte realizadas en éste medio. Y sé que seguramente odies el término “obra de arte”, pero estamos muy orgullosos de premiarte con un honor tan merecido”

Que duermas bien, hermoso príncipe. Nunca habrá otro como vos.