Publicado por Comunicación AMC
Agosto de 2020
“Yo siempre me consideré un cineasta. Para mí la cinefotografía, fue un acto de sobrevivencia”. El director de fotografía mexicano, Gabriel Beristain AMC, ASC, BSC, nos abre su corazón para descubrir su pasión por el cine. Además, nos comparte los inicios en su carrera cinematográfica: desde ser oyente en la escuela de cine; su camino a través del registro de la historia de Inglaterra; pasando por su trabajo en la película, “Caravaggio” (Derek Jarman, 1986); su llegada a Hollywood, hasta llegar a su reciente colaboración dentro del universo cinematográfico de MARVEL con la esperada “Black Widow” (2020).
Hijo del reconocido actor Luis Beristain (“El Ángel Exterminador”), y perteneciente a una familia de artistas, Gabriel nació en la Ciudad de México en 1955. Su interés por el mundo del cine llegó en la década de los setentas con el movimiento de cine independiente. El cineasta recuerda con cariño a su amigo, el director mexicano fallecido Gabriel Retes, al hablarnos de sus inicios en la industria.
“Durante el primer concurso de cine independiente en super 8 en la Ciudad de México, Gabriel Retes ganó con una película de ficción, un western maravilloso. Hago énfasis en este contexto, porque para nosotros el cine llegó como una necesidad de comunicarnos después del Movimiento Estudiantil del 68. Al cine lo usábamos de una manera contestataria. En nuestro mundo, en ese momento histórico, el cine era usado como herramienta. Curiosamente la película de Gabriel no era nada de lo antes descrito; sin embargo, el lenguaje cinematográfico que utilizó fue de suma importancia para mí”.
La inquietud del joven Gabriel Beristain por crear y comunicar a través del medio audiovisual lo llevó a tomar partido y aprender de los diferentes elementos que conforman el quehacer cinematográfico. “Me convertí en un agente que quiso usar la cámara. Quise entender el proceso de la producción cinematográfica porque era una herramienta: dirigir, editar, escribir, hacer sonido. Fui entonces al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) para ser parte de la primera generación; no fui aceptado, sin embargo, pude ser parte de los oyentes, me tuvieron que aceptar por mi terquedad…” -Comparte entre risas- “Me apasionaba tanto dirigir como escribir, me emocionaba cada proceso de producir una película. Me encanta la producción y la idea de que un solo producto conjunta todos los procesos. Es en este momento en donde decido emigrar.
Inglaterra
“Gaby” decidió migrar de México, quiso buscar fortuna en otros países y llegó a Inglaterra. Estando allá Gabriel utilizó la fotografía a manera de supervivencia, pues trabajaba como fotógrafo para el Workers Revolutionary Party, así como para David Samuelson y la compañía de distribución de equipo de renta que Panavision tenía en ese momento en aquel país. “En las mañanas trabajaba para judíos y por las tardes me cambiaba el sombrero para ir con un grupo de propalestinos. Debido a que no tenía becas, la fotografía me permitió sobrevivir. Muchos miembros del partido no querían trabajar horas extras, ni en fines de semanas, pero estaban sucediendo tantos movimientos sociales que había que cubrir, y ahí estaba yo, en primera fila, ávido de historias. Aprendí a utilizar la cámara de 16 mm en el CCC, y con estas habilidades cubrí: “La huelga de los bomberos”, “La huelga de los mineros”, las manifestaciones en Bélgica cuando fue el aniversario de Marx, entre otros sucesos”.
Lo cierto es que a pesar de nutrirse de técnica en Panavision: a colimar, calcar y el uso correcto de lentes, Gabriel estaba convencido que ni el periodismo ni esta experiencia serían suficientes para poder contar historias a través de largometrajes. “Me di cuenta que había sido un error salirme del CCC y entonces decidí ir para la National Film & Television School (NFTS), en donde me aclararon que no tenía cabida como director, pues era el puesto más demandado; tampoco como guionista, pues todo el mundo escribe, pero nadie lee; sin embargo, me dijeron: ‘Tienes la historia de Inglaterra en tus manos, tu cuerpo como fotógrafo es maravilloso, ¡aquí tienes tu lugar!’. En ese momento me di cuenta que la vida me estaba mostrando las cartas, y me vi en la necesidad de enamorarme de la cámara, a pesar de que era renuente de ella’.
Una vez graduado de la escuela, Gabriel debía de regresar a su país natal pues había muchas deudas que cubrir. “Se abrió el cuarto canal en la TV de Inglaterra y comenzaron a producir sus películas. Fui de la primera generación que agarró una cámara y que salió a las calles de Londres a producir contenido. Regresé a México justo en el momento de la devaluación con López Portillo; sin embargo tuve la oportunidad de ir a Cali, a Colombia, a hacer mi primera película a lado de Carlos Mayola, ‘Carne de tu carne’ (1983). Con el dinero que gané, regresé a Inglaterra, en donde trabajé unos meses como operador de Roger Daltrey, el vocalista de ‘The Who’. Después de eso di clases en Wales; hice otra película llamada “Christmas Present’ (1985); a los pocos meses conocí a Dereck Jarman (1942-1994) con quien realice ‘Caravaggio’ (1986), película que se convirtió en un fenómeno internacional y que me permite quedarme a residir en Inglaterra”.
Todo lo aprendido en Panavision, así como la necesidad de entender por completo las herramientas de trabajo provocaron que Gabriel lograra una fotografía exquisita en Caravaggio. Durante la preparación de la película, el fotógrafo mexicano se dio cuenta de lo importante y necesario que es el conocimiento técnico, pues en esta película había que mantener una estética muy particular que realmente semejara el estilo pictórico del italiano: el contraste, los negros profundos, el claroscuro; además de evitar que se reventara el grano o que los negros se hicieran lechosos. Gabriel realizó pruebas y estudios comparativos para entender la latitud de la película. Sin duda, al ver la película puedes descubrir la destreza con la que maneja la luz para lograr crear una pintura viviente.
EUA
“Yo nunca pensé quedarme en Estados Unidos más de unos días, la verdad que ni cerré mi departamento en Londres. Me encantaba la vida inglesa y su ambiente cultural tan enriquecedor”. A principios de la década de los noventas, se dieron varios sucesos que marcarían el camino de Gabriel Beristain: el director mexicano Alfonso Arau lo contactó para que fotografiara la película “Como agua para chocolate” (1992); a la par el director estadounidense Taylor Hackford, a recomendación de la actriz Hellen Mirren, de igual forma, lo contactó para realizar la película “Blood in, Blood out” (1993). Su agente de aquel momento lo ayudó a tomar la decisión, Beristain optó por la película estadounidense. “La verdad es que si hubo un momento en el que me arrepentí de esta decisión, sobre todo por el fenómeno en el que se convirtió la película mexicana; sin embargo, casi treinta años después, y viendo en retrospectiva me doy cuenta de todo lo que conllevó hacer “Blood in, Blood Out” (Sangre por sangre). Pues me permitió entrar al sindicato de los Estados Unidos, tener mi permiso de trabajo y la Green Card”.
“Es curioso que en los mismos años en que yo entré a la industria norteamericana, entraron un par más de fotógrafos mexicanos talentosísimos como Emmanuel Lubezki (quien fotografió “Como agua para chocolate”) y Rodrigo Prieto. Ellos han demostrado desde el día uno, el enorme talento que hay en la cinematografía mexicana. Nunca fui considerado de su grupo, porque a diferencia de ellos, que sí trabajaron en México, mis películas fueron desde el comienzo extranjeras, mi ruta fue diferente. Lo cierto es que siempre me he sentido orgulloso de mi nacionalidad”.
Gabriel, relata entre risas, y como anécdota, que hace unos años llegó la paquetería a su casa y la persona que le entregó su pedido tenía tatuado “vatos locos”. Frase pronunciada e importante en la película “Blood in, blood out”: “No haga caso, es de una película.”-”Cuéntame de qué película…” “ ‘Blood in, Blood out’, ¿La ha visto?”
-”Por supuesto que la he visto, si yo la fotografié.” “La siguiente vez que el muchacho vino a entregar algo, trajo consigo el DVD de la película para que se lo firmara. Me he encontrado gente que se sabe líneas completas de la película, porque aunque el alcance que tuvo fue muy local, aquí en Estados Unidos, representaba (y sigue representando) un fenómeno cultural importante: el chicano”.
La importancia del DF
Adaptarse a la visión de cada director es un proceso importante para llevar a cabo un proyecto que tenga una unión dentro de todos sus departamentos. “Yo creo, al no haber sido un director de fotografía nato, que me adapto a la historia y antepongo mi visión antes que a mi estilo. Por ejemplo: tú ves una película de otros fotógrafos y de alguna manera encuentras su estilo en ellas. Yo creo que hay fotógrafos con un estilo muy particular y definido: y hay otros a lo que nos llamo “chambeadores”. Hago drama, acción, terror, etc. Me adapto a la historia, hago de mi estilo algo completamente secundario y busco la manera de contar lo mejor posible. Hay artistas a quienes les tengo una tremenda admiración como a Néstor Almendros, pero no busco meter al maestro Almendros en cada proyecto que realizo.
Sobre el proceso de trabajo fotógrafo/director, Gaby enfatiza en la importancia de interpretación entre los artistas involucrados en el proyecto: “Los directores vienen en diferentes niveles. Hay directores que tienen grandes conocimientos; que vienen de una tradición cinematográfica profunda, y que por eso mismo tienen una idea muy clara de lo que quieren y necesitan. Hay otros que vienen de una tradición más oral y necesitan nuestra ayuda en el punto de vista visual. Lo importante ahí es que tú puedas entender que es lo que ellos quieren decir y qué es lo que tratan de emitir. Como fotógrafos debemos de sentarnos y escuchar qué es lo quiere el director y hacer una paráfrasis de ello, este es un proceso fundamental”.
Gabriel es en un fotógrafo que manifestó desde un principio su pasión por el quehacer cinematográfico en general. A lo largo de los años, este interés estuvo latente hasta el momento en que decidió entregarse de lleno a la cámara. Muy en el fondo él sabía que en algún punto de la vida iba a experimentar en otro departamento. Actualmente Gabriel ha tenido la oportunidad de probarse como director.
Recuperando la faceta de director
Gabriel menciona, que siempre se ha considerado un cineasta. Participar de cualquier elemento que conlleve a la realización de un producto audiovisual que transmita un mensaje es importante para él. Regresando a sus raíces, Gaby toma de nuevo la silla del director para crear universos y narrativas propias. Sumándose a su trayectoria, el director tiene en su filmografía el crédito de participar como en “MacGyver”, “Hawaii 5.0” y muchas más.
Sobre el diálogo que crea con los directores de fotografía que lo acompañan a la hora de dirigir, Gabriel nos comparte: “Hay un problema con un fotógrafo que te conoce porque puedes intimidarlos. Yo les doy indicaciones cortas y les permito tener esa oportunidad de expresarse. Busco un entendimiento por parte del DF sin tener que decir de más. Quiero que mi fotógrafo interprete el proyecto de forma creativa y extraordinaria; que cree con su propio lenguaje”.
“Existen fotógrafos que son muy obsesivos con la luz, yo también lo he sido pero sobre todo por la cámara. Me gusta moverla y utilizarla como objeto narrativo. Así les permito a los cinefotógrafos que trabajen con la luz, abro las posibilidades para que ellos se expresen con la iluminación dentro de las posibilidades de lo que representa la puesta en escena”. “Yo trato de comprobar una teoría que Fassbinder ha dicho. La puesta en escena marca su propia iluminación. Cuando yo imparto masterclasses creo una puesta en escena y la ilumino de la forma en la que la misma escena me lo pide. Después hago tres grupos de estudiantes para que la iluminen y en la mayoría de los casos no difieren mucho. Claro que existen cambios interesantes o creativos pero que finalmente están en el mismo contexto, articulando el lenguaje que la puesta demanda”.
De “Caravaggio” hasta “There be dragons”
“Caravaggio”, película que le trajo reconocimiento internacional, pues su labor en fotografía fue reconocida en el Festival Internacional de Cine de Berlín; nos cuenta un poco de la vida del célebre pintor italiano y para la cual, Gabriel tuvo que estudiarlo. “Para esta película, Derek Jarman quería que hiciéramos un retrato del artista. Fui a Italia para estudiar su obra y entenderla. Caravaggio pintaba en las mañanas y usaba esa luz, la luz del Este. Teníamos esa referencia, pero sobre todo queríamos ser realistas. De ahí que hicimos el proceso de interpretación para adaptarme a lo que el director quería”.
Dentro de los proyectos recientes está la película de Roland Joffé, que narra la historia de un periodista que descubre la relación entre su padre y el fundador del Opus Dei. Para esta película de 2011, tanto director como DF decidieron darle un giro a las líneas narrativas dentro del proyecto. “Roland es alguien con demasiada experiencia y siempre crea un set de método. Desde que pisas el set olvidas todo lo de afuera, incluso, algunas veces, debíamos llamar al actor por el nombre de su personaje. Otra cosa es que él (Joffé) aborrecía que pusiera una segunda cámara. Me decía: “quiero la cámara aquí porque me va a contar esta cosa, etc.” Yo por supuesto le decía que sí mientras acomodaba la segunda cámara en otra parte. Se ponía histérico pero después de un rato se enamoró. En ese proyecto llegamos a usar 5 o 6 cámaras en una sola escena de batalla”.
La división estética y visual de los tiempos narrativos es algo con lo que Gabriel ya ha tenido experiencia antes con “Blood in, Blood out”. “Yo creo que es una consideración de lenguaje visual claro y cuando hay parámetros específicos es fácil comunicarles a tu equipo. Todo el pasado lo hice en hora mágica con película FUJI, y el tiempo presente con KODAK; cada uno con filtros y temperatura (Kº) diferentes. Todos estaban felices con esta serie de parámetros para dotar de un look diferente los tiempos. Regresando a “There be Dragons”, no fui tan específico con esto, pero sí con las historias y su manera de narrarlas. Esto me permitió jugar con elementos visuales interesantes sin ser tan rígido. A todo el presente le di un look”
El trabajo del director de fotografía se destaca por la atención al detalle de las atmósferas y las texturas que crea con la puesta en cámara y la iluminación, además procura hacer mancuerna con el diseñador de producción para lograr transmitir emociones. “En este proyecto contamos con un gran departamento de diseño de producción. El ganador del Oscar, Eugeni Zanetti tiene un enorme gusto por el pop y todo tiene una presencia. Esto te estimula a buscar la forma de iluminarlo. Usas toda tu experiencia haciendo product shot…” – rie- “… y le das relevancia”.
“En “Caravaggio” donde trabajé con Sandy Powell (que en ese entonces era de sus primeras películas), el vestuario era tan importante que no había forma de que, en un momento dado, un vestido de una de las modelos de Caravaggio no se viera. Sandy había conseguido una textura maravillosa con terciopelo. Yo tenía que fotografiarlo, encontrar la forma de adaptarlo al Caravaggio”. Sandy Powell ha ganado cinco Óscares, a lo largo de su carrera, por “The Young Victoria”, “Shakespeare in Love” y “The Aviator”.
Grandes producciones
La carrera de Gabriel como director de fotografía ha avanzado hasta alcanzar aquellos proyectos con un presupuesto gigante, como la tan esperada “Black Widow”. La nueva entrega de cine de superhéroes de MARVEL. Empresa caracterizada por su nivel alto de producción.
Para el director de fotografía la aproximación es la misma independientemente del presupuesto. Lo importante es narrar la historia lo mejor que se pueda y que la favorezca, aunque sin duda a mayor budget, más con qué jugar. “Por ejemplo; en este mundo frívolo, si tienes en escena un diálogo entre Florence Pugh y Scarlett Johansson, debes ser cuidadoso como las iluminas. Por supuesto que quieres que se vean bien. Ambas son excelentes actrices, pero debes encontrar un equilibrio entre hacerlas ver bien y que funcione para lo que estamos contando. Tienes que ser cuidadoso como la iluminas. Haría lo mismo para una película independiente. La diferencia es que si necesito dos horas para iluminar, en la película independiente probablemente no tenga esas horas”. “Así sea un monstruo de película o un proyecto independiente, es el mismo espíritu, el mismo compromiso y la voluntad de hacerlo lo mejor que se pueda. Lo verdaderamente más importante es que tu trabajo se adapte a la historia independientemente de los recursos.
Un gran jugador de poker
Después de trabajar en una gran cantidad de proyectos, la humildad de Gabriel sigue siendo parte de su persona. Sin duda su capacidad de enamorarse y sorprenderse de los proyectos que toma lo ha llevado a siempre obtener resultados positivos. “La fotografía es como el amor. Cuando comienzas una relación y la terminas mal, entras a otra y puedes aprender de los errores o volver a cometerlos. En el cine, entras a un proyecto sin prejuicios, sin pensar: “Esto ya lo hice”. Debes estar fresco y tener la capacidad de sorprenderte aun así sean cosas pequeñas. En “Black Widow” hicimos cosas por primera vez, como trabajar con un wind tunnel en exterior y donde caben 4 personas. Algo que nunca había hecho”. “Hablando más a profundidad y dejando de lado las cosas técnicas. Claro que te sigue sorprendiendo ver a Rachel Weisz o Kathy Bates haciendo interpretaciones magníficas, pero la sorpresa más maravillosa es cuando: ¡pones la cámara; realizas una toma que ha fallado tantas veces y te das cuenta que funciona!”.
La vida de Gabriel Beristain ha estado marcada por el talento y la suerte, pero sobretodo por el esfuerzo, trabajo y la dedicación que este director de fotografía imprime en cada parte de su vida. Antes de despedirse nos comparte un consejo para todos aquellos que están iniciando o tienen contemplado aventurarse en el mundo del cine. “Yo recibí grandes consejos de muchos maestros, pero les podríamos decir: practica, estudia composición, lee. Todo eso seguramente ya lo has escuchado mil veces. Yo no les quiero repetir lo mismo. Lo que yo quiero es que tomen todos esos consejos, por supuesto, pero que se den cuenta de que la suerte y el esfuerzo juega un papel importante y eso no lo puedes cambiar. Conviértete en un gran jugador de poker, agarra las cartas y juégalas”.