¿Sabias qué?
En Córdoba hay más de 200 sitios con arte rupestre, que son los lugares donde los pueblos originarios realizaron figuras pintadas y grabadas en las superficies rocosas. Están ubicados en diferentes paisajes serranos de nuestra actual provincia y tienen entre 1500 y 450 años de antigüedad.
Entre los sitios más importantes se cuentan Cerro Colorado, con alrededor de 4000 motivos, el valle de Guasapampa, con aproximadamente 1000 motivos, y la sierra de Serrezuela con 450. Se representaron principalmente elementos de la vida cotidiana como animales, algunas plantas y objetos. También se dibujaron a sí mismos y a otros seres humanos, como a los españoles del tiempo de la conquista. Los/as investigadores/as identifican por último algunas figuras que denominan “geométricas”, no porque fueran consideradas así por quienes las crearon u observaron, sino porque es la única manera que encuentran para ordenarlas y clasificarlas. Los colores usados fueron el blanco, rojo, negro y, en algunos pocos lugares, el amarillo. Se obtuvieron mediante la combinación de diferentes elementos de la naturaleza como los minerales, vegetales e incluso hueso molido. Los grabados fueron realizados mediante el raspado y abrasión de par te de la piedra.
La interpretación de estas imágenes y lugares ha cambiado a lo largo del tiempo. En la actualidad podemos afirmar que actuaban en la conservación de la memoria de la comunidad que los realizaba, transmitiendo información sobre su identidad. Las figuras de animales están presentes en la mayoría de las zonas serranas cordobesas. Ya sean pinturas o graba dos, aparecen frecuentemente especies que, sabemos, fueron importantes para su subsistencia. Por ejemplo los guanacos, que son los más representados, o los venados de las pampas, a los que distinguieron con grandes cornamentas. Pero también incluyeron otras especies que revelan parte de su mundo simbólico, como los felinos, cóndores o serpientes. Hasta los equinos (caballos, burros), introducidos por los españoles, fueron representados en algunos lugares puntuales. Estos son identificados por las grandes orejas, una trompa más cuadrada que otros animales como los guanacos, una cola alargada y, en muchos casos, los cascos redondeados de sus patas.