Hollywood, años 80 del siglo pasado. Maxine Minx, estrella del cine para adultos y aspirante a actriz, tiene por fin su gran oportunidad. Pero, mientras un misterioso asesino acecha a sus compañeras, un rastro de sangre amenaza con revelar el siniestro pasado de Maxine.

Con imágenes que recuerdan al fotoquímico y al VHS por sus texturas, por el uso expresivo que hace de la música ochentera y la mezcla de diferentes calidades de luz y colores, ‘MaXXXine’, además de ser la última película de la trilogía slasher de terror del director norteamericano Ti West, es un homenaje declarado al cine de género de los 80. Situada en una ciudad de Los Ángeles que se asemeja más a un plató inmenso de una película de terror, Ti West nos presenta ahora a una empoderada Maxine Minx (Mia Goth), quien además de ser una actriz de películas para adultos, es una mujer segura de sí misma y dispuesta a todo para conseguir su sueño: ser una actriz famosa en Hollywood.

El nacimiento de la trilogía X se remonta a 2019 cuando Ti West presentó el guion al productor Jacob Jaffke, quien ya había producido seis de sus anteriores películas, entre ellas ‘La casa del diablo’ (2009). En ese momento, la productora A24 se unió a la creación de las tres entregas de la trilogía, dando vida a ‘Pearl’ (2022), donde se nos presenta a Maxine Minx, una joven de la zona rural americana que sueña con ser actriz y escapar de su hogar. Luego, en ‘X’, la protagonista ha iniciado su carrera en la industria del porno; y finalmente, en ‘MaXXXine’, el personaje “está en otro punto de su vida; ha llegado a la cúspide de su profesión. Curiosamente, conecta con ‘Pearl’. Ha evolucionado, al igual que las películas y Mia en su carrera como estrella. La meta de esta trilogía siempre ha sido poner el foco en la realización de una película, y dentro de esto, en la interpretación”, menciona el director.

Para la tercera entrega Ti West escribió un thriller que transcurre en la década de los ochenta en Los Ángeles, la cual lejos de ser una ciudad romántica donde los sueños se cumplen, está más cerca de ser un lugar corrupto y decadente donde campean los asesinos en serie y los detectives que parecen salidos de una novela de Raymond Chandler. Si bien ‘X’ recordaba el estilo del cine de los años setenta para rendir homenaje a una época en que las películas para adultos se filmaban en 16 mm o en 35 mm, y ‘Pearl’ usaba elementos de un musical terrorífico y colorido a la vez; en ‘MaXXXine’ su textura de vídeo y fotoquímico nos recuerda a la época cuando películas de bajo presupuesto como ‘Pesadilla en Elm Street’ compartían pantallas con películas como ‘Vivir y morir en Los Ángeles’.

La imagen de ‘MaXXXine’ tiene una clara intención de recrear un estilo que recuerda al cine de los 70 y 80. A través de la combinación de formatos tanto digitales como, en apariencia, fotoquímicos; la mezcla de temperaturas de color; el uso creativo de las fuentes de luz de la época como la luz dura del tungsteno o los neones de los decorados; el empleo del formato anamórfico y su bokeh; así como una saturación que recuerda a los filmes Giallo de Darío Argento, se construye una imagen que posee una gran fuerza visual, asentada también en una potente banda sonora.

El director de fotografía, Elliot Rockett, colaborador habitual de Ti West, desde ‘La casa del diablo’ (2009), eligió rodar con la Sony Venice II a 5.4K, poniendo después una máscara sobre la imagen para crear la relación de aspecto de 2.39:1. Como buscaba una imagen que no fuese definida, después de llevar a cabo varias pruebas de ISO con la Venice II, Rockett decidió situarlo a 3200, ya que la imagen era mucho menos limpia comparada con valores más bajos de ISO, en parte debido al grano que se generaba en ella. A este factor, se sumó la decisión de combinar la cámara con los objetivos Hawk Mini- Hawk Hybrid Anamorphic primes, debido a su bokeh ovalado característico de los objetivos anamórficos, su falta de definición –si se compara con otros objetivos–, así como su caída suave de foco. Por otra parte, para lograr efectos específicos de la época, como las imágenes en VHS de la amiga secuestrada de Maxine, se usaron cámaras de video vigilancia comunes, así como también dieron un tratamiento especial a las imágenes de la Venice II durante la postproducción.

Para dar vida a este filme que retrata el mundo sórdido de la industria del cine de los años 80, el director de fotografía decidió iluminar la película utilizando una mezcla de fuentes lumínicas, usando desde LED hasta fuentes de tungsteno de la época. Es por esto que hay secuencias que tienen fuentes duras como tungsteno directo y otras donde se ha hecho uso de LED, por ejemplo en la escena en que Maxine es acosada por un hombre disfrazado de Buster Keaton donde los focos de color fueron los LED Hive Hornet omni-color. Otro ejemplo de uso de fuentes LED se puede ver en la escena del estreno de ‘The Puritan 2’ en el Teatro Chino, donde Rockett uso varias fuentes Cineo Reflex R15 LED alimentadas con baterías portátiles Volstack 5K. De igual manera, esta propuesta de iluminación se suma el hecho de usar fuentes rebotadas como Kino-Flo Celeb para iluminar los rostros en los primeros planos.

Un elemento importante dentro de la construcción del look característico de negativo fílmico y excesivo de esta película, fue la colaboración del reconocido colorista Tom Poole, del estudio Company 3, quien llevó a cabo varias pruebas y diseñó varios LUTs para diferentes situaciones y condiciones lumínicas. Así mismo, se crearon diferentes máscaras para conseguir viñeteados, suavidad en la imagen, y al final del proceso se añadió grano y halation, características propias del fotoquímico las cuales se convirtieron en uno de los pilares sobre los que se asienta la construcción del aspecto visual de esta obra.

Uno de los desafíos que surgió al rodar esta película en el centro Los Ángeles, fue la poca disponibilidad de tiempo que poseía el equipo de rodaje para trabajar en las localizaciones reales, y sobre esto menciona el experimentado director de fotografía: “Disponíamos de un tiempo limitado para rodar un número específico de escenas, tanto de día como de noche, con diversas tomas del Teatro Chino y de Show World, donde trabaja Maxine (…) Durante el día no podíamos controlarlo todo, solo nos quedaba decorar, sacar los coches de época y rezar para que saliera bien”.  A esta complicación se sumó el uso de  grua Jib/Hothead  en ciertas escenas como la del tiroteo cerca del final donde se usó un brazo Fisher 23′ con un cabezal Arri SRH-360; o las que tienen lugar en el Hollywood Boulevard, donde se usó el mism cabezal en una Supertechno 50+.

En este sentido, cabe mencionar también el uso del Steadicam operado por Xavier Thompson, y el uso de cinematografía subacuática, en una película rodada en su mayoría con una sola cámara.

‘MaXXXine’ es una película donde los decorados, el espacio, la ciudad, la época y el rodaje en general, poseen una escala mayor y una importancia mayor narrativa si se la compara con sus antecesoras. Sobre este protagonismo de la ciudad convertida en un personaje, casi protagonista, menciona el director Ti West: “Aquí, la escala es enorme, mucho mayor que en las dos anteriores, y Los Ángeles se convierte en un personaje más. Incluso la música es parte íntegra de la historia porque todo era más grande en los ochenta, los peinados, la ropa, la luz, las canciones, las estrellas”.

West plantea una propuesta visual ‘sucia’ ochentera, donde el uso y la mezcla de formatos visuales como el vídeo y la película, el humo que sale de las alcantarillas en varias escenas como elemento atmosférico, así como el diseño de producción busca recrear una ciudad llena de amenazas y neones que anuncian shows de striptease, “nos lleva a una época en que Hollywood era menos limpio y brillante que ahora, aunque lo seguimos queriendo mucho. Es una parte fundamental de la película, y básica dentro de la evolución del personaje de Maxine mientras va ascendiendo los peldaños de la industria. Fuimos sumamente meticulosos con todos los detalles”, afirma el director.

El diseñador de producción, Jason Kisvarday, llevó a cabo una investigación estudiando fotos de Hollywood de la época, donde se ven fachadas derruidas y coches destartalados, un Hollywood quizá empobrecido o menos elitista, que no se parece en nada al actual. “Lo importante era no dejarse llevar para que no se convirtiera en una copia de ‘El chico ideal’, con mucho neón y todo perfecto”, añade Jason Kisvarday, quien tuvo la película ‘Repo Man’ (1984), de Alex Cox, como referencia ya que se muestra en ella una ciudad decadente que coincidía con la intención de West de “ver una ciudad de Los Ángeles raída y un Hollywood cutre surgidos del pasado (…)”.

El departamento de diseño de producción se enfocó sobre todo en retocar las fachadas de las tiendas en el Boulevard tres días antes de cerrarlo al tráfico para poder rodar las escenas en que se ve a la protagonista en medio de un entorno urbano. Sobre esta complicación inherente a una gran producción de Hollywood como lo es ‘MaXXXine’, dice el diseñador de producción: “Lo organizamos de tal forma que pudiéramos aparecer y colocar todas las piezas del decorado rápidamente. Cerrar una arteria de Hollywood cuesta mucho y el tiempo es dinero(…) Intentamos ser eficientes para que se pudiera rodar con rapidez en cuanto decorábamos las fachadas, y también a la hora de dejarlo como antes al terminar”.

Los elementos que complementan esta arriesgada apuesta visual se basan en las decisiones tanto de maquillaje, peluquería, así como de vestuario. En este sentido, Ti West y Mia Goth trabajaron juntos para que los departamentos crearan un look para Maxine que recordara a un Hollywood a mediados de los ochenta. Sobre la construcción del personaje a través del maquillaje explica la maquillista Sarah Rubano, “Ti, Jaime Leigh McIntosh (peluquera), Mari-An Ceo (vestuarista) y yo misma nos preguntábamos siempre si habíamos dado en el clavo con el look de Maxine o si nos habíamos pasado (….) Teníamos que frenarnos mutuamente porque corríamos el riesgo de llevar la estética demasiado lejos, de convertirla en una burla de los ochenta”.

Por otra parte, la peluquera Jaime Leigh McIntosh, fue la encargada de aportar al cambio de color de pelo de Mia Goth, que de cierta forma refuerza también el cambio del personaje. Como era esta una película con un reparto mucho más grande que las anteriores, escenas con extras en discotecas, platós de películas, fueron necesarias muchas pelucas en el estilo típico de los ochenta, pero buscando también un look natural, “Ti quería que fuese ochentero, pero no tan obvio como el pelo rubio del cantante de ‘A Flock of Seagulls’ (…) bajo ningún concepto debía ser un peinado cómico”, explica.

Por último, el vestuario, elemento muy importante para la caracterización de época, estuvo a cargo de Mari-An Ceo, quien vio las películas de Brian De Palma de la época, además de ‘Hardcore: Un mundo oculto’, de Paul Schrader, de 1979. Con estos referentes visuales presentes, diseñó un vestuario para Maxine que expresaba la transformación y el cambio de una década a otra: “Los ochenta fueron un tiempo de transición en cuanto al sexo, la música, la moda, el cine, todo. Trabajamos a partir del espíritu de Maxine en ‘X’ e intentamos demostrar el cambio mediante su ropa. Es una estrella del porno y estudié muchas revistas de la época. Ti también sugirió que Debbie Harry, de Blondie, al principio de su carrera, podía ser una influencia”, menciona Ceo.