NING KAI Y SABRINA SCARPA

La fotografía encapsula tanto la fugacidad como la permanencia: congela un momento singular y fugaz en el tiempo, uno que nunca volverá a ocurrir, y lo preserva eternamente. 

Esto es el núcleo de lo que hacen Ning Kai y Sabrina Scarpa. Los artistas visuales chino-holandeses, socios tanto en la vida como en el trabajo, crean imágenes cautivadoras que transmiten la belleza, la espiritualidad y la temporalidad de la naturaleza.

La pareja se conoció en 2013. Ambos habían descubierto su pasión por la fotografía unos años antes: Ning después de comprar su primera cámara analógica, mientras que Sabrina, que estudiaba diseño gráfico, se inspiró para cambiar su especialidad a la fotografía. Su encuentro transformaría sus prácticas, fusionándolas en una sola.

La relación creativa del dúo se basa en su apreciación del mundo natural. Sus imágenes retratan momentos hermosos y transitorios capturados en la naturaleza: la luz del sol brillando en las aguas del lago, una bandada de pájaros creando patrones en el cielo, formaciones de nubes etéreas.

Sus imágenes están solas, numeradas, pero libres de leyendas o anclajes contextuales. Se invita a los espectadores a explorar sin narrativas preconcebidas, fomentando un espacio abierto para que las interpretaciones personales se desarrollen orgánicamente.

La luz forma el núcleo de cada fotografía, pero hoy en día a menudo se pasa por alto su verdadero poder. Sin embargo, para Ning y Sabrina, sigue siendo la piedra angular de su arte, su cualidad en constante cambio da lugar a momentos completamente únicos.

Influenciadas por el impresionismo, un movimiento impregnado de la apreciación de la luz, sus imágenes poseen las mismas cualidades sutiles que las obras maestras creadas por las luminarias del estilo. Además, se inspiran en el arte asiático, en particular en la escuela japonesa Rinpa, conocida por su representación de temas y escenas naturales.

La clave de sus imágenes es el proceso de impresión. Buscan individualizar la impresión fotográfica como un objeto único, imprimiendo a mano cada una para crear imágenes táctiles y texturizadas que realzan aún más su belleza y calidad etérea. También aumenta el sentimiento de nostalgia. Las imágenes podrían haber sido tomadas casi en cualquier momento desde la invención de fotocromía, porque lo que se representa no está en absoluto impreso por la mano del hombre.

En nuestro mundo caótico y en constante movimiento, Ning Kai y Sabrina Scarpa nos invitan a reducir la velocidad. Para tomarse un momento y apreciar el mundo natural. sus trabajos es un antídoto a la saturación de la vida moderna, una especie de poesía visual que calma la mente y demuestra el poder duradero de la imagen fija.