Recomendaciones

En este artículo se consideran informaciones rupestres y etnohistóricas, así como toponímicas y onomásticas, para señalar redes sociales que vinculaban a grupos del noroccidente de Córdoba y de Los Llanos de La Rioja. Se refieren vínculos, como alianzas políticas o relaciones de parentesco, que unían a grupos locales asentados en una y otra serranía, a través de duplicaciones de topónimos y linajes parentales distribuidos sobre ambos territorios, junto a un análisis del arte rupestre que contempla variables formales y contextuales. Estos indicadores se constituyen en líneas a partir de las cuales se advierten similitudes y fluidas conexiones entre las dos regiones.

El análisis comparativo de dos modalidades estilísticas de arte rupestre, de pinturas y grabados segregados espacialmente por diferentes paisajes locales, tanto del lado cordobés como riojano, sugiere que similares procesos socioculturales, relativos a la ocupación y significación de los territorios, ocurrían bajo los mismos parámetros en ambos espacios.

De la igual manera, y más allá de la dificultad de crear modelos que logren satisfacer las diversas observaciones, esta evidencia respalda la idea de estrechos y fluidos vínculos entre las sociedades de las dos serranías, que a priori fueron consideradas como pertenecientes a distintos grupos étnicos o naciones (“comechingones” en Córdoba y “olongastas” en La Rioja).

La importancia de este artículo radica en dar cuenta de la potencialidad que tiene conectar la información rupestre y no rupestre, arqueológica y etnohistórica, en la reconstrucción de paisajes o campos socioculturales, donde presuntas separaciones o bloqueos a la circulación de información son revertidas para devolver una imagen de vínculos fluidos y de potentes conexiones, tejidas a lo largo de siglos, que no niegan mismo tiempo, esfuerzos o trayectorias orientadas hacia la diferenciación local de diversos grupos.

Una consecuencia de este estudio se refiere al empleo de una categoría dinámica de mestizaje y multiculturalidad. Ambas ideas son claves para entender procesos históricos atravesados por los pueblos originarios de las sierras de Córdoba y Los Llanos de La Rioja en aquel tiempo. Las imágenes rupestres y los paisajes que las contienen son testimonio de este aspecto multicultural y mestizo de aquellas sociedades, que de alguna manera quebranta ideas arraigadas acerca de fronteras estáticas, heterogeneidades y semejanzas culturales entre estas antiguas comunidades.

En contra de una división étnica tradicional, que distinguía a comechingones en las sierras de Córdoba, sanavirones entre el extremo norte de Córdoba y sur de Santiago del Estero, y olongastas en Los Llanos de La Rioja, entendidas como identidades estáticas y uniformes, se identifica un panorama de variabilidad cultural, en el cual las categorías de sociedades mestizas o en proceso de mestización, así como de paisajes multiculturales, serían más adecuadas para su comprensión.

Disponible en:

https://scielo.conicyt.cl/pdf/rda/n49/art29.pdf