Llegar lo más lejos posible
Algunos apuntes sobre “Los Salvajes”, ganadora del Premio ADF en el BAFICI
2012 y del Premio a la Mejor Dirección de Fotografía en el I Festival Internacional
UNASUR CINE
Después de haber hecho mis últimos trabajos en
estructuras de rodaje que podríamos llamar “clásicas”,
me interesó la idea de encarar una película independiente
como “Los Salvajes”. Los requerimientos técnicos
debían ser los mínimos, por presupuesto y practicidad.
Debíamos movernos por terrenos de difícil acceso,
lo que hacía necesario ser poco numerosos y tener
poca carga. Representaba todo un desafío a resolver.
Alejandro Fadel, el director, tenía la idea de abordarla
como una película sobre una fuga y su desenlace, cuyo
tono iba desde una introducción de género hacia la epifanía
mística de uno de los personajes. Esto debía sentirse
en la pantalla, teníamos que tener un cierto anclaje
realista para después dejarnos ganar por la fuerza emotiva
de la imagen, en el punto donde los diálogos iban
desapareciendo. El formato de encuadre 1:2,35 fue el
que elegimos para darle el toque de aventura épica y que
funcionó muy bien para la construcción más mística.
La concepción de los encuadres y los movimientos de
cámara nos fue llegando a medida que filmábamos.
Originalmente teníamos la idea de usar más cámara en
mano y acompañar con movimientos más agresivos la
violencia que los personajes despliegan. Pero a medida
que sumábamos escenas, fuimos encontrando que un
tratamiento más distante, con encuadres estáticos y
bien compuestos, nos daba una lectura y una relación
de los personajes con el entorno que nos permitía hilar
fino en lo sensorial. Creo que la película se fue haciendo
su propio camino, y ahí es cuando los proyectos
empiezan a tomar vida propia y se escapan de las concepciones
previas.
La cámara debía ser una Sony Ex3 que era propiedad de
la productora, la cual conocía y sabía que, sin ser la ideal,
podía dar una buena respuesta. Decidimos poner el foco
en conseguir equiparla con ópticas que nos permitieran
una textura distinta a la del lente que viene de fábrica.
Trabajamos con dos lentes DigiZoom Carl Zeiss, un 6-
24mm T1.9 y un 17-112mm T1.9, que usados con un
adaptador en una cámara de chip 1/2” nos dejaba con
poco angular pero con un tele interesante. Trabajando en
espacios abiertos, esto resultó útil ya que nos permitió
encontrar planos de los personajes a gran distancia, que
son parte integral de la imagen de la película.
Para asistirme tuve la suerte de contar con el apoyo de
Manuel Rebella, quien habitualmente trabaja conmigo
como foquista, pero en esta película cubría todas las
necesidades del rubro fotografía: hacer foco, poner
faroles o manejar la pickup de equipos, pasando por
todo lo demás (incluso hizo la fotografía adicional de
algunas escenas); con la colaboración del resto del
equipo y un poco de voluntad de mi parte. Me hubiera
sido imposible hacer esta película sin su aporte.
Con respecto a las luces, armamos un pedido que
pudiera ser manejado por nuestra modesta estructura.
Los exteriores noche que requerían iluminación se buscaron
en un radio de 100mts de la casa que funcionaba
como base, depósito, dormitorio y comedor. De esta
forma evitábamos el generador y se simplificaba
mucho la logística. El diseño de producción, aunque
con recursos modestos, nos permitió aprovechar bien
los recursos técnicos y sacarle el jugo a la locación,
con un esfuerzo enorme del equipo y actores.
El guión incluía varias noches, algunas de ellas con
fogata y otras en el medio del bosque sin fuentes de
luz. Donde no teníamos fuego, decidimos usar la noche
americana. Esta opción siempre es limitada en cuanto
a planos y fondos ya que se debe elegir la hora del día
de acuerdo al encuadre para conseguir mejor el efecto.
No siempre lo conseguimos, pero en general estoy
contento con como se resolvieron esas escenas que
hubieran sido imposibles de resolver con nuestros
recursos.
Para las fogatas utilizamos la incidencia del fuego con
el apoyo de algunas bombitas de tungsteno a dimmer.
En los fondos apoyábamos con una luz fría de tubos
Dulux balanceados para un tono azul (casi cyan) como
para que se emparente visualmente con el tono de la
noche americana.
Fue fundamental para la imagen de la película el trabajo
de corrección de color con Luisa Cavanagh, quien
hizo un trabajo muy sensible que nos ayudó a encontrar
un tono y respetar el material sin manipularlo en
exceso para que no pierda su textura.
Lo interesante de trabajar en películas independientes
es que uno debe encontrar la imagen a partir de las
limitaciones y eso se constituye como punto de partida.
El desafío es tratar de llegar lo más lejos posible
para aprovechar cada recurso en todo su potencial, sin
perder de vista que la austeridad también es virtud. El
resultado son películas que serían imposibles en una
estructura tradicional, y cuya forma de producción termina
siendo determinante de su estética y su narrativa.
Son casi producto del trabajo artesanal: no sería igual si
se la ubica en un molde de producción industrial.
Julian Apezgteguia (ADF)
Fotogramas de la película gentileza La Unión de los
Ríos
FICHA TECNICA:
Dirección y guión: Alejandro Fadel
Dirección de Fotografía: Julián Apezteguia (ADF)
Foquista / eléctrico: Manuel Rebella
Corrección de color: Luisa Cavanagh
Montaje: Andrés Pepe Estrada, Delfina Castagnino
Producción: A. Fadel, Agustina Llambi-Campbell
Con Leonel Arancibia, Roberto Cowal, Sofía Brito,
Martín Cotari, César Roldán y Ricardo Soulé
FOTOGRAMAS DE LA PELÍCULA