El Programa Universitario en la Cárcel, la Secretaría Académica y la Oficina de Graduadxs de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba anuncianla apertura de la convocatoria para seleccionar 1 TUTORX DE FORTALECIMIENTO A LAS TRAYECTORIAS DE LXS ESTUDIANTES DEL PUC.
Lxs postulantes deben ser graduadxs de Historia, Letras, Filosofía o Ciencias de la Educación de la FFyH.
La persona seleccionada desempeñará tareas que serán remuneradas con una retribución equivalente a un cargo de profesor/a asistente de dedicación simple entre los meses de mayo y diciembre (inclusive)de 2025.
Tareas a desarrollar
Relevar dificultades de lxs estudiantes durante la cursada.
Elaborar estrategias de estudio y de lecto-escritura para fortalecer la comprensión de los contenidos de los espacios curriculares por parte de lxs estudiantes del PUC.
Colaborar con lxs estudiantes en instancias de elaboración de exámenes y/o de trabajos finales de las carreras que cursan.
Participar de distintos tipos de actividades organizadas por el PUC y desarrolladas en los complejos y establecimientos penitenciarios de Córdoba (especialmente en Bouwer).
Asesorar y coordinar el equipo de ayudantes alumnxs de la FAMAF a cargo del Curso de Herramientas Básicas en Informática destinado a estudiantes del PUC.
Asumir el acompañamiento a ayudantes de la FAMAF en el dictado del Curso de Herramientas Básicas en Informática con modalidad presencial en los penales de Bouwer y Monte Cristo (3 horas semanales).
Participar en la elaboración del Programa del Curso de Herramientas Básicas en Informática y del material de enseñanza vinculado a dicho curso.
Llevar un registro de los aspectos sustantivos de la actividad realizada, a fin de apoyar y orientar otros procesos de enseñanza en el mismo contexto.
Realizar un informe de actividades y propuestas llevadas a cabo.
Requisitos para la postulación Lxs aspirantes deberán ser graduadxs de las carreras de Ciencias de la Educación, Filosofía, Historia y Letras. Se priorizará la selección de graduadxs recientes, de no más de 12 años de obtención del título, que cuenten, además, con experiencia en el dictado de espacios curriculares en el marco del PUC y que hayan cursado alguna de las instancias formativas que anualmente ofrece el Programa. Deberán acreditar trayectoria de, al menos, una ayudantía y/o adscripción aprobada o experiencia en otros ámbitos educativos. Deberán conocer el Reglamento interno del PUC (disponible aquí); así como también, asistir de manera presencial a los complejos y establecimientos penitenciarios.
Documentación que deben presentar a través del formulario
Copia del DNI (frente y dorso en un único PDF).
CV nominal con carácter de DDJJ en el formato establecido por la FFyH para Selecciones y Concursos.
Frente y dorso del título (en un único PDF).
Documento que incluya la copia de los antecedentes consignados en el CV.
Propuesta de planificación anual.
El día de la selección deberán presentar su carpeta con los antecedentes originales si la comisión la solicita.
De la instancia de selección Además de la presentación de documentación arriba explicitada, lxs postulantes deberán asistir a una entrevista que versará sobre líneas de acciones a desarrollar conforme a los objetivos propuestos por el PUC. La selección se llevará adelante a través de una comisión evaluadora conformada para tal fin.
Apertura de convocatoria: lunes 31 de marzo
Recepción de postulaciones: desde el martes 1 de abril al lunes 21 de abril
Entrevistas: viernes 25 de abril a partir de las 10 am – Pabellón Residencial
El día 25 de marzo, mediante la resolución 372/2025, el Ministerio de Seguridad de la Nación, prohibió la conformación de centros de estudiantes en el ámbito del Servicio Penitenciario Federal y la permanencia de las personas privadas de su libertad ambulatoria en los espacios de estudio fuera del horario de clase. La medida restringe seriamente el derecho a la educación superior y apunta al corazón de los centros y programas universitarios en contextos de encierro, en el marco del desfinanciamiento y ataque a las universidades públicas y al sistema científico técnico llevado adelante por el Gobierno Nacional. Desde la Red UNECE, rechazamos la resolución, apelamos a todos los mecanismos institucionales y legales para anularla y convocamos a organizar una respuesta contundente de todos los centros universitarios y espacios organizados dentro y fuera de la cárcel.
El Programa Universitario en la Cárcel (PUC) de la FFyH llama a selección de antecedentes para realizar ayudantías alumnes y adscripciones. Se seleccionarán:
10 ayudantes alumnes por el lapso de 1 (un) año
5 adscriptes por el lapso de 2 (dos) años
Tareas a desarrollar
Participar del Espacio de Consulta Académica (ECA) en Bouwer y en los encuentros virtuales para las cárceles del interior, receptar núcleos de problemas y dificultades de les estudiantes en el proceso de estudio y evaluación, y fomentar la creación de grupos de estudio.
Acompañar a les ingresantes en el tránsito hacia la condición de estudiantes universitaries y colaborar con la elaboración de materiales específicos referidos a la ciudadanía universitaria.
Asistir a les estudiantes en el uso de herramientas digitales y contribuir con los procesos de alfabetización digital.
Promover el uso material y simbólico de las “Aulas Universitarias” de los penales, fomentar espacios de intercambio de experiencias educativas y de construcción de acuerdos acerca de las prácticas universitarias.
Participar de los espacios de formación del Programa.
Acompañar, en calidad de ayudantes alumnes o adscriptes, el dictado del Seminario “Leer y Escribir en el Campo de las Humanidades”.
Participar en la redacción del Boletín para estudiantes del PUC.
Inscripciones
Apertura: 17 de febrero de 2025
Cierre: 10 de marzo de 2025
Una vez finalizada la convocatoria, el equipo de Coordinación del Programa corroborará que las solicitudes cumplan con los requisitos solicitados. Posteriormente, se remitirán a la comisión evaluadora, encargada de revisar los antecedentes y tomar las entrevistas, que se realizarán el día miércoles 12 de marzo a partir de las 10 am.
Es importante que el/la aspirante consigne un correo electrónico a través del cual recibirá las notificaciones correspondientes a la selección.
Requisitos
Ayudantes Alumnes:
Conocer el reglamento del PUC (RHCS_385/2003).
Conocer el régimen de ayudantía alumne (RHCD_464/2005).
Ser estudiante regular de cualquier carrera de la FFyH, con el primer año aprobado o un 20 % de la carrera aprobada.
CV nominal con carácter de DDJJ en el formato establecido por la FFyH para Selecciones y Concursos
Certificado analítico
Copia del DNI (frente y dorso)
Asistir a la entrevista el día miércoles 12 de marzo a partir de las 10 am.
Adscriptes:
Conocer el reglamento del PUC (RHCS_385/2003).
Conocer el régimen de adscripciones (HCD_ORD_2/2011).
Ser egresade de una carrera de grado de una universidad pública del país o de una universidad extranjera pública con su correspondiente reválida de título.
En el marco de la celebración de los 25 años del Programa Universitario en la Cárcel (PUC) de la Facultad de Filosofía y Humanidades, adscriptxs y ayudantxs de este espacio invitamos a Patricia Mercado, una de sus referentes, a conversar con nosotrxs. Quisimos rescatar el contexto de cambio de siglo y preguntar sobre las intenciones, dificultades y (dis)continuidades con la actualidad.
Hay un dato concreto que se impone: en 1999, cuando el PUC desembarcó en las prisiones cordobesas, solo existía el antecedente de UBA XXII de la Universidad de Buenos Aires. Hoy, 34 de 70 universidades nacionales realizan algún tipo de programa educativo en prisiones argentinas, federales o provinciales, destinado a hombres y mujeres privadxs de libertad, e incluso también se han desarrollado propuestas que incluyen otro actor clave como destinatario de propuestas de educación superior: los agentes penitenciarios.
Los vestigios de la pandemia de Covid-19, los embates a nivel nacional sobre las políticas penitenciarias y los sentidos punitivos en boga, sumado a la cúpula local que administra los Servicios Penitenciarios locales (SPC), nos hablan de una mayor o menor porosidad penitenciaria. En ese entramado, la universidad pública, cada vez más maltratada y desfinanciada, debe encontrar estrategias y formas creativas para continuar desarrollando programas educativos con el fin de modificar los territorios carcelarios y permitir que estos también modifiquen la vida universitaria.
El diálogo aquí desplegado es un fragmento de una entrevista más extensa realizada a Patricia Mercado, quien se desempeñó como coordinadora del PUC durante 15 años. Fue realizada de manera presencial en el Pabellón Residencial de la Facultad de Filosofía, donde funciona el PUC. Hemos decidido fusionar en el lugar del entrevistadxr la voz de Agustina, Nahuel, Macarena y Florencia.
Patricia, nos gustaría comenzar pidiéndote que te presentes.
Patricia Mercado: Yo estudié Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Córdoba. Soy egresada de la Licenciatura y del Profesorado en dictadura. Más adelante, en democracia, hice una maestría en Planificación y Gestión Educacional.
He trabajado en lugares que se vinculan al PUC por elección, por deseo y porque creo que siguen siendo lugares marginales, lugares no codiciados, donde debemos estar. En aquellos momentos conseguí trabajo en el Consejo del Menor, que reunía instituciones que alojaban desde niños pequeños hasta adolescentes, y también a mayores, de 18 a 21 años, edad en la que dejaban ya de estar allí.
Supongo que así es como se va generando en mí la sensibilidad afectiva y política para que, después en el PUC, entienda que probablemente muchos de quienes estaban presos provenían de esos espacios, espacios de abandono, de pobreza; probablemente fueron niños sacados de la familia por supuestas malas condiciones o situaciones adversas. ¿Por qué digo esto? Era frecuente que después –pero no en relación de causalidad– algunos de aquellos que habitaban las cárceles, proviniesen de esos espacios que generaban las condiciones para la deriva. Muchos de ellos desde niños no tenían una familia que pudiera sostenerlos y carecían de lo que pensamos esencial, no solamente la alimentación, sino la educación, los afectos…
Difícil decir cada palabra, porque estar en los márgenes, estar en estado de situación extrema de carencia, junto a la posibilidad de cometer alguna situación ilegal, sería algo socialmente sancionado y castigado con la cárcel. Ha habido historias de quienes venían de allá, de allá abajo y que después presos, en el caso del PUC, eran postulantes para las carreras universitarias. Historias de dolor… Nos han tocado muy pocos casos de “presos VIP”.
Por caso, en principio y por principios sostenidos, también nos hemos negado a recibir presos por delitos de lesa humanidad; esa decisión fue absolutamente consensuada; no consideramos que sea restringir derechos, entendimos que sus crímenes no prescriben y que todos los derechos los habían tenido. En el marco de la situación que se reedita ahora en Argentina, con el actual gobierno, con la visita y el plan de libertad a genocidas, encuentro necesario sostener estos principios.
A 25 años de la creación del PUC, ¿nos podes contar cómo fue el proceso de su creación?
PM: El PUC, en su origen, fue propiciado por Ana Correa, psicóloga, profesora de la carrera de Psicología. Es ella quien trajo este movimiento para nosotros y para Córdoba, que ya tenía antecedentes en Buenos Aires. Ana fue referente. La carrera de Psicología no era en ese tiempo Facultad de Psicología, era una Escuela de la FFyH, como la Escuela de Artes (que luego pasó también a ser Facultad). Desde este lugar, como decana de Filosofía (período 1996-1999) y luego como vicedecana (1999-2002), Ana estuvo en el origen del PUC. De ella surge la idea compartida de sostener este programa inscripto en la función del vicedecano.
Así con todas las vicedecanas y un vicedecano (uno solo, Carlos Longhini) fueron creados, en el despacho de Decanato, nuestros encuentros de PUC. La organización, toda la tramitación, incluso lo que se denominaba institucionalmente las “reuniones de Comisión Mixta”. Allí concurría el representante del Servicio Penitenciario para compartir temas, encuadres, reclamos, discutir la propuesta de enseñanza, la demanda de aprendizajes, e incluso, a veces, para debatir sentidos contrapuestos, porque la lógica del encierro primó siempre por encima de nuestra tarea o la lógica de la apertura. Con lógica de apertura no me refiero a la apertura de la cárcel, sino a la apertura de pensamiento y mente, y de la posibilidad de ingresar a esos espacios con educación, nada más que con eso, no íbamos con herramientas de subversión ni a provocar rebeliones o que se desaten desmanes.
El PUC se crea en 1999, pero en 2004, en la gestión de Carolina Scotto como decana y de Mónica Gordillo como vice, se convoca a la Coordinación del PUC con la noticia de haber logrado una partida para un cargo de Coordinador. Se realiza entonces una selección interna, solo para la Facultad de Filosofía. Allí me presento con una propuesta, plan de trabajo y cronograma. Había requisitos, condiciones y una entrevista personal. Así ingresé a ese espacio.
Todos los decanatos han apostado, sostenido, defendido el Programa y han sido las autoridades quienes han puesto cuerpo y voz cuando nuestros reclamos nunca llegaban a ningún lado, porque el modo de pensar del SPC es sostener la lógica del encierro. Mientras más aislados y encerrados, menos problemas supuestamente para la sociedad habría. En la gestión de Beatriz Bixio se logra una potencia de energía e impulso que reposiciona al PUC en su contenido y prácticas académicas, tanto en el marco de la UNC como en los establecimientos penitenciarios de la provincia.
Ese momento, ¿cómo se materializó el primer paso con el Servicio Penitenciario? ¿Existía una demanda de parte de la población penitenciaria?
PM: Contábamos con antecedentes en Buenos Aires, de un programa de la UBA que llevaba adelante Alcira Daroqui: UBA XXII. Nosotros éramos PUC y después del PUC se creó el PUSyC. Esos antecedentes nos apoyaron en cómo pensar e hipotetizar el Programa, eran excelentes profesores y profesoras, gente muy comprometida, en el marco de una militancia por derechos humanos, que no tiene que ver con liberar al preso ni desestimar su condena frente a un delito. No se iba por eso, sino para que el tiempo que estuviera allí según su condena, también pudiera ser un tiempo de desarrollo, no solo personal, sino también de desarrollo de pensamiento, de conocimiento, de responsabilidad y estudio.
Nosotros queríamos abrir un aula universitaria, inaugurar un aula donde los traslados fuesen específicamente para cursar materias de la Facultad, lo que significaba todo un movimiento no deseado en términos de orden carcelario. Por ejemplo, así como había un horario de comida, horario para los médicos, visitas, exigíamos un tiempo y un espacio para el PUC.
Las escuelas primaria y secundaria ya existían, o sea eso bastaba como antecedente. Todos los establecimientos tenían una escuela primaria, secundaria, entonces nuestra batalla era plantear ¿por qué no la universidad? Además, no abarcaba todo el universo de carreras, ni carreras que no estuvieran al alcance de la posibilidad material que requiriese. Abogacía era muy deseada por ellos.
Así por nuestra Facultad propusimos las carreras de Letras, Bibliotecología, Historia, Artes, Filosofía y Ciencias de la Educación, porque también habíamos logrado incorporar algunos talleres previamente; por ejemplo, el Taller de Arte de Pablo González Padilla y Carolina Romano que fue maravilloso. Fuimos también a los espacios donde estaban alojadas las mujeres, lo que suma valor a la tarea educativa en la cárcel de San Martín donde estaban los condenados varones, como así también a la cárcel de semilibertad en Monte Cristo, espacio de presalida. Con los equipos docentes y de talleres de extensión, hemos viajado muchísimo. Ha sido compleja esa participación porque San Martín era muy cerca para todos, los colectivos llegaban…. pero cuando fue el traslado a Bouwer posmotín en muchos casos pasó a ser “no puedo”, “no tengo tiempo”, “no llego” de parte de los profesores. Por esto también, y como buena medida, el SPC ofreció un colectivo que salía a una hora determinada para todos los equipos.
Se trató de que todos los equipos que tenían tareas de tutorías pudieran compartir el mismo horario de ida y vuelta. Hubo mucho que coordinar, sobre todo actividades que debían compartir logística, pero también otras cuestiones del orden de lo cotidiano, de lo material, de «¡no tengo plata!». Logramos que para los más jovencitos, para los ayudantes alumnos, estudiantes sobre todo, hubiera una especie de remuneración por su trabajo, al menos los pasajes. En un momento se decide el pago de $4 por persona que fuera para el traslado, ¡imagínense lo que era esa época!
¿Podrías reponer momentos o situaciones difíciles que atravesó el programa?
PM: Lo más terrible fue el motín en la Cárcel de San Martín en 2005. A nosotros no nos tocó estar adentro, ni supimos nada antes. Fue terrible e inmediatamente se suspendió todo; por lo tanto, no teníamos ni siquiera posibilidad de comunicación para saber de ellos, quiénes estaban afectados, de qué manera… Y, además, en muchos de los profesores, o en nosotros, apareció el miedo, que antes no estaba. Por decisión de encuadre de trabajo para nosotros no era necesario saber la causa por la que ellos estaban ahí.
Eso siempre fue algo que ustedes establecieron como principio desde los inicios.
PM: No preguntar a nadie la causa. Porque ellos estaban en el PUC en calidad de alumnos y su lugar era el de estudiante, nosotros de profesores. Por supuesto que podíamos hablar de cosas de la vida, de acontecimientos, pero no de por qué se estaba preso.
En algunos casos entre ellos mismos podía ocurrir que refirieran al otro por lo que había hecho. También sabíamos de otros casos resonantes porque en las noticias daban sus nombres. La mayoría estaba preso por delitos menores, dado que sabíamos el tiempo de condena, eso nos lo decían. Presos de lesa humanidad no aceptamos.
¿Podrías compartirnos algunas particularidades de la relación con el servicio?
PM: En la Comisión Mixta teníamos reuniones periódicas con las autoridades del SPC y siempre fue batallar, porque la pertenencia era en campos de trabajo totalmente contrapuestos. Ellos argumentaban el tema de la seguridad, no importaba en absoluto si estudiaban o no estudiaban. Nosotros, por nuestra parte, defendíamos la libertad de estudiar. Pero también entendíamos que trasladar a 15 personas de Bouwer para San Martín en un colectivo era todo un problema.
Los jefes del SPC han sido durísimos siempre. No así el ministro de Justicia que en esa época fue Angulo, a través de él pudimos lograr avances en relación a esto que se llamaba “el tratamiento penitenciario”. Porque de nada sirve cuidar el encierro solamente para que no se escapen, sino hacer algo adentro de ese encierro para que puedan también pensarse como sujetos. Sujetos que no sólo delinquieron, cometieron un delito, sino que también pueden pensar, sostenerse en su condición humana.
La siguiente pregunta tiene que ver con las tres funciones de la universidad; docencia, extensión e investigación. En el presente, la investigación en contexto de encierro está siendo cada vez más imposibilitada. ¿Esta misma realidad vivieron ustedes?, ¿qué estrategias utilizaron para publicar y dar a conocer los efectos del encierro?
PM: Llegamos a la investigación, a trabajar con proyectos acreditados por SecyT, por ejemplo. Pudimos ser parte también del proyecto de Ana Correa, en el marco del PUSyC (Programa Universidad Sociedad y Cárcel), de otra jerarquía institucional, a nivel de rectorado. Desde allí se miraba en panorámica todas las propuestas en la cárcel, no solo la nuestra de la FFyH. Así se pudo cumplir con las tres funciones de la universidad.
¿Ustedes nunca tuvieron que empujar el límite con el servicio para que haya investigación?
PM: Imaginemos que la palabra sola, la palabra “investigar” y “en la cárcel”, significaba toda una tarea que no nos correspondía a nosotros. Supondrían del interés de investigar las causas, los motivos de la persona que llevaron a cometer un delito, pero nada más más lejos de eso.
Creo que todo trabajo en o de la cárcel, pero también más allá de la cárcel, debe estar acreditado y cumplir con normativas rigurosas. Existe y rige en la universidad una normativa que se llama Resguardo de Datos Sensibles.
En las reuniones de Comisión Mixta, que eran mensuales en aquel tiempo y de las cuales participábamos los representantes de la Facultad y los del SPC, poníamos en debate y consideración los temas necesarios y urgentes de tratar. Casi siempre nuestros reclamos eran sostenidos en la lógica del acceso a derechos y sus respuestas sostenidas en la lógica de la seguridad. Exigíamos justificaciones por inasistencias, no traslados, suspensiones de tutorías, como así también explicaciones por el guardia en la puerta o parado dentro del aula porque supuestamente tenía que cuidar era el aula y “también a nosotros”, según decía cuidarnos a nosotros. No renunciábamos, sin embargo, a invitarlo también a participar de la clase; le decíamos “siéntese”, porque también pensábamos necesario humanizar allí a ese a ese rol.
Patricia, nos gustaría que cierres vos, con la forma que vos quieras.
PM: Solo quisiera agregar sobre el proyecto de investigación. Quisimos indagar sobre las representaciones sociales sobre escuelas y aprendizajes de estudiantes de los CENMA en contexto carcelario, luego en los docentes. Para el sistema penitenciario ir a la escuela suma puntos para la reducción de la condena, si pensamos así nuestra investigación, se caería la pregunta. Tuvimos que trabajar mucho nuestras propias representaciones, nuestros supuestos, sobre todo ¿por qué ir a la cárcel?
Un registro dice “acá me siento libre, acá aprendí a hablar”, “pasamos el portón y somos libres”, al referirse a la escuela. Otro registro planteaba: “en la escuela somos alumnos y no presos”.
El viernes 27 de septiembre se llevó adelante la celebración de los 25 años del Programa Universitario en la Cárcel en la Plaza Seca de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
El evento contó con un conversatorio: “Memorias del PUC”, a cargo de las principales referentes del Programa, quienes compartieron sus recuerdos. Participaron Leandro Inchauspe, Ana Correa, Patricia Mercado, Alicia Acín, Inés León Barreto y Beatriz Bixio. En manos de la Decana, Flavia Dezzutto, y de la coordinadora del PUC, Luisa Domínguez, se hizo entrega de placas homenaje en reconocimiento a su comprometida labor durante estos veinticinco años.
La celebración continuó con la feria de exposiciones “Y las luchas que nos faltan”, de la que participaron estudiantes, egresadxs y docentes del PUC, y que contó con más de veinte proyectos extensionistas y propuestas académicas y de investigación actuales e históricas. El evento finalizó con un festival solidario con bandas invitadas. Se recibieron más de 500 útiles de librería.
Durante el mes de octubre, se realizarán los festejos junto a estudiantes privadxs de libertad en el Complejo Carcelario de Bouwer.
En un marco de ataque a los derechos humanos y a la educación pública, experiencias como la del PUC sirven de aliento para resistir a los embates y redoblar la apuesta por una universidad más democrática e inclusiva.
27 septiembre, 2024 por Lucas Crisafulli y Flavia Romero para La Tinta
El Programa Universitario en la Cárcel, la primera experiencia de educación superior en toda la provincia y una de las primeras de Argentina, cumple veinticinco años de existencia. Y lo celebra con un encuentro que nos recuerda sus orígenes, pero también nos enfrenta a un incierto presente y futuro, con un modelo neoliberal que sostiene políticas financieras de recorte presupuestario para la universidad pública y políticas punitivas que empeoran la sobrepoblación penitenciaria actual.
En este complejo 2024 para las universidades públicas, hoy más que nunca redoblamos la apuesta por el derecho a la educación y al acceso a la cultura.
La invitación es a recorrer, recuperar, revalorar estos 25 años de trabajo colectivo de la comunidad de la FFyH, con la intervención de algunxs de sus principales impulsores y con una muestra que recuperará los proyectos históricos a cargo de sus facilitadorxs y participantes.
Cerraremos con festival solidario, con bandas invitadas: Dramamine y Tranki Punki.
El 15 de junio 1999 se iniciaban las gestiones para la firma de un convenio, concretado en noviembre de ese año, entre la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba y el Servicio Penitenciario de Córdoba. El objetivo era darles un marco institucional a las actividades educativas que se proponía desarrollar nuestra casa de estudios en contextos de encierro. Motivado por una iniciativa de 1997 de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles y del Centro de Estudiantes de la Facultad, en 1999 surgía el segundo programa universitario en cárceles del país.
El Programa Universitario en la Cárcel, la Secretaría Académica y la Oficina de graduades de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba anuncian la SELECCIÓN DE 1 TUTORX DE FORTALECIMIENTO A LAS TRAYECTORIAS DE LOS ESTUDIANTES DEL PUC. Lxs postulantes deben ser graduadxs de Historia, Letras, Filosofía o Ciencias de la Educación de la FFyH (excluyente).
El o la postulante seleccionada desempeñará sus tareas entre junio y diciembre del 2024, con una dedicación horaria de 8 horas semanales, por lo cual percibirá una retribución económica, con el objeto de desarrollar estrategias en favor del ingreso, permanencia y egreso de estudiantes del PUC.
Tareas a desarrollar
Relevar dificultades en la cursada durante el período.
Articular con ayudantes y adscriptes de las cátedras que dictan tutorías en el PUC.
Elaborar estrategias de estudio y de lecto-escritura para fortalecer la comprensión de los contenidos de los espacios curriculares.
Colaborar con les estudiantes en instancias de elaboración de exámenes y/o de trabajos finales de las carreras que cursan.
Participar de actividades presenciales en Bouwer organizadas por el PUC.
Deberá tener disponibilidad para asistir de manera presencial a los complejos y establecimientos penitenciarios que lo requieran.
Requisitos para la postulación Los/as aspirantes deberán ser egresados/as (de no más de 10 años de egreso) de las carreras de Ciencias de la Educación, Filosofía, Historia y Letras. Deberán acreditar trayectoria de al menos una ayudantía y/o adscripción aprobada o experiencia en otros ámbitos educativos. Se priorizará a quienes acrediten experiencia en el dictado de espacios curriculares en el PUC y quienes acrediten haber cursado alguna de las instancias formativas que anualmente ofrece el Programa. Deberán conocer el Reglamento interno del PUC.
Documentación que deben presentar en el formulario
CV nominal con carácter de DDJJ en el formato establecido por la FFyH para Selecciones y Concursos
Copia del título universitario.
Carta de presentación en la que se expliciten las motivaciones de su postulación y una breve propuesta (extensión máxima: 2 páginas).
De la instancia de selección Además de la presentación de documentación arriba explicitada, les postulantes deberán asistir a una entrevista que versará sobre líneas de acciones a desarrollar conforme a los objetivos propuestos por el PUC. La selección se llevará adelante a través de una comisión evaluadora conformada para tal fin.
Apertura de convocatoria: miércoles 8 de mayo
Recepción de postulaciones: del 8 de mayo al viernes 24 de mayo
Entrevistas: 27 de mayo de 2024 – Sala D, Pabellón Residencial
Este seminario, a dictarse en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, tiene por objetivo entrenar la mirada o lo que también se llama “formación de espectadores”. La propuesta parte de las siguientes interrogantes: ¿con qué imágenes pensamos las prisiones? ¿Qué imaginarios existen sobre las personas detenidas? ¿A quién le sirven los mundos sórdidos con los cuáles se retrata la vida carcelaria?
Se desarrollará los lunes de abril y estará a cargo de miembros de la FFyH.