Conozco a los directores Gato Martínez, Santiago Nacif y Roberto Persano desde hace muchos años, y Los indalos es la cuarta película que realizamos juntos luego de El almafuerte, estrenada en 2009, Nicaragua, el sueño de una generación (2012) y La parte por el todo (2015). Como director de fotografía debo decir que en cada una de ellas primó un criterio estético que enriquecía la propuesta visual, potenciando las historias y dialogando con la trama documental. Además, con el paso de los films hemos conformado un equipo que trasciende lo laboral para convertirse en una amistad sólida. En lo personal, es un placer y un orgullo filmar con ellos.
Los índalos es una película que narra la vida de Aurora Sánchez Nadal “La cachorra”, su lucha y la de su familia revolucionaria, incluyendo a su hermano, el «Gordo» Sánchez, y su hijo, Iván, sus “Índalos”, esas presencias eternas que trascendieron la muerte. Habíamos compartido con Aurora su vida en La Boquita, Nicaragua, en aquella película coral sobre los argentinos que colaboraron con la revolución sandinista.
Con la fuerza de su personalidad, pero también su calidez, sentido del humor y valores ideológicos, esta nueva película cuenta la historia de Aurora como revolucionaria, madre, hermana, mujer y combatiente, en un relato que recorre los puntos en donde vivió: España, Francia, Nicaragua y Buenos Aires. En esta ocasión, fueron los directores Roberto Persano y Gato Martínez quienes tuvieron a su cargo la tarea de acompañarla con la cámara por Europa.
Desde la imagen, la consigna en esta ocasión era transitar el camino de Aurora y su hija Mayra, en una especie de road movie documental, y como tal se optó por una cámara que siguiera ese recorrido, que fluyera alrededor de ella y sus movimientos, sus idas y vueltas. Aurora es escurridiza, hiperactiva y curiosa. Seguirla no era fácil, y por eso desde el primer momento se la intentó reflejar a través de travellings, cámaras en mano y uso de gimball, para que fluyera de una manera especial. Se utilizaron cámaras Sony Alpha A7sii, Sony FS100 y DJI Osmo 4k.
También en las entrevistas a los personajes secundarios (su sobrino, compañeros de lucha y de vida suyos, de su hermano y su hijo Iván, así como también de Mayra) se optó por el uso de una cámara en trípode y otra, a cargo de Roberto, que realizara pequeños desplazamientos, para sostener la idea de movimiento constante que tiene la película, entre ellos y en la geografía que va transitando.
La idea general de la propuesta fotográfica era priorizar los colores cálidos, que logren una amalgama entre la memoria y los recuerdos, en contraste con el presente. Y se priorizaron los lentes gran angulares en cámara, entendiendo que se registra con el cuerpo, que allí estamos detrás de la cámara poniendo el ojo y la cabeza en el encuadre, y que la utilización de esos lentes obliga a la cercanía, apoya la empatía con los protagonistas y nos vincula más fuerte con el relato.
Por eso, frente a una estética del “documental de teleobjetivo”, que provoca la distancia y el alejamiento de la escena, propusimos trabajar en gran angular para formar parte de la misma, involucrarnos en los relatos, entrevistas y situaciones particulares, desplazarnos con comodidad dentro de la escena, y transformar a la cámara en un sujeto activo del relato.
A lo largo de la película, desde el plano visual, cobran mucha importancia las fotos que Aurora conserva de su hijo y su hermano, y fundamentalmente las cartas con las cuales se mantenían comunicados en esos años (los años que Roberto paso detenido durante la dictadura, el exilio francés, o las epístolas desde el frente de batalla en la Nicaragua revolucionaria). Esa correspondencia, que permite entender las vivencias de cada uno de ellos y cuál era la relación que tenía la familia, se trabajó con planos detalles, leves movimientos con el uso de sliders que permiten ver parte del contenido, y la voz en off de Aurora leyendo algunos fragmentos.
Por último, el mayor desafío en este proyecto, debido a la complejidad de la producción, filmando en varios países siguiendo a la protagonista y a su hija, fue no haber podido acompañar al equipo de dirección en los viajes. No obstante, Roberto tiene una sensibilidad especial con la cámara y una concentración valiosa a la hora de componer los encuadres que la historia requiere.
Previo al viaje mantuvimos varios encuentros para determinar criterios básicos, principalmente referidos al flujo de trabajo y cuestiones técnicas, y luego gracias al gran trabajo de Patricia Batlle en la colorimetría pudimos llegar a una imagen final que nos satisfizo a todos, en función de contar una historia que nos interpela desde el presente.
Los Indalos (Argentina, 2019, color, 78 minutos)
Sinopsis
Aurora Sánchez, “La Cachorra”, heredera de una estirpe de revolucionarios, evoca su vida. Una historia que se inicia con la lucha de sus padres en la España republicana y su posterior arribo a la Argentina. Todo un siglo de militancia, de sangre derramada y de vidas ofrendadas a la revolución. Roberto e Iván, su hermano e hijo, comparten el exilio en las salvadoras tierras francesas, comparten trinchera en la triunfante Nicaragua sandinista y, como un capricho del destino, comparten su desaparición durante el intento de copamiento al cuartel militar de La Tablada. Hoy la lucha de Aurora pasa en conseguir justicia para sus “Indalos”
Equipo técnico
Guión y dirección: Gato Martínez Cantó, Santiago Nacif y Roberto Persano
Producción: Paimun Cine – Sigil Comunicación & Sociedad Dirección de Fotografía: Emiliano Penelas (ADF)
Montaje: Omar Neri y Simoncini
Sonido: Lucho Corti
Animación: Martin Cespedes
Música original: Nicolás Esperante
Diseño Gráfico: Sebastían Jiménez
Cámara: Emiliano Penelas – Roberto Persano – Gato Martínez Cantó
Asistente de fotografía: Darío Longobucco
Corrección de color: Patrica Batle (ADf)
por Emiliano Penelas (ADF)
Año 2019